Hoy es el día de la tierra, y aunque ya escribí pequeñas cosas con anterioridad sobre ella; en este su día quiero dedicarle estas letras que escribo como narrador, para definir el enfado de nuestra madre común.
Sería un bonito detalle regalarle nuestra conciencia y deseos de cuidarla para que sufra lo menos posible, y tenga un futuro menos imperfecto
¡Feliz día de la MADRE TIERRA!
Mamá tiembla de indignación,
sus hijos no la respetan y la maltratan de continuo.
Ruge en su interior con la fuerza de mil volcanes,
se remueven sus entrañas con la fuerza del mar.
Ella es dura a la vez que frágil, superviviente de muchos cataclismos y desastres sufridos a lo largo de millones de años. De pérdidas devastadoras, de epidemias y enfermedades, de guerras, incendios y armagedones.
Ella sigue adelante siempre, dando una nueva oportunidad a sus hombrecitos para que corrijan los errores cometidos y prosperen con su ayuda.
Siempre fue generosa, nunca escatimó la ayuda material que necesitaron para construir su futuro, nunca le importó que cogieran lo necesario. Pero ahora, ahora, roban y esquilman y encima a ella que es vieja como el universo la explotan y la exigen más, cuando sus recursos no son infinitos, y ella está tan trabajada y cansada.
¡La hieren! ¡Si! ¡La hieren sus propias criaturas! a los que ella alimenta y cobija; y sus heridas cada vez más grandes, cicatrizan más lentamente, pues por ellas se le escapa la vida en lágrimas de manantiales y ríos.
Siente que la están consumiendo con sus continuas exigencias, se han vuelto egoístas. Ambiciosos que acaparan sin freno ni control hasta lo que no les pertenece.
Por si fuera poco no colaboran en casa, la tienen toda llena de basura, mugre y podredumbre. La casa madre que les sustenta se está convirtiendo en un muladar, en una escombrera llena de despojos.
Se revela y avisa de vez en cuando, porque ella lleva sangre antigua de lava y fuego, sabe defenderse del depredador gritando como vendaval y tornado.
A pesar de su piel agrietada es recia como las
montañas y amonesta de vez en cuando con sus quejidos. Cuando sus lamentos no
son oídos se revuelve en espasmos que rompen y desgarran, cuando no se atiende
a su susurro, golpea como huracán y tsunami ya que a sus criaturas no les
conmueve su gemido de brisa.
Madre de muchos hijos: suave y pródiga, bella y misteriosa llamada "La Pachamama" que significa: Madre tierra. De ella se trata y no de otra. La madre de todas las madres.
Y mamá, aunque paciente, es fogosa cuando se enfada, cuidemos de ella pues si no quizá algún día se canse de tanto despropósito y se nos sacuda de encima como corpúsculos molestos.
Huéspedes e incordios en que nos hemos convertido para el planeta que habitamos. Cáncer que se extiende por la piel de la madre común, y que la está matando.
Derechos de autor: Francisco Moroz
Código de registro: 1605087457908