sábado, 4 de marzo de 2017

In Crescendo




Ella me cautivó desde el momento en que la vi por primera vez en aquella fotografía en la que aparecía con pose provocadora. Me acabó por convencer de que esa chica de larga melena color caoba y ojos verdes felinos, era la mujer que me correspondía. La que llenaría mis días de razones para vivir, aquella por la que nunca dejaría de suspirar, la que adornaría mis sueños de gratas sensaciones, la que culminaría mi búsqueda incesante; la que aportaría una justificación para seguir respirando diariamente.

Anunció que pasaría por mi ciudad para estar cerca de mí, y se me insinuó para que la acompañara una de aquellas contadas noches en la que me dedicaría unas cuantas horas de su preciada presencia.
Me hacía feliz aquella invitación, era el elegido por la diosa Afrodita, que con su simple presencia eclipsaba a las más radiantes luminarias femeninas. Era yo, un simple mortal que no aspiraba a tanto, el correspondido con su amor.

Me preparé pues para la cita deseada durante tanto tiempo de ausencias. 
Al cabo de una semana ella, mágica y perturbadora, llegaría. No quería defraudarla demostrando no estar a la altura de las circunstancias, no quería avergonzarla con un aspecto desaliñado con lo cual; me compré ropa nueva y me hice un buen corte de pelo, me afeité a conciencia e impregné mi piel con un costoso perfume varonil de irresistible fragancia.

Cuando llegue el momento, pensé, portaré esa invitación impresa, junto con el anuncio y la fotografía que mi amada me envió como guiño seductor, y saldré por la puerta a su ansiado encuentro.

No, ella todavía no conocía mi aspecto, pero ansiaba conquistarla con mi presencia; no es que fuera ningún modelo de pasarela ni un Adonis, pero confiaba en que mi devoción por su persona supliera mis pequeñas imperfecciones.

-No necesitaré hablarle, -me dije. Únicamente la miraré y a lo mejor, ella, también posa sus ojos en mi persona. Saltarán chispas que encenderán una pasión inconmensurable que nunca tendrá final; como universo que se expande hasta el infinito llenando con brillantes estrellas los espacios vacíos y oscuros de un interior en el que únicamente tendrá cabida su esencia de mujer.

¡Por fin! Llegó la noche en la que ella y yo estaremos juntos, estoy nervioso como un adolescente con el anhelo de un primer beso de amor verdadero, tiemblo, aunque la temperatura exterior sea cálida. Mis poros se dilatan ante la expectativa del encuentro, el vello se eriza en mi piel por causa de escalofríos intermitentes de emoción.
No puedo explicar ninguna de las sensaciones que me embargan y temo no ser dueño de mis impulsos cuando llegue el tan ansiado contacto.

Entro en el recinto donde me ha dado cita con pasos dubitativos, como queriendo huir ante un peligro presentido, pero mis pies avanzan mecánicamente. A lo mejor es por el ambiente ruidoso que reina en mi entorno que mi cabeza ha perdido las directrices prefijadas; y sea el corazón el que ha tomado el mando y el que marca con sus latidos el ritmo de mis piernas, el que me incita a acercarme más y más, buscando el lugar más próximo por donde espero que ella haga su entrada.

Quiero que me vea en cuanto su mirada se alce buscándome entre la gente, que me llegue cercana su voz en cuanto sus labios se separen.

La adrenalina se dispara cuanto de improviso, en este espacio creado para ella y para mí, se hace el silencio repentino y la oscuridad. Sé que ha entrado en escena en cuanto a su alrededor, la luz se enciende y parece buscarla hasta que la encuentra, descubriendo esa presencia etérea que me enamoró desde que la conocí, esos movimientos acompasados y seductores al ritmo de una melodía que comienza a oírse como telón de fondo, unas simples notas que suenan a promesa con su primeros acordes, que hacen vibrar todo mi ser, incitándome a gritar de emoción y alegría; y esas notas In Crescendo, son las que desatan en mi cuerpo la imperiosa necesidad de entrega.
La exigencia de declarar mi amor incondicional a su persona. Sin vergüenza, a pesar de la multitud que me rodea, que estorba y condiciona la exclusiva intimidad que deseo mantener con mi amada.  

¡Por fin! levanta su mirada para enseñarnos esos ojos felinos y verdes como piedras de esmeralda, barriendo con ellos todo el auditorio y encontrándose con los míos que ya lagrimean de tanta tensión acumulada.

Es entonces cuando se acerca al micrófono y su voz sensual y acariciadora reverbera a través de los amplificadores y siento que su canción está dedicada expresamente a mí, a pesar de estar arropado por otras dos mil personas devotas incondicionales de su preciosa música. Y el amor lo inunda todo en una noche que se hará inolvidable y con la que llenaré mis horas de soledad hasta la siguiente cita con ella.  



Derechos de autor: Francisco Moroz


                                Relato dedicado a Conxita Casamitjana. Te lo debía ¿Recuerdas?



28 comentarios:

  1. Genial Francisco! Como haz expresado todo ese amor que raya en la obsesión de un fanático ante su estrella. Esas ilusiones y toda la vida que puede crearse ante sus ojos con el añorado amor platónico. Me atrapó desde el principio.Besos.
    PD: lo mismo me pasa en cada cita que he tenido con Axl Roses 💗

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    1. Hola Mendiel.
      Si lo has experimentado no tengo mucho que añadir sobre ese fanatismo de los fans, creo que la palabra bien pudiera venir de ahí.
      Todo dentro de un contexto puede ser incuso atractivo, pero hay auténticos locos que matarían por sus ídolos.
      Un abrazo compañera.

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  2. Eso es tener amor por una estrella y ser un fan. Casi me engañas pensaba que era un amor pero siempre le das ese giro que nos descolocas. Un abrazo

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    1. bueno Mamen, ya me conoces. no puedo resistirme a un giro inesperado llegando al final. Soy "fan" de esos finales.
      Besos

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  3. Es increíble que una persona a la que se ve en lo alto de un escenario, cantando para miles de personas, pueda hacer que la gente se enamore, se desmaye y cada uno se sienta como único destinatario de las palabras emitidas. Y hay quien, como tu personaje, vive pensando en la próxima cita, en el próximo concierto que igual es a cientos de kilómetros.
    En fin, hay gustos para todo. A mí me gustan tus relatos, pero eso es más comprensible.
    Un beso.

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    1. Creo que más bien se trata de un síndrome maníaco compulsivo. son de esas idolatrías, amores, pasiones o como quieras llamarlo que duran unos años. Son efímeros como ciertas canciones, cantantes y modas. En muchas ocasiones agigantado por el marketing agresivo.
      Nada nuevo. lo triste es lo influenciables que somos las personas.
      Besos.

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  4. Es cierto ese amor y esa incondicional entrega del seguidor a su estrella preferida. Estos 'grupies' vienen a pensar que el ídolo les corresponde con igual entrega. Lástima que para que exista deba haber habido algún tipo de transacción monetaria: sin el previo pago de la entrada, la estrella no es receptiva al amor decidí público. El invento funciona así, por eso en la inocencia y entrega incondicional de los adolescentes encuentra el mejor caldo de cultivo.
    Muy interesante el ritmo y la gradación que le das al relato. Consigues crear la duda en la mente de quien te lee. Siempre mejorando y sorprendiendo.
    Un fuerte abrazo

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    1. ¡Claro! Esos son los amores del Andrés. "¿Por qué te quiero Andrés? Por el interés".
      Un amor prostituido y algo demencial. puede gustarte la música de una cantante o músico. La forma de actuar de una actriz o actor o un autor en especial. Pero de eso a idolatrarlo va un abismo. Solo hace falta ver la que se organiza cuando se enfrentan dos rivales en un campo de fútbol, por poner un ejemplo.
      Gracias por el aprecio a mis letras, pero por favor no te meses los cabellos ni pegues gritos histéricos.
      Un abrazo, amigo.

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  5. Esos sentimientos pueden ser tan reales que dan miedo. Menos mal que tú los has dejado en una enorme admiración que termina al borde del escenario, ;D. ¡Vaya montaña de emociones las de este admirador! Abrazos.

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    1. ¡Claro! hay que ser realistas. La gente en masa es muy peligrosa y sobre todo cuando todos admiran al mismo individuo y se lo rifan, y todos quieren sus migajas. Si tuvieran en cuenta que estos seguidores son para los artistas fuentes de ingresos y poco más, muchos les darían la espalda.
      Un abrazo.

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  6. Una cita genial. Un amor de esos que no se olvidan. La verdad es que esa admiración incontrolada puede hasta hacernos daño, pero como gusta encontrarte con el objeto de tu deseo.
    Un besillo.

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    1. Si estos espectáculos nos aportan felicidad y alegría y mucha adrenalina positiva ¡Bienvenidos sean! Pero muchos de esos espectáculos son algo denigrantes para las personas. histerias colectivas, desgarro de vestiduras, mesado de cabello, riñas y peleas, agresiones y desenfreno incontrolado. Solo por unos señores que se suben a un escenario con mayor o menor acierto en sus actuaciones.
      Pero no se pueden evitar esos amores adolescentes que siempre terminan en desengaño.
      Besos.

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  7. Que manera mas sutil de escribir, enamorarse desde la admiración, un amor idolatrado.

    Me encantó tu texto.

    Besos.

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    1. Hay personas muy enamoradizas. Yo nunca me enamoré de esa forma aunque me gustan grupos, compositores, y canciones pero no hasta el extremo de perder el control sobre mis actos. Cosa que ocurre por otro lado cuando uno va entrando en la madurez (Creo)
      Besos y gratitud María.

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  8. Un fan, un admirador que tiene la cita más importante porque así la siente, y consigue en medio de miles de personas y gritos histéricos sentir que solo la canta para él. Y es que hay amores que no se pueden contener, mientras eso lo haga feliz, bien está. Desde luego está claro que interpretamos las "señales" en función de cómo queremos que nos vaya.
    Besos

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    1. Francisco, soy un caso... Me dedicas un hermoso relato y no te digo nada, vaya amiga más desconsiderada que soy.
      Muchísimas gracias querido amigo y discúlpame por ese descuido imperdonable.

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    2. Cuantas veces nos abstraemos con una canción imaginando que la escribieron para nosotros, porque presentimos en ese momento único, que canta sobre nuestros sentimientos o nos describe esas emociones que nos hace sentir como elegidos.
      Los cantantes son profesionales en la mayor parte de los casos, que se ganan la vida sin tener en cuenta al individuo que los admira. Ellos ven ganancias y ventas, aunque en alguna ocasión tengan escarceos con seguidores muy entregados.
      Y no hay nada que disculpar.
      Besos

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  9. El fenomeno fan muy bien descrito, ay si yo te contará los gritos y saltos que pego cuadno veo actuar a mi cantante favorito y al lado de mi pareja inclusive que se queda con la boca abierta , de como me transformo jeje, pero lo soporta muy estoicamente jeje, en fin me a encantado y es que esas locuras fan nos hace felices y al fin de al cabo la vida es eso momentos de felicidad, que nos hagan emocionarnos, cantar hasta quedarnos afonicos y saltar como locas, en fin una fan que a entendido muy bien tú relato y me a encantado como siempre. un abrazo. TERE.

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    1. ¿Todavía y a estas alturas lo haces Teresa? Lo de pegar gritos y saltos de alegría digo, cuando ves a tu cantante favorito.Tu pareja debe de alucinar pensando que te has vuelto loca. La verdad es que mantener un espíritu joven es de envidiar.
      Esos enamoramientos tontos que todos hemos sentido por alguien inalcanzable y perfecto que siempre nos termina demostrando que es tan humano como el resto, menos Michael Jackson, ja,ja.
      Besos.

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  10. Cuando estamos delante de alguien por quien sentimos una admiración extrema nos creemos únicos y pensamos que esa persona solo tiene ojos para nosotros (me has recordado mi 'cita' con mi adorado Víctor Manuel, aunque yo no llego a ese extremo de tu protagonista).

    Besos

    Pd: Presiento que nuestra común amiga Conxita no se ha percatado de la dedicatoria, amigo Francisco ;-)
    Un beso también para ella.

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    1. Cierto Chelo, me conoces. Despistada que es una a veces, un precioso relato que me dedican y no lo veo... Ya me vale.
      Un beso a ambos

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    2. Lo has sentido Chelo, no hasta ese extremo de adoración, pero se te van los ojos con ese cantautor. A mi me gustaban sus canciones de los comienzos, después ya no tanto.
      Todos de jóvenes hemos tenido ídolos a los que imitar y seguir.
      Besos para ti y para Conxita "despistes"; que también se ha asomado por aquí.

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  11. Me da mucha gracia y hasta algo de pena ver cómo mi hija adolescente se enamora de esta forma que tan bien has retratado en tu relato de sus ídolos de música, y comprobar que se trata de un amor tan real que hasta la hecho llorar en alguna oportunidad. Es aún más interesante elegir el punto de vista masculino para ahondar en este fenómeno que no comprendo. Buen trabajo, compañero ;)!

    Un beso grande!

    Fer

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    1. De esos arrobamientos juveniles no se libra ni el "tato". Todos, hombres y mujeres, tenemos corazoncito. El problema es, que cuando este está sin extrenar se va detrás del primero que nos mira tierno o nos sonrie y después nos dan portazo, garrotazo y calabazas. los desengaños nos hicieron llorar a todos.
      Besos para ti compañera y otro para tu niña enamorada.

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  12. Quién ha dicho que no puede sentirse verdadero amor y arrobamiento por una estrella de la música, ¿verdad? No importa que compartamos su atención con otros dos mil o doscientos mil fans más, en el momento oportuno la magia que es capaz de crear nos hace pensar que actúa solo para nosotros...

    Muy bien recreados el sentimiento, la ilusión, incluso la tensión de tu protagonista, Francisco. Estoy segura de que muchos podrán reconocerse en algún momento de su vida en él :)

    Un relato lleno de magia, Francisco. ¡Muy bueno!

    Besos de lunes.

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    1. Nadie lo dijo Julia, pero son amores con muerte anunciada, desilusión y desarraigo ¡Claro! que hay edad para todo y estos fans entregados a la causa son un fenómeno indiscutible. Lo triste es que hay ídolos de barro que no se merecen esa entrega generosa y total de esos jóvencitos y jovencitas que matarían por ellos si hace falta.
      Gracias por la apreciación por mi relato, mujer generosa.
      Besos de miércoles.

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  13. Has descrito muy bien el amor incondicional de un fan, ese amor en la sombra y que desde la distancia ama a su ídolo, pasando desapercibido entre miles de enamorados como él.
    Genial.
    Besos.

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    1. Gracias Paloma.
      La descripción es fácil de hacer cuando uno ha tenido adolescentes en casa, con síntomas de la enfermedad del éxtasis enfervorizado e incondicional, hacia grupos de variado pelaje, y mayor o menor categoría carismática y profesional.
      Besos

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