sábado, 18 de octubre de 2014

Los Crímenes del número primo

Los Crímenes del número primo

De: Reyes Calderón



Salta la alarma en el monasterio navarro de San Salvador de Leyre cuando su abad "Pello Urrutia" un anciano de cuerpo frágil y carácter templado por el sacrificio, la oración y el ayuno desaparece en extrañas circunstancias junto con las sagradas formas expuestas en el altar. El suceso es descubierto por un fraile de vocación tardía que ingresó en el monasterio como sacristán, teniendo en su curriculum una licenciatura en ciencias exactas. Se llama "Fermín Chocarro" y gracias a sus conocimientos tendrá bastante protagonismo a la hora de aclarar ciertos acertijos.



 En un principio el prior del monasterio y el maestro de novicios deciden ocultar el caso y tratarlo como asunto interno, para no crear alarma al resto de la comunidad y que no trascienda a la opinión pública, ya que se piensan que en su senectud el abad ha sufrido algún tipo de locura que le ha conducido a esa extraña conducta que no imaginaban propia de él.

Pero todo se complica cuando en el palacio episcopál de Pamplona "Lucas Andueza" el secretario personal del arzobispo "Blas de Cañarte" le hace entrega a este, de un extraño paquete que contiene una pequeña caja en forma de ataúd, en cuyo interior se encuentra un dedo humano acompañado de una hostia consagrada, y lo que parece ser un antiguo pergamino escrito en latín y arameo cuya traducción lleva implícita una exigencia.


A partir de ese momento entran en escena los dos personajes que darán cuerpo a la historia con sus propias narraciones en primera persona. Un inspector de la Interpol llamado "Juan Iturri". Este se haya investigando en Pontevedra el caso de un famoso y escurridizo pederasta que escapa cada vez que le planta cerco. Necesita tomarse un respiro y marcha a Pamplona donde es a su vez requerido por el arzobispo, animado este por una antigua amistad, decide pedirle ayuda discreta con respecto al paquete recibido y la enigmática misiva.




La segunda protagonista es "Lola MacHor" como jueza de instrucción de los juzgados de Navarra, mujer entregada a su familia y su profesión, nunca ha llevado un caso tan peliagudo como el que tiene por delante: una escena de crimen situada en una ermita de un pueblo llamado Mendigorria, dos cadáveres pertenecientes al clero, un relicario tirado en el suelo junto con una buena cantidad de dinero, y lo que sospecha, una clara amenaza sobre su propia persona.


Tanto el inspector como la jueza coincidirán en la investigación. Empezarán a colaborar sin problemas, pues ambos se conocen de un antiguo caso en el que la jueza estuvo implicada directamente, y fue " Juan Iturri" quién la salvó de la quema a la vez que este, quedaba prendado platónicamente de su persona. 


La narración del libro se distribuirá en tres partes definidas por sendos capítulos. En el primero se nos presentarán los hechos y personajes que parecerán tener cierta relevancia en la historia pero que irán diluyéndose a lo largo de esta, solamente destaca por su personalidad y carisma el fraile matemático, que colaborará de forma indirecta la investigación, pues un número primo, parece ser la clave en torno a la que gira toda la trama, y sus significados parecen aportar pistas al caso en concreto.


( Un número primo es un número natural mayor de 1 que tiene únicamente dos divisores distintos: él mismo y el 1. se les conoce como números puros y perfectos )


Según se desarrolla la historia veremos que lo que parecía una fuga sin sentido degenera en secuestro, y después todo tomará tintes de venganza por parte de alguien que parece conocer la iglesia desde dentro.


"Nadie aborrece a quien no conoce, ni envidia a los que le son ajenos."


El libro en general atrae por el cúmulo de misterio y de enigmas a resolver, aun así le pongo algún pero a la hora de analizarlo como lector.

La autora nos da en principio y sobradamente todas las explicaciones que se tienen que dar sobre el suceso que acaece en la abadía de Leyre y aún así reitera toda la información cuando un nuevo personaje es informado de ello, con lo cual hace que la lectura sea un tanto cansina y lenta con este proceder. La parte más dinámica es en la que la juez entra en acción y toma el caso, quizá con demasiada asunción de cometidos, algo así como: ¡Dejadme sola, que yo puedo!

los personajes principales están muy bien perfilados como para comprender sus sentimientos y sus formas de proceder, pero como dije antes, algunos desaparecen a lo largo de la historia sin dejar rastro ni aportación alguna a la novela en general.


Por otro lado las conclusiones finales y la resolución de todos los enigmas parecen acelerarse de forma precipitada donde el azar sospechosamente, juega un papel determinante. Lo mejor quizá es la documentación llevada a cabo por la escritora con respecto a la cotidianidad de la vida dentro de los monasterios


"Por un breve instante, sentí envidia de la vida del medioevo que imitaban aquellos frailes. Una vida sin prisas ni carreras, con tiempo para la lectura y el arte, la poesía y la contemplación."


 y la labor ejercida por los jueces dentro del órgano legislativo de esta nación. 


"No juzgamos a las personas, nos limitamos a analizar sus acciones. La investigación no es una labor visceral, sino racional."


Una novela que se deja leer, pero que tampoco puedo calificar como de las mejores que he tenido entre mis manos. Segunda de cinco en la que aparecen tanto la juez "Lola MacHor" como el inspector de la interpol "Juan Iturri" y la séptima de las escritas por esta autora.



miércoles, 15 de octubre de 2014

Eterna despedida




  In Memoriam de Ángel Gómez  ( 15-10-14 )



                                                                   
Deslizó sus dedos en una de mis manos, era tiempo de despedida y yo, como un tonto me quedé desorientado sin saber que decir, esperaba este momento no deseado, odiaba pensar siquiera en mi certeza de que esto iba a suceder tarde o temprano, e inspiré hondo y exhalé el aire con fuerza, como para vaciarme del dolor que me quemaba, pero el dolor seguía anclado con sus garfios en mis entrañas sin querer soltarse.


Sentía esa angustia que de niño me hacía arrebujarme entre las sábanas de la cama para demorar el encuentro con otro día de escuela, y esa otra que era mezcla de timidez y deseo cuando la conocí y me enfrenté a sus ojos color de miel, con una añadida sonrisa suya que me dejaba indefenso.

Hoy me encuentro desarmado ante la evidencia de lo inevitable, lo único que sale desde adentro de mi ser, son las lágrimas que me recuerdan lo que siento por ella y lo que me cuesta perderla.

Ya me dijo que si partía, no era por falta de amor que me abandonaba, tampoco por mis continuas torpezas de hombre. Siempre la amé, siempre, ahora que me dice que se va, lo hago con pasión, incluso en este instante que aprieta mi mano torpemente como una niña enamorada a la que he defraudado, la sigo amando.

En un impulso instintivo abrazo su frágil cuerpo y mientras, me ahogo en sollozo y no acierto a decir todo lo que la echaré de menos; ve mi nerviosismo, sonríe y me dice quedito y suave: "vive feliz en lo que puedas, sobreponte a la pérdida y vive. Razones sobran para que lo seas, aunque yo me vaya." "Acuérdate: en su día creamos un universo juntos, a base de miradas, caricias y palabras, mi territorio eran tus brazos cuando me rodeabas como ahora lo haces, yo me perdía en ellos y no había entonces preocupación ni desasosiego que me arrancase de su calor." "Me sentí dichosa y segura junto a ti y lamento este viaje, pero cuando marche recuerda todo ello como yo lo hago ahora, y sonríe al destino. El dejó que nos encontrásemos por el camino."

"Cuando estés triste sueña conmigo y piensamé a tu lado en los mejores momentos, añoramé sí, pero sigue tu camino, no quisiera entorpecer tu futuro con mi recuerdo. Sabes que es inevitable la marcha y siento ocasionarte tanto pesar, pero he de irme. Te amaré siempre."

Mi cabeza se llenó de preguntas que no iba a formular y de las que no obtendría respuestas. Dudas que no podría aclarar, del desgarrador sufrimiento que no creo fuese a remitir nunca.

Después su abrazo perdió fuerza, me separé para reflejarme en sus ojos y estos me dijeron adiós, un poco turbios de agua, ¿O eran los míos los que lo estaban? En definitiva se fue, se alejó envuelta en esa luz que la acompañó siempre y quedé con esa insufrible nostalgia que me acompañaba cuando no la tenía junto a mi...

...Y la muerte hizo su trabajo una vez más. Fría e implacable sin pedir disculpas. Ella es así, no admite replica ni demora, dejó solo los despojos, como los de un naufragio tras la tempestad, y a mi desarbolado por la cruda realidad de la vida que te va quitando a manos llenas, todo lo que en principio te ofreció. Como un canto de sirena. 


"Quizá te diga un día que dejé de quererte,

aunque siga queriéndote más allá de la muerte;
y acaso no comprendas, en esta despedida,
que, aunque el amor nos une, nos separa la vida."

                                                                   José Ángel Buesa


martes, 14 de octubre de 2014

Un Avión sin ella

Un Avión sin ella

De: Michel Bussi

Vuelvo a caer en la tentación de hacer caso a las reseñas de otros blogs, pues son muy acertadas en la mayoría de los casos, pues aunque sobre gustos no hay nada escrito, si hay escritos muchos libros que da gusto leer.

Por sus bien definidas historias, por sus tramas correctamente desarrollados a la par que con unos argumentos la mar de interesantes
Este es uno de esos casos reseñables.

En Diciembre de 1980 un avión proveniente de Estambul y cuyo destino es Paris, impacta en la cima del monte Jura en la frontera Franco-suiza. 


Seremos testigos de esta tragedia desde el interior del avión, desde que estalla la tormenta hasta que la aeronave se desintegra al estrellarse sobre el bosque, ardiendo literalmente sobre la nieve. Cuando llegan los servicios de rescate después de algunas horas encuentran a un superviviente. Un bebé de tres meses que milagrosamente a sobrevivido al accidente, a la hipotermia y al incendio. A la pequeña se la conocerá desde el momento en que es publicado este suceso como la niña del milagro.


Ella será la causa por la que dos familias francesas: los Vitral y los Carville, entren en litigio para obtener su custodia, en lo que será un juicio de interés nacional.  

Ambas familias tenían a su nieta entre los pasajeros y al no conocer la identidad, por falta de fotografías y pruebas físicas 
( La prueba del ADN todavía no estaba muy desarrollada) reclaman a la niña como a su nieta. 

Una de las criaturas se llamaba "Lyse-Rose" y la otra "Emilie", ante la duda el público decide bautizar a la superviviente con la mezcla del nombre de ambas: "Lylie". Ella será el elemento alrededor de lo que gire todo.


Pasamos a otro plano temporal, 18 años después un investigador privado "Crédule Gran-Duc", contratado por "Mathilde Carville" la abuela de "Lyse-Rose", que le ha estado pagando una fortuna para esclarecer la verdad sobre la identidad de la que ahora es una bella muchacha; se haya frustrado por no haber conseguido ningún resultado definitivo, por ello prepara su suicidio, no antes de haber remitido un cuaderno verde pálido de unas cien páginas, donde está escrito de forma detallada el desarrollo de su investigación. En su portada una nota: Para Lylie. El mismo lo considera como:




"Una lectura fascinante, sin ninguna duda. Una auténtica obra maestra, una investigación policial que quitaba el aliento... todo estaba ahí... salvo el final..."


Cuando está a punto de apretar el gatillo de su pistola la mirada de "Crédule Gran-Duc" se posa en el periódico que hace ya 18 años publicó el suceso, y encuentra lo que sospecha es, la prueba que demuestra la verdadera identidad del bebé que sobrevivió al accidente.


"Lylie" fue acogida después del juicio, por los Vitral pero "Marc" su teórico hermano siente por ella una indefinida, atracción por su persona. ¿Instinto de protección ?¿Amor?


"Amaba lo que conocía, simple y llanamente, con un amor que se acumulaba con el tiempo, con una inmensa generosidad."


Ella es muy especial como persona, bella como mujer, y el muchacho así la aprecia.


"Más bonita que la puesta del sol en la playa de Dieppe, el otoño en el bosque de Arques.

Un arco-iris sobre los acantilados. Como una mariposa extraña. Una libélula".

En un momento dado el diario de "Crédule" llegará a manos de "Marc" que lo irá leyendo mientras intenta evitar un drama. 

Por lo tanto será el investigador de forma indirecta, a través de sus escritos el que nos cuente la historia, remontándose al comienzo, con lo cual iremos enterándonos de detalles que irán conformando una trama inesperada, con giros que si cabe, harán más interesante la lectura, las casualidades y el azar también jugarán un papel importante, hechos inesperados que en su momento pasaron desapercibidos, entrevistas e incursiones en el lugar de la tragedia.

Una serie de personajes aparecerán en escena. "Malvina" la hermana mayor de "Lyse-Rose", una muchacha trastornada que no se resigna a creer que esta haya muerto, que utilizará incluso medios ilícitos para conseguir que "Lylie" sea reconocida como su hermana desaparecida.

"Nicole" y "Mathilde" las dos abuelas matriarcas de las familias jugarán un papel primordial en la novela, en permanente enfrentamiento."Léonce" uno de los abuelos,  un guarda bosques... y una serie de cadáveres que quedarán por el camino.

En resumen, una obra muy bien planteada con perfiles de personajes que nos harán dudar de quién es el bueno, el feo y el malo.. con ello quiero decir que estaremos enganchados de la trama con la intención de descubrir algo por nuestra cuenta, algo realmente imposible gracias al autor que nos ha regalado todo un Thriller de intriga psicológica para disfrutar de lo lindo y que nos mantendrá en tensión hasta el final. 


Muy recomendable.





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