viernes, 30 de diciembre de 2016

A vueltas con la navidad -Cuarta parte y última-





Llegamos al final de este año para unos con pena y para otros con gloria. De lo que no cabe duda es que la mayoría lo haremos frente al televisor, pendientes de esas doce campanadas míticas que marcarán la toma de las doce uvas de la suerte.
Me gustaría acabar también con esta serie de artículos que han pretendido explicar de dónde vienen las tradiciones navideñas.

Postales de felicitación:

Aunque su uso esta menguando a causa de los nuevos medios que tenemos al alcance de nuestras manos como el teléfono, los correos electrónicos y los whasapp; las tarjetas de felicitación fueron el medio más común y utilizado por todos, para llegar a los hogares de nuestros seres queridos y amistades para desearles unas felices fiestas.
Su origen tuvo lugar en Inglaterra y el nombre del precursor: Sir Henry Cole, un individuo que en 1843 se enfrentó a un serio reto, al encontrarse con que el número de compromisos a la hora de escribir una misiva o breve carta a sus amistades y familiares crecía de forma considerable año tras año. Es sabido que los ingleses difícilmente renuncian a sus formas protocolarias y sus costumbres adquiridas tan ordenadas y repetitivas; por ello, y dada la dificultad creciente para cumplir con tan excesivo número de compromisos, decidió encargar a un reconocido pintor amigo suyo llamado: Callcott Horsley, un diseño personalizado de una tarjeta con motivo navideño, con un mensaje generalizado de la que poder hacer cuantas copias necesitara en la imprenta, para con ello, cubrir sus necesidades logísticas año tras año sin tanto esfuerzo.
El mensaje que se podía leer en dicha tarjeta era: “Feliz Navidad y feliz Año nuevo para usted” algo nada original por cierto.
Las casas reales copiaron la idea y con ello hicieron extensivo el uso de las postales que todavía algunos escribimos y mandamos a los más allegados y que los más afortunados siguen recibiendo, extendiendo con ello una bonita tradición navideña.

Villancicos:

Como intuimos de la propia palabra se trata de “Canciones de la villa” o "villanas".
Se trataba en sus orígenes de cantos que interpretaban las gentes sencillas de pueblos y aldeas con motivos de la celebración de sus fiestas. Se ha de entender que en un principio no eran estos cantos, destinados a ensalzar el espíritu navideño ni motivar su celebración. Más bien se utilizaban como instrumento asequible para poder comunicar y recordar, los hechos más relevantes de los acaecidos por la comarca.
Se sospecha que fueron los musulmanes los que introdujeron en Castilla estas pequeñas composiciones con cierta métrica poética y capacidad de ser musicalizadas que fueron evolucionando hasta convertirse en las composiciones que actualmente conocemos. De ahí que para el acompañamiento de dichas piezas se utilicen instrumentos sencillos, como las gentes que los cantaron: Panderetas, chirimías, flautas y zambombas de uso común entre pastores y labradores.
Es en el año 1458 cuando por primera vez, quedan reflejados algunos de ellos en el “Cancionero de Stuñiga”
Naturalmente se convirtió en un buen instrumento de catequización con el que la iglesia pudo adoctrinar al pueblo llano, haciendo cercanos valores cristianos que de este modo en forma de mantras repetitivos y musicalizados, eran asimilados por gentes que en su gran mayoría no sabían leer ni escribir.
El primer canto de este tipo es el compuesto por un tal: Hilario de Poitiers titulado: “Jesús Refulsit Omnium” y que por cierto no se refiere a nada relacionado con peces bebiendo en el río ni campanas y tamborileros o burras de chocolatera.

Las uvas de la suerte:

La mayoría conocemos esa especie de leyenda urbana que corre de boca en boca cada año y que hemos asimilada como real. Me refiero al origen de las uvas que tomamos en noche vieja para despedir el año y recibir al que viene y que nos cuenta la genial idea que tuvieron unos agricultores murcianos y alicantinos que en 1909, y ante una excesiva cosecha, se vieron en la tesitura de dar salida al producto de una manera ingeniosa que consistió en inventarse esta original tradición anual.
¡Pues no!
Más bien se refiere al espíritu satírico, irónico y burlesco que caracteriza a los españoles y más a los madrileños, que para estos menesteres de ridiculizar se las pintan solas.
Tenemos noticias de ello en 1882, cuando era costumbre por parte de muchos ciudadanos de la capital, salir a buscar a los reyes magos por las calles, armando fuertes algarabías que no eran bien vistas por las clases nobles y pudientes, que preferían quedarse en sus casas realizando una costumbre importada de nuestros vecinos franceses consistente en tomar champán espumoso acompañado de uvas. Algo así como el melón con jamón y sin ningún significado ritualista destinado a la buena suerte.
Ante las protestas de estos burgueses por los molestos ruidos originados por los juerguistas, el alcalde de turno: José Abascal y Carredano, decidió emitir un bando en el que prohibía salir de jarana los días 5 y 6, frustrando con ello a las gentes más humildes del pueblo de Madrid que no podían de este modo celebrar. Bailando, cantando y bebiendo para dar salida a su espíritu festivo.
La reacción no se hizo esperar y se decidió como contramedida ante los selectos sibaritas que habían ocasionado el perjuicio, salir ese año en comandita hasta la puerta del sol bajo el reloj de la antigua casa de correos a tomarse las uvas como imitación de las tontas y refinadas costumbres de la aristocracia, para burla y escarnio.
Pero como ocurre en muchas ocasiones, el hecho se convirtió en viral y se empezó a repetir año tras año, se extendió al resto de la población española y traspasó fronteras de tal manera, que hasta en algún lugar en Australia, las uvas de la suerte son tradición importada.
Otras costumbres que algunos llevan a rajatabla en la noche vieja son por ejemplo.
Llevar ropa interior roja. Costumbre que viene de China y Vietnam donde el rojo y amarillo son colores de la buena suerte.
Encender velas blancas, verdes y rojas y dejarlas arder hasta que se consuman. Eso trae suerte en el amor.
Beber cava o champan con el anillo de oro sumergido en la copa. Asegura un año de bonanza económica. Al igual que llevar dinero en el zapato y lavarse las manos con cava y azúcar.
Y si lo que quieres es viajar mucho, puedes dejar las maletas en la puerta de tu casa.
Si eres hombre, puedes conseguir todo ello de golpe si le guarreas la alfombra a tu consorte con la cera de las velas, o con el champán y el azúcar, después de quitarle el anillo y mojárselo en el mismo líquido. Si además te encuentra en el bolsillo de la chaqueta prendas íntimas femeninas de color rojo: Ella misma te pondrá las maletas en la calle. Aunque ni viajarás, ni obtendrás bonanza económica con ello.

Roscón de reyes:

Otra vez esos romanos dándonos lecciones de cómo hay que hacer las cosas.
El dulce tradicional y típico de Reyes, también lo inventaron ellos. “Ceteribus paribus” (siendo en las otras cosas igual)
Ese dulce que todos conocemos, circular (Igual que la corona de adviento) con azúcar y fruta escarchada y relleno de nata, trufa, crema o cabello de ángel en cuyo interior se esconde esa figurita ansiada por niños, y mayores coleccionistas de tontadas de plástico, barro o cristal.
Recordamos de nuevo esas celebraciones llamadas Saturnales que tenían lugar durante el solsticio de invierno y en donde los romanos ínter-pares, plebeyos y esclavos se intercambiaban regalos consistentes en miel, frutos, y golosinas, como símbolo de que el año que comenzaba se presuponía iba a ser más dulce y menos amargo que el anterior.
Entre estos presentes se regalaban una especie de roscos amasados con diversos frutos secos, uvas pasas dátiles e higos.
Esta tradición como vimos anteriormente, fue aprovechada por la iglesia para trasmitir sus propias creencias a través de esos gestos y símbolos. A partir del siglo III y aprovechando la festividad de los Reyes magos, se reparten dulces a los más necesitados. Uno de los que más trascendió fue precisamente este que tratamos, rosco o roscón, al que en Francia se le conocía con el nombre de “Gateau de la Febe” pues al mismo, se le introducía un haba en su interior de tal manera que el que la encontraba se convertía en el rey del haba. Tradición que por otro lado también era conocida en Roma, en ese día en que los esclavos eran servidos por sus amos y que en el país vecino se quedó como "el día del rey loco" del que aparecen referencias en la obra: Nuestra Señora de París"
El rey Francés Luis XV fue uno de los que se aficionó al postre gracias a su pastelero que le preparó uno, escondiendo en su interior un regalo para el monarca; este, gustoso con la sorpresiva idea, la propagó por su reino. A parte del haba se escondía alguna moneda de plata en las casas de familias más pudientes.
En España fueron los mismos Borbones los que introdujeron la costumbre del roscón de la mano de Felipe V .
Más adelante, y como todo tarde o temprano, esta costumbre repostera tan sabrosa pasó al pueblo llano. Siendo Madrid y Sevilla las dos localidades donde mayor relevancia adquirió tan preciado dulce.


Aprovecho para desearos una buena noche de fin de año con toda la suerte que os puedan proporcionar esas doce uvas, que se convertirán en doce deseos convertidos en realidad si nos esforzamos... Después vendrán esas promesas que todos nos hacemos de dietas, mesura y aprendizaje de idiomas.

Mis abrazos para todos los que me lleguéis a leer.






Derechos de autor: Francisco Moroz


viernes, 23 de diciembre de 2016

A vueltas con la navidad -tercera parte-



Flor de pascua.

De todos es conocida esta planta tan llamativa de hojas rojas que se acostumbra a ver sobre todo en estas fechas como adorno señalado de interiores.
Su nombre botánico es: Poinsettia , nombre elegido en honor a un embajador americano en Méjico que es el que la dio a conocer y la hizo popular pues, enamorado de su vistosidad y apariencia la solía regalar a sus amistades por estas época. También se encargó de mandar algunos ejemplares a diversos jardines botánicos.
La planta es originaria de Méjico y ya era muy conocida por los pueblos pertenecientes a la cultura mesoamericana. Utilizada como medicina en forma de emplastos para enfermedades de la piel, como infusión para que las madres produjesen abundante leche y para bajar la fiebre. Y a causa de su llamativo color, como tinte natural para tejidos.
En el siglo XVI los misioneros franciscanos las usaban en navidad como motivo ornamental de sus iglesias, pero será gracias al nombrado embajador: Joel Roberts Poinsett en el XIX y a su admiración por estas plantas tan vitales, pues florecen desde noviembre a enero; que se conozcan y se usen de forma generalizada.
Hay un cuento referido a esta planta que nos dice que era una de las más humildes, irrelevante y de anodina presencia. Crecía en la orilla de un camino por el que solía pasar Jesucristo, y que cuando este lo hacía, intentaba mejorar su presencia, creciendo lozana en honor al Mesías. Cuando este fue crucificado, parte de su sangre se derramó sobre ella, tiñéndose con el color que caracteriza a sus hojas.

Árbol de navidad.

Es una tradición originaria de los pueblos celtas de centro Europa que ya acostumbraban a adornar los robles en honor a sus dioses, en concreto a uno llamado Frey, dios que representaba al sol y que era propiciador de la fertilidad de las mujeres, los campos y las bestias.
El árbol al que conocían como Idrasil (Árbol del universo) era considerado sagrado por estos pueblos. De él pendía el universo y sus raíces profundas llegaban al inframundo. Al llegar el solsticio elegían uno de los más antiguos para encender luminarias entre sus ramas y colgar guirnaldas para a continuación danzar en torno a él.
Cuando San Bonifacio llegó a estas tierras de Germania sobre el año 740, utilizó este elemento de adoración de los pueblos paganos como motivo para evangelizarlos. Para ello eligió un abeto o pino para darle la simbología más acorde con el nuevo credo.
La forma triangular del pino recuerda a la trinidad al igual que las hojas perennes el amor perdurable de Dios. Colgó manzanas para recordar el pecado original del que supuestamente todos somos portadores y las velas significando la luz de la fe que guía al creyente.
El primer árbol de navidad como tal, se vio en Alemania en el año 1605. La tradición se fue arraigando llegando a Inglaterra en 1841 de la mano del príncipe Alberto consorte de la reina Victoria. A España llegó en 1870 traído por una princesa rusa llamada Sofía Troubetzkoy esposa del marqués de Alcañices.

Hoy en prácticamente todas las ciudades luce en medio de su plaza principal un árbol de esta índole que suele ser artificial, pero del que siguen colgando los ornamentos que desde ahora nos recordaran otras creencias, culturas y tradiciones.

Uno de los árboles más grandes es el colocado todos lo años en New york, en el Rockefeller Center que tiene que reunir dos características: tener no menos de 50 años y medir más de 20 metros.
Para ello los encargados de buscar dicho abeto sobrevuelan bosques hasta dar con el espécimen adecuado.
su instalación en la gran manzana y el posterior encendido, se convierten en un espectáculo multitudinario.

Portal de Belén (Nacimiento)

Un elemento que es motivo de regocijo sobre todo para los más pequeños. Donde maquetistas avezados y aficionados entregados a la labor crean escuela, superándose año tras año.
Y la tradición nos viene también de lejos, esta vez de los primeros cristianos que adornaron algunos sarcófagos de las catacumbas romanas de la localidad de Priscila, sobre el siglo II –V, representando la estampa tan conocida por todos como “El misterio” con los tres magos de oriente incluidos.
La tradición como tal fue establecida gracias a una genial idea de San Francisco de Asís que tras un viaje a tierra santa en 1223 y tras (supuestamente) visitar el lugar donde nació Jesús, quedó tan impactado por la experiencia que decidió montar un Belén viviente en una cueva o ermita de Greccio (Italia) con motivo de la nochebuena. 
Cuentan, que fueron los mismos paisanos los que colaboraron como personajes y que el niño del pesebre fue una figura moldeada por el propio San Francisco. Tras los cantos y alabanzas y en el momento más solemne la figura el niño adquirió vida y sonriendo al Santo extendió sus brazos hacia él. 

Pero eso entra dentro de la leyenda. Lo que sí es veraz es que a partir de ahí la tradición belenista comienza a ser difundida por los conventos italianos gracias a la influencia de Santa Clara, quedando estas representaciones limitadas a los intramuros conventuales y priorizando el contenido religioso antes que el meramente artístico.
Sería a partir del XVI cuando los belenes empiezan a adquirir ese carácter ornamental gracias a la andadura de escuelas como la andaluza y la castellana siendo sus máximos representantes los maestros Berruguete y Siloé como retablistas, y Martinez Montañés y Eugenio Torices como talladores de figuras integrales.

Será en el siglo XVIII con la subida al trono de Carlos III de Borbón, cuando en España adquiere cierta relevancia la fabricación y exposición de belenes, sobre todo entre la aristocracia. Es este siglo en el que destaca el escultor Francisco de Salzillo.
No obstante os tengo que decir que los belenes de antaño no se parecían a los de ahora. En ellos aparecían personajes como Adán y Eva, ermitaños, profetas o animales salvajes, así como símbolos de la pasión de Cristo o elementos que recordaban el camino hacia la pasión de Jesucristo.
Con el tiempo los belenes se han vuelto más pintorescos y costumbristas, representando el propio misterio rodeado con personajes propios del pueblo llano como zapateros, lavanderas, herreros, leñadores, junto con los consabidos pastores, reyes, ángeles y soldados romanos.
En muchas ocasiones constituyen auténticos dioramas en movimiento. Maquetas tan completas que representan las edificaciones al detalle: Norias, fuentes, iglesias, castillos, albergues, molinos y algún que otro personaje escondido entre los musgos aliviando sus necesidades perentorias.

* El primer Belén hecho con figuras data en el año 1289 y fue realizado por Arnolfo di Cambio.
* El más antiguo de España es el que se encuentra en la iglesia de la anunciación de Palma de Mallorca.
* El más grande es el belén bíblico monumental de Santa Ángela de la Cruz en jerez de los Caballeros que posee unas de 10.000 piezas ubicadas en una superficie de 450 metros cuadrados.
* Y los tres belenes vivientes con más renombre son:
-El de Arcos de la frontera localidad cercana a Cádiz que sirve como escenario natural a unas 30 escenas en las que participan los propios habitantes del pueblo.
-El de Buitrago en la comunidad de Madrid, con más de 20 escenas en las que participan más de 230 figurantes en un gran “Mannequin challenge”
-El de Sangüesa en Navarra donde se reviven escenas bíblicas y las zagalas ataviadas con vistosos trajes regionales recitan versos ante el niño Dios.
Como veréis en España somos auténticos especialistas en montar “Belenes”



Continuará...




Derechos de autor: Francisco Moroz


miércoles, 21 de diciembre de 2016

A vueltas con la navidad - segunda parte-



Hoy os traigo siguiendo con la temática navideña, los símbolos utilizados, y alguna de las tradiciones que durante estas fechas, realizamos creyentes y no creyentes.

Corona de Adviento
Es bien sabido de su utilización casi generalizada para ponerla como centro de mesa o colgarla en las puertas y entradas principales de los hogares, o encima de las chimeneas quien las tuviera.
Su procedencia es indefinida, pudiendo decir que desde el albor de los tiempos era utilizada como símbolo de geometría perfecta, que viene a significar el ciclo continuo de las estaciones y la vida. Como representación del sol, de la unión perfecta entre el hombre y sus dioses, señal de eternidad sin principio ni fin.
Los griegos las realizaban para ofrendar a sus dioses y otorgar honores a ciudadanos destacados. Las confeccionaban con hojas de laurel, planta que representa la fuerza; siendo el trofeo más deseado de los atletas que competían en honor a Apolo (Dios del sol) y que se esforzaban para portarla en sus cabezas como señal de triunfo.
Los romanos adoptaron dicha corona como lo hicieron con muchos de los dioses, costumbres, y tradiciones de la cultura helena. Para ellos estas coronas representaban autoridad y garantía de ser recordado trascendiendo sobre lo mortal. Por ello muchos prohombres fueron enterrados o incinerados junto con ellas, como bien muy preciado.
Al Cesar Imperator se la imponían sobre la testa, cuando tras regresar triunfante de alguna de sus guerras de conquista le recordaban que solo era un hombre mortal: “Respice post te, hominem te ese memento” (Mira atrás y recuerda que solo eres un hombre)
Esas conquistan se extendieron por la Galia, Bretaña, y Germania donde habitaban los pueblos con fuerte raigambre celta y por lo tanto druídica.
Cuando las legiones se establecían en estos territorios, los ciudadanos se iban romanizando y por lo tanto observando y celebrando las festividades propias de Roma; como la celebración de la cosecha, las conocidas Saturnalias durante las cuales los participantes se regalaban coronas los unos a los otros. Esta vez hechas con ramas de acebo, enebro, muérdago, pino o abeto. Adornándolas con bayas, frutos secos, piñas piñoneras o manzanas. Estos pueblos en principio sometidos, fueron adquiriendo como propia, la cultura trasmitida durante la llamada “Pax romana”.
Los druidas se ponían esas coronas en la cabeza, hechas sobre todo de muérdago que para ellos era un componente mágico y curativo. Lo incluían en las ceremonias de solsticio parecidas a las ya nombradas saturnales o Brumarias de los romanos. Es entonces cuando el pueblo llano adquiere la costumbre de ponerlas en sus puertas como elemento protector de sus casas.
La mística pagana es relevado por el ritual cristiano cuando la nueva religión se extiende como creencia generalizada una vez que el emperador Justiniano en el siglo V la impone como tal.
Ciertos elementos como la corona adquiere una nueva dimensión, adquiriendo relevancia en sus celebraciones religiosas referidas al adviento, (La venida, la llegada) imponiendo significados diferentes y a la vez relacionados con las antiguas creencias. De esta forma las ramas verdes pasarán a significar la esperanza en la llegada del cambio. Las cuatro velas que se le añaden a la corona serán la luz que viene a brillar con el nacimiento de Cristo disipador de de las tinieblas. Las cintas rojas la sangre derramada por Jesús por amor al hombre. También nos hace rememorar esa otra corona de espinas de su pasión.
Las velas se le añaden como reminiscencia de aquellas hogueras encendidas para aportar calor al sol e iluminar las largas noches del solsticio de invierno. Suelen ser cuatro: tres de color violeta que representan la esperanza, la paz y el amor. Se encenderán durante las tres semanas que anteceden a la Navidad .Una cuarta de color rojo se enciende en Nochebuena. Una quinta colocada en el centro y de color blanco se prenderá en Navidad, en honor al nacimiento del niño Dios. Esta última solo presente en ciertos países.
En la actualidad el uso de las coronas de adviento está más secularizado, no siendo más que un mero adorno en puertas, ventanas y mesas. Añadiendo adornos como cintas de colores, bolas de navidad, o paquetitos de regalos.
En algunos países como Méjico o Gran Bretaña se confeccionan con flores. Lo cual nos hace recordar las coronas conmemorativas para nuestros difuntos, retrotrayéndonos de esta manera al comienzo de nuestra historia, donde el significado circular de la misma representaba el principio y el fin de la vida, en un bucle interminable.
Seguimos celebrando lo mismo después de tanto tiempo con mayor o menor solemnidad y fe, pero con símbolos que han trascendido a muchas generaciones de hombres y mujeres.


Continuará...


Derechos de autor: Francisco Moroz


lunes, 19 de diciembre de 2016

Falta de fe




Te quiere, mamá.

Así acababa la epístola que había leído una y otra vez a lo largo de 33 años. Cada una de las palabras que en ella aparecían hablaban de amor, de pérdida, de desconsuelo, ante la inevitable
separación de ambos.

La podía recitar de memoria, incluso lo hacía mentalmente como mantra personal, como oración dirigida a los dioses fuesen estos cuales fuesen, para que propiciaran un encuentro con ella y así poderla conocer.

Sabía de antemano por esa misma carta, que el milagro no se produciría: Mi madre era cristiana, mi padre musulmán y yo fui abandonado en una inclusa de Jerusalén.  



Derechos de autor: Francisco Moroz

viernes, 16 de diciembre de 2016

A vueltas con la navidad -Primera parte-




Ya llegó la navidad, y con ella, todos los elementos característicos que nos parecen lógicos y habituales para celebrar esta fiesta con coherencia y propiedad.
Desde niños nos hemos ido acostumbrando a ver las calles adornadas con multitud de luces, los escaparates de las pastelerías repletos de dulces típicos y las tiendas de regalos mostrando una amplia oferta de artículos para las expectativas de la persona más caprichosa. Qué decir de como decoramos nuestros hogares: guirnaldas de espumillón, árboles artificiales con bolas, bastones de caramelo, pequeños calcetines, lazos de colores, estrellas y ángeles.
Algún lugar privilegiado reservado para el belén o la figura del niño Jesús; pues no olvidemos que la fiesta de la navidad es la fiesta en la que se recuerda el nacimiento del niño Dios, al que recibiremos con canciones compuestas para estos días tan especiales en los que parece que todo está enmarcado en torno a las reuniones familiares y de compañeros o amigos con los que compartiremos comidas o cenas e intercambiaremos regalos y presentes rememorando la generosidad de aquellos tres reyes magos de oriente que fueron a Belén tras un cometa errante.
Es hacer balance del año que acaba para poder empezar con buen pie el que se nos viene encima después de las campanadas y las uvas y los brindis y las muchas promesas que cumplir. Felicidad, buenos deseos y parabienes trasmitidos a viva voz o con las variadas tarjetas postales pensadas para ello.
¡En fin! no quiero desengañaros como a los niños que en el fondo sois, pues todos nos convertimos un poquito en infantes crédulos que disfrutan con caras de asombro y sorpresa, de todas las cosas misteriosas y deslumbrantes que ocurren a nuestro alrededor.
¡Pero es lo que toca! Descubrir que la Navidad llegó una vez más fiel a su cita, pero saber con propiedad de donde procede y del porqué de muchos de sus atributos.
Para empezar ya os comunico que el origen de estas fiestas es pagano, al puro estilo de todo lo pagano clásico romano. Y es que estos romanos a parte de estar un poquito locos, como decía el buen “Axteris el galo” lo tenían inventado o adoptado casi todo, y los festejos no iban a ser una excepción.
Los ciudadanos de la gloriosa Roma ya celebraban las Saturnales del 17 al 23 de diciembre en honor al dios Saturno que velaba por la agricultura. El día 25 seguían con la fiesta llamada: "Natalis Solis invicti " que traducido en lengua viva viene a significar: Nacimiento del sol victorioso. Apolo era el protagonista. A estas se le sumaban las Brumarias con el dios Baco como actor principal. 
Como os podéis figurar eran días de exceso, banquetes, festejos y desenfrenos donde intercambiar presentes, bailar y cantar.
¿Os suena de algo?
Pero no solo los romanos tenían la exclusiva de sus dioses benefactores que representaban tanto al sol como al fuego.
Los mesopotámicos tenían a Shamash. En Grecia a Vulcano y Helios. Los egipcios a Atón. Mis queridos celtas lo denominaban Baal y Moloc. Los babilonios Nimrod o Tamuz. En algunos países hispano americanos se adoraba a Inti, en la cultura azteca eran seguidores de Huitzilopochtli. Los sintoístas de Amateratsu que por cierto es el único caso de feminización del astro rey; y los pueblos germánicos y escandinavos adoraban a Frey  (Origen del árbol de navidad)
También hay un dios antiguo que representa al sol y que nació por estas fechas. Me refiero a Mitra que pertenecía al culto de Persia e India. Religión que compitió seriamente con la cristiana. Un dios adoptado por las legiones de Roma.
Las creencias entorno al sol de algunas de estas culturas, sostenían que este, moría el 21 de diciembre que viene a ser el día más corto del año en el que el astro está en la parte más baja del cielo, lo que se conoce como Solsticio de invierno; siendo a partir de ese momento y gradualmente los días más largos, a partir de ese momento el sol se hace más viejo y calienta con mayor intensidad favoreciendo por ello las siembras y cosechas.
¿Entonces qué significa la navidad y que tiene que ver con Jesucristo?
La respuesta es sencilla después de lo que os he explicado.
Cuando se impone la nueva religión en Roma y se empieza a extender por el imperio y el mundo conocido, esta debe adoptar algunas de las prácticas “Paganas” que el pueblo llano tan apegado a sus ritos y tradiciones ancestrales seguía realizando, siendo reticente a abandonarlos; pues los hombres y mujeres seguían unidos a la tierra, a los ciclos solares y lunares, a las estrellas, a los bosques, ríos y lagos sagrados. Se celebra la vida y la muerte. La renovación, las cosechas y la fecundación. Inculcar ideas era una cosa, cambiar la esencia de las gentes sencillas se convirtió en una tarea harto ardua, casi imposible. Con lo cual la iglesia hace suyo el dicho de : "Si no puedes vencerlos únete a ellos" y lo que hace de forma muy inteligente es reconvertir las festividades paganas en favor de las nuevas creencias: 

De esta manera al equinoccio de primavera en el que se celebraban las famosas Bacanales (Carnavales) se superpone la Cuaresma. Al solsticio de verano pagano en el que se encendían hogueras para trasmitir el calor al sol y de paso purificarse de los malos espíritus se convierte en la festividad de San Juan. 

El solsticio de invierno que es el que tratamos, se convierte en navidad y el Samhain (Halloween) de los celtas, celebrado en el equinoccio de otoño, en festividad de todos los santos.

Por ello, en este caso, el cristianismo asocia estas fechas con el nacimiento de un Dios, propiciador de vida nueva y espíritu luminoso, que saca de las tinieblas (Brumas) a los hombres. Convirtiéndose en metáfora del mismo sol.
No se sabe a ciencia cierta por falta de documentos históricos cual fue el día y el mes en que Jesucristo llegó realmente al mundo. Los estudiosos eruditos de las sagradas escrituras proponen que sobre Marzo o Abril y nunca en Diciembre.
Con lo cual el hecho de poner esta fecha en concreto, fue una maniobra logística de la antigua iglesia para eclipsar las antiguas creencias en favor de las propias ¿Y qué mejor día para celebrar el nacimiento del hijo de Dios que el mismo en que nace el astro rey en todo su esplendor y en el que las esperanzas de la humanidad se renuevan en un nuevo ciclo?
El decreto lo promulgó un papa llamado Liberio y con ello se aunaron las celebraciones de todos los pueblos paganos evangelizados, que entraban en la órbita de la cristiandad.
La palabra Navidad  proviene del latín “Nativitas” que significa nacimiento, también se conoce a estos días festivos como Pascua y no solo es celebrada por católicos, también la festejan las comunidades protestantes, anglicanas y ortodoxas.
Por cierto la palabra Christmas tiene el significado de: "Misa de Cristo" aunque sea traducido como navidad.

Lo importante de todo este discurso es comprender que la esencia del hombre ha cambiado poco, y que nuestro espíritu ha de ser festivo. Celebrar la vida y sus acontecimientos, al igual que los pequeños momentos que nos son dados para encontrar la felicidad que con formas diferentes, llama a nuestra puerta para que la festejemos.


¡Felices Fiestas! 


Continuará...



Derechos de autor: Francisco Moroz

jueves, 15 de diciembre de 2016

El cuerpo del delito





Le habían endosado el caso de la mansión de los Harlim, parecía ser considerado por el departamento de policía, el más prescindible en esos momentos de entre todos sus efectivos. Le habían endiñado un crimen sin importancia, pero él les iba a demostrar su valía, resolviéndolo en tiempo récord ¿A caso pensaban que era estúpido? 

Era sabido que con la llegada de las fiestas de la navidad, ciertos colectivos se revolucionaban en exceso debido a las altas dosis de alcohol ingeridas en las comidas de empresa, que provocaba que las lenguas viperinas se soltasen y pusieran a caer de un burro a los compañeros ausentes.

También las reuniones familiares eran origen de conflictos, cuando aparecía el cuñado o esa suegra inaguantable que crucificaban a sus rivales, clavándoles el colmillo retorcido con saña desmedida. Fingiendo por otro lado, interés y amor verdadero por sus personas.

En los niños de por sí intransigentes en sus pretensiones, se operaba una inusitada transformación: De tiernos infantes, a fieras corrupias desatadas en su afán desmedido de pedir hasta la luna al gordo vestido de rojo y al trío de los camellos. 

Pero este caso era simple. Estuvo prácticamente resuelto desde que entró en el palacete hacía media hora escasa: La pose artificial del mayordomo intentando parecer correcto en su recibimiento no le había engañado. 
Los propietarios, un matrimonio al parecer bien avenido que pretendían desviar su atención contándole lo sucedido, tampoco le habían despistado. 
La atractiva doncella que le guiñó el ojo, menos todavía.

Le daba en la nariz, que el crimen se había cometido en la cocina, a la que se dirigió con paso raudo, pillando a la cocinera flagrantemente con las manos en la masa de un sabroso pudin.
A causa del grito de sorpresa y su actitud histriónica, supo a ciencia cierta que se trataba de la asesina.

Inmediatamente vio el arma homicida sobre la encimera y el cadáver descuartizado de un pavo al que él, haría justicia.
Lo único que le confundió, fue ver de refilón, a un anciano sentado en el salón, inmóvil, con un sangrante orificio de bala.





Derechos de autor:Francisco Moroz




LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...