Ayer tarde pasé una jornada intensa recorriendo las casetas de la 73 edición de la feria del libro;esto ya forma parte de una especie de ritual que se repite,mentiría si dijera que todos los años,pero si puntualmente tras un periodo de tiempo razonable;más que nada porque si lo hiciera anual tendría que cambiar de casa por la falta de espacio a la hora de compartirlo con libros y familia,
cuestión de prioridades indiscutibles e innegociables.
Pero ¡este año tocaba ya!
El poder de convocatoria que ejercen las letras impresas encuadernadas convenientemente es innegable a estas alturas, a pesar de que los agoreros se empeñen en decir que todo esto va a pasar a formar parte de la historia de la humanidad en breve, a causa de las nuevas tecnologías.
¿Qué se terminarán trasformando? No me cabe la menor duda, al igual que los formatos y soportes de la lengua escrita han ido cambiando con el paso de los años.Los libros tal y como los conocemos sufrirán mutaciones a causa de los E-reader, las Tablets o los Iphone..... pero nunca morirán del todo.
Personalmente creo en un dicho que circula por internet que reza:
"Si el fuego no acabó con los libros tampoco lo hará la electrónica"
Pero de momento los libros convencionales siguen convocando a su alrededor a miles de seguidores que los tocan,los abren,que miran sus contraportadas e ilustraciones, e incluso que los compran y los leen; ya sabemos que allá por la Edad Media eran un artículo de lujo y sólo asequibles a gente noble y adinerada y eruditos y bibliófilos enfermizos, el resto los tenía vetados no solo por el escaso poder adquisitivo sino también prohibidos por la ignorancia,el miedo y el oscurantismo.
El caso es, que fue un placer comprobar los ríos de gente que circulaban a paso lento entre casetas de editoriales,unas 400 esta vez;comprobando con deleite como ojeaban los tomos, acariciaban sus lomos y preguntaban por títulos concretos y precios;a este respecto seguimos en la Edad oscura, pues algunos son prohibitivos para la calidad que ofrecen en tapa blanda y papel reciclado(muy ecológico pero efímero).
Mi recomendación es: tapa blanda y edición barata para libros que desconozcamos y de los que no tenemos certeza si serán de nuestro gusto.Tapa dura y edición cuidada para aquellos que hemos leído o tenemos referencia de su argumento enjundioso y nos gustaría conservar por muchos años en nuestra biblioteca particular; como inversión cultural para los que vengan detrás.
El caso es que la tarde acompañó, quizá con excesivo calor,pero eso no era óbice para que las personas se apiñaran en largas colas junto a las casetas, para conseguir las codiciadas firmas de sus autores preferidos; yo no iba a ser una excepción y estaba el primero,en posición de firmes, una hora antes en la que firmaba uno de los míos:Santiago Posteguillo.
Ya llevaba preparado en la mochila el primer libro de la trilogía de Escipión que tan gratas horas me hizo pasar -Africanus el hijo del cónsul- del que ya hice referencia en este blog, junto con los otros dos que fundamentan dicha trilogía:-Las legiones Malditas-y -La traición de Roma- .
Adquirí no obstante otro de los títulos que tiene publicados para tenerlo firmado,pues se trata de uno de los curiosos ejemplares escritos para los amantes de los libros,pues en él se habla de curiosidades sobre algunos de ellos.
En los breves minutos que me pudo dedicar el autor, por respeto al resto de personas que esperaban pacientemente detrás, me comunicó que ya tiene escrito otro, cuyo título es:
-Sangre de libro- en el cual se sigue tratando la misma temática del que me refiero:
Del autor me basta deciros que tras su aparente seriedad se esconde una personalidad cautivadora, poseedor de una cultura que se le trasparente a la hora de comunicarse, pausado y sereno; un placer tener su dedicatoria en dos de sus obras.
Mira por donde hice los deberes la noche anterior y aunque en principio iba a curiosear novedades, me enteré por casualidad que otros dos escritores de mi gusto estaban a esa misma hora estampando sus firmas en sus obras, y para allá me fui remando entre el río de gente que pululaba por esa calle improvisada y temporal de libros, casetas,libreros y editoriales.
Uno de ellos, Jesús Sánchez Adalid, otro autor que toca en sus libros la temática que es mi debilidad: la novela histórica, con él pude conversar un poco más de tiempo mientras adquiría una de sus obras: -La sublime puerta-en edición familiar de tapa dura a precio razonable, aunque delante de él se mostrara una extensa panoplia de títulos y portadas sugerentes, con ediciones bien cuidadas e ilustraciones atractivas.
Me confieso ante los que leen mis entradas, que estando mi profesión relacionada con los libros, su edición y fabricación más el diseño gráfico, comprendáis que lo que me entra por el sentido de la vista es lo que me llega a tocar la fibra sensible de primera mano; después, la fría razón me hace leer argumentos y resúmenes de otros blogs amigos, que no la crítica que reciben ciertos libros y autores, ya que esta, me la trae al fresco.
Ya os dije en otra ocasión que los críticos y yo andamos un poco en desacuerdo, prefiero engañarme yo solito.
El autor de -El Mozárabe- es un personaje digno de conocer, muy tranquilo y lleno de una paz llamémosla espiritual y contagiosa, habla con calma para trasmitir solo lo importante...se nota su vocación. Pudimos hablar de historia, de escritura, y de valores humanos. Me llevé su firma, su dedicatoria y una grata impresión personal.
El tercero que no el último en gusto por sus escritos fue:
Jose Luis Corral, grande, entre los grandes autores de novela histórica bien documentada y con atractivo verbo, con relatos cautivadores desde sus primeras páginas y argumentos de intachable factura.
De este escritor he leído mucho, pero mira por donde compré uno de los títulos a los que le tenía ganas y nunca me decidía a adquirir, y que mejor ocasión que esta.
Se trata de:-La prisionera de Roma-, de cuyo argumento histórico estuvimos hablando un ratillo.
Jose Luis Corral es un hombre accesible y campechano, "realmente", no como otros personajes que presumen de serlo sin serlo (adviértanse esas comillas puestas adrede para recabar la atención en cierto juego de palabras).
Una persona con una obra extensa hasta límites insospechados, que trata cualquier periodo de la historia de forma amena e instructiva. Gran conversador, que trasmite hasta con su lenguaje corporal.
Bien, pues pasar calor y sed y terminar con dolor de pies mereció la pena y mi botín glorioso. Cuatro libros, tres firmados y una experiencia repetible sólo cuando vuelva a asistir a posteriores ediciones que se celebren más adelante. Me quedo esta vez con ganas de haber conocido a Marcos Chicot, el autor de:
El cuarto libro que de paso me llevé, fue otro título que me leeré sin tardanza por las recomendaciones de amigos blogueros.
Se trata de:-La verdad sobre el caso Harry Quebert-.
Salir del Parque del Retiro después de la aventura fue un gran alivio, pues estaba a rebosar de gente paseando, haciendo deporte, remando, sacando fotos, besándose, comiendo, descansando, conversando, relajándose, disfrutando de pequeños espectáculos y.......comprando libros e incluso a algunos los sorprendí leyéndolos sentados en los bancos y en el césped.
Un gozo de lector empedernido que pasó unas horas en la mejor compañía.