viernes, 27 de noviembre de 2015

Palabras para Chelo

 Para Chelo, que es una cajita de sorpresas, por su tercer año como bloguera entregada a la causa. (Los amigos están para eso)






De corazón danzaré contigo tras la lluvia,
y pisaré los charcos con la ilusión del niño.
Esperanzado miraré hacía arriba para ver las nubes,
te presentiré tras ellas como a sol de Mayo.

Acariciadora eres con tu nombre propio,
como la brisa mañanera que refresca el rostro.
Con tu cuerpo estrechado en imaginado abrazo,
te intuiré como adagio, como arpegio hermoso.

Al indefinido esbozo de tu bocetado rostro,
le pondré sonrisa y luminosos ojos.
Tiempo pasajero de añorada ausencia,
retazo juvenil de recordada esencia.

Liviana en palabras y amorosa en prosa,
verso consentido, colorida aurora.
Luminoso faro,
caja de sorpresas con celeste lazo.

Correré por tus renglones al encuentro,
te esperaré en el párrafo inicial de mis poemas.
Serás protagonista consentida de la historia,
el misterio y el final feliz del argumento.

En la amistad se basará la confianza,
de las cómplices risas por remotas ondas.
Y de cine será la aventura comenzada,
con reparto de lujo y en compañía grata.




                                                                                   Derechos de autor: Francisco Moroz

martes, 24 de noviembre de 2015

La historia de María



Esta entrada he de publicarla hoy, pues mañana tendré un día complicado y quiero contribuir con este pequeño relato a una causa que no debería serlo.

Todos los seres humanos deberían ser libres a la hora de amar y de elegir lo amado; pero va a ser verdad que el amor es ciego y que la elección no es la correcta en muchas ocasiones.
Tenemos derecho a equivocarnos pero no a costa de nuestra dignidad como personas.

Que este pequeño cuento imaginado se convierta en una realidad para muchas mujeres: Liberarse de una carga pesada y de un lastre inmerecido. Que los maltratadores sufran las consecuencias de sus actos y que no sean capaces de encontrar, víctimas que se les sometan.





María vivía en una casa de acogida para mujeres maltratadas por sus parejas; allí se las protegía cuando no tenían a donde ir y se las ayudaba a cicatrizar las heridas de la piel y las del corazón.
María descubrió que era posible la vida lejos de él, de sus manos cerradas en puños que en vez de acariciar lo amado, golpeaban con dureza su cuerpo, el mismo que ella le entrego terriblemente enamorada.

Huyó de su lado, fueron muchos los años de vejación, después de perdonarle y concederle nuevas oportunidades que el convertía en tortazos, insultos y puñetazos que la dejaban tendida en el suelo, aterrorizada y llena de moratones.

Ella tenía la esperanza de no terminar engrosando la lista de estadísticas de las víctimas fatales de esa violencia mal llamada "de género". Violencia pura y dura que no es femenina ni masculina sino pura crueldad, profanación, ferocidad, agresión salvaje. Por ello llamó a un teléfono que le dio una vecina que sospechaba de su situación, María estaba avergonzaba, pero no quería morir "Por amor"

Un juez dictaminó una orden donde se decretaba a su maltratador el que se alejara de ella, pero sabía que él no desistiría en el empeño de hacerla daño. El la consideraba su posesión. Buscaría la ocasión de encontrarla y le haría pagar muy caro el haberle abandonado; la denuncia tendría su precio. 

La justicia nunca es justa con los débiles, con los que tienen todas las de perder. En esta sociedad siempre ganan los que juegan con las cartas marcadas y los dados lastrados.

Un buen día María salió de la casa de acogida y no volvió, se la perdió el rastro...

Los responsables del centro se alarmaron por su repentina desaparición y ya se temían lo peor cuando al cabo de un mes, María apareció de nuevo por allí.

Sus labios sonreían a pesar de estar partidos, que junto con un ojo entrecerrado por un fuerte golpe, eran testimonios suficientes para comprender lo que de nuevo había vuelto a ocurrir.

Fue recibida con abrazos y besos por parte de sus compañeras, y azuzada por ellas se vio obligada a relatarlas su pequeña historia; esta misma que estáis leyendo ahora mismo, una historia que María quería olvidar a toda costa. 

Una crónica que era cruel pero que terminaba llena de esperanza en un nuevo futuro en libertad ya que, como ella misma contó, supo poner al fin tierra de por medio entre su ex-pareja y ella, mientras en un aparte pensaba: Más bien le puse la tierra encima, pero ¡Claro! eso no tenía porqué saberlo nadie ¿Verdad?




Derechos de autor: Francisco Moroz

domingo, 22 de noviembre de 2015

La Guerra Civil contada a los jóvenes



La Guerra Civil contada a los jóvenes


De: Arturo Pérez Reverte















"Hace casi ochenta años, entre 1936 y 1939, en tiempos de nuestros abuelos y bisabuelos, una espantosa guerra civil tuvo lugar en España. Causó miles de muertos, destruyó hogares, arruinó el país y llevó a mucha gente al exilio.. Para evitar que tan desoladora tragedia vuelva a repetirse nunca, es conveniente recordar cómo ocurrió. Así, de aquella desgracia podrán extraerse conclusiones útiles sobre la paz y la convivencia que jamás se deben perder. Lecciones terribles que nunca debemos olvidar.”


Estas son las palabras con las que el autor comienza el libro.
Un libro entre muchos, que podría pasar desapercibido entre tantos escritos sobre el tema que nos anuncia el título: La Guerra Civil española.
Pero os puedo garantizar que no es uno más a mí entender.
La diferencia radica en el formato del libro y en lo escueto de su contenido, quizá para los que gustamos de la historia, demasiado corto.

Una letra grande con un texto escueto a modo de resumen de los pasajes de la guerra. Como los que delinearía un maestro en una escuela de alumnos no muy interesados por los acontecimientos de un pasado un tanto oscuro y escondido en la memoria de los que todavía sobreviven y prefieren olvidarlo.


Un relato que pretende ser imparcial, contado desde la neutralidad del observador distante en el tiempo, que no critica, si no que valora los aconteceres de aquellos tristes episodios que tuvieron lugar en nuestra nación.

La prosa es fluida y directa, diría que un tanto periodística, clara y sin matices, sin circunloquios ni opiniones personales que interrumpan el itinerario literario que nos propone  el escritor; que se limita como narrador, a contar  de forma escueta las circunstancias en las que se fraguó esta guerra fratricida. 

Sin tomar partido por uno de los bandos o por el otro, pero si, denunciando como trasfondo el horror, los revanchismos y el proceso del conflicto que llevó a una resolución del mismo, en la que perdieron todos.
Pues ninguna guerra es buena, pero peor es aquella en la que se enfrentan hermanos contra hermanos.

Otra de los detalles que hace a este libro digno de colección, son las cuidadas ilustraciones a cargo de”Fernando Vicente” que si cabe, realza el contenido textual.
Se trata de pinturas a color, muy realistas, en la que se nos muestran algunas de las escenas relatadas.

En definitiva 130 páginas aproximadamente ,dirigidas a los jóvenes a partir de 12 años, en la que estos podrán ver reflejada de forma ligera y amena; un trozo de una historia relativamente reciente de nuestro país.


Desde las causas que desencadenaron el desastre, pasando por los modelos extranjeros de política que se pretendieron implantar. Se nos presentarán las fuerzas contendientes, la sublevación y las atrocidades cometidas en ambos bandos, los asedios, y episodios destacados como el paso del Ebro o la batalla de Madrid. Se nombrará a Brunete, El Jarama, Belchite, Paracuellos…

Este libro representa un acercamiento a los que ni siquiera oyeron de la guerra, ni saben por qué causa se luchó, ni conocen las consecuencias que acarreó posteriormente la confrontación.

A mi entender como dice el autor: se trata de aprender, para no cometer de nuevo los mismos errores que nos abocaron a la tragedia.

La única pega es lo poco que dura la lectura en la que es imposible llegar a cansarse por lo breve.
Puede considerarse un buen regalo para nuestros jóvenes que estén interesados en conocer de forma amena un poco más sobre su pasado; ello les llevará seguramente, a indagar sobre él, con libros de más contenido documental.

“Arturo Pérez Reverte” ya lo hizo con El Quijote: Desbrozarlo para que su lectura fuese más directa y ligera. Pues aunque a los lectores entregados nos gusten los libros completos, debemos comprender que otros iniciados necesiten una introducción a ciertos temas y a determinadas obras, que se adecuen más a sus edades y niveles de comprensión.


miércoles, 18 de noviembre de 2015

Voces



De nuevo las voces invadían mi cabeza, se metían adentro donde me torturaban con sus ordenes y exigencias.

No era capaz de soportar ni un minuto más, tenía ganas de matar para desahogar todos esos impulsos que de alguna forma incomprensible me provocaba el oírlas. 

Mis neuronas al límite, mi sistema nervioso cortocircuitado, mi cuerpo al borde del colapso más absoluto.

Intentaba en vano mantener el control, evadirme pensando en cosas positivas, pero era del todo imposible ignorarlas. Ellas repiqueteaban con violencia de campana.

Esas voces aparecían cada cierto tiempo y desde el momento en que lo hacían mi vida se complicaba, el día a día se distorsionaba, mi rutina ordenada se acababa.¡Todo era una pura locura!

Los pensamientos negativos cada vez eran más frecuentes y deseaba con toda mi alma quitarme de en medio para no sufrir esos murmullos inquisitivos, esas palabras mordaces que me fustigaban, que me interrogaban de continuo sobre mis quehaceres cotidianos, mi forma de actuar, me responsabilizaban y me hacían considerar culpable, me recriminaban, me exigían cada vez más…

Lo hablé con mi mujer, y ella sin aparente preocupación no se le ocurrió nada más, que ponerme entre la espada y la pared y contra las cuerdas. No se puso de mi parte en ningún momento, es más, no quería comprender que es lo que  encontraba de molesto en oírlas.

Decidí pues, plantarme a las puertas de un profesional que aliviara mi creciente esquizofrenia; sabía que era mi salud mental lo que estaba en juego, que no era algo nimio.
Dudé, me sentí como un ser ruin y rastrero al ir a contarle a un extraño mis problemas personales, pero no me quedaban más cartuchos que quemar.

De entrada ya me presenté como futuro paciente desahuciado si es que él no encontraba solución. El psiquiatra me recibió con esa seguridad en sí mismo, que desde el primer momento hace creer al paciente que ha elegido al mejor. 
Me estrechó la mano y me invito a tumbarme en ese diván que parece un triclinio romano en el que te aposentas para tomarte unas uvas como un patricio acomodado. ¡Sí! Yo iba para tragarme las uvas, las de la ira que me desbordaba por todo mi ser.

-¡Bien! Usted dirá cual es el problema.

-Mi problema son las voces que oigo a todas horas cada ciertos periodos de tiempo llenando mi cabeza con malas ideas.

-Me podría explicar qué tipo de voces oye usted.

-Voces fuera de tono, groseras, que gritan a veces con violencia recriminando, exigiendo, interrogando, incitándome a realizar cosas que no deseo…Otras veces son murmullos lo que alcanzo a escuchar, que me denigran, me vilipendian y ningunean; haciéndome creer que no valgo nada y soy un miserable gusano que no merezco la existencia que llevo.

-¿Le incitan a realizar actos que usted no desea?

-De continuo. Sobre todo cuando en vano intento evadirme para buscar descanso y sosiego en actividades lúdicas para escapar de la estrecha prisión en la que, esas voces convierten mi cerebro, estrujando y oprimiéndolo.

-Explíquese.

-Leer, ver la televisión, salir a correr, se convierten en actos prohibidos. Es una pesadilla doctor, en mi propia casa no encuentro sosiego. Discuto con mi esposa de continuo, y ella por demás no quiere apoyarme ni darme la razón. Me da miedo enfrentarme con el origen de esas voces, podría ser nefasto.

-Le haré una última pregunta, que quizás sea la que nos aclare su penuria-

-¿Y es?

-¿Con cuánto intervalo de tiempo aparecen esas voces en su entorno?

Y naturalmente como no podía ser de otra forma respondí con esa inocencia que hace a los hombres como niños, con la sinceridad que rodea de un aura misteriosa a los ingenuos bienaventurados de corazón.

-Las oigo doctor, cada vez que viene mi suegra a casa.

Todavía me pregunto por qué, el tonto del haba del psiquiatra me echó de su consulta amenazando con llamar a la policía.

¡Y entre tanto sigo, con mi problema a rastras, y las voces que me atormentan!



                                                                                                                          Derechos de autor: Francisco Moroz

lunes, 16 de noviembre de 2015

Hoy le toca a París





Hoy le toca a París llorar.
Poner sus banderas a media asta,
vestir con crespones negros sus balcones,
derramar flores en sus calles y sus plazas.

Han perdido parte de la luz
con la que suele brillar su ciudad,
pues sus hijos murieron de forma estéril,
a manos de la locura y de los fanatismos.

Hoy París sufre por la ausencia de sus hermanos muertos,
el color rojo de la tricolor será de sangre,
la tristeza del luto, la sal de sus lágrimas
cubrirán los semblantes de sus hijos.

Hoy le toca a Paris gemir,
y recordar sus ideales que les une a todos en abrazo,
los que dan cordura y sentido al despropósito,
de esos que creen que matando triunfará su causa.

No será así mientras perdure la fraternidad,
La de los hermanos que permanecen juntos.
La libertad amada y sentida como si fuera una madre,
y la igualdad que nos une contra los intolerantes.

Esos violentos cobardes que ejecutan con saña homicida,
no conseguirán más que gastar sus consignas.
Enloquecer en el vacío de sus propios terrores,
al recorrer un camino que no conduce al futuro.

Serán oscuros y malignos,
impotentes seres, incapaces de sembrar nada 
destructores no más, de lo creado,
insensibles sicarios y verdugos.

Hoy París no será la ciudad enamorada,
hoy vestirá de gris y gritará de rabia.
pero no se rendirá y luchará con velas y con rosas,
con canciones dedicadas a los caídos.

Se aclararán las nubes que enturbian el cielo,
será nuestro deber no olvidarnos nunca de este día.
Tener de referencia y de enseñanza,
el que la fuerza común es nuestra mejor arma.

Contra aquellos que quieran golpear a los hombres,
contra los miserables que como único argumento
enarbolen venganzas desmedidas.
No más que son tiranos y necios, ignorantes y déspotas suicidas.

Hoy el mundo es París, desnudo y palpitante,
es la débil carne de nuestros cuerpos heridos de metralla.
Pero así mismo será la causa que nos haga pensar y levantarnos,
la que nos mantendrá inamovibles ante la amenaza.

Hoy Paris resurgirá de su aflicción
Como otras veces lo hizo pagando con dolor el precio.
Y volverá a ser ciudad luminosa y enamorada de la paz,
donde la esperanza lucirá como faro y guía.

De esta batalla saldremos victoriosos,
con valores humanos reforzados de heroísmo.
No hacen falta arengas, ni proclamas, ni sofismas.
Para unir a este pueblo del que somos todos.

Hoy le toca a París 
ser espejo y ejemplo
donde se reflejen otros.
incluidos nosotros.


                                                                                    Derechos de autor: Francisco Moroz


No olvidéis que hoy ha tocado en París como ocurrió en España y en Londres en su momento; pero ocurre de continuo en Turquía en Siria, en Egipto, en Iraq y Afganistán en África y en países de Latino América, en Estados Unidos o Tokio. 
No caigamos en sensacionalismos ni seamos menos sensibles cuando ocurren estos atentados en países lejanos.
Los miserables son los mismos, y los seres humanos vestimos la misma piel aún con diferente color, y todos somos seres que intentamos vivir en paz, en libertad , luchando por nuestra dignidad y felicidad personal y la de nuestras familias.
Con lo cual este poema se refiere no solo a las víctimas de ahora, sino las que sufren la violencia injustificada de esos que han perdido el Norte y sólo tienen armas y violencia como argumento.

martes, 10 de noviembre de 2015

Damnatio ad bestias


Presentado a concurso en Círculo de escritores, con la temática: "Gladiadores"



A una señal del editor del espectáculo, sonó la trompa que señalaba el comienzo de lo que sería una jornada de enfrentamientos en los que la sangre correría por la arena empapándola de rojo.

Los gritos de la plebe apretujada en las gradas hacían vibrar las piedras del circo. Enfervorizados, clamaban la salida de los primeros contendientes que se batirían a muerte…

El promotor de estos juegos era un senador. Patricio orgulloso y violento donde los hubiera. Su caprichosa personalidad era de temer por los esclavos y personal a su servicio. Cualquier detalle que no considerase a su gusto, podía ser motivo suficiente para terminar de forma cruel con la vida del responsable de tal descuido para con su persona...

Los primeros en salir fueron los bestiarii, como el protocolo exigía, no eran gladiadores propiamente dicho, sino hombres entrenados para enfrentarse a fieras salvajes en un recinto cerrado, donde no era posible la escapatoria ni para los hombres ni para las fieras. 

Entre los cinco que salieron a la arena, un fornido negro armado con lanza y puñal y cubierto solamente con un taparrabos, causó las delicias de las féminas que contemplaban esta “Damnatio ad bestias” que prometía la suficiente violencia y emoción como para recordar durante semanas.

Akinlana era su nombre, un nigeriano sometido a la esclavitud desde la juventud junto a su familia. Entrenado y acostumbrado a sufrir, a luchar, y sobrevivir a pesar de todo.

Era el más famoso y reconocido de todos los venatores. Él sólo, había sido capaz de vencer en una ocasión a un oso únicamente con sus puños; de ahí esas cicatrices que lucía con orgullo en su costado como recordatorio de aquel encuentro.

Esta vez lo que salieron por las puertas enrejadas fueron una pareja de leopardos, tres leones y un tigre. 
Los cinco luchadores se prepararon con las piernas separadas y semiflexionadas para recibir a las fieras. En un principio los animales desorientados y asustados por el griterío rehuían la lucha arrimándose a las paredes del circo; pero azuzados por los sirvientes con hierros candentes, se enfurecían y se lanzaban ciegos hacía los que consideraban responsables de su tortura.

Akinlana se enfrentó a uno de los leones mientras sus compañeros elegían presa.
Los leones son lentos y se limitan a repartir zarpazos y abalanzarse contra la víctima, con lo cual lo tenía fácil y su rival no duró mucho, lo justo hasta que Akinlana le diera la puñalada de gracia que lo tumbó definitivamente en el suelo. 
La turba estaba entregada y jaleaban al hercúleo africano que les regalaba esas sensaciones de poderío.

Esta vez fue el negro venator el que eligió a su contrincante. Mientras el resto de bestiarii se repartía el esfuerzo con el resto de fieras. 
Se fijó en el tigre. ¡Ese era suyo! Él lo consideraba el más poderoso de los animales salvajes. Su fuerza y agilidad lo convertían en un digno contrincante.

El tigre lo observó acercarse ralentizando sus movimientos, disponiéndose al salto. El bestiarii color de ébano lo esperaba de tal manera que el salto no le pilló desprevenido, y con una voltereta por el suelo se libró del felino que cayó en falso sobre la arena.

En este preciso momento Akinlana “El valiente”, supo que iba a sucumbir, pues, iba a dejarse matar por el soberbio animal rayado. Agarró el arma con fuerza.
Su destino estaba escrito desde que una esclava, sometida al poder de Roma pereció.

Su lanza describió una parábola perfecta, una trayectoria definida que terminó en el pecho del senador. El único causante de la muerte de su querida madre.


                                                                                                              Derechos de autor: Francisco Moroz

domingo, 8 de noviembre de 2015

Casi se me olvida que te amo




Casi se me olvida que te amo
por culpa de este ritmo que arrastramos,
a causa del ruido que amontona, 
nuestras voces que se pierden en tumulto.

Culpables las rutinas repetidas,
las ciento de consignas infringidas,
también el arrebato perentorio,
la falta de tiempo y nuestras prisas.

Y es cierto que me emociono,
si te veo enamorada,
llenando mis sentidos de deseos,
pretendiendo atraparme cada día.

Son tus lazos de romántica alegría,
entretejes el amor como hilandera.
Y con arte y pasión de curandera
 desinfectas las heridas de mis miedos.

los que tengo al no saber corresponderte,
y al no poder compensar tu dulce esmero.
Miedo a ser poco de lo mucho que mereces,
y no merecer lo que me das con tanto celo.

 Y sabes bien que la entrega es el anhelo
completar junto a ti nuestro proyecto,
que una vida no me basta para amarte ,
cuando encima se me escurre entre los dedos.

Te prometo no cansarme de mirarte,
conquistarte con detalles y requiebros,
estar junto al calor de tu regazo,
 y pegarme con mis labios a tus besos.

Y quererte cada día,
 como si fuera el final de nuestra historia,
como si no hubiera lugar para otro encuentro,
en este frágil mundo que habitamos.

Casi se me olvida que te amo,
a causa de esta vida que lastima
y pienso y me pregunto ¿Qué pretendo?.
Estúpido de mi, si no te guardo.

No quiero arrepentirme de perderte,
 lo mejor que me ha ocurrido está en mis manos,
y por eso te lo digo con mis letras,
más tarde esto lo haré con mis abrazos.


Derechos de autor: Francisco Moroz


jueves, 5 de noviembre de 2015

Excepcional





Mi nombre es Sarabi, al menos conservo este dato en la memoria, es algo que todavía no he perdido, tampoco la dignidad como hombre. Sin embargo si he perdido otras muchas cosas importantes que se quedaron por el camino, por el largo camino de la vida que que me tocó en suerte, de la que no reniego a pesar de lo pasado, de lo sufrido, y lo llorado.


No siempre fue así, yo era un hombre completo: con mis conocimientos, mi cultura. mi familia, mi trabajo como pescador.

Compartía momentos, viajaba, paseaba bajo el sol y la lluvia; charlaba visitaba y era visitado por los amigos. Hasta que se cruzó por mi camino la desdicha disfrazada de guerra, de horror, de muerte y destrucción.

Ya nada volvió a ser igual, lo perdí todo, pues lo dejé atrás con mi marcha precipitada. No como cobarde que escapa, sino como derrotado. Acosado por mis perseguidores, esos que tras acabar con mis ilusiones de presente querían acabar con la esperanza de mi futuro.

Lo primero que se quedó atrás fueron los seres a los que amaba, con los que iluminaba los sueños nocturnos y abonaba mis pensamientos diarios. Por ellos emprendí el gran viaje a través de campos baldíos y estepas secas. Soy de África, donde mi nombre significa espejismo, y como persiguiendo alguno de ellos caminaba, con la mirada siempre puesta en un horizonte lejano e ilusorio. ¡Huyendo diréis! Yo digo: ¡Buscando una puerta de salida!

Y aquí me planté entre vosotros, con mis huesos doloridos y mis pies cansados, pidiendo ayuda, una oportunidad para seguir existiendo como persona y seguir teniendo una excusa para no rendirme al abatimiento y al fracaso.

Pagué cara la insensatez de embarcarme en la tarea de averiguar lo que había más allá de ese mar interminable lleno de acechanzas y peligros. Quise cerciorarme, de que era verdad lo de la tierra prometida que me aseguraban iba a encontrar una vez desembarcara.

Y conseguí que buenas gentes me dieran asilo, me alimentaran y cuidaran durante unos días, me repuse, rebroté de nuevo en expectativas y me dije: ¡No todo está perdido!¡He llegado a una tierra de promisión donde poder labrar y recoger mis frutos!


Pero el tiempo pone a cada cual en su lugar, y después de requerir un trabajo o alguna manera de ganarme el pan que me daban, me quedé con la mano extendida en la esquina de una calle, durmiendo envuelto en cartón y solventando mi penuria de la caridad, envuelto en trapos y podredumbre.


Me he dado cuenta que a pesar de mi color o tal vez por ello mismo, he conseguido aquello deseado por muchos, sin saber lo que anhelan en realidad. Un super-poder que te humilla y denigra como ser humano; un poder que muchos creen excepcional, pero que a nadie deseo le sea concedido nunca:


El don de la invisibilidad.




                                                                                  Derechos reservados de autor: Francisco Moroz

miércoles, 4 de noviembre de 2015

El castellano de Flandes

El castellano de Flandes







De: Enrique Martínez Ruiz








 España mi natura,
Italia mi ventura,
¡Flandes mi sepultura!


Siglo XVI . España domina amplios territorios en Europa y América lo cual la eleva a potencia hegemónica en el mundo.
para ello necesita soldados, diplomáticos y lideres que la dirijan y la sostengan en su estatus de poder, alcanzado por alianzas conquistas y guerra.

Los españoles defienden a sangre y fuego unos ideales que muchas veces no son compartidos por las gentes de los territorios sometidos al rey. La religión intransigente ante cismas y herejías no ayuda a rebajar las tensiones creadas con la imposición de la fe católica.
Las políticas represivas despiertan los inconformismos del pueblo. Tumultos, revueltas y pasiones que enconan ánimos y revierten voluntades.

Tiempo de grandeza y miseria donde un imperio que gobierna sobre amplios territorios y mares, agoniza impotente por falta de medios con los que sustentar a sus tropas que son en definitiva, las que soportan el peso desmedido del poder y las que consumen el oro de los impuestos y los recursos de la nación.

El islam a su vez presiona por el Mediterráneo, mientras en los Países Bajos las sublevaciones están al orden del día y los motines de la soldadesca amenazan con desestabilizar un poder impuesto a base de fuerza y estudiada diplomacia.





"Enrique Martínez Ruiz" nos recrea con esta obra, uno de los momentos históricos quizá más desconocido para los lectores interesados en la historia y que gracias, todo hay que decirlo, a sagas como la que el escritor "Arturo Perez Reverte" creó, sobre un espadachín llamado "Alatriste", nos empezó sonar diferente a lo que teníamos acostumbrado leer en libros de historia convencionales.

Los tercios españoles eran considerados como uno de los mejores ejércitos del momento. El más disciplinado, con mejores armas y tácticas. El más temido. Con lo cual es de ley empezar a conocer y reconocer los méritos al igual que los fracasos que aquél siglo de oro aportó en la creación de una leyenda, de esos valores trasmitidos por generaciones hasta nuestros días, y que ayudaron a construir lo que hoy constituye nuestra nación.

Dentro de este contexto temporal, el relato se basará principalmente en una figura histórica:"Sancho Dávila".
El escritor nos conduce al personaje adulto a través de sus avatares de adolescente, en el que se recrea la formación como individuo y militar. Pasaremos de su ciudad natal natal a Roma, donde recibirá formación teológica junto con un amigo de la infancia. Descubrirá por entonces su destino cuando tope con "El Duque de Alba" que será cuando decida formar parte del ejército que luchará en la defensa del imperio heredado por "Felipe II".

Por tanto se puede hablar de una especie de novela     biográfica sobre el que sería conocido como el Castellano de Flandes, gobernador de Amberes , enfrentado a "Guillermo de Orange" por el mantenimiento de unas posesiones que ambos consideran suyas y de su rey por legítimo derecho. 

Al ser una novela de corte histórico deja poco lugar a la ficción, y por esta causa se sacrifica en su redacción lo novelado, en favor de lo didáctico; con lo cual los ritmos son muy pausados y la información en ciertos momentos excesiva, lastrando la fluidez literaria.

Los personajes que en teoría son los que dan la vida al texto parecen carecer de ese alma y ese sentimiento pasional que les hace moverse con desenvoltura dentro de un buen argumento. En este caso he notado que les falta alma y esto, junto a unos diálogos escuetos hacen la lectura de este libro un tanto insustancial, al ser más descriptiva de lugares, ciudades y cuarteles que de los pensamientos y las vivencias de dichos personajes, que aparecen y desaparecen del guión en algunos casos, sin dejar huellas ni a penas recuerdo de su intervención.

No obstante y en favor de la obra tengo que decir que realizaremos un recorrido histórico desde la España comunera en la que se confabulaba contra el rey extranjero "Carlos V", pasando por un conflictivo Mediterráneo plagado de piratas berberiscos. Recalando en una Roma heredera de la dinastía Borgía donde prevalece el lujo y el boato en lugar de la espiritualidad y la fe verdadera; terminando de aposentar nuestros reales en Alemania y los Países Bajos, donde se desarrollará la historia que se convierte más bien en crónica de aconteceres.



Una obra que se podría definir como escrita para eruditos, pues aunque las batallas y las estrategias pasan a vuela pluma, sin una descripción gráfica sobre las mismas, se nos aportan sin embargo un sinfín de nombres de localidades, al igual que una gran cantidad de datos y referencias que a los lectores aficionados nos pueden desbordar por momentos a lo largo de ciertos pasajes del libro.

Un libro que por la ilustración de la portada, al igual que por sus primeros capítulos parece prometer ambrosías sin parangón, y que baja las expectativas según se avanza en su lectura, dejándonos variados conocimientos sobre el estilo de vida de la soldadesca de los tercios españoles y su mucho sufrir en los campos de batalla y el desarrollo de lo que se vislumbraba como el ocaso de un imperio.

“Si te mantienes como un hombre de honor conservarás el respeto de todos y tendrás una guía de tu conducta, además de tu conciencia"

640 Páginas escritas con buena prosa y voluntad, reproduciendo misivas y cartas dirigidas al rey y a los oficiales de los tercios, donde vislumbraremos las miserias de las tropas más afamadas de la época y la nobleza no obstante de los individuos, fieles a unos ideales en franca decadencia en contra de los nuevos vientos que soplan en favor de un cambio que supondrá el declive de la hegemonía española. La decepción de unos hombres que lo dieron todo por la patria recibiendo poco o nada a cambio. En boca de "Reverte": "Tiempo de héroes viejos y cansados"

“Los soldados no debemos mirar atrás... ni adelante. Nunca encontraremos lo que dejamos a nuestro paso y nunca logramos lo que imaginamos. Es mejor no pensar... lo único importante es el presente."

Quiero dejar constancia de la sensación que este escritor me ha dejado con su libro: España ha llegado a ser parangón de otras naciones, llegando en su propósito a niveles insospechados de grandeza, pero por desgracia conducida y administrada por inútiles gobernantes y relajados consejeros, que nos han conducido una y otra vez a la bancarrota o al desastre desmedido abocado a la ruina y el descrédito.

¿No encontráis parecidos con nuestra más reciente historia?
¿No os parece estar involucrados en un continuo Dëjá Vu de despropósitos?

Un libro en definitiva que ilustra al lector pero falto de un poco de pasión.






" Lo más incomprensible es la guerra... Absurda, despiadada, imprevisible, sangrienta, desoladora, inmisericorde... en la que incluso el vencedor tiene siempre mucho que lamentar..."


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