viernes, 14 de octubre de 2022

Sentimiento oculto

 



Al día siguiente, en cuanto llega el remplazo, disimulo lo mejor que puedo mis emociones. Como que nada ha pasado, cada uno en su papel. No hay que ir dando pistas a los prejuiciosos que pueden poner en peligro tan delicada misión. Hay vidas en juego y no conviene que nuestra relación salga a la luz a causa de alguna indiscreción puntual que levante sospechas.

 

Soy uno de los dos agentes encargados de la vigilancia de Azima. Ella es una mujer de hermosos rasgos árabes. Recatada y comedida; aunque un tanto tradicionalista, como buena musulmana. 

Posee una cualidad que me tiene prendado; y es la de ser una excelente conversadora; algo que se agradece sobre manera considerando las largas jornadas que permanecemos los dos encerrados en el piso franco. Estas misiones se caracterizan por la cantidad tediosa de horas muertas que pasamos con nuestros protegidos.

Hacía unos pocos meses que Azima, estaba incluida en un programa de protección a testigos. Había sido extraída durante el abandono de las tropas Estadounidenses. Cuando Afganistán era un polvorín a punto de estallar; casi en el último momento de ser tomado el aeropuerto por los fanáticos talibanes que buscaban hasta debajo de las piedras a nuestros colaboradores para eliminarlos.

La misericordia de Alá no se aplica en estos casos y menos con las mujeres.

Azima posee información valiosa y por ello ha de ser custodiada como la corona de la reina de Inglaterra. En este caso se trata de una joya humana; aunque igual de atractiva, delicada, y me atrevería a decir que excitante por su enigmático encanto femenino; por esa especie de aura casi mística que parece enmarcarla convirtiéndola  en un ser especial. Quizá la tenga algo idealizada por causa de esas antiguas leyendas españolas que cuentan del embrujo de las reinas moras que habitaban por esas tierras. 

Algo magnético tiene esta mujer que me tiene hechizado. Será por la sangre latina que corre por mis venas.

Soy una persona racional debido a mi entrenamiento y por tanto,no acabo de comprender la intolerancia. Nunca he concebido como el color de la piel, la religión, la cultura, la condición sexual o las ideas, son capaces de influir y promover el enfrentamiento de unos contra otros. Por ello, en mi afán de conocer otras culturas y aprovechando la oportunidad que me brinda esta mujer tan inteligente, y los puentes que hemos sabido tender a base de mutua confianza, se ha originado una interesante comunión en la que intercambiamos conocimientos y algunos detalles más íntimos de nuestra vida personal. Se podría afirmar que hay cierta complicidad entre ambos.

Lo malo es que esta conexión concluye, en el momento que aparece  mi compañero de guardia por la puerta. Durante el relevo aparentamos que todo marcha según los parámetros convencionales establecidos de antemano, durante exactamente las catorce horas que dura mi turno. Intercambiamos alguna mirada cómplice, una sonrisa y poco más. Nuestros gestos son comedidos y explícitos. No nos conviene a ninguno de los dos, que el tercero en discordia sospeche que estamos profundamente enamorados el uno del otro. Que tenemos un vínculo emocional que nos une en mutuo afecto.

Nuestro objetivo de protección es prioritario y no nos podemos permitir el menor desliz de cara a la agencia. Tanto él como yo hemos de ser prudentes y aguantar esas imperantes ganas que tenemos de besarnos delante de ella. De momento Azima no parece haberse percatado de la pasión que nos desborda.


Derechos de autor: Francisco Moroz





viernes, 23 de septiembre de 2022

Plan de huída

 



Los siguientes serían los niños más pequeños. Los sacarían por la puerta de atrás sin que los celadores se dieran cuenta de su ausencia. 

El grupo de voluntarios que me seguían estaban convencidos al igual que un servidor, de que aquel lugar era muy deprimente para los chiquillos y que la tristeza era la dueña de todo el recinto.

No sonreían a menudo. Solo se alegraban un poquito cuando nos veían llegar haciendo tontadas vestidos de médicos payaso.

Estaba decidido; hoy los sacarían al jardín para que les diera el sol en sus cabecitas peladas, y pudieran durante un rato, jugar todos juntos.

Les darían el margen suficiente para que se liberaran de sus miedos. Luego volverían a entrar.


Derechos de autor: Francisco Moroz

martes, 13 de septiembre de 2022

El uso de la razón

 





–He leído una frase de Paulo Coelho que me hizo recapacitar sobre la verdad.

– ¿Qué dice?

–Que “Cuando un político promete acabar con la pobreza, se refiere a la suya” Y mi duda es ¿Dice verdad o miente como un canalla?

–Ramón de Campoamor enunció que “nada es verdad o mentira, que todo es según el cristal con que se mira”.

–Pero la “verdad nos hace libres” que predicó Jesucristo; y eso es ley.

– ¿Y, cómo sabes que fue Jesucristo el que lo dijo? Puede que sea una “Fake News” de los antiguos. Mira, a mi entender Buda estuvo acertado con la frase: “Hay tres cosas que no se pueden esconder por mucho tiempo; el sol la luna y la verdad”.

–Pero eso lo dijo Confucio y no Buda; que lo leí por Internet.

– ¿Y eso es garantía de que sea cierto? Cuando actualmente “Es más fácil engañar a la gente que convencerlos que han sido engañados”

–Eso suena a frase hecha.

–Sí, de Mark Twain. Soy mucho de Mark Twain.

–A lo mejor los políticos mienten porque “Nadie es más odiado que el que dice la verdad” Esta es de Aristóteles.

–Más bien de Platón.

–Y tú eres el listo que todo lo sabe ¿No? Siempre tienes la razón. No eres Socrático. De los de: “Yo solo sé que no sé nada”.

–Te dije que soy Mark Twainiano.

– ¿Por qué, si se puede saber?

–Porque “Nunca discuto con estúpidos, pues te arrastran a su nivel y te ganan por experiencia”.





Es obvio que me excedí con las reglas del juego y no utilicé una sola frase. !En fin! espero sepan disculparme por mi intensidad.

Derechos de autor: Francisco Moroz





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