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viernes, 1 de enero de 2016

Viva la vida

Carmen Pinedo nos regalaba como final de año una entrada muy amistosa, entre las que había una invitación implícita para celebrar la vida, la felicidad, la alegría de estar juntos, reunidos en torno a la palabra y a las letras. También y como no podía ser de otra manera ¡Al arte! a la pintura, y a la fotografía. 
(Aquí podrás leerla)






Tenía unos cuantos regalos a elegir para todos los que asistimos al evento celebrado en su "casa blog", yo escogí esta fotografía que figura arriba; la que me inspiró estos versos que ahora os presento y que como no podía ser de otra forma dedico a esta amante indiscutible de lo bello. De los trazos y los colores, las luces, las sombras y los contrastes... y los gatos.

Una mujer enamorada de la vida a pesar de sus tristezas.
Entre sus palabras de bienvenida estas:


¿Notas algo que arde dentro de ti, como un fuego que a veces acaricia y a veces quema? ¿Cómo dices? ¿El amor? ¡No, quita, yo de eso no sé nada! Es la alegría. Hasta en los momentos más tristes está ahí, aunque no puedas sentirla, aunque no puedas creerlo. Está. Deja que te abrace. Aunque a veces queme, porque te aseguro que quema.

En fin, ya entiendes de lo que se trata. Es ese viejo asunto de vivir. Vivir-vivir, quiero decir, nada de sí pero no. Mira, ¿has visto cuánta vida? Toda tuya. Ahora. Cuánta vida ahora, para ti. ¡Que no te la quite nadie!





Para que la vida te sonría
has de cogerla de la mano y bailar con ella.
De apariencia frágil hasta que sientes
su pálpito salvaje instintivo de animal salvaje,
con una poderosa voluntad de devorarte.

Si quieres que te acepte
has de mirarla de frente sin arrogancia,
a los ojos.
Como enamorado incondicional ante su presencia,
dispuesto a todo.

Es ella la que te saldrá al encuentro
sin tú buscarla.
La que te hará delirar y padecer hasta dolerte,
llorar de felicidad o conmoverte,
haciendo estragos.

Si quieres algo de la vida
pídeselo directamente y sin rodeos,
aunque sólo te ofrezca sueños y promesas.
Albacea y testigo de tus obras,
de tu buena fortuna  o tu desdicha.

Será fiel compañera hasta la muerte,
cadenciosa a ritmo lento
y raudo en otros.
pertinaz, sentenciosa y carismática
pero siempre fugaz y perentoria.

Se escurre como arena entre los dedos,
y se deja beber en ocasiones a sorbos cortos.
Cuanto más la deseas más esquiva,
y más irreverente si la adoras.
Es altiva doncella que no rebajará su suerte a la tuya.

Ella sigue fluyendo mientras tú feneces,
no dejando lugar a despedidas ni a reencuentros.
Mientras sea tuya cuídala como a una madre
a la que nadie renuncia ni quiere perder,
a pesar de lo que te dé y te arrebate.

Es caprichosa, procaz y peligrosa,
pero es tan bella la vida que te apasiona,
te enamora y te subyuga, te conquista y seduce.
Haciéndose imprescindible mientras respiras,
tan fértil y veraz como adictiva.

Es, como una chica alborotada y loca,
que te posee y te desnuda
y que se ríe de ti.
O te monta una fiesta sorpresa inesperada
sin contar contigo.

Imprevisible señora altiva
 dadivosa unas veces o ruin y casquivana.
Ególatra sutil y poderosa,
pero jamás aburrida
y nunca sosa.

Terrible paradigma de quiméricas formas
 infructuosa, altiva y discordante,
o humilde y armoniosa.
Savia que es sangre enaltecida
de seres orgullosos.

La vida te enaltece, te hace fuerte,
te ayuda a superar sus realidades.
Te hace soñador en sus orillas
o naufrago perdido
en sus procelosos mares.

Algo es bien cierto: sin ella morimos
y hacemos lo indecible en retenerla.
La amamos a pesar de los retos que plantea,
de los amagos que hace,
de los sutiles engaños soportados.

Andamos por ella
como sobre cuerda floja,
con miedo a caernos al vacío.
La vida se respira por los poros,
si sabes disfrutarla.

Hay que conquistarla con esmero
poniendo empeño en ello.
Es muy fácil perderla,
no se caracteriza
por ser una amante posesiva.

Tampoco te controla,
aunque ponga las reglas del juego que te obligan.
Con ella y con las horas,
que el tiempo es el tercer
elemento de discordia.

Este pone los límites
donde la vida las normas.
te las puedes saltar, no duelen prendas
pero al final pagarás
de todas, todas.

Yo siempre fui sencillo y confiado,
creo que sigo siendo como un niño.
Y por tanto, y a pesar de lo escrito que ya acabo
viviré la vida que me toque.
Sin quejarme, sin prisas, y sin ascos.





                                                                                Derechos de autor: Francisco Moroz






viernes, 18 de diciembre de 2015

Luz y Sal

 Para amar 

tendré que emplear la vida entera que me resta,
darle claridad y sabor para hacerla grata.

No se hizo la noche para temerla,
ni la luz que portamos para esconderla,
más bien para alumbrar los lóbregos rincones.
Para no perdernos y encontrar salidas
en el oscuro túnel de la impaciencia,
e iluminar de esperanza las tristes horas.

Para amar

 tendré que emplear la vida entera que me resta,
pues no sé cuando,
tendré que despedirme de los que amo.

Que se hizo la sal para dar sabor,
y aderezar con ella los sentimientos.
 Las amables palabras que dedicamos
en restar amarguras a las desdichas.
Corazón aliñado para el encuentro,
suculento manjar cuando besamos.

 Que somos sal y luz para los otros,
en el abrazo afectuoso y en la caricia.
En la voz pausada que te habla, 
y en el oído atento del que escucha.
En la sonrisa alegre 
y en la diáfana mirada.

Para amar

 tendré que emplear la vida entera que me resta.
y darle claridad y sabor para hacerla grata.





Derechos de autor: Francisco Moroz




viernes, 27 de noviembre de 2015

Palabras para Chelo

 Para Chelo, que es una cajita de sorpresas, por su tercer año como bloguera entregada a la causa. (Los amigos están para eso)






De corazón danzaré contigo tras la lluvia,
y pisaré los charcos con la ilusión del niño.
Esperanzado miraré hacía arriba para ver las nubes,
te presentiré tras ellas como a sol de Mayo.

Acariciadora eres con tu nombre propio,
como la brisa mañanera que refresca el rostro.
Con tu cuerpo estrechado en imaginado abrazo,
te intuiré como adagio, como arpegio hermoso.

Al indefinido esbozo de tu bocetado rostro,
le pondré sonrisa y luminosos ojos.
Tiempo pasajero de añorada ausencia,
retazo juvenil de recordada esencia.

Liviana en palabras y amorosa en prosa,
verso consentido, colorida aurora.
Luminoso faro,
caja de sorpresas con celeste lazo.

Correré por tus renglones al encuentro,
te esperaré en el párrafo inicial de mis poemas.
Serás protagonista consentida de la historia,
el misterio y el final feliz del argumento.

En la amistad se basará la confianza,
de las cómplices risas por remotas ondas.
Y de cine será la aventura comenzada,
con reparto de lujo y en compañía grata.




                                                                                   Derechos de autor: Francisco Moroz

lunes, 16 de noviembre de 2015

Hoy le toca a París





Hoy le toca a París llorar.
Poner sus banderas a media asta,
vestir con crespones negros sus balcones,
derramar flores en sus calles y sus plazas.

Han perdido parte de la luz
con la que suele brillar su ciudad,
pues sus hijos murieron de forma estéril,
a manos de la locura y de los fanatismos.

Hoy París sufre por la ausencia de sus hermanos muertos,
el color rojo de la tricolor será de sangre,
la tristeza del luto, la sal de sus lágrimas
cubrirán los semblantes de sus hijos.

Hoy le toca a Paris gemir,
y recordar sus ideales que les une a todos en abrazo,
los que dan cordura y sentido al despropósito,
de esos que creen que matando triunfará su causa.

No será así mientras perdure la fraternidad,
La de los hermanos que permanecen juntos.
La libertad amada y sentida como si fuera una madre,
y la igualdad que nos une contra los intolerantes.

Esos violentos cobardes que ejecutan con saña homicida,
no conseguirán más que gastar sus consignas.
Enloquecer en el vacío de sus propios terrores,
al recorrer un camino que no conduce al futuro.

Serán oscuros y malignos,
impotentes seres, incapaces de sembrar nada 
destructores no más, de lo creado,
insensibles sicarios y verdugos.

Hoy París no será la ciudad enamorada,
hoy vestirá de gris y gritará de rabia.
pero no se rendirá y luchará con velas y con rosas,
con canciones dedicadas a los caídos.

Se aclararán las nubes que enturbian el cielo,
será nuestro deber no olvidarnos nunca de este día.
Tener de referencia y de enseñanza,
el que la fuerza común es nuestra mejor arma.

Contra aquellos que quieran golpear a los hombres,
contra los miserables que como único argumento
enarbolen venganzas desmedidas.
No más que son tiranos y necios, ignorantes y déspotas suicidas.

Hoy el mundo es París, desnudo y palpitante,
es la débil carne de nuestros cuerpos heridos de metralla.
Pero así mismo será la causa que nos haga pensar y levantarnos,
la que nos mantendrá inamovibles ante la amenaza.

Hoy Paris resurgirá de su aflicción
Como otras veces lo hizo pagando con dolor el precio.
Y volverá a ser ciudad luminosa y enamorada de la paz,
donde la esperanza lucirá como faro y guía.

De esta batalla saldremos victoriosos,
con valores humanos reforzados de heroísmo.
No hacen falta arengas, ni proclamas, ni sofismas.
Para unir a este pueblo del que somos todos.

Hoy le toca a París 
ser espejo y ejemplo
donde se reflejen otros.
incluidos nosotros.


                                                                                    Derechos de autor: Francisco Moroz


No olvidéis que hoy ha tocado en París como ocurrió en España y en Londres en su momento; pero ocurre de continuo en Turquía en Siria, en Egipto, en Iraq y Afganistán en África y en países de Latino América, en Estados Unidos o Tokio. 
No caigamos en sensacionalismos ni seamos menos sensibles cuando ocurren estos atentados en países lejanos.
Los miserables son los mismos, y los seres humanos vestimos la misma piel aún con diferente color, y todos somos seres que intentamos vivir en paz, en libertad , luchando por nuestra dignidad y felicidad personal y la de nuestras familias.
Con lo cual este poema se refiere no solo a las víctimas de ahora, sino las que sufren la violencia injustificada de esos que han perdido el Norte y sólo tienen armas y violencia como argumento.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Casi se me olvida que te amo




Casi se me olvida que te amo
por culpa de este ritmo que arrastramos,
a causa del ruido que amontona, 
nuestras voces que se pierden en tumulto.

Culpables las rutinas repetidas,
las ciento de consignas infringidas,
también el arrebato perentorio,
la falta de tiempo y nuestras prisas.

Y es cierto que me emociono,
si te veo enamorada,
llenando mis sentidos de deseos,
pretendiendo atraparme cada día.

Son tus lazos de romántica alegría,
entretejes el amor como hilandera.
Y con arte y pasión de curandera
 desinfectas las heridas de mis miedos.

los que tengo al no saber corresponderte,
y al no poder compensar tu dulce esmero.
Miedo a ser poco de lo mucho que mereces,
y no merecer lo que me das con tanto celo.

 Y sabes bien que la entrega es el anhelo
completar junto a ti nuestro proyecto,
que una vida no me basta para amarte ,
cuando encima se me escurre entre los dedos.

Te prometo no cansarme de mirarte,
conquistarte con detalles y requiebros,
estar junto al calor de tu regazo,
 y pegarme con mis labios a tus besos.

Y quererte cada día,
 como si fuera el final de nuestra historia,
como si no hubiera lugar para otro encuentro,
en este frágil mundo que habitamos.

Casi se me olvida que te amo,
a causa de esta vida que lastima
y pienso y me pregunto ¿Qué pretendo?.
Estúpido de mi, si no te guardo.

No quiero arrepentirme de perderte,
 lo mejor que me ha ocurrido está en mis manos,
y por eso te lo digo con mis letras,
más tarde esto lo haré con mis abrazos.


Derechos de autor: Francisco Moroz


sábado, 24 de octubre de 2015

Carta de un marino ausente.


Cuando el mar arrastre a sus abismos
los restos de mis náufragos bajeles,
y el efímero suspiro de la vida
abandone sus dominios conquistados.

Será que llegarán a tus orillas

palabras navegando con mi nombre,
a través de blancos mares entintados
escritos en las horas más felices.

Serán como eco suave que regresa

del confín inabarcable de la muerte, 
contándote la historia no vivida
y el relato de mis horas más ausentes.

Te hablarán de mis recuerdos y temores

de los cantos de sirenas que escuchaba.
De alegrías, de vanas ilusiones
que acabaron sin remedio arrinconadas.

Mi relato será de esas historias,

que se viven recordando aquellos años.
Como esencia intransferible de mi mente
de quimeras conseguidas que ofrecerte.

Con tu suave proceder de sal y viento
que en el tiempo estipulado nos prestaron.
Bálsamo para mis heridas fuiste,
caricia de oleaje y alegato.

Jalonaste todo con amor inusitado

en mi oscura noche de insomnio adormecido.
Como faro tenaz le diste guía,
a mi huella veraz de esquiva suerte.

En rachas de tempestad incontenible

como puerto seguro y hogar te definiste.
A tu lado el dolor inconcebible
y era de no verte tan solo el sufrimiento.

Algún día llegará en que tu mirada 

alzada al firmamento reconozca,
la estrella que inspiró mi fortaleza
grabada a pensamientos con tu nombre.

Guarda esta carta en la memoria
orlada en tinta negra como muerte,
cuajada de certezas y de errores
Yo te amé y de eso tan solo estoy seguro.

A otros mares y otros mundos volaremos 
como gaviotas dejaremos nuestras costas.
Nos esperan otras calas y horizontes
donde descansen nuestras almas sin temores.

Lejos del cuerpo peregrino que habitamos 
donde nada nos recuerde lo breve de la vida.
Donde el tiempo signifique eternidades,
en las que poder compartir nuestro legado.

Mientras tanto recita este poema,
breves renglones que escribí llorando.
Pues del regreso no hay certeza cuando parto,
pero sí de tu preciado amor que aguarda siempre.




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