Para mi querida compañera de armas: Marisa Doménech
Subiré o bajaré como
cualquier hijo de vecino,
pero encontraré porque
así lo quiero
el amor en cada
esquina de la vida.
Aspirando cada día a
vivir con sensatez o no,
según las ganas,
y disfrutar de los
momentos de sol que me toquen en suerte.
Y nunca quejarme del destino
que ¡Es
harto difícil!
vistas las circunstancias.
Además
si por mi orgullo sin
riendas.
por mi vano egoísmo, o mi enfurruñado gesto
lo complico.
lo complico.
De lo que dado me venga,
aceptaré sin remilgos
mi porción a la postre.
Apurando los posos
¡En fin!
no prometo nada,
aunque así lo quiera:
el estar a la altura
de las circunstancias
que es mi intención y locura.
¡También!
Recrearme con cada
suspiro del momento
degustar lo sencillo
sin argumentos ni añagazas.
Y ser feliz para los restos
¡Que de eso se trata!
Y aunque diga que haré
que después no sea.
Pero mi empeño pondré
en lo que haga y deshaga.
En euforias muy altas
o en mis horas más bajas.
¡Seré yo!
el único responsable
el único responsable
El que rubrica y afirma.
Derechos de autor: Francisco Moroz