lunes, 26 de marzo de 2018

Esta semana es santa ( Iª parte )




Lo pagano nos rodea una vez más ¿Ninguna fiesta religiosa basada en el cristianismo es original?
Pues al parecer, queramos o no, nos guste más o menos, parece ser así.
Y la Semana Santa con procesiones, palmas y torrijas, no iba a ser una excepción.

Empezamos a procesionar pues, alrededor de esta tradición.

La primera pregunta que nos deberíamos hacer sería la siguiente: ¿Por qué estos días festivos casi nunca coinciden por las mismas fechas de un año para otro? En unas ocasiones a finales de Marzo y en otras de Abril.

La respuesta la encontramos como casi siempre en los equinoccios, en este caso el de la primavera, días en los que también se nos obliga a cambiar de hora nuestro reloj analógico o digital para tormento del biológico que está programado para seguir ritmos más acordes con la naturaleza. Sueño, comida y otras actividades físicas y fisiológicas se ven adelantadas o atrasadas por intereses económicos tan variopintos, como la mejora de la productividad gracias al aprovechamiento lumínico.

El caso es, que estas fechas de celebración religiosa se imponen y se cambian de días según le toca a la Luna de lleno. Quiero decir que se las hace coincidir con la primera Luna llena después del referido equinoccio (Así queda más claro, espero) La Luna, tan femenina, siempre tan pagana.

Por otro lado se trata de una fiesta inventada por la iglesia católica para machihembrar sus enseñanzas evangélicas apoyándose en creencias más antiguas, que de esta manera quedaban solapadas, y con el paso del tiempo olvidadas en su original contexto.

Igualmente se la hace coincidir con la Pascua, celebración propiamente judía que aparece en el libro del Levítico y que fue impuesta por Jehová a su pueblo elegido. Muy a la contra, en el libro sagrado no aparece ninguna referencia a la “Semana Santa” como tal.

¿Qué se celebra?

El principal motivo de celebración de los cristianos es la resurrección de su Dios hecho carne en su hijo Jesucristo. Fundamento de toda su creencia monoteísta.

Adviento (Tiempo de espera) Navidad (Nacimiento) Cuaresma (Preparación-purificación) Pascua (Muerte y resurrección) más el tiempo ordinario, conformarán el tiempo litúrgico de la iglesia católica.

Pero esto no quiere decir que todos los cristianos del mundo celebren al mismo tiempo esta festividad. Aquí también depende si uno es ortodoxo o católico y todo por causa de los distintos calendarios adoptados por los unos o los otros, el Juliano o el Gregoriano, aunque ambos se pusieran de acuerdo en el concilio de Nicea sobre lo de la Luna llena, el Sol triunfante y los equinoccios diversos dependientes de las estaciones que marcaban los tiempos de siembra, cosecha y recogida del fruto.

En definitiva calendarios agrícolas que marcaban la primavera como el tiempo de la siembra (El comienzo de todo) y que era utilizado por culturas y civilizaciones muy antiguas como la romana, la china, la hebrea, mesopotámica o celta.

¿Y el ayuno y la abstinencia?


Pues habría que señalar a los babilónicos que pusieron de moda esa otra fiesta que precede a la pascua, los conocidos en la actualidad como carnavales en la que, entre otras costumbres  elegían como rey durante un día a un reo condenado a muerte. Se le permitía gobernar ¿? y se le concedían todos sus caprichos para a continuación ser ejecutado. Menudo privilegio el de este pobre.

Y de ahí vienen ciertas tradiciones populares de quemar muñecos de paja o figuras con forma de sardina, o la de esos peleles llamados “Judas” que son ahorcados en las plazas públicas. 
Esta celebración fue adoptada por griegos y romanos significando para estos, tiempo de excesos sin medida (Bacanales)

Por ello, al ser recogidas dichas tradiciones por la iglesia sobre todo en la Edad Media, después del desenfreno y las bajas pasiones desatadas, venía el momento de reflexión, recogimiento, meditación, oración y privación de alimento al igual que de bebidas espirituosas que nada o poco tenían que ver con el espíritu santo ni el espíritu divino.



Continuará


Segunda parte

Tercera parte

Cuarta parte



Derechos de autor: Francisco Moroz







viernes, 23 de marzo de 2018

Así nos va






Cuestionario previo para la prueba de acceso a la secretaria del Ministerio de Educación y Cultura.

*Escriba el significado explícito de las tres palabras que figuran a continuación: Relente, remedar, nudo.

Relente: Que da mucho asco y repulsión.
Remedar: Dar una solución a un daño o un problema, o evitar que ocurra algo muy gordo y desagradable.
Nudo: Poco delicado en el trato y muy bruto en su comportamiento.

*Escriba una frase corta donde aparezca cada una de las palabras anteriores.

-“Arranqué el coche dentro del garaje y deje el motor encendido al relenté”.
-“Separé la ropa vieja y con rotos que había que remedar”.
-“No tengo aún muy clara la decisión. Nudo si asistir o no al evento”.

*Escriba una oración en la que estén incluidas las mismas palabras, y al menos dos de ellas junto a la preposición “De”.

-“Ese hombre estaba un poco loco, pues un buen día derrelente, montó en su barca y salió a remedar denudo por el lago. Naturalmente regresó tras pescar una pulmonía”.



Tres meses han pasado desde que rellené ese primer cuestionario de acceso y ahora recibo los resultados del mismo para comunicarme que no soy apto ¿Me han tenido en un sin vivir, como con un nudo de soga en el cuello de un sentenciado para después decirme eso? ¿Sin más explicaciones? Creo que todo esto no ha sido más que un puro remedo de lo que tendría que haber sido un examen serio. Este tipo de cosas me indignan y al final serán las que consigan que la cultura me la traiga al relente o al pairo, o que me importe todo un pijo.


Derechos de autor: Francisco Moroz



domingo, 18 de marzo de 2018

Ruinas




Los rincones vacíos de la casa ya desmantelada le transmitían innumerables sensaciones, pero sobre todo la de desamparo.
Toda su infancia y parte de su juventud las pasó en ella, compartiendo momentos inefables y dolorosos con otros que como él, no fueron bendecidos por la fortuna.

Experimentaba el mismo abandono dentro de su corazón, una soledad a la que a pesar de los años transcurridos no se llegaba a acostumbrar.

Echaba de menos a su familia, aquella que se formó entre las paredes ahora ruinosas del orfanato.

Derechos de autor: Francisco Moroz

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