Meditabundo estoy, cabizbajo
rememorando tiempos pasados,
recordando tu suave y callada brisa
tus pausados pasos,
cuando estabas a mi lado todavía
junto a mí.
Las palabras de amor eran fluidas
como el agua,
las únicas que podían salir de nuestros labios.
Palabras y besos palpitantes,
ansiados encuentros entre ambos.
Te añoro y lloro,
en realidad la vida sigue irrebatible
pero sin ti cambia todo.
Todo es lento, espeso, doloroso.
Náufrago sin tu presencia amada,
sin tu mirada de luz.
El despertar huérfano de caricias.
Feliz no obstante porque conocí la dicha,
entristecido al perderte.
Tonto fui al no decirte a cada instante
lo que te veneraba,
ya no hay remedio.
Me arrepiento y se que es tarde,
no es admisible el chantaje
me quedé sin argumentos;
de esos que esgrimen los necios
cuando la suerte les huye.
Y es que el amor es pasajero tan mudable,
que hoy es y mañana vuela.
Sin comprender por qué marcha,
por qué emigra y te abandona
olvidando lo gozado,
reviviendo lo sufrido.
Pasan las horas en agonía perenne,
comprendo que es todo pasar fugaz
sin freno en el corazón.
Que todo sana al final
con cicatrices terribles.
Es la triste realidad :
perdura la soledad y los recuerdos sublimes.
El desamor de lo amado antagonista es,
si eres querido mera fortuna.
Fortuna aciaga tal vez.
Pacto escrito con tinta amarga,
eco lejano que avisa
de previstas muertes anunciadas.
Solo me quedan quimeras rotas,
vínculos leves y amores vacuos.
largos silencios y espacios amplios.
mis manos frías sin otras manos;
ojos cegados de tanto llanto.
Algunos años de oscura suerte,
la soledad lacerante que cierra el puño.
y una existencia lejos de ti,
cerca de tantos
que no son tú.
Sin comprender por qué marcha,
por qué emigra y te abandona
olvidando lo gozado,
reviviendo lo sufrido.
Pasan las horas en agonía perenne,
comprendo que es todo pasar fugaz
sin freno en el corazón.
Que todo sana al final
con cicatrices terribles.
Es la triste realidad :
perdura la soledad y los recuerdos sublimes.
El desamor de lo amado antagonista es,
si eres querido mera fortuna.
Fortuna aciaga tal vez.
Pacto escrito con tinta amarga,
eco lejano que avisa
de previstas muertes anunciadas.
Solo me quedan quimeras rotas,
vínculos leves y amores vacuos.
largos silencios y espacios amplios.
mis manos frías sin otras manos;
ojos cegados de tanto llanto.
Algunos años de oscura suerte,
la soledad lacerante que cierra el puño.
y una existencia lejos de ti,
cerca de tantos
que no son tú.