Micro-relatos que presento a:
Sus manos estaban sudorosas agarradas al sillón, el cuerpo tenso, sus ojos cerrados fuertemente esperando el contacto de ese instrumento que sonaba con una especie de zumbido amenazador mientras otro artilugio le extraía fluidos.
CONCURSO DE MICROCUENTOS "MICROTERROR III"
Sus manos estaban sudorosas agarradas al sillón, el cuerpo tenso, sus ojos cerrados fuertemente esperando el contacto de ese instrumento que sonaba con una especie de zumbido amenazador mientras otro artilugio le extraía fluidos.
Lo habían vuelto a engañar y medio arrastras, conducido al habitáculo para ser torturado de nuevo.
Cuanta falsedad en las palabras. Ahora se daba cuenta de la encerrona y se arrepentía de no haber estado más alerta al saber que lo que se avecinaba sería tan terrorífico.
Una nueva sesión bajo las manos de aquel sádico que se hacía llamar doctor y que con sus dedos cubiertos de látex introducía herramientas indescriptibles dentro de su cuerpo produciéndole espasmos involuntarios al prever anticipadamente el dolor que le provocarían las manipulaciones dentro de su organismo.
Hierros y tornillos compondrían su nueva y patética fisionomía.
Si eran pocos sus problemas con la imagen, estos se agravarían a partir de ese momento.
¡Dios santísimo! pensó en un arrebato espontáneo e irracional
¿Cómo me dejaría convencer?¿Cómo llegué a aceptar el ponerme unos brackets ?
Lo que no sabía era que el terror absoluto vendría más tarde en forma de factura. La sangría sería espectacular.
Los monstruos nunca han estado debajo de la cama ni dentro de los armarios. Los monstruos están entre nosotros, andan a nuestro lado y nos persiguen impunemente.
Me despierto aterrorizada, empieza una jornada habitual, tendré que arreglarme, ponerme guapa y hacer la casa y preparar un desayuno sustancioso para él. Quiero agradarle y hacerle feliz, cumplir con las expectativas que tiene de mi.
Desde que lo conocí solo vivo por y para él...
Me despierto aterrorizada, empieza una nueva jornada...
Detrás de mi, encima de la cama siento una respiración pausada y tranquila, todo va bien de momento, mientras consiga mantener la calma no me pasará nada. Este monstruo que me acompaña desde que le conocí me domina y somete a sus caprichos.
Los moratones y señales de mi cara van desapareciendo, tengo esperanza que nada le contraríe otra vez y pueda sobrevivir a su violencia una jornada más.
Me despierto y siento al monstruo detrás de mí. Los monstruos existen pero no se esconden debajo de la cama ni dentro de los armarios... Están entre nosotros.
Lo que no sabía era que el terror absoluto vendría más tarde en forma de factura. La sangría sería espectacular.
Los monstruos nunca han estado debajo de la cama ni dentro de los armarios. Los monstruos están entre nosotros, andan a nuestro lado y nos persiguen impunemente.
Me despierto aterrorizada, empieza una jornada habitual, tendré que arreglarme, ponerme guapa y hacer la casa y preparar un desayuno sustancioso para él. Quiero agradarle y hacerle feliz, cumplir con las expectativas que tiene de mi.
Desde que lo conocí solo vivo por y para él...
Me despierto aterrorizada, empieza una nueva jornada...
Detrás de mi, encima de la cama siento una respiración pausada y tranquila, todo va bien de momento, mientras consiga mantener la calma no me pasará nada. Este monstruo que me acompaña desde que le conocí me domina y somete a sus caprichos.
Los moratones y señales de mi cara van desapareciendo, tengo esperanza que nada le contraríe otra vez y pueda sobrevivir a su violencia una jornada más.
Me despierto y siento al monstruo detrás de mí. Los monstruos existen pero no se esconden debajo de la cama ni dentro de los armarios... Están entre nosotros.
Derechos de autor: Francisco Moroz
Efectívamente, los peores monstruos son los vivos y se encuentran en nuestro plano real, entre nosotros. A ellos es a quienes hay que temer...y enfrentarse abiertamente.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato, sobrecoge y nos abre los ojos acerca del origen de nuestros miedos y de dónde provienen nuestras peores pesadillas. Excelentemente narrado. Como siempre hago, lo comparto en mi perfil.
Un beso y feliz fin de semana, mi amigo ;D
Muchas gracias Marisa. Efectivamente nuestros peores pesadillas están dentro de nosotros mismos o cerca. Los monstruos a los que tener miedo al lado nuestro en muchas ocasiones, como la narrada.
EliminarUn beso enorme e igualmente feliz fin de semana.
Genial Francisco.
ResponderEliminarEl primero, siempre he pensado que los dentistas eran unos fans del terror, esas herramientas que utilizan, dejándote indefenso con la boca abierta mientras te manipular,duermen, pinchan y encima después te sangran el bolsillo. Hay muchisimas fobias a los dentistas y no me extraña lo más mínimo. Grandes maestros del terror en los pacientes. Horroroso.
Tu segundo micro, el terror más absoluto en manos de aquellos a quienes amas.Un auténtico horror en manos de quien dice amar y el secuestro emocional del otro, incapaz de reaccionar hasta que muchas veces es tarde.
Felicidades, los dos micros me han parecido excelentes.
Un saludo
Gracias por apreciar y valorar estos relatos, la competencia es fuerte después de todo lo leído en los que se han presentado.
EliminarTenía ganas de relatar algo sobre el terror habitual, el cotidiano el de todos los días.Por lo tanto el que lo hayas interpretado correctamente me congratula.
Besos y mi agradecimiento como es habitual.
Como madre de una niña que tuvo que llevar brackets comprendo el terror que expresas, porque lo vi en mi hija. Aunque yo al mismo tiempo experimenté otro: el de pagar la factura.
ResponderEliminarEl segundo microrrelato sí que da miedo. Me ha recordado la película Durmiendo con su enemigo de la que me gustó sobretodo el título, por lo gráfico que es.
Como diría mi profesora de francés: Superieur, Francisco!
¡Oh lalá!¡Mon dieu! je vous remercie beaucoup de vos parole .
EliminarMe alegro que haya sido de tu gusto...La factura en todo caso es lo peor. Eso si que da miedo.
Gracias y un beso
Francisco, me han encantado tus dos micros.
ResponderEliminarPrecisamente estoy trabajando en un relato corto muy parecido a tu primer micro, ponernos en manos de un dentista puede ser terrorifico. Debemos haber visitado el mundo de las ideas al mismo tiempo...jajaja.
En cuanto al segundo me ha gustado mucho la busqueda de monstruos cotidianos. A menudo buscamos seres mitologicos, extraterrestres, o de ultratumba para recrear el terror, y olvidamos que los peores malvados son reales y estan muy cerca nuestro.
Felicidades.
Llevaba un tiempo con ganas de escribir algo de este tipo con respecto a los dentistas. Creo que cuando era pequeño mi terror era real cuando tenía que enfrentarme a estos tipos jeje, naturalmente las técnicas han cambiado y los dolores no lo son tanto, pero los nervios no nos los quita nadie.
EliminarMe alegro que te hayan gustado Oscar.
Un saludo amigo.
Mucha suerte en ese concurso, ;D. Abrazos.
ResponderEliminarGracias Marisa voy a necesitarla, la competencia es fuerte y aportan buenos relatos.
EliminarUn abrazo
Ja, ja, ja... Me ha gustado el de los brackets. Creo que se abusa de ellos. Mientras tengas los dientes sanos, uno se puede permitir pequeños defectos de alineación. ¿Es que tenemos que ser perfectos? ¡Suerte!
ResponderEliminarTerror con un toque de humor, eso he intentado con el primero.
EliminarBesos y gracias
buenísimos micros. +Francisco Moroz
ResponderEliminarGracias por valorarlos compañera.
EliminarBesos
Muy buenos microrrelatos, especialmente el segundo, un placer leerte. Un saludo!
ResponderEliminarGracias Fran por tus palabras animosas y tu valoración tan positiva. Espero que te quedes por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo
La salud y el aspecto tienen un precio. Un primer micro original y un segundo muy cierto.
ResponderEliminarAbrazo!!!!
Tienes razón todo lo que realza la estética no es siempre lo más placentero.
EliminarSuerte también a ti con el concurso y gracias por pasarte por aquí.
Un abrazo.
Con el primer micro nos sorprendes y nos sacas las carcajada tras un tensa escena de tortura, en la que se palpa la desesperación del personaje, sintiendo el dolor incluso antes de que este le alcance, solo con contemplar las herramientas del torturador y el acercamiento de estas.
ResponderEliminarCon el segundo, nos introduces en un bucle producto de una vida en la que una mujer se despierta todos los días temiendo el ánimo de su pareja, temiendo que algo no le gusté o le haya disgustado, temiendo eso porque si se despierta y se encuentra con un estado de ánimo desequilibrado, su cuerpo volverá llenarse de moratones. Un miedo continuo en el alma y corazón de la protagonista que oprime su existencia. Muy bien transmitido con ese despertar en bucle.
Saludos.
¡Si señor!
ResponderEliminarHas captado los dos mensajes. El primero una humorada terrorífica en algo cotidiano y cercano.
lo segundo es el terror en su estado más puro y sin esperanza de remisión.
Te agradezco las palabras Ricardo.
Dos micros sensacionales, Francisco.
ResponderEliminarEl primero es angustiante, el dentista, el dolor que te causa, el terror al que te ves sometido y esa factura final, una sangría en todos los aspectos. Horror y humor negro, una mezcla explosiva.
El segundo es una monstruosa realidad. Una protagonista que espero se ponga las pilas y acabe con la mísera vida que supone complacer al cruel hombre con el que malvive. Una puñalada terrorífica que ocurre todos los días y en todos los lugares.
Saludos, compañero.
La cruda realidad amigo Edgar es más terrorífica en más ocasiones que las que nos cuentan en los libros de género.
EliminarAgradezco tu paso por aquí y naturalmente tus palabras.
Un abrazo
Buenos microrelatos como siempre Francisco. El último de ellos es el que te deja más impactado. Como no nos damos cuenta de que realmente, a veces, vivimos entre monstruos peores de los que nos contaban nuestros mayores cuando éramos pequeños.
ResponderEliminarMuchas gracias por transmitirnos la realidad con fantásticos relatos. Un abrazo.
Saludos pretoriano.
EliminarAgradezco tu reflexión. Esa era la idea comparar los monstruos imaginados de los reales y darnos cuenta que unos son inverosímiles y los otros, por desgracia muy cercanos.
Un abrazo.
Dos relatoa completamente distintos. El primero una gran tortura. El segundo una realidad que pone los pelos de punta. Geniales. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias mi amiga. Me alegro que a una escritora como tú le hayan gustado. Eso me ha de bastar.
EliminarUn abrazo
Muy buenos los dos, Francisco. El segundo es de una dura realidad. Con el primero me hiciste mostrar los brackets tras sonreir.
ResponderEliminarUn saludo.
Si sonreiste con los brackets puestos conseguí mi propósito. Ahora, no quiero ni imaginar las largas sesiones de terror psicológico que debiste de sufrir.
ResponderEliminarUn abrazo amigo y gracias por tus palabras.