viernes, 24 de julio de 2015

Eva

Eva


De: Javier Osorio 













"Leer Eva es como acariciar un sueño, porque precisamente es la ensoñación el germen que da vida a la obra"


El autor se acerca a través de E-mail con su libro. -Léelo si quieres y después expresas tu parecer en tu blog-
Ese fue el comienzo para que se fraguara esta entrada.

Y es que, ante estas propuestas me resisto poco, pues en ellas trato de descubrir nuevas facetas a la hora de escribir y a nuevos autores que quieren promocionar su obra y darse a conocer. Creo que estas iniciativas son interesantes a la par que enriquecedoras para todos aquellos que sustentamos un blog; que no pretende ser plataforma de libros ni editoriales por todos conocidos, que puede ser una fórmula válida. Pero también deberíamos ser pequeños escaparates de librería de barrio con títulos que no figuran en los "top ten" de los más vendidos.


Por ello y aunque un servidor no sea un lector habitual de poesía me ofrezco a verter mi humilde opinión sobre -Eva-


Lo primero que tengo que destacar es la edición de esta obra breve de poco menos de 132 páginas, con ilustraciones del propio autor, que enriquecen sus letras con colorido y el sentimiento volcado en ellas. Todo ello la impregna de un carácter intimista y ensoñador. Está editado por -Carena-


Ahora viene lo realmente difícil: ¿Como resumir, valorar y reseñar un libro de prosa poética?

Si tuviéramos que describir un paisaje idílico a un invidente  
encontraríamos el mismo problema. ¿Cómo expresar los colores?¿Cómo describirlos? La inmensidad del mar o la placidez de un ocaso. ¿Qué palabras utilizar para hacer sentir la plenitud de un sueño?¿Y de unos sentimientos como son el amor, la tristeza, la soledad o la angustia ?

La conclusión sería pobre en matices y texturas, nos perderíamos el sabor y los tonos del sonido, toda palabra resultaría insuficiente para hacer una reseña adecuada. ¡Digo yo que para ello se invento la poesía! Para intentar una aproximación en la resolución de tal problema.


Como dijo el poeta: "Sin poesía no hay luna"

De comienzo  y para el que pretenda leer el libro de forma rápida, como novela de acción y de aventuras... Mejor ni lo intente. Pues el libro en su linea argumental es simple y sencillo: Una pareja normal en un ámbito laboral, social de lo más convencional. Esa relación en un momento determinado se hace agobiante. se convierte en la jaula de oro de cualquier pájaro que añora su libertad.


"Eva" junto con el narrador es la única protagonista, es esa parte de las dos que ansía libertad, que ve que su vida se ahoga en términos de rutina y quiere volar, no solo en sus sueños sino de forma real. extender las alas de lo trascendente y salir a conquistar mundos secretos bañados de luz de luna.


"Eva soñaba de noche aquello que no había logrado soñar durante el día"




El narrador es el que nos contará la huida y el abandono de "Eva", siendo el que relata la historia, el propio ser abandonado por ella. 


La búsqueda inicial y el interrogante de ¿Porqué se fue? gravitarán permanentemente en la historia. Más tarde la aceptación y el recuerdo de diferentes facetas de: aquella a la que llamaremos "Eva" esta vez de forma poética, como si el autor quisiera dotar de suma delicadeza el recuerdo de la amada perdida y dolorosamente añorada.


"Eva" posee el nombre de la primigenia mujer, esa de la que nos dijeron vino la condena. Forma parte de nuestra propia identidad desde el comienzo de lo humano, aquello que nos relaciona con lo divino. "Eva" es Ave al revés, y estas son libres como el Alma que revolotea insatisfecha en nuestro interior buscando horizontes elevados que la satisfagan. 

Esa misma Alma que durante el sueño teje con hilos de plata caminos oníricos que se propagan hacia mundos desconocidos.

A parte de la poesía con la que "Javier Osorio" riega las páginas, las ilustraciones también nos van dando las pistas suficientes para que nos demos cuenta de que el relato es una historia cuajada de cierta tristeza y desamparo. Lágrimas, lluvia y luz de luna, como la de "Becquer" donde un hombre persigue a su amada por un bosque, resultando ser la luz del satélite lo perseguido, algo bello y etéreo.   


"Y se marchó- de nuevo-, abandonándome en la gélida estela de un portazo"..." Así dolía, a veces, Eva; abandonando, olvidando los ojos, los besos, los abrazos; "


Al final la soledad, la huida, el deseo, los sueños insatisfechos y deseados, todos tejen un relato sencillo preñado de otra historia más profunda que a mi entender podría desarrollarse dentro de cada uno de nosotros mismos.


Nosotros con nuestras vidas acomodadas, con nuestras rutinas sobradamente repetidas, y nuestras pretendidas seguridades erigidas en falsos pilares que nos abocan irremisiblemente al fango del aburrimiento y el conformismo. Al letargo la sumisión y la muerte en vida.


Nuestro ser esencial se revela (Alma) y quiere huir de su cárcel sobradamente conocida por repetida. Huye al bosque que es lo desconocido, pasea por los arrabales que son peligrosos e inicia un viaje iniciatico de búsqueda, de respuestas a interrogantes y planteamientos. Emprende esa aventura que la saque de la laxitud y que la fuerza a conocerse, profundizar en sus deseos y a reencontrarse de nuevo con su verdadera naturaleza.




El autor nos lo repite hasta la saciedad a lo largo de sus prosa y su poesía: "Aquella a la que llamaremos Eva"  (Ave-Alma)


Durante la lectura quise traer a mi memoria retazos de otra obra "Ave raris" ese pequeño cuento para niños que no lo es y que se titula -El principito- Cuantas cosas se nos contaban a lo largo de él con tantos significados ocultos y tan relevantes y revelantes.


Por ello vuelvo al comienzo.


¿Lectura rápida? Si. ¿Lectura fácil? No
Pues los sabios, los filósofos y los maestros siempre utilizaron parábolas, cuentos y relatos para inculcar enseñanzas trascendentales, para enseñar caminos inusitados dentro de nosotros mismos, siempre bañados en su momentos felices por el sol y en sus horas más bajas por la luna. Y esa, a la que llamaremos Eva, nuestra eterna compañera, siempre a nuestro lado y adentro, fustigandonos a emprender nuevas aventuras, nuevos comienzos para el cambio, a romper cerrojos de viejas prisiones y abrir los ojos a la luminosidad para la que fuimos creados.

El final será inesperado y pondrá el punto y final a un libro

cuajado de Eva y preñado de alma. Y donde la poesía se vuelve a revelar como herramienta necesaria en la comprensión de lo intangible y sustancial.




El autor:

Javier Osorio Piñero nació en Barcelona, el 31 de agosto de 1984. Es licenciado en Derecho y especializado en Derecho Medioambiental. Este interés por la naturaleza se ve reflejado en su obra, colmada siempre de una gran sensibilidad por el entorno. Sus padres, profesores, alimentaron su vocación de educador. Durante la última década se ha dedicado fundamentalmente a la educación formal y no formal, que ha compaginado con viajes y estancias lejos de su ciudad natal con el fin supremo del aprendizaje y la vivencia de nuevas experiencias.
Ganador de numerosos premios de poesía, ha participado en varias antologías literarias. En el año 2015 ha publicado “EVA” con Ediciones Carena, donde combina, de un modo onírico y calmado, poesía, prosa e ilustración. Reconocido por el dominio estético del lenguaje, tiñe con un estilo nítido y elegante cada frase y cada verso.

domingo, 19 de julio de 2015

Inmenso amor

                                         Dedicado a Julia C




Tus abrazos son añorados desde el interior, el deseo de encontrarme contigo perentorio.
Ansío tus besos húmedos y salados en cada centímetro de mi piel.
Tengo otros amantes pero a ninguno me entrego como a ti que me subyugas y dominas con tus arrebatos apasionados.

Me someto a tus caricias tiernas, me relajo cuando masajeas mis tensos músculos con pericia de terapeuta, o me fustigas en la justa medida para hacerme experimentar la sensación antagónica siempre al límite y en perfecto equilibrio de placer y dolor.


Anhelo los veranos en que compartimos la arena y el sol, interludios que propician nuestros encuentros planeados durante el año para amarnos con intensidad.


Y es que solo tú estimulas mis sentidos y despiertas mi instinto primitivo. Contigo me vuelvo aventurera atrevida de lo inexplorado. Tu fuerza arrolladora me atrae y me atemoriza, representas un misterio profundo en el que me gusta adentrarme; en el que sumergirme sin vergüenza, evadiéndome de miedos, paladeando cada minuto que paso rodeada de tu presencia impetuosa y refrescante.


Pues eres esa fuerza que me arrastra y envuelve de forma inusitada e inmensa. Me haces olvidar las prisas y favoreces el reencontrarme a mi misma y a perderme como niña arropada de espuma.


Juntos, como cada temporada, contemplaremos ocasos y horizontes, incluso amaneceres. Nos arrebujaremos junto a la orilla, al límite de la playa y danzaremos incansables hasta desplomarnos exhaustos.


Mientras dure, gozaremos el uno del otro, hasta que la rutina me llame y tenga que marchar lejos de tus costas. Mi querido Mar. Amante enamorado.




Derechos de autor: Francisco Moroz

lunes, 13 de julio de 2015

Efímero




Podría escribirte una canción de amor,
y no lo haré.
Pues no es tiempo de canción ni de poema,
lo sabes bien.
Que todo pasa y nada queda en esta vida de locos,
nada es perenne.
A tontas y a locas pasamos como hojas secas
acabada la estación.
Y aun así insistimos en agarrarnos fuertemente
al hierro ardiente:
de la pasión, del poder de la belleza. 
efímeras son cual golondrinas viajeras.
No nos quedamos lo que tenemos,
ni conformamos con lo que somos.
Tan predecibles.

Queremos ser eternos, inamovibles como montañas

y un soplo basta para tirarnos del pedestal.
Frágiles como el cristal,
quebradizos como escarcha.
¿Como deciros que vamos de prestado por estos lares?
y convenceros que lo importante no es lo que vemos
ni atesoramos, ni poseemos, ?

No escribiré esa canción pero te abrazo,

y el poema no escrito te lo hago en besos.
Que todo pasa y nada queda y estoy tan loco...
Loco de amarte, loco en tenerte, loco en pensarte.

Hoja en tu árbol me agarro fuerte, 

pues voy de paso por esta vida y esta se acaba.
Cuando esto ocurra,
yo me iré raudo como un segundo de tu reloj
con mi sonrisa, la mejor de ellas.
Con plenitud.

Pues ya gocé de tu belleza con tal pasión,

que me hice fuerte ante tu presencia como león.
Siendo el más rico de los mortales,
teniendo suerte al estar contigo y en ti gozarme.
Siempre perenne
con tal de amarte. 




Derechos de autor: Francisco Moroz

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