Los
dejaremos entrar sin preguntarles quienes son ni de dónde vinieron. Tampoco nos
importarán las razones que tuvieron para venir hasta nuestra casa. Es algo que
no nos incumbe, bastante tenemos cada uno con nuestros problemas.
Les
dejaremos andar entre nosotros como si fueran de los nuestros, pero miraremos
hacia otro lado cuando nos crucemos con ellos, no sea que se tomen ciertas
licencias que no les corresponden y empiecen a forjarse ilusiones que no se cumplirán.
Es de justicia, y si no que no hubieran venido abandonándolo todo por una
quimera.
Les
negaremos los papeles que les convierte en legales.
Derechos de autor: Francisco Moroz