Anónimo
De nuevo un encuentro con los clásicos en lengua castellana, esta vez elegí uno de mis preferidos, de esos que con humor cuentan las peripecias de un pícaro, como tantos que han argumentado obras de este género, al que han dado el nombre: "Novelas picarescas" y que han llenado páginas y páginas con andanzas que nos ilustran de forma asequible a nuestras entendederas de urbanitas de siglo XXI. Costumbres, modos y formas del siglo en las que están escritas: el XVI.
Buscones, Alcahuetas, Bachilleres y clérigos, hidalgos, bravucones y soldadesca de capa raída... Todos ellos personajes de nuestra historia de baja estofa, de vulgo revenido y populacho iletrado; de gañanes y patanes, de pícaros buscavidas y zarrapastrosos.
Fue comienzo y ejemplo para otras obras posteriores que vendrían a confirmar el género; según entendidos, hasta el "Quijote" bebió de sus fuentes, pues la parodia, el desencanto y la burla estarán presentes en cada uno de los libros que sobre la misma temática se publicaron en España.
El devenir de esta obra es curiosa, pues la inquisición anduvo tras de ella y de su autor, del que desconocemos su nombre Más por las ideas expuestas y formas de expresarlas se le presuponen creencias reformistas de"Erasmo de Rotterdam" por lo cual, contrarias a las de la Santa madre iglesia del momento en el que le toco escribir; una iglesia oscurantista e hipócrita perseguidora
de herejes, brujas, e ilustrados por igual.
Fue censurada y hasta el siglo XIX no se pudo leer íntegramente, y aun así con reticencias y de reojo.
La obra se narra como escrita por un muchacho, que cuenta en primera persona a modo de larguísima epístola dirigida a alguien con renombre por el tratamiento dado; las penurias pasadas desde su niñez para poder medrar dentro de una sociedad, en la que había pocas oportunidades para los que no tenían cierto lustre de linaje, o la suerte de tener reales y poder librarse de la servidumbre del hambre.
Y este es el caso de "Lázaro González Pérez" hijo de "Tome"el molinero y"Antona", una buscona amancebada con un negro; fue a nacer junto al río Tormes en Salamanca y con pocos años puesto al servicio de un ciego.
Esta pareja de niño y ciego nos regalará con pasajes inolvidables donde se nos mostrará, como la inocencia del infante se destruye con el violento encontronazo contra un toro de piedra, que orna aún el puente romano de Salamanca; forma un tanto violenta de instruir el ciego al pobre "Lázaro" , despertándolo a la triste realidad del entorno en el que habrá de sobrevivir.
Gradualmente la convivencia con el ciego irá proporcionándole las tablas necesarias para engaños, triquiñuelas y picardías, hasta llegar hacerse valer y conseguir sus propósitos, poniendo punto final a esta relación con la puntual venganza del descalabro que propicia a su invidente amo.
Cambiará las tornas y de amo, siendo esta vez un tacaño clérigo bajo cuyo yugo de necesidad durará poco, justo después de robar un mendrugo para así mitigar el hambre que es mala consejera y recibir a cambio una paliza que dejole más cardenales que los habidos en la curia vaticana.
De nuevo "Lázaro"entra a servir a un hidalgo que solo vive del recuerdo de su dignidad, pues la honra es negra y escasa y aunque es bien tratado, el muchacho será en cierta manera el que sustente al hidalgo hasta que este abandona la ciudad y"Lázaro"
sólo de nuevo, pasará a manos de otros dueños.
Servirá a un fraile de pacotilla, a una artesano fabricante de panderos, a un vendedor de bulas, a un alguacil y a un capellán para hacerse casi al final del relato, aguador y pregonero.
Como colofón de la obra veremos como gracias al arcipreste de Toledo, el joven "Lázaro"consigue aposento y oficio y se casará con una criada amancebada con el propio arcipreste.
No obstante cornudo y todo, consentirá tal humillación por estar desengañado de lo que oculta la honra y el honor, agradecido de su nueva condición y estabilidad económica, algo así como: "Dame pan y dime tonto."
Hubo segundas partes y ediciones francesas, fue un libro muy popular por su estilo moralista y didáctico, en la que se mostraba
la realidad sin disfraz ni embozo pero relatándola con chanza y chascarrillo; quitando hierro pese a la gravedad del asunto y el asunto era una sociedad pobre, hambrienta, injusta, desmembrada y plagada de hipócritas clérigos, nobles ambiciosos, y cebados moralistas, más una corte rancia y cerrada sobre si misma.
Un libro para releer, pues no pasó de moda pese al cambio de siglo, de los nombres y de los usos; pues los personajes son aplicables a otros muchos que pululan y medran como piojos por costura, en la sociedad que nos toca vivir bajo el yugo de los mismos amos, con distintos cargos (Mismos perros con distintos collares) comprobando que la picaresca creó escuela y no pasó de moda y los que lo son, medraron bien a costa de los de siempre.
¡Valgamé Dios! que hasta cambio la forma de hacer sinopsis cuando presento un clásico, y es que me imbuyo con el espíritu de los de entonces sintiéndome poseído por su lengua y espíritu sufrido.
¡Ahí queda! que vuecencias lo disfruten si no lo hicieron ya.