miércoles, 5 de abril de 2017

Allá donde se cruzan los caminos




Le está resultando una jornada especialmente dura, pues es su  cumpleaños y le hubiera gustado estar con su familia en vez de en la carretera. Salió de Oviedo hace unas cuantas horas en dirección a Madrid con la furgoneta de la empresa de transporte urgente.

De madrugada, y como siempre, le acompaña la emisora amiga, esa a la que puede llamar el oyente y conversar unos minutos con la locutora, e incluso hacer una petición musical.
Nunca llamó, pero hoy se encuentra especialmente sensible, echa de menos a los suyos. Se decide a hacerlo, pues necesita conversar con alguien.
Utiliza el “manos libres” para seguir conduciendo mientras habla; cuando ya le han atendido y mientras espera a entrar en antena escucha esa voz cálida que parece arroparle y que comunica:

–Un nuevo oyente nos llama desde la carretera, se llama Juan Pedro. ¡Hola Juan Pedro! ¿Qué tal estás?

– ¡Hola Raquel! ¡Pues mira! en plena jornada laboral, conduciendo en dirección a Madrid.

– ¿Cuál es el motivo de tu llamada amigo?

–Ninguno en especial, ya sabes de la soledad y la melancolía que a veces le embarga a uno, y esa especie de congoja que nos entra cuando echamos de menos a los seres queridos. Además es mi cumpleaños y me he dicho: Voy a llamar a los de la radio. ¡Os escucho a menudo! pues os he elegido como emisora que me acompaña en mis viajes a lo largo de la noche. Y en esta, que es el final de un día señalado en el que me siento un poco desolado, he decidido llamar.

– ¡Pues Muchas felicidades por tu cumpleaños y gracias por elegirnos! Esperamos que con nuestra pequeña aportación te suba el ánimo y logremos que te sientas mejor. Dime: ¿De dónde eres Juan Pedro?

–De Cádiz, del barrio de San Juan para ser más exactos, pero vivo en Madrid.

– ¿Y por qué te fuiste a la capital, si puede saberse?

–Por mi mujer que antes fue mi novia. Después uno se establece y sienta la cabeza. Los hijos, el trabajo, y allí me quedé: en el pueblo más grande de España.

– ¿Conociste a tu mujer en Madrid?

–Es una historia algo larga. ¿Te interesa?

–Tenemos tiempo Juan Pedro y hoy es tu cumpleaños ¿No? sea esto parte de nuestro regalo. Unos minutos más de la cuenta en las ondas.

– Bueno, pues te cuento Raquel. Resulta que un grupo de amigos decidimos pasar en la capital una noche vieja algo loca. En la puerta del sol y tomando las uvas ¡Ya ves que tontada! Por entonces yo era una especie de fugitivo de mi mismo, estuve tonteando con las drogas y aunque quería salir de un entorno opresivo que me condicionaba en un bucle sin fin; no era capaz de conseguirlo.
Ese viaje me pareció una especie de puerta de salida para huir de lo cotidiano. Conocer la capital en la que nunca había estado era un aliciente muy atractivo. La marcha de la noche madrileña me sedujo de tal manera, que pensé quedarme definitivamente, y la fortuna se interpuso en el camino…

–… ¿La fortuna?

–O casualidad ¡vete tú a saber! Fue en los baños de un garito de Fuencarral donde al entrar vi una jeringuilla encima del lavabo y al sujeto que se había metido el chute. Al mirar su reflejo en el espejo, un rostro ajado por los excesos me observaba con estupor, y me pregunté si era eso lo que yo quería para mi vida…

…Mis colegas y yo conocimos a unas estudiantes de enfermería con muy buen rollo que se unieron a nuestra fiesta personal. Ella se encontraba allí; noté desde el principio que yo le interesaba y no tardó en decírmelo. Desde entonces se convirtió en mi princesa.

– Nos has abierto tu corazón esta noche Juan Pedro. Ahora mismo estoy emocionada, te lo confieso. ¿Crees en el destino?

–El destino es algo que forjamos nosotros con nuestros aciertos  y errores, pero creo que algo de esa historia que vamos escribiendo entre todos confluyó en aquél encuentro no premeditado. El destino es como un cruce de caminos, ese “Kilómetro cero” donde has de abrir esa puerta que te permite encontrar tu camino personal, ver el brillo de ese sol que debes descubrir por ti mismo.

– Buena filosofía queridos oyentes. Bonito juego de palabras metafóricas si ponemos que hablamos de Madrid. Como veréis tenemos poetas, personas interesantes entre los que nos escuchan y nos llaman. 
Dime tus principales prioridades Juan Pedro.

–Me lo pones fácil Raquel, te diré tres a bote pronto. La primera es ella, la mujer que me acompaña desde hace 20 años, y naturalmente las otras dos, nuestros hijos. Esos dos fenómenos que son uno del Atleti y el otro del Real ¡Menudo conflicto tenemos en casa cuando hay partido!¡Pues yo soy del Cádiz! 
Ellos tres serían mi último pensamiento. Mi mujer y mis hijos, no los equipos de fútbol naturalmente.

– (Risas en el estudio). ¡Cuéntanos amigo! ¿Qué es lo que más te gusta en esta vida?

– Esa pregunta ya no es tan fácil de contestar pero te diré tres que se me vienen a la cabeza ahora mismo: Las personas positivas que saben sonreír a pesar de todos los inconvenientes y salen adelante, los gatos negros, y la música de Joaquín Sabina.

–Curiosas respuestas a las que otro que no fueras tú  hubiera contestado de forma previsible…

Empieza a llover y Juan Pedro activa los limpia parabrisas. Es una noche que invita a la reflexión, al encuentro, al descanso, Y él está ahí, en pleno mes de noviembre conduciendo hacia su destino, ese Madrid que le acogió como hijo adoptivo.

Vuelve a escuchar esa voz acariciadora de la locutora que afirma.

–…Veo que no eres nada supersticioso, pues te gustan los gatos negros, y muy asertivo, ya que valoras a las personas luchadoras que no se arrugan ante los inconvenientes, pero: ¿Y Sabina? ¿Por qué te gusta este cantautor?

–Juan Pedro sonríe antes de contestar. – A Sabina lo definen como un poeta canalla. Sus letras hablan sobre desengaños, traiciones y desamores, esos: Voy cuando estoy volviendo y te quiero porque no te quiero y contigo pero sin ti. Sus letras le definen. Por otro lado desde que le escuché por primera vez, y ya te estoy hablando de muchos años atrás; creo reflejarme en muchas de sus letras que parecieran estar escritas para un servidor.

– Bueno pues si te parece Juan Pedro, nos vamos despidiendo para dar  paso a otros oyentes que nos acompañan en las ondas.
¿Algún deseo, después de apagar las velas de esta tarta imaginaria que te hemos preparado en el estudio de radio?

–Volver algún día a Cádiz, quizás cuando me jubile, y poder contemplar con calma ese mar que en la capital es imposible de ver, y con un chupito de ginebra en la mano, o una cerveza si llega el caso. Y un segundo deseo sería una canción del "Flaco de Úbeda", pero no la que se titula "Que se llama soledad" ¡Por Dios! Que ya he tenido bastante por hoy.

– (Más risas en el estudio) Pues si te parece Juan Pedro, con ese salero andaluz tan gaditano y con esa canción de tu querido Sabina por el que también sentimos admiración algunos de los de esta emisora, nos despedimos ¿Quieres algún título en especial?

– La que elijáis me viene bien. Gracias Raquel por tu atención y tu compañía. También por tu simpatía.

–A ti Juan Pedro por tu llamada, aquí estaremos fieles a nuestra cita para cuando gustes o necesites llamarnos. Dejamos que la música suene en esta noche que nos pertenece...

Se corta la comunicación mientras la locutora presenta a los oyentes esa canción que han elegido para Juan Pedro.

Para su sorpresa, empiezan a sonar los primeros acordes musicales de guitarra de esa poesía cantada que tanto le gusta, esa que le define a él mismo y a parte de su trayectoria vital. Nunca creyó en las casualidades, pero esta, es una de las tantas que le van convenciendo de ese destino que se escribe para nosotros. En esta canción el cantautor pareciera ser un oráculo.

La ciudad ya se vislumbra a lo lejos, mientras, la lluvia persiste en su caída libre desde un cielo plomizo y gris. Viéndola en panorámica desde la A6, y con todos esos cientos de miles de luminarias, comprende otra de las estrofas de la letra que va escuchando:“Las estrellas se olvidan de salir"

Cuando entra por el túnel cercano al faro de Moncloa que no es faro de mar sino linterna y mirador cosmopolita, ve de forma inesperada por el retrovisor los destellos de las luces estroboscópicas de una ambulancia del Samur que se le echa encima con urgencia, intentando adelantarle lateralmente y por detrás de forma imperiosa. No dispone del tiempo suficiente para reaccionar de forma adecuada y a causa de los nervios da un violento volantazo a la derecha. En unos segundos es consciente de la inminente colisión que va a tener lugar contra uno de los muros del subterráneo...

…"El furgón, al chocar contra la pared de hormigón sale despedido contra la mediana y comienza a voltear sobre si mismo. Este modelo no lleva airbags, y el cinturón no es suficiente para librar al conductor de sufrir múltiples contusiones que ocasionan rotura de vertebras, y un traumatismo cráneo encefálico al golpear contra el volante que causa la muerte casi inmediata del único ocupante.

El forense apaga la grabadora donde queda parte de su informe, sin llegar a saber que justo unos minutos antes del accidente, Juan Pedro escuchaba a su querido Sabina entonando las últimas notas de su canción favorita. Cuatro estrofas finales que son toda una declaración de intenciones, como un epitafio de desamparo. Intuyendo que su destino sería el de regresar a su tierra natal, pero no como el hubiera querido. "La muerte pasa en ambulancias..."
Su último pensamiento, el que le hizo verter una lágrima que corrió por su mejilla. Fue el dedicado a los seres que ya no podrían abrazarle tras regresar a casa. 

"Cuando la muerte venga a visitarme,

que me lleven al sur donde nací,
aquí no queda sitio para nadie
pongamos que hablo de Madrid".









Derechos de autor: Francisco Moroz


16 comentarios:

  1. El destino que es imprevisible, vaya y encima el día de su cumpleaños, uf, impresionante relato.
    Lo que quizás mas me ha gustado de tú relato, esa relación de la radio con el oyente, algo maravilloso, y que es cierto que hace compañía a las personas que por ejemplo como yo jeje, padecemos de vez en cuando de insomio jjee, hoy me toco jeje, desde las cuatro ejje. Recuerdo que mi abuela paterna se dormía con la radio pegada a la oreja tanto que muchas veces se le acababan las pilas a la pobre, jeje.
    Un buen relato que como siempre engancha. un abrazo Francisco. TERE. Psdta. mi hijo estudiando en Madrid, esta haciendo primero de periodismo, vio asomado en un balcón precisamente a Joaquin Sabina.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No se si será cierto que el destino de cada uno está escrito de antemano, y que poco podemos cambiar al respecto. Lo que tengo claro que las elecciones que hacemos durante nuestro devenir vital tienen consecuencias tarde o temprano y cambian aspectos de nuestro desarrollo personal.
      Gracias por contarnos tu experiencia con ese mundo tan cercano y humano de la radio.
      Besos.

      Eliminar
  2. Uau, me has dejado tocado, Francisco. Has pasado de un inicio poético, casi idílico, con recuerdos nostálgicos, deseos de un futuro feliz y de un retiro a orillas del mar, a un desenlace de lo más trágico e inesperado. Y es que el destino, o la casualidad, o lo que sea que nos lleva de la mano, tiene a veces esas malas jugadas. Cuántas veces no habremos dicho aquello de "quién lo iba a decir..."
    Por cierto, dime de qué emisora de trata, pues en una noche de insomnio me gustaría contarle a Raquel mi vida, jeje.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El futuro que nos espera no es predecible. Todo es efímero y cambiable y algo que empieza como dices tú: Como un poema, termina como el peor de los sueños. Un final del todo inesperado que roza lo causal, y que avoca al protagonista a un destino cantado (Nunca mejor dicho).
      Un abrazo.
      Raquel es un personaje en parte imaginado, pero basada en una persona real.

      Eliminar
  3. Los pelos de punta me has puesto. Un relato lleno de seinsibilidad. Un acercamiento a algo que no sabes si va a pasar, pero que al final Sabina nos cuenta con sus letras. Soy fan de Sabina, me encanta. Lo escucho desde pequeña, y esa morriña y soledad que describes lo haces a la perfección.
    Un besillo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sabina tiene ya de por sí en su voz un tono de desgarro derrotado. Sus letras más íntimas destilan ausencias y desamparos. Soledades y fracaso. Pero nunca finales inasumibles aunque si tristes. Un cantautor que sin duda inspira relatos como este ¿O fue la propia historia contada la que eligió banda original?
      Besos

      Eliminar
  4. Precioso y triste relato. Con lo que me gusta Sabina, además. Me pasa como a Juan Pedro: me parece que Sabina escribe muchas de sus canciones para mí misma. Igual lo hace, jaja.
    Eres irrepetible, amigo.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuantas letras de este cantautor no habremos asumido cada uno de sus oyentes. No deja indiferente a nadie con las historias que cuentan y cantan sus canciones. Es único para inspirar sentimientos encontrados, que creemos perdidos o que pensamos que no tenemos dentro.
      Todo un maestro de contradicción.
      Besos

      Eliminar
  5. Desgarradora historia, pero yo le diría a tu protagonista que es verdad que en Madrid no se puede ver el mar, pero a cambio se pueden ver unos colores en el cielo cuando el sol se pone que no se encuentran en ningún otro sitio.
    De esa estrofa final con la que cierras la entrada yo prefiero la otra versión de Sabina (al que adoro) y que además yo he cambiado un poco: cuando la muerte venga a visitarme, no me despiertes, déjame dormir, aquí he nacido y aquí quiero quedarme, pongamos que hablo de Madrid.
    En Madrid hay sitio para todo el mundo.
    Besos, padrino.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A Madrid le faltan pocas cosas y una de ellas es el mar que aún así lo tenemos a poco más que 350 Km.
      No se si sabrás que los colores del cielo de Madrid los pintó Sorolla en sus cuadros muchas veces y que el azul lleva su nombre (Azul Sorolla)
      Los que hemos nacido en la capital de seguro queremos quedarnos por aquí, pero también que los que nacieron en otra tierra querrán regresar a ella cuando llegue su final. Y es que la tierra de cada cual es especial.
      ¿Qué todos cabemos aquí? No lo dudo pero a veces demasiado juntos en ciertos lugares.
      Besos.

      Eliminar
  6. Ainsssss qué relato tan triste pero tan intenso, tan auténtico. Leyéndolo pensaba que cualquiera hubiera dicho que tú mismo eras ese camionero. Todo en tu relato sonaba muy creíble, como una escena que pudiéramos contemplar con nitidez...

    Con destino o sin él, hay líneas que se cruzan sin vuelta atrás. Quizás fuera un presentimiento del Universo su despedida y quiso brindarle un último deseo en forma de canción. Qué mejor que un tema del maestro Sabina para la ocasión.

    Precioso, Francisco. Me has tocado la fibra sensible.

    ¡Un beso nocturno!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De momento es un oficio que no he realizado, pero vete tu a saber con lo mal que están las cosas en este país si no llegaré a hacerlo algún día.
      Intento poner un poquito de mi en todas las historias aunque no sea yo el protagonista ni ninguno de los secundarios, pero ciertas emociones que he sentido al oír de noche ciertos programas de radio abiertos al oyente, quedan plasmados en este relato.
      Gracias por dejarte tocar esa fibra que tú tienes.
      Besos.

      Eliminar
  7. Anónimo11:04 a. m.

    Coincido con Julia, relato intenso, autentico y tan triste. Me llevaste al momento de la conducción, de la llamada, de lo que creía sentía él mientras hablaba. Coincidencias no creo que existan tal vez lo presintió y su luz quiso darle la oportunidad de una hermosa despedida a los suyos . Besos Francisco!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Marijose por palabras tan sentidas.
      La vida es así de triste, con pequeñas alegrías por el camino pero en definitiva triste y dura. Por ello el día a día que es lo único que tenemos y vivimos, debemos aprovecharlo, pues no sabemos cuando se bajará el telón de nuestra acertada o desacertada representación.
      Besos compañera.

      Eliminar
  8. Qué triste y conmovedor post, Francisco. Me sobrecoge pensar ese momentos en el que Juan Pedro es consciente de que se va dar contra un muro, y me has evocado a una peli (que me sugeriste tú), "Rumbos", por esos diálogos que mantenía el taxista con la locutora de la radio.
    Lo que está claro que cada uno desea tirar para su tierra: él protagonista pa' Cadiz, y yo para mi deseado Mediterráneo ;-)
    ¡Muchos besos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El Mediterráneo cantado por Serrat donde pone ese sentimiento de los que están lejos de su tierra, la que les vio nacer, donde deja familia y amigos, infancia y amores.
      En realidad esa película me inspiró esa parte del relato. Eres muy observadora y descubriste la semilla con la que empezó todo.
      Besos

      Eliminar

Tus comentarios y opiniones son importantes para este blog y su autor.
Por tanto mi gratitud por pasarte y dejar tu huella y tus palabras.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...