Es bien sabido que “Las
paredes oyen” desde que la reina Catalina de Médici mandó instalar en palacio una red de conductos que comunicaban todos los aposentos del edificio, para poder de este modo enterarse de lo que hablaba la
servidumbre y los invitados, y de esta manera evitar las temidas conjuras dirigidas hacia su real persona.
En el año 1572 y en París, se perpetró la famosa matanza de San
Bartolomé. Final sangriento donde perecieron miles de hugonotes por orden de
Carlos IX aconsejado por su madre
que no era otra que la tal Catalina.
Por ello con esta frase nos aconsejan no comunicar los secretos
a voces pues siempre habrá alguien que los escuche detrás de una puerta o una
cortina, y eso acarrea funestas consecuencias.
Lo que si es un secreto a voces y encima festejado, es el 9 de noviembre en el que
celebra a la patrona de Madrid: la virgen de la muralla.
–¿¿De qué??
– ¡Ah perdón! ¿Y si digo: la virgen de la Vega?
¿Tampoco?
– Pues os explico y terminamos antes.
Los gatos son muy devotos…
– ¡Ah! ¿ Que tampoco sabéis quienes son los llamados gatos?
–Empiezo de nuevo…
... Como“Gatos” son conocidos los madrileños cuando Madrid era Magerit o Mayrit que vendría a significar: Lugar abundante en
agua. Nombre puesto por el pueblo invasor de la península a los que los visigodos
empezaron a llamar “Moros” palabra que no era utilizada como insulto para
los de la raza como piensan algunos, sino porque principalmente las fuerzas invasoras estaban
compuestas por marroquíes, argelinos y mauritanos, estos últimos conocidos como: Mauros-Morenos.
Por otro lado los árabes eran los que mandaban en esos ejércitos conquistadores
que causaban pavor a los eclesiásticos que veían como las imágenes de santos, Cristos
y vírgenes, junto con las reliquias, eran profanados.
Para prevenirlo los obispos instaron a los fieles de sus diócesis
a esconder las imágenes para evitar en la mayor medida posible su destrucción.
En la antigua villa de Magerit vivía un herrero que como buen cristiano tenía
mucha devoción a Santa María de la Vega y por tanto, escondió su imagen entre los sillares
de una antigua construcción romana. Una imagen que según la leyenda la trajo el
apóstol Santiago y que fue pintada por San Lucas y tallada por
Nicodemo. Una leyenda que todavía no se podía llamar urbana, pero que actualmente
tiene todas las papeletas para serlo.
El caso es, que la emparedó junto con dos cirios encendidos tapándola a continuación con los propios sillares sillares de la pared.
Trascurridos tres siglos y tras la conquista de Toledo en 1083 por
parte de las tropas del Cid Campeador, este se acercó a los alrededores de
Magerit. Una mujer llamada Miriam le
contó a este lo que le habían trasmitido sus mayores: Que en las murallas se
hallaba escondida la talla de una virgen, y aunque se la buscó, en esta ocasión fue
infructuosamente.
Habría que esperar dos
años más, para que el rey Alfonso VI se
presentara frente a las murallas, sitiando el alcázar, pero siéndole imposible
escalarlas; proeza que sin embargo realizó un habitante de la población con tan solo la
ayuda de una daga. Desde entonces se le conoció como “El gato”. Toda su familia heredó el apellido y por ello a los
madrileños se les conoce como gatos. Todavía en una de las calles de Madrid llamada: Callejón del gato, se hace referencia a un tal: Juan Alvarez Gato, poeta de la corte y descendiente de aquel ágil y trepador soldado.
Solucionado otro enigma.
El rey junto con su esposa Constanza oyeron la historia de la
Virgen escondida; y como la búsqueda se alargaba en el tiempo, mandó pintar mientras
tanto sobre los muros de la iglesia donde se había venerado, una imagen según
las descripciones dadas por la paisana que reveló la noticia.
El artista desconocido dicen que se inspiró en los rasgos de la reina
Constanza de Borgoña, poniendo en su mano una pequeña flor de lis como recuerdo
de su pertenencia a la casa francesa. Se supone que fue una “sugerencia” impuesta
por la reina.
Esta imagen se encuentra actualmente en la cripta de la
catedral y es conocida como la virgen de lis.
Cuando se estaba perdiendo toda esperanza de encontrar a la virgen
de la Vega, y durante una procesión multitudinaria alrededor de las murallas en
la que participaba el pueblo, la corte, el ejército y la realeza; y al paso por
la Cuesta de la Vega (No en vano era el sitio donde estuvo emplazada la iglesia donde había sido
venerada) se derrumba un paño de dicha muralla.
Era de noche y se vieron relumbrar dos luces en lo alto, y se descubre la talla de
Santa María de la Vega con los dos cirios encendidos.
El color moreno de la virgen negra, decían, era precisamente por
haber estado expuesta al humo durante tanto tiempo.
Me pregunto:
¿Y el oxigeno necesario para la combustión? ¿Cirios con tres
siglos de duración?
Lo único que puedo responder es:
--¡Oh milagro!
Era un 9 de noviembre del año del Señor de 1085.
Magerit pasó a llamarse Madrid y la virgen de la Vega pasó a conocérsela
como Santa María la real de la Almudena pues se la encontró en la muralla que en árabe
suena como: Al-mudayna, denominándose con este nombre la ciudadela que se encerraba tras el recinto amurallado; Donde está situado actualmente el palacio real o de oriente. Estas fueron construidas por el Emir Muhammad I de Córdoba.
En 1707 en el paño de la pared donde apareció dicha imagen, se colocó una hornacina con una escultura que representaba a la virgen. Esta, fue destruida
durante la guerra civil española. La actual data de 1941. .
La representación que se encuentra dentro de la catedral que se fecha entre los siglos XV- XVI. Es una talla en madera de pino, dorada y policromada con el niño entre sus brazos, asentada en un altar barroco; realizada en los talleres de Toledo por el maestro Diego Copín o por alguno de sus discípulos.
En la capilla dedicada a San Isidro labrador, situada en la misma catedral, aparece una imagen de la imagen original de esta virgen, cuya talla original se destruyo pasto de las llamas durante el reinado de Enrique IV.( 1425- 1474)
La venerada hoy en día fue coronada en 1948 y declarada patrona de la diócesis de Madrid en 1977 por el Papa Pablo VI.
Como curiosidad os cuento que a la talla de la virgen se la
vestía desde 1626 con ricos ropajes donados por las reinas y damas principales
de la corte, así como se la exhibía con joyas igualmente regaladas por las
mismas y nobles damas.
Ante el deterioro de la talla a causa de las vestimentas, un obispo llamado Ciriaco Sancha
lo prohibió, saliendo desposeída de
vestiduras regias por primera vez en la procesión del corpus de 1890.
Como historia verídica tiene muchas lagunas y fallas pero como
leyenda que crea una tradición arraigada en la villa y corte ¿No me podréis negar que es la mar de
interesante?
Y de paso resolvimos tres o cuatro datos la mar de curiosos.
¡Feliz celebración a todos los madrileños!
¡Yo trabajo!
Derechos de autor: Francisco Moroz.