viernes, 5 de mayo de 2017

Madre (Tu día son todos)






Echo de menos tus caricias madre,
tus abrazos.
El bienestar de tu regazo,
el arrullo de tu voz.
En la necesidad
tu presencia,
el consejo sabio en la incertidumbre
del que no es fuerte y lo sabe.

En la cocina tu esencia añoro,
y el sabor de tus milagros cotidianos.
También los besos que empezaban
y terminaban mi día.
Besos que cicatrizaban heridas,
que me daban calidez
en noches desamparadas.

Te pienso a veces
en mi infantil madurez
de temores y de miedos.
Y en una lágrima furtiva
se me escapa la ternura
que deshace mi armadura.
Y el alma que tu fraguaste
se postra siempre a tus pies.

Y es que madre aún te anhelo
como a la infancia perdida,
como a tantos sueños rotos
dejados por el camino.
Que aunque uno se hace viejo
nunca renuncia a lo eterno
y entre ello a tu recuerdo
que guardo como tesoro.

 La inocencia ya se escondió
detrás de arrugas y canas.
Pero creedme si os digo:
que después de tantos años
no se han deshecho los lazos
ni emborronado los trazos
que en común forjamos ambos
 sin mediar contrato escrito.

Alguien dijo:
Que el amor gratuito
lo inventaron las madres.
Y tú madre mía,
me trajiste al mundo
con amor del grande
de mujer sensata y buena.
 Con amor que suma y sigue.

A los nueve meses de espera
añadiste.
La dedicación, la entrega,
tu ilusión, tu fe, tu lucha.
Los disgustos que te di,
y tanta y tanta renuncia.

los sacrificios constantes
por hacerme sentir bien.
Tus desvelos y altruismo,
las regañinas severas
que escondías con pericia
 tras despistes y sonrisas.

Quisiera al fin compensarte
y no encontré mejor modo
que hacerlo llevando adentro
tu presencia generosa.
Donde late un corazón
al ritmo de una canción
con letra escrita por ti
pero cantada por dos.

Y es que madre solo hay una
y a todos sin excepción
 nos tocó la más querida.
Entre todas la mejor.
La más guapa y la más justa



Derechos de autor: Francisco Moroz

martes, 2 de mayo de 2017

Más de lo mismo




8 de diciembre de 1980, 9 de diciembre de 1980, 10 de diciembre de 1980… 
la cuenta atrás comenzó desde el mismo día en que se dio el pistoletazo de salida en la escuela de ingenieros de caminos de la politécnica. 
El 9 de febrero de 1980, un homenaje, se convirtió en movimiento contracultural al que se le conoció como “La movida madrileña.”

Queda poco para que finalice el año y junto a él, todo ese germen de inquietud y rebeldía se irá evaporando como si nunca hubiese existido. 
Todos esos jóvenes disconformes con el sistema acatarán de nuevo las normas establecidas según vayan peinando canas y quedándose sin pelo ¡Menuda movida!



Derechos de autor. Francisco Moroz

domingo, 30 de abril de 2017

Nada te turbe





Los acontecimientos se precipitaron de manera inesperada. Los periódicos se hicieron eco de la noticia y todos respiraron tranquilos y aliviados ¡Por fin se había detenido al asesino!

Desde 1982 sin fallar ni uno solo, durante las celebraciones de la tradicional Semana Santa de Cuenca se cometía un asesinato. La víctima siempre era uno de los miembros de alguna de las cofradías de las muchas que participaban en las procesiones que tenían lugar durante esos días.

Treinta y cinco muertes injustificadas cuya resolución había tenido en jaque al cuerpo policial y a la guardia civil. Esclarecimientos de los hechos que daban un respiro al gobernador que compareció ante la prensa nacional explicando con detalle cómo se habían acometido los trabajos de investigación y seguimiento para detener al culpable. Este no era otro, que un conocido sospechoso y en principio simple alborotador. Que aprovechaba los tumultos y las concentraciones masivas de personas, que se originaban en los desfiles de las diversas cofradías a lo largo de las calles de la población Castellana para cometer sus crímenes.

La única prueba aportada era el haber encontrado al culpable tirado en la acera junto al cadáver de su última víctima. puesto de alcohol hasta las trancas y las manos llenas de sangre. Suficiente para inculparle y cerrar el ominoso caso que tenía desquiciadas a las autoridades, aunque no hubiera rastro del arma homicida.

                               


Cada vez le resultaba más difícil ser el mejor timbalero de la procesión conocida popularmente como: "Las Turbas."* Eran muchos los que querían ingresar en esta cofradía de hermanos tan famosa en la comunidad castellano manchega y con renombre a nivel mundial.

Muchos eran los candidatos que querían destacar con sus tambores haciéndolos sonar con furia en los desfiles del viernes santo. Pero solo él ponía verdadera devoción en lo que realizaba.

Cada golpe con la maza en el cuero de su timbal, formaba una letra que a su vez se convertía en frase y esta, en una especie de sincopado rezo en forma de canon repetitivo que memorizó de uno de los poemas de la Santa Teresa y que rezaba: 

“Nada te turbe nada te espante. “Todo se pasa, Dios no se muda todo lo alcanza.”

Cada año se imbuía de fervor por “su tradición” que era como una penitencia de obligado cumplimiento. Golpear y golpear hasta la sangre repitiendo las letras que formaban la frase. 
Sabiendo que se jugaba su integridad física. 

Este era su último año en Cuenca. Se saldría de la cofradía y se incorporaría a alguna de Sevilla, Salamanca o Valladolid. En realidad le daba lo mismo, el caso era acometer con entusiasmo su misión en este universo de pecadores.

Su timbal lucía con orgullo las señales ensangrentadas y resecas que año tras año como galardones, volvían a humedecer el parche de cuero de becerro que cada vez sonaba más recio, más grave, más ronco y que hacia vibrar su corazón, y enaltecía su alma inmortal con su sonido inigualable y carismático.

Lo único que le diferenciaba a él de los demás tamboreros era precisamente esa sangre impregnada en el mazo, en el cuero y en sus manos.
Los demás se dejaban su propia piel en cada toque. Él elegía víctimas propiciatorias como hiciera Abraham en su momento, y las inmolaba para que formaran parte de cada una de las letras de su oración.

La Semana Santa del 2017 llegaba a su fin y con ella un ciclo. Elegiría una nueva oración, una nueva ciudad y unas nuevas víctimas.

Sonreía cuando en los noticiarios oía como le calificaban de asesino en serie, cuando en realidad era un fervoroso y piadoso penitente.


Derechos de autor: Francisco Moroz


*"Las Turbas" 
Una procesión que tiene lugar el viernes santo en la ciudad de Cuenca, dentro de las celebraciones de la Semana de Pasión.
 También conocida como la "Procesión de los borrachos" o 
"La Tamborrada" se caracteriza por la asistencia de miles de cofrades que gritan mientras hacen sonar timbales, tambores y clarines. Símbolo del escarnio al que fue sometido Jesús de Nazaret.



Propuesta presentada al reto de la comunidad: Relatos compulsivos.
Escribir una historia basada en la imagen que la antecede.



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