Brújulas que buscan sonrisas perdidas
De: Albert Espinosa
Un autor hasta ahora desconocido para un servidor, y es que hay tantos en el panorama literario actual que cuesta conocerlos a todos, pero para eso están sus obras y: "Por sus obras los conoceréis"; de vez en vez cae una en mis manos, de esas que me hacen aflorar unas emociones que no por conocidas dejan de sorprenderme,naturalmente no las despierta cualquier obra escrita;y esta,¡mira por donde! ha sido una de ellas.
desde el comienzo empiezan los detalles curiosos en los propios encabezamientos capítulares,por ejemplo el primero titulado:-El fascinante chico que sacaba la lengua cuando hacía trabajos manuales-o ese otro:-Puños cerrados llenos de sonrisas abiertas-;
todos ellos adquirirán sentido según vamos leyendo el contenido de los mismos,una forma hermosa de expresar sentimientos olvidados, y recordados de nuevo por su protagonista de forma muy poética según nos va contando sus vivencias.
"Y es que siempre que miras fotos,descubres que todo era mejor de lo que tú creías..."
"Ekaitz"será nuestro narrador en primera persona,el que nos trasmitirá esas sensaciones del reencuentro con su pasado y sus protagonistas,el que rememorará lo que aconteció en su propia historia y lo que le va ocurriendo en el presente con personas con las que va contactando después de mucho tiempo;
se le supone una edad ubicada en la cuarentena con dos hijas gemelas y una mujer fallecida de forma violenta;esa mujer que representaba lo más importante,por la forma que tenía de decirle las cosas y orientarle en su confusión, su compañera solía decir:
"Cuando algo es irrepetible,hay que respirarlo."...Ella inspiraba recuerdos.
El protagonista regresa a su antiguo hogar, con su bagaje personal para enfrentarse de forma no voluntaria a su padre,ha sido requerido por la enfermera que cuida de él,un viejo enfermo prácticamente terminal afectado por los dos enemigos más encarnizados del hombre, el Alzheimer y el Cáncer;el segundo le ocasiona un dolor insoportable y el primero se lo hace olvidar junto con su identidad.
"Padre",pues siempre lo llamará así,no es una persona muy querida ni por él ni por su hermano mayor,que se niega a cuidarlo;el pasado fue duro junto al progenitor,director de cine exitoso,pero desentendido de sus cuatro hijos a los que no les dedicó ese tiempo necesario para crear vínculos afectivos.
Por otro lado su "Madre" con mayúsculas,pues se trata de la antagonista de su padre,ella fue la que siempre veló y cuidó de ellos,la que les dio el consuelo necesario hasta el último momento,el instante traumático que marcaría de por vida a los cuatro hermanos y que por otro lado les haría alejarse a unos de los otros de forma irremediable,pues antes,mientras su madre estaba postrada en cama con su propio sufrimiento, a ellos los unía ese mismo dolor:
"El dolor une mucho,Después de vivir un tiempo en este mundo,diría que es lo que más une."
La mujer de "Ekaitz", su maestra de vida, también lo sufrió, lo aprendió y le enseñó:
"Que uno ha de perdonar pero no olvidar....que lo malo que te ha pasado también forma parte de la vida....que no has de empezar una nueva sino comprender que has de evolucionar y continuar con la misma...Que el dolor es una emoción suprema y que con él se construyen mundos....Que negar esas experiencias es poner una mentira en los labios de la propia vida."
Y el relato se va configurando de reencuentros con figuras del pasado casi olvidadas que añoras o temes,del enfrentamiento con esos traumas de niñez y la visión distorsionada cuando no toda la verdad es conocida,de como esa renovación del alma va fraguándose dentro de uno mismo y el perdón y la reconciliación que cada uno nos debemos,va trasformando la percepción que tenemos de los demás.
En palabras del propio autor:
"Emocionante historia protagonizada por unos personajes inolvidables que nos harán reflexionar y descubrir lo que es realmente importante en la vida."
Y en esta sinopsis sobran nombres de personajes de obra, sobran referencias,decorados y paisajes,pues ya se nos dibujan, con los pensamientos y reflexiones del narrador,con el diálogo escueto y las pequeñas conversaciones;
un libro para detenerse y valorar que es lo que perdimos de todo lo que nos dieron y que hemos ganado después de tanta lucha y tanto padecimiento,y que es en definitiva lo que atesoramos en nuestro corazón.
Termino pues con este pequeño pensamiento contenido en el libro que no es que lo resuma en su totalidad, pero si que le da sentido no solo al mismo sino también al de nuestra vidas.
"Si cuidas las pequeñas cosas,las convertirás en grandes....Si cuidas sólo las grandes,siempre serás pequeño...."
Y si alguna vez perdiéramos el rumbo recordemos que para eso existen las brújulas de buscar sonrisas perdidas.
Un libro que leeréis con atención,parando en algún renglón más de la cuenta,que os retrotraerá a vuestras vivencias pasadas;
en algún momento incluso, os costará avanzar entre sus páginas por tener en los ojos alguna lágrima y no precisamente por las motas de polvo suspendidas en el aire.
El final del libro es conmovedor e ilumina todo el argumento.
De: Albert Espinosa
Un autor hasta ahora desconocido para un servidor, y es que hay tantos en el panorama literario actual que cuesta conocerlos a todos, pero para eso están sus obras y: "Por sus obras los conoceréis"; de vez en vez cae una en mis manos, de esas que me hacen aflorar unas emociones que no por conocidas dejan de sorprenderme,naturalmente no las despierta cualquier obra escrita;y esta,¡mira por donde! ha sido una de ellas.
Al principio quizá por el título sospechas que va a ser un relato con carácter y trasfondo humano-sentimental,la ilustración de la portada ayuda a trasmitir igualmente esa sensación de abismo,
lejanía y drama personal......y ya te esperas algo especial.
desde el comienzo empiezan los detalles curiosos en los propios encabezamientos capítulares,por ejemplo el primero titulado:-El fascinante chico que sacaba la lengua cuando hacía trabajos manuales-o ese otro:-Puños cerrados llenos de sonrisas abiertas-;
todos ellos adquirirán sentido según vamos leyendo el contenido de los mismos,una forma hermosa de expresar sentimientos olvidados, y recordados de nuevo por su protagonista de forma muy poética según nos va contando sus vivencias.
"Y es que siempre que miras fotos,descubres que todo era mejor de lo que tú creías..."
"Ekaitz"será nuestro narrador en primera persona,el que nos trasmitirá esas sensaciones del reencuentro con su pasado y sus protagonistas,el que rememorará lo que aconteció en su propia historia y lo que le va ocurriendo en el presente con personas con las que va contactando después de mucho tiempo;
se le supone una edad ubicada en la cuarentena con dos hijas gemelas y una mujer fallecida de forma violenta;esa mujer que representaba lo más importante,por la forma que tenía de decirle las cosas y orientarle en su confusión, su compañera solía decir:
"Cuando algo es irrepetible,hay que respirarlo."...Ella inspiraba recuerdos.
El protagonista regresa a su antiguo hogar, con su bagaje personal para enfrentarse de forma no voluntaria a su padre,ha sido requerido por la enfermera que cuida de él,un viejo enfermo prácticamente terminal afectado por los dos enemigos más encarnizados del hombre, el Alzheimer y el Cáncer;el segundo le ocasiona un dolor insoportable y el primero se lo hace olvidar junto con su identidad.
"Padre",pues siempre lo llamará así,no es una persona muy querida ni por él ni por su hermano mayor,que se niega a cuidarlo;el pasado fue duro junto al progenitor,director de cine exitoso,pero desentendido de sus cuatro hijos a los que no les dedicó ese tiempo necesario para crear vínculos afectivos.
Por otro lado su "Madre" con mayúsculas,pues se trata de la antagonista de su padre,ella fue la que siempre veló y cuidó de ellos,la que les dio el consuelo necesario hasta el último momento,el instante traumático que marcaría de por vida a los cuatro hermanos y que por otro lado les haría alejarse a unos de los otros de forma irremediable,pues antes,mientras su madre estaba postrada en cama con su propio sufrimiento, a ellos los unía ese mismo dolor:
"El dolor une mucho,Después de vivir un tiempo en este mundo,diría que es lo que más une."
La mujer de "Ekaitz", su maestra de vida, también lo sufrió, lo aprendió y le enseñó:
"Que uno ha de perdonar pero no olvidar....que lo malo que te ha pasado también forma parte de la vida....que no has de empezar una nueva sino comprender que has de evolucionar y continuar con la misma...Que el dolor es una emoción suprema y que con él se construyen mundos....Que negar esas experiencias es poner una mentira en los labios de la propia vida."
Y el relato se va configurando de reencuentros con figuras del pasado casi olvidadas que añoras o temes,del enfrentamiento con esos traumas de niñez y la visión distorsionada cuando no toda la verdad es conocida,de como esa renovación del alma va fraguándose dentro de uno mismo y el perdón y la reconciliación que cada uno nos debemos,va trasformando la percepción que tenemos de los demás.
En palabras del propio autor:
"Emocionante historia protagonizada por unos personajes inolvidables que nos harán reflexionar y descubrir lo que es realmente importante en la vida."
Y en esta sinopsis sobran nombres de personajes de obra, sobran referencias,decorados y paisajes,pues ya se nos dibujan, con los pensamientos y reflexiones del narrador,con el diálogo escueto y las pequeñas conversaciones;
un libro para detenerse y valorar que es lo que perdimos de todo lo que nos dieron y que hemos ganado después de tanta lucha y tanto padecimiento,y que es en definitiva lo que atesoramos en nuestro corazón.
Termino pues con este pequeño pensamiento contenido en el libro que no es que lo resuma en su totalidad, pero si que le da sentido no solo al mismo sino también al de nuestra vidas.
"Si cuidas las pequeñas cosas,las convertirás en grandes....Si cuidas sólo las grandes,siempre serás pequeño...."
Y si alguna vez perdiéramos el rumbo recordemos que para eso existen las brújulas de buscar sonrisas perdidas.
Un libro que leeréis con atención,parando en algún renglón más de la cuenta,que os retrotraerá a vuestras vivencias pasadas;
en algún momento incluso, os costará avanzar entre sus páginas por tener en los ojos alguna lágrima y no precisamente por las motas de polvo suspendidas en el aire.
El final del libro es conmovedor e ilumina todo el argumento.