jueves, 31 de diciembre de 2015

No hay resumen del año





No haré promesas que no pueda cumplir para el nuevo año, pero si experimentaré todo lo que pueda con los ingredientes que estén en mi mano, para que salga un sabroso y buen potaje literario.

No me propondré nada más que lo que pueda alcanzar con mis medios. Las falsas ilusiones de cambio, intelectualidad y desarrollo personal me suelen dejar cansado, vacío, y desilusionado. Pero pondré toda la carne en el asador y que no se diga que no lo intenté a la hora de utilizar las herramientas adecuadas.

Ya tengo el primero y el segundo plato con enjundia para el nuevo año: Potaje y carne.

Como resumen y de postre, pondré algo fresco como un sorbete de ganas de vivir con un chorreoncito generoso de letras, que me inciten a mantener las expectativas lectoras que me alienten a escribir las mías propias y rebajen los grasientos y casposos programas televisivos.

También me gustaría seguir recibiendo los comentarios de mis fieles amigos que se acercan por esta casa a visitarme y que siempre dejan ese rastro amable y perfumado en palabras, que perdura hasta la siguiente cita. Ese es el tipo de dulce que me agrada, más que el turrón, los mazapanes y las chuches. 

Con todo ello mis propósitos y mi sueños para el año que comienza estarán cumplidos de antemano.

Os deseo un ¡Feliz y venturoso año nuevo!
A todos los que me leéis, a los que participáis, y a los que os habéis hecho cómplices seguidores de esta aventura que termina hoy mismo y que comenzará mañana si los hados y el destino son propicios. Sois y seréis bienvenidos siempre, como personas interesantes a las que conocer.

Que podamos seguir disfrutando de lo que nos gusta, que seamos felices con lo que nos toca, y podamos continuar compartiendo este aprendizaje continuo y tan gratificante del mundo bloguer. 

Un abrazo a todos. ¡¡¡Esta noche fiesta!!!
No sólo de libros vive el hombre.

¡Mañana más!

domingo, 27 de diciembre de 2015

Incertidumbre



Van a ir a comprarse un vestido nuevo y un helado.

Eso le ha dicho la extraña que la ha recogido en la puerta del colegio.
Le gustan los helados, y la ilusión de tener una prenda nueva para vestir la ha tranquilizado un poco.

Pero se sigue preguntando por qué no ha venido su madre a por ella.
Por su cabecita pasan muchas posibles respuestas: Le han alargado la jornada en el trabajo, se ha entretenido hablando con unas vecinas, se ha olvidado de la hora de salida del cole…


Lo que la niña no puede saber todavía, es que nunca más volverá a ver a su mamá.





                                                                                                          Derechos de autor: Francisco Moroz

miércoles, 23 de diciembre de 2015

El hombre que lloraba


                                                                   "No es de justicia pedir, si no estamos dispuestos a dar"



¡Erase una vez! un hombre como otro cualquiera, con las mismas aptitudes y actitudes para enfrentarse a la vida. Esta le había proporcionado herramientas suficientes para progresar y encontrar su propio camino.

Su relación con los demás seres humanos era cordial y respetuosa y en general era apreciado por su forma de ser. Tranquilo y educado. Sus padres se habían preocupado en enseñarle todo aquello que en la escuela es difícil de aprender. Era una persona agradecida con lo que le había tocado en suerte.

Pero siempre hay un pero, y el pero de este hombre era que lloraba.
Cuando era testigo del dolor ajeno, cuando veía una película o leía un libro donde los sentimientos eran lo más importante del argumento; cuando se encontraba que los personajes establecían vínculos de amistad y sacrificio.
Se le escapaban las lágrimas rodando por sus mejillas, silenciosas y calladas, un llanto sin aspavientos.

Lloraba ante la pérdida de lo más amado que eran sus padres y sus amigos, lloró cuando la chica aquella a la que conoció le dijo que sí, que quería estar con él y compartir lo bueno y lo malo. Lloró cuando tuvo en los brazos a su hijo y lo hizo escuchando de sus labios la palabra Papá.

Era curioso verle aceptar las cosas difíciles de la vida, las personales, como cuando se quedó en paro y no encontraba trabajo, o cuando tuvo aquel accidente que le mantuvo postrado en cama unos cuantos meses; entonces se le veía sonreír con aceptación de aquel que sabe que son cosas que pasan y hay que sobrellevarlas con paciencia.

Muy al contrario le ocurría cuando las desgracias eran ajenas al igual que las penalidades.
Sobre todo si se trataba del sufrimiento de los niños, no podía soportarlo y se le desgarraban las entrañas, que era donde empezaban a formarse las lágrimas que después brotaban por sus ojos.

La gente le empezó a mirarlo raro y a llamarle sensiblero y llorón; pero a él le daba lo mismo y no penaba por ello, al igual que tampoco dejaban de fluirle por ello, las gotas saladas.

Por si acaso se presentó al médico de cabecera para plantearle su caso, y este, sinceramente se extrañó del mismo, pues no era lo normal en estos tiempos que corren, que le ocurriese lo que le ocurría: El que los ojos se le humedecieran en lágrimas por la emoción, por el dolor, por la tristeza e incluso por la alegría.
Estudió el caso por unos días y citándole, le dio su veredicto final:

-Parece ser que usted tiene un problema muy grave de difícil solución, y me pesa decirle que no es nada común en esta sociedad donde la intrascendencia, la superficialidad y la banalidad se han instalado entre los mortales.

Ante tal expectativa este hombre se asustó y le preguntó con el miedo reflejado en su rostro el porqué de lo extraño y grave de su caso.
El doctor le dijo con parsimonia y seriedad profesional: -Es bien sabido por todos que "los hombres no lloran".

El hombre salió cabizbajo de la consulta y buscando una solución positiva a su problema la encontró ¡Ya os dije que tenía aptitud y actitud!

Desde entonces se le ve caminar airoso, siempre hacía un mismo lugar, se siente orgulloso de su cometido y es feliz, se le nota en el brillo de su mirada.

Cuando llega a su destino se maquilla rápidamente. Cuando entra por la puerta con su bata blanca y su nariz colorada, ve las sonrisas dibujarse en los chavales que están en sus camas, entubados y rapados al cero como marines de los Estados Unidos y le entra congoja, pero se hace el fuerte aunque su corazón se deshaga de tristeza.
Sabe que su propia enfermedad no tiene cura, que su sensibilidad es un don inmerecido y que lo único que debe de hacer es no dejar que los demás derramen las lágrimas que solo a él le corresponde verter.

Solo se permite una licencia inocente cuando se disfraza de médico payaso: pintarse una pequeña lágrima en el vértice de uno de sus ojos, casi invisible tras su gran sonrisa de hombre especial.

Y es que cuando te das a los demás, recibes mucho más de lo entregado.



                                                                 Derechos de autor: Francisco Moroz


lunes, 21 de diciembre de 2015

Queridos Reyes Magos







El pequeño Javier siempre comenzaba la carta de igual manera: “Queridos Reyes Magos. Como este año me he portado bien quiero…”

Cuando se enteró de la identidad de los Magos de Oriente, cambió los términos de su misiva.

Hoy con 50 años sigue escribiendo la carta y enviándosela a sus padres que con emoción  leen: “Amados reyes. Como todos los años desearía ese montón de abrazos y besos, para que me sean entregados por sus majestades a lo largo del año sin restricción alguna.”


Pues Javier descubrió que el Amor incondicional no sólo hay que celebrarlo en Navidad.

                                                                               Derechos de autor: Francisco Moroz

domingo, 20 de diciembre de 2015

Sin Claus no hay Nöel






¡Santa Claus no existe!

Ya va siendo hora de que alguien os lo diga. Estamos hartos de ver como todas las navidades se repite la misma imagen de un gordo vestido de rojo que se pasea por nuestras ciudades tocando una campana y asustando a los niños con el consabido ¡Ho, ho, ho!

¡Un fraude!

Nosotros eliminamos en su día al auténtico Noel.

Naturalmente fue sin querer. Un invierno, un caldero al fuego.
El tío se coló por la chimenea tan campante, muriendo escaldado…

Nosotros tres esperábamos a un lobo.

¡Así ocurrió!


Podréis llamarnos cerdos, pero no mentirosos.



                                                                                  Derechos de autor: Francisco Moroz


viernes, 18 de diciembre de 2015

Luz y Sal

 Para amar 

tendré que emplear la vida entera que me resta,
darle claridad y sabor para hacerla grata.

No se hizo la noche para temerla,
ni la luz que portamos para esconderla,
más bien para alumbrar los lóbregos rincones.
Para no perdernos y encontrar salidas
en el oscuro túnel de la impaciencia,
e iluminar de esperanza las tristes horas.

Para amar

 tendré que emplear la vida entera que me resta,
pues no sé cuando,
tendré que despedirme de los que amo.

Que se hizo la sal para dar sabor,
y aderezar con ella los sentimientos.
 Las amables palabras que dedicamos
en restar amarguras a las desdichas.
Corazón aliñado para el encuentro,
suculento manjar cuando besamos.

 Que somos sal y luz para los otros,
en el abrazo afectuoso y en la caricia.
En la voz pausada que te habla, 
y en el oído atento del que escucha.
En la sonrisa alegre 
y en la diáfana mirada.

Para amar

 tendré que emplear la vida entera que me resta.
y darle claridad y sabor para hacerla grata.





Derechos de autor: Francisco Moroz




miércoles, 16 de diciembre de 2015

Muchos besos




Las besa con suma conciencia para no equivocarse.
Sabe perfectamente que con esto garantizará su futuro.

Si se equivoca puede trastocarse todo, si acierta tendrá un porvenir esplendoroso, donde no tendrá que preocuparse por nada material, siendo su amor ideal y avalado de por vida desde el primer momento.

Aún entrañando cierta dificultad el besarlas en la boca, -piensa para sí misma, ha sido más difícil atraparlas; y es que en el cuento no dan instrucciones para hacerlo.

Confía en que merezca la pena tanta entrega por su parte. Si todo sale bien, dará justo con la rana que se convertirá en príncipe.



                                                             Derechos de autor: Francisco Moroz

lunes, 14 de diciembre de 2015

Todo lo que nunca hiciste por mi


Todo lo que nunca hiciste por mi

De: Rafael Avendaño
       Juan Gallardo








"No escuches, no confíes o descubrirás el lado oscuro del ser humano"

Al más puro estilo de novela negra, nos introducimos a ritmo de thriller en un mundo oscuro, donde las reglas parecen no existir y no hay nadie que impida el acoso, la extorsión, el soborno, el sufrimiento y la desesperación a lo que ello conlleva.
Estoy hablando de ese mundo de la red, Internet, los Chat y sobre todo, de las redes sociales tan de moda entre los jóvenes para darse a conocer, comunicarse entre ellos e invertir su ocio.
Pero la inmensa mayoría ignora los riesgos que entraña este mundo virtual donde todos somos desconocidos, en los que muchos usuarios se parapetan tras perfiles falsos y de esta forma, acceder a foros donde captar a ingenuos pre-adolescentes con baja autoestima o con ganas de liberarse de una rutina cotidiana agobiante. 
Donde algunos piden amistad y reconocimiento y otros ofrecen el paraíso que más adelante convertirán en un infierno para los que caigan en sus redes de depredadores execrables.
 No conocía a los autores ni la obra hasta que un buen día, buscando lecturas que llevarme a los sentidos me encontré de frente con esta; una publicación en e-book que no es precisamente de los más anunciados ni comentados ni reseñados en blogs y foros literarios.
El caso es, que como soy lector de costumbres, me fijé en la cubierta que es lo primero que entra por los ojos y me atrae o no; de ahí que la labor de marketing y diseño deba cuidar este aspecto.
Ya después de leída la pequeña sinopsis que nos resume escuetamente la historia, dije esa frase tan manida que se suele decir como comodín de un anunciante de gran cadena comercial: "Me- lo-llevo."
Y es que la temática me sedujo en cuanto a la actualidad que subyace en la historia: Internet, del que todos en mayor o menor medida somos usuarios y cuya utilización entraña un gran peligro, sobre todo para nuestros chavales inmaduros e inestables.
Desde las primeras páginas nos encontraremos de frente con una historia narrada desde varios puntos de vista y con unos cuantos personajes repartidos por la geografía española, sin aparentemente nada en común, cuyas historias personales irán a encontrarse en un punto que les involucra y liga a todos.
El narrador nos los irá presentando tanto a nivel personal como psicológico, haciendo un interesante análisis de sus situaciones personales, sus inquietudes, y la motivación de cada cual para realizar sus actos.
No podremos fiarnos de nada de lo que leamos, pues tras un suceso o la actuación de ciertas personas, se puede esconder el resultado de una amenaza, el miedo, la desesperación y el auténtico terror de perder lo más amado.
Paso a contaros un poco del contenido que encontrareis tras las tapas de este libro.
En cuanto empezamos a leer las primeras páginas nos topamos con la protagonista de la historia, "Carla Barceló", una licenciada en tecnología de la información en paro, una mujer joven que arrastra un trauma causado por cierta decisión tomada en el pasado y que al cabo de los años la sigue atormentando.

“Sintió que una profunda oscuridad caía sobre ella y que su cuerpo se hundía en un abismo sin fondo."

 Esta mujer es autora de un libro sobre el ciber-acoso y los peligros que entraña la red cuando se desconocen los mecanismos apropiados para protegerse."Grooming" es como se denomina este problema relativo a la seguridad de los menores en Internet.
Por intermediación de su hermano "Isaac" consigue la publicación de su libro y a partir de ahí "Carla" asistirá al desmoronamiento de su propio mundo.
En Marbella mientras tanto, la prensa se hace eco de la desaparición de "Irena Aksyonov"  una adolescente hija de un millonario ruso afincado en la localidad. Un rastro de sangre y un mensaje es todo lo que la policía encuentra en la casa. Es precisamente el mensaje: "Caiga sobre ti todo lo que nunca hiciste por mi" lo que hace que "Héctor  Rojas", un funcionario de la oficina de protección al menor se ponga en comunicación con "Carla" y la involucre en el caso, para que le ayude a descubrir al psicópata y asesino que se esconde en la red social, detrás de un perfil falso. Un asesino que es capaz de enfrentar a padres y a hijos de tal manera que provoca la muerte de mucho de los implicados.
"Carla" descubrirá con horror que ella misma se convertirá en víctima potencial del acosador.
A lo largo de la novela se nos presentarán personajes muy variopintos que irán encajando en la trama bien urdida de estos dos escritores alicantinos que conseguirán captar el interés del lector que se atreva con esta dura temática.
"Alicia Roca" una pre-adolescente con problemas de autoestima además de familiares, que quiere salir a flote en lo personal y ayudar a su hermano pequeño que sufre parálisis cerebral. 
"Max N. N" un hombre fuerte y atractivo que ha aparecido medio muerto flotando en las aguas del Mediterráneo y que aunque haya sobrevivido ha perdido su memoria.
"Isaac Barceló" Un asertivo sin parangón. Periodista del periódico El País, hermano de "Carla" a la que ayudará de forma incondicional sin saber el destino incierto que le puede costar su integridad física. 
"Eva Luna" una joven maltratada por la vida, abusada y explotada sexualmente. Una mujer partida en dos mitades que quiere unir con todas sus fuerzas,  para acabar con la esclavitud a la que es sometida.

 "La vida se compone de dolor y alegría en proporciones iguales; el mundo ya se encarga de proveernos de sobra con el primer ingrediente, así que tengo que esforzarme en poner la alegría para igualar las cosas."

 Escrita con un estilo tajante y contundente en cuanto a la forma de expresar las ideas, pero con total corrección a la hora de utilizar el lenguaje. Personajes como ya dije muy bien definidos y necesarios a lo largo de toda la historia, en la que se juega en varios frentes: Madrid, Alicante, Marbella. Dándonos unas descripciones de los entornos bastante visuales de tal manera que nos parecerá estar leyendo el guión de alguna película.
Una historia descarnada con escenas atroces, pero con pasajes de una ternura inusitada para los hechos descritos en ella. Emocionante en ciertos momentos en los que sentirás la congoja que hace fluir las lágrimas de dolor e impotencia. Nos hará sentirnos humanos débiles y desprotegidos. Hará que pienses en tus hijos y tus seres queridos.
Una novela que se lee con ansiedad por descubrir culpables y deseos de hacer justicia. Pero repito, no todo es lo que parece de lo que se narra; todo es subjetivo, todo tiene su razón de ser y ello nos hará darnos cuenta de que no podremos erigirnos en jueces ni en verdugos. Pues nosotros mismos nos interrogaremos sobre nuestro nivel de miseria.

“Miserables son quienes abusan de los que son más débiles que ellos, los que se burlan de las desgracias ajenas, los que ríen cuando otros lloran. Miserables son los que jamás comparten una alegría, los que guardan dinero y poder para sí mismos, los que humillan y se aprovechan de las necesidades de los demás para imponer su voluntad."

Aunque nuestra mente quiera adelantarse a los acontecimientos no lo conseguirá. Os la recomiendo fehacientemente porque os sorprenderéis de lo cerca que andan los desalmados y los acosadores sin escrúpulos. Lectura intensa y escalofriante con un ritmo narrativo continuo.
Estaremos muy atentos a las siguientes entregas. Si, habéis leído bien. Se trata de la primera parte de lo que será una trilogía. El final de la primera nos deja con ganas de más, a pesar de las más de 600 páginas que nos hemos metido entre pecho y espalda y esa palabra no escrita pero presentida y odiada por muchos de nosotros: "Continuará".

“El mundo es un lugar extraño y hostil, pero el amor es como un ancla a la que aferrarse para no ser arrastrado a la deriva."


viernes, 11 de diciembre de 2015

Buena relación

Hoy estreno esta sección de pequeñiiisimos relatos que titulo "Relatos a Cien" que en su momento se presentaron a concurso, con la condición de empezarlos con las palabras en azul y escribirlos con cien palabras o menos




Abandonan, primero uno y luego el otro, la habitación del hotel.

La relación de pareja entre ambos es de años de complicidad, de pasión y de mucho amor. Tanto, que él la permite darse de vez en cuando algún capricho como el de hoy.

Acude a su llamada, ella le ha proporcionado la dirección y el número de la habitación donde se aloja y él, fiel a lo acordado, ha pasado a recogerla.

Ella como siempre exuberante y sexy, deja un rastro de perfume en la estancia. El rastro que deja él es de sangre, tras dar muerte al amante de turno de su mujer.

Nadie puede resistirse a sus encantos.





                                                        Derechos de autor: Francisco Moroz


lunes, 7 de diciembre de 2015

Bailarina

Lo que leeréis es un pequeño relato, de los que suelen aparecer de vez en cuando en estas páginas virtuales. Sería uno más si no fuera especial para mi ¿Por qué? por poseer en sus renglones un sentimiento compartido como es el amor por las letras escritas.
Desde hace bien poco una joven seguidora del blog me pidió que supervisase algo escrito por ella, de ahí surgió una complicidad que ha originado en este caso, este relato corto que tiene esa delicadeza en su interior que yo no hubiera sabido trasmitir. Ese matiz romántico que a los hombres nos falta en tantas ocasiones.
El caso es, que ella lo imaginó y lo escribió, yo tan sólo lo pulí y cambié algunas palabras. El resultado es este, y ambos quisimos compartirlo con vosotros, con la esperanza de que os guste y lo disfrutéis.






¡Baila! ¡Baila! ¡No dejes de bailar!

Ella es observada, él no puede parar de mirarla. Solo se oye el rasgueo de su lápiz al ritmo de su danza.
No hay música, no hay prisa ¿Por qué bailar?... ¿Por amor quizá?

Sus labios entreabiertos y sus manos delicadas, sus rizos dorados y su piel blanca casi transparente, la hacen parecer perfecta.

Los ojos cerrados, sintiendo el silencio mientras los copos de nieve caen pausados sobre ella. Los del joven abiertos para captar todos los detalles.

Ella baila para él, lo presiente. El muchacho la dibuja, mientras olvida que en su mundo no es real.  Se empapa de sus movimientos y los traza con mano hábil de artista. Se siente pareja de baile junto a ella.

Su lápiz se mueve por el papel trazando curvas, de la misma manera que el cuerpo femenino a través del cristal, tan cercano e inalcanzable.

Ni siquiera se conocen. Tal vez se pudiera presentir que son amantes clandestinos que se encontraron en un instante de soledad, o tal vez amigos incondicionales que comparten un efímero momento. Lo único que se podría afirmar, es que se admiran y se acarician con los ojos.

Ella tiene la expresión relajada, pero seguro que desearía ver su boceto; posar su mirada en los trazos de grafito, reconocerse en ellos y difuminarse también.

Él no puede dejar de observar su cuerpo como filigrana en movimiento.
Sus ojos se pasean libres en sus formas.  No puede decidir que curva le gusta más, si la de su sonrisa, o la de su de perfilada cintura.

…Y entonces la nieve deja de caer,  ya no cubre su pelo dorado, ni su piel blanca

El lápiz experto se levanta del papel y el muchacho artista se acerca a ella para susurrarle su admiración. Le resulta muy extraño que haya dejado de nevar.
La recoge con manos temblorosas  ¡Qué pequeña se ve allí adentro! ¡Qué frágil! ¡Qué insignificante!

Él, agita la bola de cristal  y la nieve empieza a caer de nuevo por el escueto paisaje cubriéndola toda. Ella sigue hierática en su danza eterna, incluso cuando la esfera transparente  se resbala de entre sus manos y se hace añicos contra el suelo de madera,  emborronando el esbozo del dibujo de una preciosa bailarina.

Ya no hay nieve, sólo queda un pequeño charco de agua.

Ella fue liberada de su prisión y él quedó aprisionado por un sueño y una idea peregrina anidada en su cabeza: la de no saber si la admirada belleza, la llegaría a encontrar alguna vez reflejada en el cuerpo de alguna mujer.






                                                                      Derechos de autor: Missing Writter-Francisco.M                         

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