jueves, 10 de noviembre de 2016

Lugares de descanso





Sigo observando mi trocito de cielo, allá están los dos, justo donde me dijeron que irían cuando murieran.

Hace dos años que lo hicieron por causa de un accidente en el que ambos perdieron la vida por culpa de un conductor ebrio que los sacó de la carretera.

Ahora yo los añoro y los echo de menos. Por las noches, no puedo evitar salir de casa y alzar la mirada al firmamento; no sin antes echar un vistazo al rincón más escondido del jardín, donde espero que se pudran eternamente los restos de aquél que me arrebató a mis padres.


Derechos de autor: Francisco Moroz

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Virgen de la muralla.




Es bien sabido que “Las paredes oyen” desde que la reina Catalina de Médici mandó instalar en palacio una red de conductos que comunicaban todos los aposentos del edificio, para poder de este modo enterarse de lo que hablaba la servidumbre y los invitados, y de esta manera evitar las temidas conjuras dirigidas hacia su real persona.
En el año 1572 y en París, se perpetró la famosa matanza de San Bartolomé. Final sangriento donde perecieron miles de hugonotes por orden de Carlos IX aconsejado por su madre que no era otra que la tal Catalina.
Por ello con esta frase nos aconsejan no comunicar los secretos a voces pues siempre habrá alguien que los escuche detrás de una puerta o una cortina, y eso acarrea funestas consecuencias.
Lo que si es un secreto a voces y encima festejado, es el 9 de noviembre en el que celebra a la patrona de Madrid: la virgen de la muralla.
–¿¿De qué??
– ¡Ah perdón! ¿Y si digo: la virgen de la Vega? 
¿Tampoco?
– Pues os explico y terminamos antes.

Los gatos son muy devotos…
– ¡Ah! ¿ Que tampoco sabéis quienes son los llamados gatos?
–Empiezo de nuevo…

... Como“Gatos” son conocidos los madrileños cuando Madrid era Magerit o Mayrit que vendría a significar: Lugar abundante en agua. Nombre puesto por el pueblo invasor de la península a los que los visigodos empezaron a llamar “Moros” palabra que no era utilizada como insulto para los de la raza como piensan algunos, sino porque principalmente las fuerzas invasoras estaban compuestas por marroquíes, argelinos y mauritanos, estos últimos conocidos como: Mauros-Morenos.
Por otro lado los árabes eran los que mandaban en esos ejércitos conquistadores que causaban pavor a los eclesiásticos que veían como las imágenes de santos, Cristos y vírgenes, junto con las reliquias, eran profanados.
Para prevenirlo los obispos instaron a los fieles de sus diócesis a esconder las imágenes para evitar en la mayor medida posible su destrucción.
En la antigua villa de Magerit vivía un herrero que como buen cristiano tenía mucha devoción a Santa María de la Vega y por tanto, escondió su imagen entre los sillares de una antigua construcción romana. Una imagen que según la leyenda la trajo el apóstol Santiago y que fue pintada por San Lucas y tallada por Nicodemo. Una leyenda que todavía no se podía llamar urbana, pero que actualmente tiene todas las papeletas para serlo.
El caso es, que la emparedó junto con dos cirios encendidos tapándola a continuación con los propios sillares sillares de la pared.
Trascurridos tres siglos y tras la conquista de Toledo en 1083 por parte de las tropas del Cid Campeador, este se acercó a los alrededores de Magerit. Una mujer llamada Miriam le contó a este lo que le habían trasmitido sus mayores: Que en las murallas se hallaba escondida la talla de una virgen, y aunque se la buscó, en esta ocasión fue infructuosamente.
Habría que esperar dos años más, para que el rey Alfonso VI se presentara frente a las murallas, sitiando el alcázar, pero siéndole imposible escalarlas; proeza que sin embargo realizó un habitante de la población con tan solo la ayuda de una daga. Desde entonces se le conoció como “El gato”. Toda su familia heredó el apellido y por ello a los madrileños se les conoce como gatos. Todavía en una de las calles de Madrid llamada: Callejón del gato, se hace referencia a un tal: Juan Alvarez Gato, poeta de la corte y descendiente de aquel ágil y trepador soldado.
Solucionado otro enigma.
El rey junto con su esposa Constanza oyeron la historia de la Virgen escondida; y como la búsqueda se alargaba en el tiempo, mandó pintar mientras tanto sobre los muros de la iglesia donde se había venerado, una imagen según las descripciones dadas por la paisana que reveló la noticia.
El artista desconocido dicen que se inspiró en los rasgos de la reina Constanza de Borgoña, poniendo en su mano una pequeña flor de lis como recuerdo de su pertenencia a la casa francesa. Se supone que fue una “sugerencia” impuesta por la reina.
Esta imagen se encuentra actualmente en la cripta de la catedral y es conocida como la virgen de lis.
Cuando se estaba perdiendo toda esperanza de encontrar a la virgen de la Vega, y durante una procesión multitudinaria alrededor de las murallas en la que participaba el pueblo, la corte, el ejército y la realeza; y al paso por la Cuesta de la Vega (No en vano era el sitio donde estuvo emplazada la iglesia donde había sido venerada) se derrumba un paño de dicha muralla. Era de noche y se vieron relumbrar dos luces en lo alto, y se descubre la talla de Santa María de la Vega con los dos cirios encendidos.
El color moreno de la virgen negra, decían, era precisamente por haber estado expuesta al humo durante tanto tiempo.
Me pregunto:
¿Y el oxigeno necesario para la combustión? ¿Cirios con tres siglos de duración?
Lo único que puedo responder es:
--¡Oh milagro!
Era un 9 de noviembre del año del Señor de 1085.

Magerit pasó a llamarse Madrid y la virgen de la Vega pasó a conocérsela como Santa María la real de la Almudena pues se la encontró en la muralla que en árabe suena como: Al-mudayna, denominándose con este nombre la ciudadela que se encerraba tras el recinto amurallado; Donde está situado actualmente el palacio real o de oriente. Estas fueron construidas por el Emir Muhammad I de Córdoba.

En 1707 en el paño de la pared donde apareció dicha imagen, se colocó una hornacina con una escultura que representaba a la virgen. Esta, fue destruida durante la guerra civil española. La actual data de 1941. .


La representación que se encuentra dentro de la catedral que se fecha entre los siglos XV- XVI. Es una talla en madera de pino, dorada y policromada con el niño entre sus brazos, asentada en un altar barroco; realizada en los talleres de Toledo por el maestro Diego Copín o por alguno de sus discípulos.

En la capilla dedicada a San Isidro labrador, situada en la misma catedral, aparece una imagen de la imagen original de esta virgen, cuya talla original se destruyo pasto de las llamas durante el reinado de Enrique IV.( 1425- 1474)

La venerada hoy en día fue coronada en 1948 y declarada patrona de la diócesis de Madrid en 1977 por el Papa Pablo VI.
Como curiosidad os cuento que a la talla de la virgen se la vestía desde 1626 con ricos ropajes donados por las reinas y damas principales de la corte, así como se la exhibía con joyas igualmente regaladas por las mismas y nobles damas.
Ante el deterioro de la talla a causa de las vestimentas, un obispo llamado Ciriaco Sancha lo prohibió, saliendo desposeída de vestiduras regias por primera vez en la procesión del corpus de 1890.
Como historia verídica tiene muchas lagunas y fallas pero como leyenda que crea una tradición arraigada en la villa y corte ¿No me podréis negar que es la mar de interesante?
Y de paso resolvimos tres o cuatro datos la mar de curiosos.
¡Feliz celebración a todos los madrileños!


¡Yo trabajo!


Derechos de autor: Francisco Moroz.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Tertulia


Con este relato presentado al concurso de Edupsique termino la semana dedicada a los difuntos ¡Que ya está bien con tanto muerto! Dejémosles descansar, al menos hasta el año que viene.





En el pueblo donde paso el día de todos los santos, no hay mucho que hacer: O bar, o mus. Y ni bebo ni juego.

De atardecida los campos están solitarios y hoy que hace bueno apetece pasear.
Andando llego al cementerio y por curiosidad entro a ver el ambiente que en otras temporadas del año es más bien lúgubre y tristón.
Hay  movimiento en uno de los sectores, donde las lápidas prácticamente brillan por su ausencia, socavadas estas por el paso del tiempo y el olvido de los vivos.

Allá me voy por ser cortés con los tres paisanos que andan por allí.

– ¡Ave María purísima señores!

– ¡Sin pecado concebida! caballero.

– ¡Qué! ¿Matando el tiempo?

–Bueno, más bien el tiempo nos mata a nosotros ¿No cree? –responde uno de los contertulios que frisaría los 87 años; con esa solera de los viejos filósofos que encontramos en todos los villorrios.

– Sabias palabras, le espeto.

– Bueno – me dice otro un poquito más joven. De sabios están las tumbas llenas igual que el mundo de tontos.

– ¿Ha pasado mucha gente por aquí?

–Pá ser el día que es y lo que se celebra, más bien escaso personal, tenga en cuenta que solo quedan abuelos, y según van cayendo vienen aquí a perpetuidad; con lo cual, hay aquí adentro más que allá afuera.

– Da cierta tristeza pensarlo ¿Verdad?

– ¡Bah! Una vez que eres difunto no aprecias el que traigan flores; muchos de los que las traen ahora, en vida del finado ni se acordaban de visitarle.

El tercer abuelillo hace un gesto ambiguo a los otros dos y les dice:

– ¡Ea compadres! vamos a descansar un poco, que se hace tarde y mañana hay que rendir.

Y diciendo esto se retiran a dormir parte de su sueño eterno, cada cual a su sepultura. 



Derechos de autor: Francisco Moroz



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