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| Recreación del monumento dedicado a los tercios |
De este brete que el destino nos brinda y después de más de cuatrocientos años aguantando firmes en peores campos, también saldremos airosos. A pesar de los desatinos de este siglo, y si seguimos en pie para entonces, de otros venideros.
Viéndonos, recordaran las glorias pasadas de unos tercios que pasearon las enseñas por un camino llamado español. Tan denostados somos ahora por nuestros propios compatriotas ignorantes, como admirados y temidos fuimos por nuestros contrarios en los campos de batalla.
–Más, señor capitán, reconocerá usted que este lugar aunque en altura, muy estratégico no es. No hay trinchera ni parapeto que nos libre de un ataque enemigo. Y picas y arcabuces tan solo uno de cada. Poco podremos hacer entre cuatro, frente a tanto hideputa amenazando nuestros flancos.
– Se olvida vos del Alano que nos acompaña, bravo y fiel perro de guerra que no desfallece ni flojea en la lucha.
– Miedo el justo, que el temor nunca acompañó al bravo. Pero ha de reconocer que en la acción, a la que nos empuja la desesperación y necesidad, es donde demuestra la valía cada uno, a la vez que despunta la barbarie del desalmado. Pero aflige saber, que los que siempre lo tuvieron fácil y nunca se vieron en tesituras agrias, son los que más atacan en la paz, como hidras llenas de ponzoña, criticando lo que fuimos e hicimos.
– Fuimos gente dura y orgullosa, soldado. Ahora somos de bronce ante la ruindad.



Mucho ha cambiado España y el mundo desde que aquellos tercios fueron temibles y temidos. No me extraña que desde su pedestal, testigos mudos y expuestos a miradas y críticas, se asombren de lo que ven. Muy buen relato, amigo.
ResponderEliminarUn beso.
A parte de su extrañamiento creo que también se avergonzarían de este país que levantaron los valientes, intelectuales, luchadores en todas sus facetas que no se rendían a pesar de los nefastos reyes y gobernantes. Ahora, el pueblo se conforma con lo que hay, y lo que hay defrauda y mucho.
EliminarUn beso, amiga Rosa.
Hola, Francisco, genial relato, muy apropiado a la época y a lo que representan. Y perfecto el vocabulario, a tono con lo que representa. Te felicito, te ha quedado muy bien.
ResponderEliminarMuchas gracias por participar en el microrreto del Tintero.
Un abrazo. :)
Muy agradecido Merche. Hago lo que pudo con lo que tengo y me alegra que sea de tu agrado y esté en la línea de lo que se pide en la convocatoria.
EliminarFuerte abrazo.
uy bueno, Francisco! Y la última frase me parece absolutamente genial. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Juana. Las última frase completa sería: ¡ Santiago y cierra España! que era el grito de batalla de los aguerridos tercios.
EliminarMi saludo y abrazo.
Qué texto tan bien cuidado. El lenguaje propio de la época es perfecto y la muestra del desamparo de estos valientes, figurado y real, una maravilla.
ResponderEliminarMe imagino a esos soldados de los tercios en su emplazamiento viendo la desprotección y mentando a la madre que parió al que ni se paró a pensar en ello cuando decidió colocar la estatua ahí. Muy bueno.
Un beso.
Poco reconocidos son estos tercios españoles que camparon por sus respetos defendiendo un territorio inabarcable y rebelde. Eran otros tiempos, sí, en los que se ponía a prueba con el crisol de la necesidad el temple con el que estaban forjados nuestros compatriotas. Ahora todo esto se ve desde los ojos de los perros flautas ofendiditos y todo fue masacre, vicio, violaciones y exterminio de fascistas imperialistas desalmados.
EliminarY hubo desmanes ¡Ya lo creo! pero no más que los que hacían Holandeses, franceses, ingleses y alemanes.
La historia es la que fue. Y cualquier tiempo pasado fue anterior, ni más ni menos.
Un beso.
Me encanta que adaptaras el texto al lenguaje de la época, ahora valientes visibles en plazas y museos tan fríos como la historia.
ResponderEliminarTe aplaudo.
Saludos
Tan frío todo como la indiferencia de los paseantes que ni se preguntan quienes fueron esos tipos que a ninguno les hubiera gustado tener enfrente en un campo de batalla. También anda por ahí subido en un pedestal el héroe de Cascorro o el "medio hombre" Blas de Lezo que se enfrentó en franca desventaja con una flota inglesa más numerosa que la de la "invencible" El que lee historia no es tan atrevido a la hora de juzgar como lo hacen todos esos ignorantes que van de listos y lo único que son es resabiados.
EliminarAbrazo, Nuria.
Toda la razón Francisco, feliz inicio de semana
EliminarHola Francisco, muy original que hayas escogido una obra escultórica para el reto de El Tintero. No sé mucho de los tercios, excepto que eran famosos por ser valientes y que a veces peleaban en condiciones terribles y aún así salían airosos. Me gusta el diálogo que les has puesto, reflejan ese espíritu de valentía a toda prueba. Saludos.
ResponderEliminarEllo no se andaban con chiquitas. Luchaban hasta la muerte, y fiel prueba fue la de Rocroi (Que aparece en la película de Alatriste" y donde prefirieron perecer con honra que rendirse con deshonor.
EliminarMi abrazo.
Estupendo, Francisco. Una propuesta diferente, esta de la escultura , en un tono muy acertado. Se siente el desaliento de los soldados ante la ignorancia e incomprensión actual hacia ellos y la frase de cierre me ha parecido fantástica. Gran micro.
ResponderEliminarUna propuesta algo recurrente, pues la estatua todavía no ha sido puesta en el sitio elegido. Creo que están en la fase de fundición de las piezas.
EliminarNo obstante me pareció merecedor este escueto homenaje a gente que lo dio todo por nada.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo, compañera.
¡Qué duro es el desagradecimiento!
ResponderEliminarQuien nos ha visto y quien nos ve.
AbrZooo
Si, Gabiliante. El agradecimiento viene a través del respeto y este, del conocimiento que tenemos de las cosas.
EliminarLa gentecilla que devalúa las gestas y solo las reconoce como masacre, exterminio y violencia gratuita. No sabe nada sobre aquel siglo. Podríamos decir igualmente que las legiones romanas solo dejaron a su paso tierras asoladas, retraso cultural y devastación. Sin aportar nada a la contra. Ignorancia atrevida.
Abrazos.
Abrazos virtuales desde Venezuela, siempre he pensado que somos y seremos siempre lo que somos, una llama viva y ardiente, que a veces se apague, todo tiene sus momentos, pero mientras exista un pueblo, una voz, nunca cerrará para siempre, siguen siendo duros y orgullosos, aunque pareciese que la llama se apaga, un espíritu de lucha la avivará cuando menos lo esperemos.
ResponderEliminarDesde España te abrazo igualmente.
EliminarTambién estos afamados guerreros anduvieron por tus tierras, y algo que pocos saben es, que hasta por el cañón del colorado anduvieron, y que lucharon contra los japoneses también. poco sabemos y cuando descubrimos a base de lecturas y documentación más nos sorprendemos del cuajo del que estaban conformados estas gentes.
Un abrazo hermanado.
Muy buen aporte al reto, Francisco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Estrella. Encantado de poder participar en algo.
EliminarTambién mi abrazo para ti.
Romper una lanza en pro de estos tercios y de la historia pasada de España creo que es de obligado reconocimiento. Tú, Javier, en este buen microrrelato lo haces. Coincido contigo en que los españoles somos únicos para ponernos a parir y hacer todo lo posible por bajar del pedestal a quienes llevaron el nombre de España por todo el mundo. ¿Hay que reconocer errores? Claro que sí. Pero de ahí a decir, como hay quienes lo dicen a voz en grito, que todo lo hicimos mal. ¡De eso nada, monada! (ja, ja)
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Yo diría más propiamente: "Poner una pica en Flandes" Pero lo mismo da. Estoy totalmente de acuerdo con tu comentario que es acertado. Como cualquier imperio en expansión se hicieron tropelías. Pero repito, no más que cualquiera de los que envidiaban en ese momento el poderío español. El que se avergüence que se vaya a China o a Rusia, incluso a Norteamérica a ver cuantos vestigios encuentran de amor, paz, solidaridad, respeto y justicia.
EliminarMi abrazo.
¡Buenísimo muy muy bueno, Francisco!, con ese doble sentido poli-social (palabreja) en el que haces una crítica más que fundamentada al espíritu español perdido y no recuperado, y no me refiero a las conquistas, ni a la pica de flandes, ni al alzado de la cruz por Isabel y Fernando.
ResponderEliminarEl lenguaje lo has bordado, y me ha dado una penilla de vr a ese cuarteto de valientes dle tercio y su fiel perro con las orejas alertas... espero que nadie le tire piedras, o hagan una pintada estropeando la estampa.
Y que no se me olvide el abrazo desde el cariño, Francisco.
¡Ah! Y gran título
ResponderEliminarAgradezco tu espíritu entusiasta. Fuimos lo que fuimos y no tenemos que sentirnos avergonzados ni pedir perdón a nadie. De otra manera también nos tendrían que pedirnos perdón a nosotros (Los antiguos Iberos) los italianos, franceses, ingleses, turcos, africanos, y si nos ponemos exquisitos los actuales noruegos y escandinavos, pues hasta las costas gallegas, y navegando por el Guadalquivir llegaron los antiguos vikingos a Sevilla.
Eliminar"La experiencia es la madre de la ciencia y la ignorancia de cualquier despropósito cultural"
Mi abrazo. Y el final, ya sabes... ¡Santiago y...! Ahora parece ser que España solo cierra por vacaciones y no como antes que cerraban filas con picas y arcabuces.
Hola Francisco te felicito por la escultura que elegiste y el texto es de diez.
ResponderEliminarRecreas muy bien el lenguaje del momento de los guerreros incluyendo al perro que les acompaña.
Repito mis felicitaciones me ha gustado mucho
Un abrazo
Puri
Muchas gracias Puri. Una escultura que todavía está en fase de creación. Pero me parecía bien plantar una pica en el blog por esta gente que dejando lo poco que tenían se lanzaban a la aventura, quizá por lo poco que tenían que perder. Y dieron lo único que les pertenecía, la vida. Y es de ser bien nacidos el ser agradecidos.
EliminarUn abrazo fuerte.
Muy interesante el relato entre ellos, bien adaptado a la época.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias Conchi. Me alegra te gustara.
EliminarOtro abrazo para ti.
Hola, Francisco, me alegra leerte y ver que has escogido una escultura, aunque he leído a muy pocos, ya me sentía rarita, ja, ja.
ResponderEliminarVeo que haces un merecido y muy aguerrido homenaje a esos cuatro personajes (perdón, cinco con el can) llamados los tercios, que de ellos no sabía nada, y me gustó conocer un poco de su historia.
Como ocurre con todo y por lo visto en todas partes hoy día, los olvidos son muy comunes y las historias como esta han ido desapareciendo de la memoria por falta de reconocimiento y de valorar la libertad de la que se goza gracias al valor de unos cuantos.
Muy buena la aportación con ese diálogo tan original y reflexivo. Te dejo un fuerte abrazo. Y gracias por honrar mi blog con tus huellas.
De raros nada, originales ;)
ResponderEliminarMás que los olvidos te diría que en este país al menos es la ignorancia la que campea a sus anchas. Ahora, en un siglo en el que la información interesante sobre muchos temas, se encuentra a un click, los mediocres se conforman con seguir los consejitos cutres de los influencer y colgar su privacidad por las redes sociales y eso sí, visionar videos de payasos (Con perdón de los payasos profesionales) haciendo gansadas o gastando bromas pesadas al personal. Los de nuestra generación nos basábamos en los libros y las enciclopedias y visitábamos las bibliotecas y los museos. Y la diferencia de alguien que tiene cultura, al menos general, y los culturetas de postureo, hay una diferencia abismal.
Y ya ni te cuento de los que publicitan y airean, presumiendo de ello, no haber leído ni un solo libro. Ordago a la grande.
Un auténtico placer leerte.
Mi abrazo, siempre.
Ja, Ja, Ja, Francisco, qué ingenioso, y cuánto juego de palabra.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un abrazo
Muy agradecido Pepe. Me alegro que te haya gustado el diálogo estatuario. Los tercios fueron toda una institución, en un tiempo en que se luchaba por honor, patria y Dios. ahora unos incomprendidos fuera de época.
ResponderEliminarUn abrazo, compañero.