Su primera relación fue con un hombre que resultó ser un monstruo. Le dejó innumerables heridas en su cuerpo y en su espíritu.
Le
prometió tenerla en un altar y adorarla de por vida; muy al contrario, la
inmoló en él, sacrificó sus gustos y necesidades, con el único propósito de
satisfacer sus caprichos.
Le
dibujó un paraíso en la tierra en cuanto estuvieran juntos, y en cuanto lo
estuvieron, conoció el infierno y sus infinitas miserias. El dolor, la
humillación y la degradación progresiva de su persona fueron sus condenas.
A
ella, le hubiera bastado un poquito de cariño. Un trato respetuoso. Incluso con
tan solo recibir una caricia de sus violentas manos o una dulce palabra entre
tanto insulto de su boca, se hubiera conformado.
Su
salvación fue conocer a un ser sensible y emocional, que vagaba por el mundo buscando
un corazón gemelo; alguien como ella, necesitado de reconocimiento y cariño.
Enseguida conectaron. El rechazo inicial que sintió al verle por primera vez a
causa de su fealdad, fue mitigado al descubrir su belleza interior, por la ternura
desplegada tan solo por complacerla. Sabía escuchar, le gustaba la naturaleza,
era pacífico e inteligente. Elocuente; hablaba varios idiomas y la lectura le
apasionaba.
Y
eso muy a pesar de que nunca lo tuvo fácil. Todos le rechazaban; el primero su
padre, que lo tachaba de demonio, miserable y desgraciado. Eso le amargaba. No
en vano el hijo de Víctor Frankestein carecía de alma pero no de sentimientos.
Siempre hay un roto para un descosido, me gusta el desarrollo del micro y como esta mujer pasa de las manos de un monstruo "normal" a encontrar el amor verdadero en un monstruo solo por en apariencia.
ResponderEliminarUn saludo.
Esa fue la idea; descubrir que tan solo por las apariencias no se puede juzgar al individuo.
EliminarMuchas gracias por tu comentario Ángel.
Un abrazo.
Como suele ser habitual en la mayoría de tus relatos, has dejado para el mismísimo final la clave que resuelve el enigma, y mientras tanto te recreas en una descripción de hechos que atrapan al lector a pesar de, o precisamente por, el misterio que encierran. Has logrado un muy buen micro con esa mezcla de referencias literarias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Siempre me pasa lo mismo ¿Verdad? En el final intento resolver todo el misterio que voy dejando por el camino como miguitas de pan. A lo mejor tengo espíritu de Hamsel.
EliminarUn abrazo, Josep. Siempre tan amable.
Muy buen título y magnífico desarrollo dejando para la ultima🤩 linea, la solución. El encuentro con el "monstruo" se produce con la niña más crecida y experimentada (desgraciadamente), y se convierte en una relación más curativa, que aleccionadora (para aceptar al diferente, con la niña).
ResponderEliminarSaludoss
Ese detalle de la historia original en que el "monstruo" se encuentra con la niña, está muy bien traído. Has enriquecido con tu comentario este pequeño relato. Mi agradecimiento.
EliminarUn saludo, Gabiliante.
Precioso micro, Francisco. has tenido una muy buena idea transmutando el hombre en monstruo y el monstruo en hombre. Leí hace años Frankenstein o el moderno Prometeo y me encantó. El personaje del «monstruo» es tan tierno y emotivo, tan maltratado y tan necesitado de afecto que me conmovió. Aquí le has hecho justicia.
ResponderEliminarUn beso.
Y es que entre un humano maltratador y un monstruo sensible, prefiero al segundo aunque sea de apariencia más desagradable. lo importante es la verdadera humanidad del individuo en cuestión.
EliminarEl que escribe manda, y en este caso era de justicia dejar a cada cuál en su sitio.
Otro beso para ti, Rosa.
¡Hola, Francisco! Magnífico micro, diría que el ejemplo perfecto de lo que es el reto. Una historia en la que juegas con el personaje dándole una nueva historia y un nuevo enfoque. En este caso sirviéndolo de salvavidas para esta mujer que se estaba ahogando en esa vida enjaulada por el verdadero monstruo. Fantástico. Un abrazo!
ResponderEliminarMe pareció adecuado en esta ocasión rescatar de la ignominia y la mala prensa a un personaje clásico, creado a base de remiendos humanos, sin alma, pero sin malicia. Puro en la génesis; como apunto Rousseau cuando decía: "El hombre es bueno por naturaleza pero que es la sociedad la que lo corrompe."
EliminarAgradezco como siempre tu paso por aquí y tu comentario.
Un abrazo.
Hola Francisco, me ha gustado mucho tu relato. Un gran homenaje al personaje creado por Mary Shelley y un argumento atractivo donde la "monstruosidad" no reside en el físico sino en el interior de los seres. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarEn el interior. Tú lo has dicho con acierto, reside lo mejor y lo peor de cada uno. No se le puede echar la culpa ni a Dios ni al diablo. No hace falta ir tan lejos en nuestra acusatoria.
EliminarUn abrazo, Ana.
Hola Francisco , muy buen micro en este caso , yo pensé que ella era la maltratada
ResponderEliminarpero resulto que no , era ella , dentro de lo malo , los que creemos que son los monstruos , no
son tan malos como nos creemos , en este caso el tenía muy buen corazón , me alegro de esta visión tuya de
Frankenstein , me a gustado mucho de verdad , te deseo un feliz Domingo besos de flor.
Si, Flor, no te equivocaste al pensar que la mujer es la maltratada por un hombre que es un monstruo y que más tarde encuentra a un "monstruo" que tiene más sentimientos y delicadeza que muchos humanos. Las apariencias casi siempre engañan
EliminarGracias por leerme y comentar.
Tu relato no tiene desperdicio de principio a fin, donde se despeja la incogníta en el último momento. Magnítica aportación al reto de David.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Macondo. Con tan pocas lineas es difícil construir una historia con pies y cabeza; por tanto si a ti te pareció completa; me puedo sentir muy satisfecho.
EliminarUn abrazo, compañero.
Estupenda combinación y mejor recreación. Me ha encantado. Un besote y feliz año.
ResponderEliminarGracias, amiga. feliz de que te haya gustado la forma y el fondo.
EliminarBesos.
Muy buen micro y desde luego hasta el final no sabes. Bien logrado. Muchos éxitos en el reto del Tintero.
ResponderEliminarUn beso y muy feliz año
Buenos días Conxita. El reto es personal y siempre salgo con un poquito más de tablas.
EliminarGracias.
Un beso, amiga.
Me ha encantado como lo has escrito, el final es muy tierno.
ResponderEliminarAbrazos.
Muchas gracias Conchi. La ternura es propia de los humanos capaces de sentirla. Los hay, que parecen no tenerlos.
EliminarUn abrazo también para ti.
Hola Francisco, bello relato, como bien dice la frase de Saint Exupéry :"lo esencial es invisible a los ojos", la ternura, el amor fueron dados por el ser quizás horrendo para otros, no era lindo físicamente pero sí hermoso en sentimientos, me encantó, un abrazo Patricia F.
ResponderEliminarCierto que ese podría ser un acertado resumen del relato.
EliminarLa presencia física externa engaña a los sentidos. La profundidad del alma, junto con los sentimientos son algo que hay que explorar en profundidad. Aunque es reflejada por los ojos.
Otro abrazo para ti, Patricia.
Hola, Francisco. Lo que mas me ha gustado, a parte de como has narrado la historia , es la naturalidad con la que has provocado la coincidencia de estos dos seres en busca de un alma donde resguardarse. Buen aporte al reto. Un abrazo y buena semana.
ResponderEliminarTodos, o casi todos, deambulamos por la vida como buscadores de alguien que se complemente con nosotros. Quién comulgue o se identifique con las mismas necesidades, anhelos y deseos. Cuando lo encuentras, si es que lo consigues, te da lo mismo quien sea el desconocido que te enamora.
EliminarUn abrazo, Pedro
¡Qué bonito, Francisco! Me ha encantado el tono del micro y la vuelta que le has dado a la historia. Deja un poso de tristeza y de ternura.
ResponderEliminarGracias Marta,m toda historia de desamparo, injusticia o amor, deja ese mismo poso al que te refieres. Las emociones humanas, que dicen.
EliminarAbrazos.
Hola Francisco, ¡genial micro!. ¡Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarMuchas gracias Mery.
EliminarBendiciones también para ti.
Desde luego, a lo largo de tu micro he sentido una congoja interior de pensar en tanto sufrimiento. Al final entendí el porqué. Muy bueno. Un abrazo
ResponderEliminarQuizá lo que sentiste, fue causado por la incertidumbre al pensar que el ser humano es tan frágil y vulnerable que no se vale por si solo para sufrir y gozar sin estar acompañado. Las penas son menos penas y las alegrías dobles, cuando estas con alguien que comparte contigo.
EliminarOtro abrazo para ti.
Tú aportas esta ocurrencia que hace mis delicias porque sigue los dictados del género gótico clásico ¡especialidad de terror que adoro! Leyendo tanta tribulación que marca el argumento , recuerdo siempre que , como dice La Salve , La Vida, es "Éste Valle de Lágrimas" Y me place la contundencia en la escritura que nos muestras. ¡Apúntate varios Ases!
ResponderEliminarHas sido muy generoso con tu comentario y te estoy agradecido.
EliminarMás que valle de lágrimas, yo lo denominaría como penoso viaje por la vida; lleno de incertidumbre, pesares, dolores y también, porqué no, pequeñas alegrías. Lo que cada vez tengo más claro, es que en compañía de la buena, este viaje se hace más llevadero y agradable.
Un fuerte abrazo, Juan.
Me ha gustado mucho la visión que aportas del personaje de Mary Shelley, y esa contraposición entre la ternura y la maldad y violencia. Gran relato. Felicidades! Saludos!
ResponderEliminarEs un personaje, este del que se trata, algo contradictorio a nuestro entender. desagradable en su presencia física, y bello por dentro, como solo lo son los inocentes libres de toda maldad.
EliminarY aun careciendo de alma es capaz de amar de la manera más pura.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Francisco, su micro es un secreto bien guardado hasta el final.
ResponderEliminarDejo mi saludo desde esta orilla del mundo: Colombia.
es una táctica común que utilizo en mis escritos. Me gusta crear un relato ambiguo en el que la trama no deja pensar en un final diferente al esperado.
EliminarDesde España te mando mi abrazo, Guillermo.
Dos seres totalmente complementarios. Muy buen micro y una perfecta alusión a la novela.
ResponderEliminarMe ha gustado
Un saludo
Y lo bueno es que se encontraron.
EliminarGracias por leerme.
Un saludo.
Ahhhh... Francisco. El monstruo de Frankenstein no tendrá alma pero sí sentimientos. No era malo, es que lo construyeron así.
ResponderEliminarUn aplauso enorme a tu criatura. Enhorabuena.
La criatura te lo agradece. Je,je. Ya sabes que todos los seres nacen inocentes y la sociedad o el entorno les pervierte.
EliminarMi agradecimiento por tu comentario, Bruno.
Un abrazo.
Ese hijo, mitad persona mitad apaños, qué bien narrado, en su soledad profunda.
ResponderEliminarMe ha encanatado, Un abrazo, y bonita tarde te deseo
Los hijos son en mayor parte reflejo de lo que son los padres.
EliminarY el padre dejaba que desear bastante en su ambición desmesurada de ser como Dios.
Un abrazo, Albada
Dicen que las apariencias engañan y eso es lo que me transmite tu relato.
ResponderEliminarA veces si nos parasemos mas en mirar el interior de las personas y no su físico quizás podríamos encontrar ese cariño y ternura que todos necesitamos, solo hay que saber mirar.
Un abrazo.
Saber mirar, más que con los ojos, con el corazón. No prejuzgar de antemano por las apariencias. Efectivamente captaste bien el mensaje Tere.
EliminarQue tengas un buen día.
Mi abrazo.
Hola, Francisco. Me ha gustado tu versión del moderno Prometeo, qué poco se merece llevar el nombre de su padre o creador. En una sociedad tan superficial como la nuestra en tantos momentos y casos, es una delicia comprobar como haces justicia en tu relato para con los protagonistas. Muy buen micro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es curioso como en la obra, a la criatura del Doctor no se la nombra con nombre propio; pues parece no tenerlo. Se le califica como monstruo, demonio etc... Eso dice muy poco del creador. cualquier padre lo primero que hace, es elegir un nombre apropiado para su hijo.
Eliminarpor ello, su vida será una continua búsqueda del amor y el reconocimiento.
Otro abrazo para ti, Carles.
El exterior de una persona con buena apariencia no dicta lo que se mueve en su interior. Esa mujer encontró lo que quería en el monstruo del hijo de Frankestein. Buen micro como siempre. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Mamen.
EliminarCuando dos almas gemelas se encuentran, se fragua un destino de comunión que como una fuerte alianza, está destinada a perdurar.
Un abrazo y buen día.
Francisco, me ha encantado tu micro. Siempre que he visto sus películas, las antiguas, he pensado que el personaje de Frankestein, a pesar de todo, era tierno y tenía sentimientos, así que tu final es fantástico. Saludos!
ResponderEliminarEl personaje realmente no deja de ser un niño que no ha perdido la inocencia; y eso a pesar de su apriencia repulsiva.
EliminarDe nuevo gracias por tu aporte.
Saludos.
Guau, Francisco, te has atrevido con el personaje de una novela fantástica, el personaje que ha volado más que su propia historia, muy buen hilado todo, me ha encantado la imaginación y el derroche mostrado, enhorabuena!
ResponderEliminarUn abrazo!
Agradezco enormemente tu comentario.
Eliminarun personaje clásico, de lo mejor que ha creado un autor. merecía un final de historia feliz, al menos que terminara con el final de una búsqueda que se preveía interminable y sin esperanza de encuentro.
Otro abrazo, compañero.
Hola, Francisco. Qué maravilla que el pobre Frankenstein consiguiera un final feliz. Me encanta!
ResponderEliminarUn abrazo
Ya que pocos finales felices hay en el mundo real, démosle este a un personaje que se lo merece por méritos propios y sus esfuerzos denodados por ser mejor a pesar del resto de humanos que lo evitan.
EliminarOtro abrazo para ti, Mirna.
¿Quién era el monstruo, y quién el héroe? Buen micro, Francisco.
ResponderEliminarNo hay más monstruos que los propios humanos deshumanizados. Es lo mismo de la coexistencia del ángel y el demonio dentro de la misma persona.
EliminarGracias por pasarte Matilde.
Un abrazo.
ola, Francisco. Me has tenido intrigado hasta el final, como en ti es costumbre, por saber de quién se trataba. Muy bueno lo de no tener alma pero sí sentimientos y el título genial. Un abrazo.
ResponderEliminarBuenos días Isan.
EliminarLo de crear algo de misterio para desvelar un final inesperado, es mi firma personal. Me alegro de haberlo conseguido de nuevo manteniendo en vilo tu atención.
Gracias y un abrazo, compañero.
Hola Francisco con ese padre es natural que todos escaparan al verlo. Has conseguido mantener la intriga hasta el final. Muy bueno
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Muchas veces los engendros son los padres que no educan ni conducen a los hijos por el buen camino, dándoles las herramientas adecuadas para su enriquecimiento como personas. El ejemplo es fundamental en este caso.
EliminarY hay padres que no merecen serlo.
Un abrazo, querida Puri.
Muy bueno,Francisco. Muy bien manejo narrativo. Aplausos.
EliminarMil gracias Beba, por tus amables palabras.
EliminarAbrazo.
Me ha encantado la antítesis comparativa, entre la fantasía idílica contra la realidad infernal. Y el monstruo mostró su faceta humana, y el humano, su faceta de demonio.
ResponderEliminarP.D: haz elegido un buen cuadro para ilustrar tu micro. La obra de Alexandre Cabanel nunca deja de maravillarme.
Un gran micro.
Un saludo.
Buenas noches Cynthia. En verdad esa es la esencia del relato. Mostrar la imagen distorsionada que muchas veces vemos de la realidad.
EliminarLa esencia del alma está adentro de cada uno esperando ser descubierta por los auténticos buscadores.
Un abrazo
Hola, Francisco. Sabes con tu micro intrigar envolviendo sobre sí misma la trama esperando a la última frase que, a modo de clave resuelva el puzzle. Yo me quedo, para quitarle un poco de hierro en favor del humor, con el jovencito Frankestein. 🖐️
ResponderEliminarbuenas noches JM.
EliminarYa ves que tarde veo tu comentario, pero te respondo igualmente.
Me irás conociendo en la forma de escribir mis historias; como bien dices, voy dejando pistas, que como miguitas de pan van indicando un camino. Al final nunca es lo que parece al principio.
Agradezco como siempre tu interés y el comentario.
Mi abrazo.