Mucho tiempo sin estar tan nervioso. Hace solo unas horas que me citaron mediante un escueto mensaje de voz; proporcionándome la dirección a la que he llegado. Atravesé ruidosas calles y un parque donde los niños corrían en sus alocados juegos. Pasé junto a un banco donde presentí a un anciano echando de comer a las palomas. Todavía me parece oír el zurear de las aves y el agitar precipitado de sus alas, mientras las suelas de mis zapatos hacían crujir las migas de pan duro. Os juro que sentí a mi espalda una mirada de censura por haber espantado a sus comensales.
Llamo y nadie contesta, empiezo a preocuparme pensando en una posible equivocación, cuando un sonido electrónico y un chasquido metálico interrumpen mis pensamientos negativos. Empujo una puerta maciza que da paso a un soportal silencioso; tengo la sensación de haber penetrado en una especie de templo sagrado. Intuyo la claridad de una luz fluorescente que pretende iluminar la oscuridad que siempre me acompaña. Tanteo las paredes con mi bastón, para ubicar las escaleras y cuando lo consigo las subo con prudencia. Desconfío de los ascensores claustrofóbicos.
Quiero convencerme de
que esta vez será la definitiva tras repetidos intentos
infructuosos. O puede, que a pesar de todo, mi deseo sea inalcanzable.
Antes
de llegar al descansillo reconozco el perfume de la persona que me agarra
suavemente del antebrazo y me introduce en la estancia. Barrunto su sonrisa cuando dice: ¡Por fin
Ramón! te han adjudicado un perro lazarillo.
Hola, Francisco. Ja,jaja, has tenido la habilidad de mantenerme en un vilo durante todo el relato. Ya era hora que llegara el tan ansiado regalo. Buen relato
ResponderEliminarNo siempre el que se lo propone lo consigue. Pero la ilusión y la esperanza no hay que perderla aunque sea por pasar un periodo de incertidumbre, y en este caso unas pequeña aventura por parte del ciego y su travesía en busca de su deseo. Lo que podríamos describir como "Cita a ciegas"
EliminarUn saludo.
Uno ya pensaba en lo peor, afortunadamente no fue así. Me he puesto en lugar del personaje, he cerrado los ojos y he podido "ver" cada detalle. Te felicito!
ResponderEliminarDe alguna manera os he mantenido un poco a oscuras para preparar el desenlace. Me figuro que habrá sido como un caminar a ciegas hasta poder abrir los ojos. Me alegro que tu lectura haya sido grata.
EliminarUn abrazo, Norte
Nunca es tarde cuando la dicha es buena. Esta vez me has engañado porque presentía un final dramático.
ResponderEliminarDe todos modods, bien podían haberle enviado el perro a su casa, al pobre hombre, en lugar de hacerle andar tanto, ja,ja,ja.
Un abrazo.
Creo que se ha tratado de un ejercicio para poner a prueba al ciego. En eso consiste en tener fe; en caminar ciego y fiarte en que no tropezarás.
EliminarAunque eso de creer a ojos cerrados es dudoso. Como dice el refrán popular: "Cree en la virgen y no corras"
Un fuerte abrazo, Josep.
¡Hola, Francisco! Sin duda que los perros lazarillo son como ángeles de la guarda. Cuando los veo en la calle, firmes, responsables, seguros, cuidadosos de sus dueños... Es emocionante. Un estupendo micro en el que destaco todo ese transitar a través de los ruidos y silencios. Con ellos logras transmitir esa sensación de desconcierto, de no saber dónde te estás metiendo que imagino en alguna ocasión sentirán las personas ciegas. Fantástico. Un abrazo!
ResponderEliminarSin duda toda la incertidumbre e inseguridad que sufrimos nosotros en la oscuridad es la que sentirán en ciertas ocasiones esas personas, por muy entrenadas que estén. Nosotros, a pesar de ir con los cinco sentidos alerta, tenemos accidentes e inconvenientes logísticos para manejarnos en las calles de la ciudad o en plena naturaleza. Incluso situaciones en la que nos decimos: mejor ir acompañados.
EliminarAhí entran esos amigos y compañeros maravillosos que ahora son perros entrenados cuando antes eran personas llamadas "Lazarillos"
Un abrazo, compañero.
Pues yo también presentía un final terrible y me ha gustado mucho ese giro final. Muy buena historia, Francisco. Felicidades.
ResponderEliminarLa vida es muy dura como para contar también historias tristes. Me alegro de haberte tenido en tensión y haberte alegrado con el final-
EliminarUn abrazo Marta.
Muy logrado ese percibir el mundo a través de sentidos que no son la vista. Y como siempre un final inesperado e intriga a lo largo de la narración.
ResponderEliminarUn beso.
La intriga y el misterio que es lo que nos gusta a ti y a mi. Y el final no imaginado tras cada narración. En un relato corto eso es cada vez más difícil; pero seguiré intentando crear la inesperada sorpresa como en el roscón de reyes.
EliminarUn beso, amiga.
Qué nervios! Y bastante miedo de mi parte. Preguntándome ¿qué le hace ser tan valiente como para ir solo a una verdadera "cita a ciegas"? Pues, ir al encuentro de su compañero para toda la vida, precisamente.
ResponderEliminarEncantador. No sólo contrapones los otros sentidos al de la vista, también el peligro de ir a la busca de lo más ansiado. Me encantó. Un abrazo
Buenas noches Juana.
EliminarDesde luego está muy bien traído lo de la "cita a ciegas"; nunca mejor dicho. Y nada mejor que para encontrarse con el que va a ser a partir de ese momento su mejor compañero de vida "sus ojos"
Me alegro de los sentimientos y emociones que haya podido despertar en ti mi relato.
Un abrazo.
Al final tuvo recompensa el peligro que pasó. Esos perros sí que realmente son los mejores amigos de los seres humanos. Un final muy bonito y una historia muy interesante.
ResponderEliminarTodo riesgo persiguiendo un sueño merece una recompensa adecuada, y que mejor que la de un buen y fiel amigo. porque los seres humanos no somos ni tan fieles ni tan comprometidos como algunos perros. Que triste que tenga que ser así de cierto.
EliminarUn abrazo.
Los lazarillos son la máxima confirmación de que el perro es el mejor amigo del hombre.
ResponderEliminarExcelente micro.
Un abrazo.
Teniendo en cuenta que son los guías de las personas invidentes, podríamos decir que son seres de lo más fiables. Y hay que verlos trabajar con esa seriedad que conlleva la carga de responsabilidad que conlleva tener a un ser "superior" a su cuidado. Todo un ejemplo.
EliminarUn saludo, Macondo.
¡Bravo Francisco!, nos has mantenido en tensión y la verdad es que no se me ocurrió lo del perro lazarillo, un amigo imprescindible para un ciego.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la cadena de sensaciones y sonidos a lo largo del relato.
Un abrazo, y hasta pronto.
Agradezco ese bravo que me regalas con la certeza de que has leído con atención, valorando lo escrito con mayor o menor acierto de este que suscribe. y eso, cuando viene de otra escribidora como tú, es un regalo que acepto encantado.
EliminarUn abrazo grande, Isabel
Me has tenido en ascuas hasta el final, menos mal que ha terminado bien la historia. Muy bien escrito.
ResponderEliminarUn abrazo, Francisco
No todas las historias tienen que ser negativas. Tan acostumbrados a las negativas, desastrosas y oscuras.
EliminarGracias por tu valoración Rita. un placer tenerte cerca.
Un abrazo.
Hola, Francisco. No sé anticipaba el final para nada. Muy bueno. Que maravillosa la aparición del perro. Le debe haber cambiado la vida.
ResponderEliminarUn abrazo
Buena noche de viernes Mirna.
EliminarCuando en una vida en la que nos falta algo importante o nos sobra vacío entra un buen amigo no cabemos en si de gozo. Nos sobra todo por tener lo importante.
Otro abrazo fuerte para ti, amiga.
El hilo de la historia y los detalles en el recorrido del protagonista me han puesto un poco en guardia, como si fuera a suceder algo desagradable. Sin embargo, he terminado el relato con una sonrisa en los labios. Lo he disfrutado. ¡Felicidades!
ResponderEliminarHola Matilde.
EliminarCreo que lo que has experimentado leyendo este corto es lo que quería conseguir; ese toque misterioso en un recorrido habitual hacia un encuentro, que hiciera prever algo, creando esa incertidumbre en el lector.
Has captado la esencia.
Un abrazo.
Por cierto, hecho de menos tu aportación al reto.
Vaya historia más inquietante, Francisco, me has tenido en vilo durante toda la lectura hasta ese final que me ha sacado otra sonrisa.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Un abrazo y feliz año!
Pues me alegro Pepe, el haber conseguido esas sensaciones en tu lectura.
EliminarLos finales inesperados son algo así como una marca de la casa, como el vicio que no puedo evitar cuando escribo.
Agradezco tu visita y tu comentario.
Abrazo.
Hola Francisco, qué maravilla de animales, esa nobleza de buen guía, de cuidador. Me fascinan estos perros. Un micro bien llevado hasta encontrar por fin al amigo fiel. QUé incertidumbre, no saber donde se va y ese encuentro debe ser muy emotivo, el tacto y el olfato de ambos compañeros. Gracias. Un abrazo.
ResponderEliminarLa incertidumbre del que arriesga por tener a su lado al compañero ansiado. La recompensa por otro lado, del que no pierde la esperanza.
EliminarAl final ese encuentro que será regalo de un futuro un poco menos imperfecto.
Un abrazo Eme.
Saludos Francisco. Como la mayoría también destaco la tensión que imprimes a la narración para mantener cautivo al lector. Otra cosa es la secuencia de escenas descritas a través de los sentidos desarrollados del protagonista. Me guardo en la mente con una agradable sonrisa la que describe la sensación de la mirada del anciano, porque esa se percibe con otro sentido muy agudo por lo visto en el personaje. Un abrazo.
ResponderEliminarBuenas noches Alfredo.
EliminarHas captado de maravilla que el ritmo del relato "in crescendo" conducía a un final incierto que no se adivinaba si sería propicio para el personaje. Voy describiendo sensaciones; y bien que has descubierto ese guiño humorado de la escena del parque.
Agradecido quedo por tu lectura y comentario.
Un abrazo.
Muy buena tensión, y un final precioso.
ResponderEliminar"Veo" que te has apuntado al reto del Tintero de Oro. Te ha quedado muy bien. Yo también quiero participar pero no tengo ni pajolera idea de qué escribir.
Un besote.
Hola Paloma. Realmente soy fiel participante en el concurso del tintero desde que David comenzó con todas sus propuestas. No he fallado ni una vez y espero seguir en la punta de lanza.
EliminarTe agradezco el comentario.
Besos.
Es un relato interesante donde la tensión narrativa va desarrollando un clima de incertidumbre que termina con una agradable sorpresa, buen relato . Un abrazo Francisco.
ResponderEliminarMuchas gracias Pablo. Está claro que en lo de la tensión narrativa he acertado porque muchos de los que comentáis habéis coincidido.
EliminarOtro abrazo para ti. Buen comienzo de semana.
Interesante historia donde destacaría dos elementos bastante bien trabajados, la intriga y la parte descriptiva que ayuda a visualizar los escenarios y al propio protagonista.
ResponderEliminarSupiste también despistarme a la hora de conocer el desenlace, puesto que parece mentira que no me hubiera planteado que la cita era para recoger el perro lazarillo, algo tan propio de un invidente. Al menos me has robado un buen montón de sonrisas, amigo Francisco.
Un abrazo fuerte.
Buenas tardes Estrella.
EliminarRealmente en un relato con tan poco desarrollo hay que poner especial cuidado en contar una historia y utilizar las herramientas que propicien crear cierto interés. El ritmo, y el crear cierto misterio alrededor de la trama, son dos de las utilizadas. Si lo he conseguido, según tu comentario, me doy por satisfecho y quedo agradecido.
Un fuerte abrazo.
Felicitaciones. Tu talento ha sido el lazarillo que te ha llevado por los detalles de ezte relato genial.
ResponderEliminarGracias por el piropo Beba. Es un placer contar contigo en mi espacio.
EliminarUn abrazo, compañera.
Hola, Javier.
ResponderEliminarMucho tiempo sin leerte, demasiado.
Como siempre creas escenarios en los que todo puede pasar, y hasta uno piensa lo peor, la verdad es que mi cabeza estaba esperándolo, pero no, nos has regalado una sonrisa de esas que afloran cuando uno recibe buenas noticias, o como en este caso, la alegría de otro. Qué mejor regalo. Muy bueno.
Un beso, y feliz año 2021.
Ya lo creo Irene. Demasiado tiempo desaparecida del espacio bloguero. La verdad es que se te echa de menos en los comentarios de este blog y en las entradas del tuyo. Menos mal que no te vas del todo, considero que sería una gran perdida para los que estamos pendientes de tus escritos.
EliminarEspero que me sigas regalando tus comentarios de vez en cuando. Gracias por esa sonrisa.
Besos.
Te ha quedado un relato muy bonito, Francisco. Has captado a la perfección el nerviosismo de nuestro protagonista por encontrarse con el que será su futuro compañero. ¡Y ese recorrido a través de la ciudad!, llegando a intuir la ira del abuelo.
ResponderEliminarHas superado el reto, sin duda.
Felicidades.
Las carencias afectivas también pueden considerarse un lastre para nuestra inter-actuación con el mundo. por eso es tan importante la búsqueda de mi personaje que va al encuentro del perro guía. Lo he querido narrar como si de una aventura se tratase, naturalmente con final feliz, que de dramas ya estamos sobrados.
EliminarUn abrazo, compañero.
me has fascinado con tu estilo impecable
ResponderEliminarme tomé un tiempo para disfrutarte
me vuelvo a los bloggers saludos distantes desde Miami
Tú fascinas con esos comentarios escuetos que dejas que halagan al que escribe.
Eliminardesde España un abrazo.
No me imaginaba que el personaje fuera invidente, el final es de lujo Francisco. Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Era uno de los requisitos que se pedían para construir el relato.
EliminarEl final es firma de la casa; lo irás comprobando.
Un abrazo.
Gracias a tu indicación cambié ligeramente ese párrafo para que quede más coherente con la realidad. Gracias por aportar julio.
ResponderEliminarun abrazo de viernes.
Que buena sorpresa, que te guardaste hasta la última línea Francisco, bien hecho. Cerrando los ojos podiamos seguir por tus descripciones el mismo camino que el protagonista de tu historia eso mantiene la atención del lector y otro punto a favor. En lo que a mí respeta reto muy bien conseguido, saludos 🖐
ResponderEliminarEl crear expectación y causar sorpresa son mi intención desde que empiezo a escribir hasta el final. por lo cuál me alegro que mi propuesta te haya llegado.
EliminarRecibe un abrazo JM Vanjav
Excelente, me encantó el final...saludos!
ResponderEliminarMuchas gracias Ana. Me alegra sea de tu gusto.
EliminarUn abrazo.
Estupendo como siempre la intriga y nos sacas una sonrisa y el giro final excelente. Un abrazo.
ResponderEliminarBuenos días Mamen. Pues encantado que me sigas leyendo y te guste mi estilo :)
EliminarUn abrazo, compañera.
Un micro, Francisco, en el que he disfrutado del crescendo de la tensión, manteniendo el suspense hasta la sorpresa final. Buen relato.
ResponderEliminarMe doy por satisfecho Leo, con tu disfrute con la lectura.
EliminarUn fuerte abrazo.
Buenísima la noticia que le dan al protagonista del relato al final. El pobre realmente necesita la ayuda de un perro guía, además de su compañía. Buenísimo relato. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Cyn.
EliminarCreo que de vez en cuando hay que dejar a los personajes que consigan sus objetivos; más después de embarcarles en una especie de aventura cotidiana.
Otro abrazo para ti. gracias por leerme.
!Hola Francisco!
ResponderEliminarHas creado un relato inquietante e intrigante, bien descriptivo para hacernos parte del recorrido. El final, sorprendente y muy hermoso, el titulo pudo dar una pista, pero no le llegamos, ja, ja.
Con tu permiso, y todo el respeto y admiración que me merecen tu persona y tus geniales letras, hay cosas que deseo hacer notar, pues me parece que rechinan en el caso de ser invidente de nacimiento.
Lo del anciano sentado (cómo sabe que es un anciano, y cómo sabe que está sentado al sol, siendo un parque, podría estar bajo las sombras de un gran árbol), y lo del sonido que emiten las pisadas sobre el pan seco, lo cual justificaría su "mirada rencorosa", suena mas creíble decir, su presentimiento de desaprobación, pues no conoce lo que es una mirada rencorosa, y dicho sea de paso, ya que anda con bastón (por lo que se nota es ciego), si fuera en realidad un anciano el que las alimenta, es poco probable esa actitud de enfado.
Pienso que has querido dejar claro sus cualidades perceptivas, pero algunas descripciones, en lugar de ayudar, confunden, a mi humilde juicio salen sobrando.
Lo otro que a mi parecer desentona, es lo de que aun no se acostumbra a su oscuridad, lo cual deja ver que no es ciego de nacimiento.
Por lo demás, me parece genial tu propuesta.
Vuelvo a recalcar que lo he hecho con todo mi respeto por la gran persona que percibo eres, y la profesionalidad de tu escritura, pero quitándole seriedad al comentario, pues esto no es más que un sano juego de ejercicio literario, no le pares a mis manías, de decir lo que pienso de manera llana y sincera, porque hemos disfrutado mucho el micro, y esa es la idea principal.
Un abrazo y espero que estés pasando bien el fin de semana.
Buenas noches Harolina. Naturalmente que tienes mi permiso para hacer una corrección al texto que además me parece muy adecuada en sus observaciones; de tal modo que lo he mejorado gracias a ellas. Con lo cual te quedo profundamente agradecido. Uno no es perfecto pero sí meticuloso lo que no es óbice para no dar muchas veces con la tecla adecuada para que el texto no esté pulido del todo.
EliminarEl respeto es mutuo por lo cual no tienes que disculparte cuando lo que haces es ayudarme a mejorar.
Recibe mi abrazo.
Francisco muchas gracias por esta respuesta tan amable y por la receptividad.
EliminarNo olvido que me atreví a intentar hacer micros en la comunidad que creaste, así que siempre tendrás mi admiración, agradecimiento y respeto como persona y como escritor.
Recibe un fuerte abrazo y mis disculpas por la tardanza en contestar. Lindo domingo.
Un micro que nos narra el transitar de una persona recién estar iniciando su mundo a ciegas. Saludos cordiales desde Puerto La Cruz.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte y comentar, sabes que en estos espacios es muy importante la colaboración del lector.
EliminarUn abrazo desde Madrid.