
Cinco minutos antes del amanecer
encuentro un lugar pequeño donde perderme.
No veré en él salir el sol,
pero todo se hace luminoso ahí donde me hallo.
Y aunque haya despertado es,
como si mi mejor sueño se alargara agradable, esponjoso.
Tanta ternura encuentro que no quiero abrir los ojos
ni salir en busca de la realidad que me espera.
Siempre tan inquietante, imprevista, árida.
Tú estás cerca, como siempre,
y en tí me pierdo y me encuentro, me refugio y escondo.
Dentro de tu abrazo.
Mi mundo pequeño, el hogar donde regreso de continuo.
Y del que obligado parto.
Cinco minutos antes del amanecer.

Derechos de autor: Francisco Moroz