A la caída del sol y en esa playa en concreto, los
dos compañeros se tumbaban en la arena. Semidesnudos, libres. Contemplaban el
cielo según este se oscurecía y se convertía en un campo cuajado de puntos
luminosos. Se entretenían en darles formas de animales de guerreros o seres
inauditos.
Significaba para ellos un mundo paralelo,
inalcanzable y desconocido, pero sobre todo lleno de misterios. Cada noche era
una nueva aventura en la que poder recrear su imaginación.
Estrellas que aparecían o desaparecían según la
estación, posiciones diferentes de algún conjunto de ellas. Las que brillaban
palpitando como corazones. Algunas dejaban estelas de fuego o humo en su caída
libre hacia el horizonte.
A ambos les fascinaba ese tapiz nocturno sobre
sus cabezas, paralelo a ese otro que tanto les atemorizaba y se desplegaba hasta
el infinito, allá, al frente. Desbordante de agua salada y previsiblemente de
monstruosas criaturas acechantes del que se atreviera a navegarlo.
En la aldea les avisaron que no se tomaran a
broma lo que observaban en la bóveda celeste, pues las deidades hablaban a través
de los astros. Hacía poco apareció la que nombraron la ‹‹estrella de la mañana››
se pudo ver en pleno día. Otro suceso
oscureció el cielo inesperadamente durante un gran intervalo de tiempo.
Presagios, de que alguna calamidad podía acaecer de forma inminente.
Una mañana de octubre, divisaron tres enormes naves meciéndose en el agua. El pueblo de los Taínos estaba a punto de contactar
con nuevos dioses.



En esa ocasión, el cielo acertó con su mal presagio. Después de aquellos acontecimientos, pocos querrían mirar la bóveda celeste.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las de cal y las de arena. Tampoco vamos a pensar que todo fue tan negativo a la larga.
EliminarAbrazos.
Se ve que no hacía falta aventurarse a navegar los mares para que las monstruosas criaturas los amenazaran. Y no sabían los pobres la que se les venía encima. Muy buen relato para el reto de El tintero.
ResponderEliminarUn beso.
Si no vas a buscarlo te vienen a la puerta de todas las maneras. es lo malo de vivir en un mundo redondo. Que tarde o temprano alguien se acerca a visitarte. Aun siendo allende los mares.
EliminarBesos.
La línea del horizonte es la puerta de los dioses del cielo. El mar, reflejo terrestre de su esencia, el mejor camino. Muy ameno y alentador para que reparemos en contemplar con atención la pantalla celeste. Saludo.
ResponderEliminarEn el espacio tienen, según decían en una muy conocida película, la puerta de Tannhauser quizá es esa a la que te refieres ;)
EliminarTe agradezco tan poético comentario.
Un abrazo.
Rotundo final.
ResponderEliminarMagnífico.
Casi te sobran palabras.
Abrazooo
Creo recordar que utilicé las justas, en un principio me salieron muchas más y tuve que hacer una buena purga ;) Es lo que toca.
EliminarUn abrazo.
Me gustado mucho el final! Mucha suerte en El Tintero
ResponderEliminarGracias María. Aunque no es para concurso (En esos participo poco) ya tengo recompensa con vuestras visita, lecturas y comentarios.
EliminarUn abrazo.
Durante la lectura, he llegado a pensar que la fecha del título había sido casual, pero el rotundo final me ha aclarado las cosas.
ResponderEliminarMe ha encantado el relato. Felicidades.
Un abrazo.
Gracias Macondo. El titulo, naturalmente es elegido adrede para entender el final en toda regla.
EliminarUn placer que te haya gustado.
Abrazos.
Qué buen micro, Francisco. Me encanta cómo sin explicitar nada, solo con el título y el avistamiento final de las naves, se entiende perfectamente lo que está a punto de ocurrir. El contraste entre la suavidad y la calma de ese mundo previo y lo que sabemos que sucederá luego es potentísimo. Un relato genial.
ResponderEliminarMuy agradecido Marta por tan buen comentario. Esa era la intención, dejar a la imaginación volar hacía ese final de fotograma, sin más explicaciones, entenderlo todo de golpe.
EliminarMi abrazo.
Siempre me sorprenden tus finales, como siempre he disfrutado del relato.
ResponderEliminarPobres si lo hubieran sabido.
Un abrazo.
Ahí estamos Tere, intentándolo con cada relato. Y parece que a veces lo consigo.
EliminarGracias. Y un beso.
Francisco, el maestro de los finales inesperados. Soy de las que creen en el "buenismo" de los posibles visitantes de nuestro planeta, aunque no he tenido la suerte de avistar ningún ovni, ya me gustaría, porque no dudo que haberlos haylos.
ResponderEliminarMe ha gustado el contraste de la primera parte, de la contemplación del mar, del declive del sol y del cielo cuajado de estrella y ese final potente que pone el relato del revés.
Abrazos, Francisco.
Ja,ja,ja. Tú, que me lees con tan buenos ojos. Hay que ser generosos y pensar que puede haber vida en otros mundos, aunque nosotros solitos ya nos bastemos para crearnos problemas sin necesidad de ser visitados por otros habitantes celestes que pueden o no ser amigables.
EliminarOtro abrazo para ti, querida compañera.
Hola, Francisco, qué bueno, sutil, sugerente y muy bien narrado. Genial el final, la historia del mundo cambió a partir de entonces. Te felicito por el micro.
ResponderEliminarUn abrazo. 🤗
Muchísimas gracias Merche, que gusto leer comentarios tan positivos ¿Tú sabes como anima?
EliminarMe alegro que te haya atraído el relato.
Un beso.
Hola, tocayo.
ResponderEliminarAunque el título ya presagiaba algo, el final es contundente y redondo. Te felicito por ello en particular y por todo el micro en general, muy visual y elegante. Gracias por compartirlo.
Un fuerte abrazo.
Patxi.
Qué tal Patxi.
EliminarGracias por tu aprecio y apreciación de mi relato. El título era una pequeña pista de por donde apuntaba el argumento.
Un abrazo.
Hola, Francisco. Para ellos, el firmamento no era distancia; era puerta. Un mundo paralelo donde la imaginación no tenía límites ni miedo. Las constelaciones cambiaban con las estaciones como viejos conocidos que se mudan de casa; algunas palpitaban como corazones lejanos, otras caían en estelas de fuego que parecían lágrimas del cielo. Y al frente, el otro abismo: el mar, infinito y oscuro, lleno de criaturas que la aldea susurraba en cuentos para no dormir. Dos infinitos, uno sobre sus cabezas y otro a sus pies, y ellos en medio, dueños de ambos por unas horas.
ResponderEliminarLos dos amigos vieron cómo sus dioses bajaban del firmamento al mar. Y el mundo que imaginaban paralelo se hizo carne, madera y hierro frente a ellos. El tapiz nocturno ya no era un juego. Era un mapa. Y acababa de cambiar de manos.
Me ha encantado, Francisco.
Muy buen comentario que enriquece el propio relato. Te lo agradezco en lo que vale.
EliminarRecibe mi abrazo, compañero.
Hola Fran, me ha encantado tu propuesta. Nos abres una ventana temporal a ese momento en el que las vidas relativamente pacíficas y plácidas de esas personas se verían trastocadas. ¿Qué habrán sentido? Nos llevas con habilidad mientras nos presentas los presagios que ya hablaban de que algo iba a suceder. Este tipo de historias me gustan mucho, te felicito. Saludos.
ResponderEliminarBueno, no todos estarían viendo estrellas de manera pacifica. Quizá otros estarían realizando sacrificios humanos a sus dioses, o matándose entre ellos. Esto es una visión idílica de dos jóvenes visionando estrellas. Ya sabemos que todas las culturas tienen su idiosincrasia. Nadie es perfecto. Gracias a esas visitas cambiaron muchas cosas y no todas fueron negativas, seamos honestos. ;)
EliminarGracias por tus letras.
Abrazo.
Curiosa o tristemente, "dioses" que no descendían del cielo que los Taínos tanto amaban y les maravillaba. Va un abrazo, Francisco.
ResponderEliminar¿Y quién dijo que los dioses son pacíficos y honestos? Hasta Zeus tiraba rayos y truenos cuando se cogía un berrinche. Un abrazo también para ti.
EliminarHola Francisco, tristemente en esta ocasión los malos presagios de en los cielos estaban acertados. No les esperaba un futuro muy halagüeño. Bien contado un abrazo
ResponderEliminarYa sabes que los oráculos antiguos se basaban en intuiciones por las que se deducían acontecimientos extraordinarios. Cuando algo resultaba impactante como un eclipse de solo o lunar, se tendía a pronosticar catástrofes y cataclismos y fines del mundo. Me acuerdo yo todavía del cambio del milenio, nos dijeron que los satélites caerían del cielo y los sistemas informáticos así como la red eléctrica fallaría. Nada pasó, salvo lo cotidiano. y alguna guerra abierta más (Estas ultimas nunca fallan) Por desgracia.
EliminarMi abrazo .
Hola Francisco. El contraste entre mar y cielo, dos mundos tan separados y lejanos pero que a la vez parecen tocarse. Y el presagio, convertido en realidad, de los cambios que sin saberlo están por sobrevenir a ese pueblo y que inevitablemente cambiarán para siempre la plácida vida de los Taínos, de la mano de esas gentes que no vienen de más allá de las estrellas, sino de más allá de los mares. Un final que cambia total ente la perspectiva del relato. Un abrazo.
ResponderEliminarBuenas tardes Jorge.
EliminarDos mundos paralelos de los que imaginamos puede llegarnos cualquier cosa. Desde una visita inesperada a un pedrusco a gran velocidad que acabe con la vida de todo el planeta.
Nosotros seguimos observando el cielo por si viéramos venir alguna nave interestelar.
¡En fin! Los seres humanos seguimos siendo los mismos pero con más tecnología a nuestro alcance. Por lo demás, igual de crédulos y frágiles.
Mi abrazo.
Hola Fran ¡Me ha encantado tu reto! Era un 12 de octubre y el Caribe era "descubierto" por "nuevos dioses" portadores de castigos a sus libertades y a sus creencias. Los presagios de las estrellas no se equivocaban y el futuro cambiaría su mundo para siempre. Un abrazo de Marlen
ResponderEliminarGracias Marlen. Bueno , tampoco fue así de literal. Sus creencia si se vieron afectadas por el nuevo Dios que aportaban los visitantes. Pero las esclavitudes siguen siendo las mismas antes y ahora. Si no, porque tendríamos que seguir trabajando como lo hacemos. Yo prefiero estar viendo estrellas en pelotas tumbado en una playa caribeña ;)
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Francisco! Seguramente las estrellas alertar a los tainos. Pero qué podían hacer frente a fuerzas mejor armadas. Aunque no los confundieron con dioses, siempre hubieran estado en inferioridad de condiciones. Lo que me trae a la mente una frase de un comic: un gran poder implica una gran responsabilidad. Un abrazo
ResponderEliminarCasi ninguna predicción ha servido para nada. Por ejemplo en la actualidad ¿ Cuanto nos llevan avisando sobre el pronóstico catastrófico que se avecina con el cambio climático? Nos entra por un oído y nos sale por el otro. Poderes gubernamentales muchos, responsabilidades y soluciones ninguna.
ResponderEliminarEstamos destinados a la extinción por nuestra mala cabeza y por no tener en cuenta el aplicar soluciones.
Otro abrazo para ti.