Sólo
le quedaba un cigarrillo para todo el día y no pensaba desperdiciarlo a lo
tonto. Se lo volvió a guardar y esperó sentado pacientemente.
Las
horas pasaron muy tranquilas y sin que nada interrumpiese el silencio reinante
en la estancia. Después de la cena abrieron la puerta y le invitaron a charlar
sobre temas divinos y humanos que no le interesaban a estas alturas de la
película.
El
no tenía muchos amigos y menos allí, con lo cual habló lo necesario y por
cortesía más que nada.
Cuando
por fin le preguntaron sobre su última voluntad, se palpó el bolsillo de la
camisa sonriendo.
Derechos de autor: Francisco Moroz
a cierta edad nos volvemos un poco irascibles....yo cambio el cigarrillo por una copa de vino blanco muy helado...ja ja..y quedarme descalza.
ResponderEliminarCada uno con sus prioridades Marcela. Yo tampoco soy fumador pero un helado de pistacho por ejemplo si que jme tomaría como final de danza.
EliminarBesos
Los pequeños placeres hay que reservarlos para momentos muy especiales, y eso tu prota lo sabía muy bien :)) Yo nunca me hubiera guardado un cigarrillo porque no he fumado en mi vida, pero si se tratase de un bombón... jajajaja.
ResponderEliminarBuen micro, Francisco. Siempre con la imaginación en plena forma :))
¡Un beso de martes!
Al contrario que tú, creo que los pequeños placeres hay que disfrutarlos siempre que tengamos oportunidad de hacerlo, no sea que después sea demasiado tarde. Con respecto al chocolate, si te gusta no te prives, siempre con moderación en todo, pero no te prives por guardar lineas que al fin y al cabo ninguno tenemos salvo las curvas, y siempre que estas no sean peligrosas "Carpe Diem"
EliminarBesos querida Julia.
Buena imaginación para fumar el último cigarrillo. Buen micro Francisco. Un abrazo
ResponderEliminarHasta para fumar un cigarrillo hay que echarle cierto misterio al asunto, siempre que represente un final e fiesta.
EliminarBesos
Buenísimo Francisco. Lo último que me imaginaba (qué raro, ¿no?) No le falta ni le sobra una coma. Me parece de lo más equilibrado. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn beso.
¿Qué no te lo imaginabas? Voy a tener que ponértelo más fácil para ver si me pillas alguna vez o al menos me intuyes por donde voy.
EliminarQue bonitas palabras me dedicas: "Un relato de lo más equilibrado. Ja,ja. 52 palabras por un lado y 53 por otro. Aquí falla algo...¡Pero casi!
Besos y gratitud.
Hola!
ResponderEliminarLos placeres de la vida. Para el que no es fumador no entiende el placer que produce así como una copa de vino para algunos pero nada tiene que ver. Me recordó al gesto que tantas veces hacía mi suegro ( según me han contado, en paz descanse) cuando dejó de fumar. Acto refleejo diría yo. Un saludo! gran entrada.
Los placeres de esta vida son de lo más variopintos y los hay en tantas variedades como personas habitamos el planeta tierra. Comer, fumar, andar descalzo, un vino, una puesta de sol, una vuelta en bici... ¡Pufff si yo te contara con lo poco que me conformo.
EliminarUn abrazo y gracias por asomarte a mi blog.
Que elegancia a la hora de la muerte. Un abrazo.
ResponderEliminarPuedes ser lo que seas y hacer lo que quieras pero la elegancia nunca has de obviarla ni omitirla.
EliminarUn abrazo
Si la parca a ha venido a buscarte, mejor que te encuentre disfrutando de tu último placer.
ResponderEliminarAbrazos Francisco.
Hay muertes que deben de ser la mar de dulces y deleitosas. al menos intentar que lo sean.
EliminarGracias por venir a visitarme Conchi.
Hombre previsor vale por dos. Lástima que de vida solo se tenga una, jeje
ResponderEliminarIngenioso micro, compañero.
Un abrazo.
No es cuestión de malgastar los pequeños placeres que son en ciertas circunstancias escasos. En este caso nuestro personaje es previsor sabiendo de antemano lo que le depara el futuro inminente.
EliminarUn abrazo compañero.
hola! un placer leerte y llevarte, con tan pocas palabras expresas tanto. gustazo grande, si lo hay, el ultimo cigarrillo. gracias y saludosbuhos!!
ResponderEliminarEl placer es siempre mio al recibirte Buho Evanescente.
EliminarGracias a ti por leerme.
Saludos con abrazo.
Al menos tiene claro cuál es su último deseo y ha hecho para tenerlo. Seguro que será el que mejor le sabe,
ResponderEliminarSorprendente como siempre Francisco.
Un beso
Como última voluntad, después de una opípara comida, después de hacer el amor, para relajar tensiones o templar los nervios ¿Y los que no fumamos qué tenemos que hacer? Se admiten sugerencias.
EliminarBesos
Uf, yo no sabría qué decir...Él lo tuvo fácil y con poco se conformó, pues para cada uno el placer reside en unas cosas.
ResponderEliminarMe ha gustado el halo de misterio con que has envuelto el micro, Francisco.
Un beso
Un buen café, una sugerente cita, una inteligente conversación, un viaje como los que te pegas, una caja de bombones... También lo tienes fácil ¡No me digas! Y sino échale misterio al asunto y hazte la interesante como yo hago con los relatos. Je,je.
EliminarBesos para ti.
Hola Francisco, tu relato me ha hecho recordar aquellas películas en las que al reo condenado se le dejaba elegir una supuesta apetitosa cena. Hay que tener cuerpo claro :-))
ResponderEliminarDesde luego has provocado el placer de ese último cigarrillo hasta para los que nunca hemos fumado.
Un abrazo.
Hola Miguel. Yo fumé de joven y no duró mucho porque sinceramente nunca me resultó placentero. Prefiero un buen café como escusa a una sobremesa entre amigos o con familiares queridos ¡Claro! Que este hombre no tenía muchas alternativas al respecto.
EliminarTú siempre buscando comparativas fílmicas ¡Cuánto vicio placentero tienes!
Un abrazo.
Un buen micro sin duda.
ResponderEliminarQue te voy a decir yo que he convivido con fumadores, mi madre se fumaba hasta tres paquetes diarios y mi padre dos, y mi hermana lo primero que hacia mas abrir el ojo el cigarro, en fin cada uno, independientemente de que nos guste mas o menos, tiene sus placeres y si a tú protagonista le gustaba fumar y le hacía sentirse bien, pues estupendo, cada uno tiene que ser feliz con lo que mas le gusta. un abrazo. TERE.
Esa es la fórmula: Intentar ser feliz con lo que se puede o tiene a mano. No se trata e conformismo sino de ser práctico. De otra manera nos perdemos en un mundo de ilusión donde muchas veces deseamos lo que no podemos alcanzar y por lo tanto nunca alcanzamos esa felicidad ilusoria.Lo ideal sería disfrutar pequeños momentos de alegría.
EliminarBesos Teresa.
Una bolsa de pipas me comía yo. Buen micro, a cada uno con lo suyo y sus prioridades.
ResponderEliminarUn besillo.
Con qué poco te conformas para ser feliz en un momento dado. Eso está muy bien, pues estarás preparada para las codas grandes que te sorprenderán por el camino.
EliminarBesos
Gracias Julio. Esa es parte de mi pretensión de la historia que cuenta.
ResponderEliminarSaludos.