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miércoles, 1 de octubre de 2025

Conversación temporal


   La escena se desarrolla entre cuatro personajes dentro de un ascensor de un edificio de informativos de una cadena de televisión de renombre.

 

Redactor  – Hoy parece que el día va a acompañar

Periodista   ¿A quién, a usted o también al resto de la plantilla?

Redactor  – Hombre, me refería al tiempo que va a hacer. Un mero formalismo para empezar a romper el hielo.

Periodista —Para romper el hielo están los rompehielos. Se tendría que tratar sobre materias más trascendentales, no solo de borrascas y anticiclones, y menos sin conocimiento, tan solo soltando de sopetón esa frase tan manida: ‹‹Parece que no va a llover››

Redactor  –¡Hombre! No nos vamos a poner a debatir  sobre el Euribor y su cotización en bolsa. O de la desidia de un gobierno corrupto o de la última víctima de violencia del género. De las guerras abiertas en distintas partes del mundo, de la explotación infantil, la trata de seres humanos o el tráfico de armas ¿No le parece?

Corresponsal – Cierto, bastantes desgracias cubro a diario como para hablar dentro de un elevador sobre esos temas. Además, tan corto periodo de tiempo no da lugar a profundizar en cada uno de ellos como sería necesario.

Periodista – ¡Joder con el tiempo! Para eso estamos ¿No? Para tomarnos la información en serio.

Corresponsal – ¡Naturalmente! Pero en el entorno laboral.

Periodista – ¡Ah! ¡En el personal no! Ahí nos da lo mismo todo ¿A eso se refiere?

Redactor – Creo que estamos sacando las cosas de su contexto.

Periodista – ¡Claro! Cuando una conversación toca temas delicados parecemos querer evitarlos con frases hechas, chascarrillos y chistes malos. Y naturalmente hablando del maldito tiempo que va a hacer.

Corresponsal – No me refiero a eso y bien lo sabe. Quiero decir, que cuando te encuentras con alguien en un lugar como puede ser este ascensor, no te pones a debatir sobre asuntos tan relevantes.

Redactor – Tampoco sobre filosofía, termodinámica o conocimiento del medio natural desde el prisma de la experimentación y el razonamiento, o cosas de esa enjundia.

Periodista – Creo que me están tomando el pelo desde el principio y no voy a seguirles el juego. ¡Además! Me bajo en esta planta ¡Adiós! Que tengan un buen día.

El periodista se baja y se cierran las puertas del ascensor que sigue subiendo

Redactor – ¿Pues qué mosca le ha picado a este tipo? Sí que se ha puesto quisquilloso. Yo solo quería ser cortés, pues es la primera vez que me encuentro con él y hemos empezado turbios.

Corresponsal – Tampoco le conozco de nada. Pero el tipo parece que no hubiera dormido bien, o tuviera problemas familiares.

Redactor – O vete tú a saber si sus nubes tormentosas no se deban a que la declaración de la renta le haya salido a pagar.

El cuarto individuo que ha compartido el habitáculo con los otros tres, y ha permanecido en silencio durante el trayecto de subida, abre la boca por primera vez para decir:

Editor – No se trata de eso compañeros, es algo mucho más peregrino y prosaico.

Corresponsal – ¿Tú lo conoces?

Editor –Naturalmente, se trata del nuevo hombre del tiempo que ha contratado la cadena de televisión.

 

Derechos de autor: Francisco Moroz


7 comentarios:

  1. Otro de tus geniales, imaginativos y originales relatos con final inesperado. Una charla de ascensor que empieza como casi todas hablando del tiempo y termina de la manera menos convencional imaginable. Muy bueno.
    Un beso.

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  2. Buenos días y muchas gracias querida amiga. El tiempo, ese tema tan recurrente en pequeños espacios y poco tiempo. Aunque a algunos les enfade el hacerlo tan someramente.
    Un beso

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  3. Va a ser la primera vez que según avanzaba el relato, no se porque imaginaba que era "el hombre del tiempo" y no me equivoque.
    Un abrazo Francisco, me alegra volver a leerte

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    1. buenas tardes, Tere. Ya le vas cogiendo el truquillo a esto de adelantarte a los finales. Agradezco tu visita y tu lectura. Naturalmente también el comentario dejado.
      Un abrazo, amiga.

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  4. No se a que piso iban pero ha dado para una charla de lo mas divertida, el final para mi, ha sido inesperado. Tus entradas siempre son geniales Francisco.

    Un abrazo.

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  5. Es que los hombres del tiempo suelen ser un coñazo, y muy quisquillosos. Mejor mantener la boca cerrada, pues a boca cerrada no entran moscas.
    Un abrazo.

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  6. Jaja ¡Bien llevado el diálogo, Francisco! Nunca pensé que una conversación tan densa, iba a terminar en un remate chistoso. Aunque con tus textos, y te vengo leyendo de hace tiempo, ya debiera estar preparado. Pero ya ves, te las arreglas para sorprender y lo agradezco. Va un abrazo.

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