Al día siguiente, en cuanto llega el remplazo, disimulo lo mejor que puedo mis emociones. Como que nada ha pasado, cada uno en su papel. No hay que ir dando pistas a los prejuiciosos que pueden poner en peligro tan delicada misión. Hay vidas en juego y no conviene que nuestra relación salga a la luz a causa de alguna indiscreción puntual que levante sospechas.
Soy uno de los dos agentes encargados de la vigilancia de Azima. Ella es una mujer de hermosos rasgos árabes. Recatada y comedida; aunque un tanto tradicionalista, como buena musulmana.
Posee una cualidad que me tiene prendado; y es la de ser una excelente conversadora;
algo que se agradece sobre manera considerando las largas jornadas que
permanecemos los dos encerrados en el piso franco. Estas misiones se caracterizan por
la cantidad tediosa de horas muertas que pasamos con nuestros protegidos.
Hacía unos pocos meses que Azima,
estaba incluida en un programa de protección a testigos. Había sido extraída
durante el abandono de las tropas Estadounidenses. Cuando Afganistán era un polvorín
a punto de estallar; casi en el último momento de ser tomado el aeropuerto por
los fanáticos talibanes que buscaban hasta debajo de las piedras a nuestros colaboradores
para eliminarlos.
La misericordia de Alá no se
aplica en estos casos y menos con las mujeres.
Azima posee información valiosa y por ello ha de ser custodiada como la corona de la reina de Inglaterra. En este caso se trata de una joya humana; aunque igual de atractiva, delicada, y me atrevería a decir que excitante por su enigmático encanto femenino; por esa especie de aura casi mística que parece enmarcarla convirtiéndola en un ser especial. Quizá la tenga algo idealizada por causa de esas antiguas leyendas españolas que cuentan del embrujo de las reinas moras que habitaban por esas tierras.
Algo magnético tiene esta mujer que me tiene hechizado. Será por la sangre latina que corre por mis venas.
Soy una persona racional debido a mi entrenamiento y por tanto,no
acabo de comprender la intolerancia. Nunca he concebido como el
color de la piel, la religión, la cultura, la condición sexual o las ideas, son
capaces de influir y promover el enfrentamiento de unos contra otros. Por ello, en mi afán de conocer otras
culturas y aprovechando la oportunidad que me brinda esta mujer tan inteligente,
y los puentes que hemos sabido tender a base de mutua confianza,
se ha originado una interesante comunión en la que intercambiamos conocimientos y
algunos detalles más íntimos de nuestra vida personal. Se podría afirmar que hay cierta complicidad entre ambos.
Lo malo es que esta conexión concluye, en el momento que aparece mi compañero de guardia por la puerta. Durante el
relevo aparentamos que todo marcha según los parámetros convencionales establecidos de antemano, durante exactamente las catorce horas que dura mi
turno. Intercambiamos alguna mirada cómplice, una sonrisa y poco más. Nuestros
gestos son comedidos y explícitos. No nos
conviene a ninguno de los dos, que el tercero en discordia sospeche que estamos
profundamente enamorados el uno del otro. Que tenemos un vínculo emocional que nos une en mutuo afecto.
Nuestro objetivo de protección es prioritario y
no nos podemos permitir el menor desliz de cara a la agencia. Tanto él como yo
hemos de ser prudentes y aguantar esas imperantes ganas que tenemos de besarnos delante de
ella. De momento Azima no parece haberse percatado de la pasión que nos desborda.
Sorpresivo relato. Consigues despistar al lector (al menos a mí). Lo que no acabo de entender es por qué la pareja de hombres tiene tantos deseos de besarse delante de ella.
ResponderEliminarUn abrazo, Javier
Gracias Juan Carlos.
EliminarEl despiste es uno de mis juegos preferidos, intentar ese quiebro de cintura final que descoloca.
Los hombres están apasionadamente enamorados, y se echan de menos mutuamente durante esas catorce horas que deben permanecer separados forzosamente por razones laborales implícitas con su oficio. de ahí esas ganas de besarse, abrazarse y ...
Un abrazo.
Muchas gracias, Francisco, por participar con este relato en el homenaje a Fitzgerald. Un abrazo y suerte.
ResponderEliminarDe nada Marta. El placer de participar siempre mio, un incentivo que nos proporcionáis para escribir.
EliminarOtro abrazo para ti.
He tenido que leer los dos últimos párrafos dos veces , ya que mi mente había pensado que la atracción era por Azima. Consigues unos finales inesperados Francisco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno Conchi, es lo que espero del lector; que llegue al final con una idea preconcebida de la historia entretejida de trapantojo. Con ello la sorpresa es inesperada.
EliminarGracias por tu aprecio.
un abrazo.
Ya me parecía a mí extraño que en un relato tuto todo estuviera tan claro desde el principio. Un relato con sorpresa y muy bien escrito, ambas cosas, ya habituales. Mucha suerte en el concurso.
ResponderEliminarUn beso.
Buenos días Rosa.
EliminarLo que no comprendo todavía, es que tú, una habitual y fiel seguidora donde las haya, no me conozcas a la hora de pergeñar trampas al lector; trampas ingenuas preparadas con el afán de sorprender y hacer un poquito más interesante la lectura.
Agradezco enormemente tu aprecio por el tramposo que escribe.
Besos.
Muy bien jugado. Excelente relato que utiliza precisamente las ideas preconcebidas (un eufemismo para prejuicio) para "engañar" al lector, como debe ser. Enhorabuena, mucha suerte.
ResponderEliminarPues muchas gracias Guille. Has captado mi idea de ese "Engañar" con conceptos que van instalándose en nuestra mente según ejercemos como lectores; comprensión lectora que decían en la escuela, y llegamos a preconcebir nuestra propia historia para darnos cuenta del error que cometemos justo al final. Ese es mi juego favorito.
EliminarUn abrazo y de nuevo, gracias.
Buenos días Fran.
ResponderEliminarBonito relato, muy buena ambientación, y un final totalmente inesperado.
Buena suerte en el concurso.
Saludos.
Gracias compañero.
EliminarAgradezco tu apreciación sobre el relato.
Que pases un gran día. Nos volveremos a encontrar en la gala; esta si que es sorpresiva e inesperada.
Mi abrazo.
Exquisita narración en primera persona, contenida, pero en todo momento con algo secreto a punto de explotar. Nos lleva casi de cabeza a pensar lo inevitable hasta el giro final. Tiene un ritmo narrativo muy bueno y unas descripciones que se disfrutan. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
Es muy de agradecer Maite, tu valoración y análisis tan positivo del relato.
EliminarQue pases un buen día, compañera.
Un abrazo.
Hola, Francisco:
ResponderEliminarEnhorabuena por tu relato, me ha encantado. En él ocultas tu sentimiento narrativo presentando y sustentando el relato con recursos que nos llevan a anticipar un final que en realidad está acabado desde el principio, ya que el sentir del narrador no es aquél que anticipaba nuestro sentido lector.
Gracias por compartir tu relato, Francisco.
Buenos días Nino. Se podría decir que os muestro un señuelo para que sigáis un rastro no del todo verdadero; como trapantojo que muestra lo que no es.
EliminarEl narrador en este caso es el encargado de describir una situación que no es falsa, pero que tiene puerta de atrás oculta, para proporcionarle una doble salida a la historia.
Agradezco tu comentario.
Un abrazo.
Hola Francisco, un placer leerte como siempre. No sabía bien adonde ibas con Azima. Preciosa descripción de situación pero no resultaba enamoramiento; tu vuelta de tuerca me encantó y me obliga a revisar una supuesta perspicacia como lectora. Te felicito. Un abrazo
ResponderEliminarPara mi también un placer recibirte.
Eliminarrealmente la descripción de Azima es de admiración que puede confundirse con atracción y enamoramiento. Es cierto que algunas personas consiguen en nosotros ese impacto por su manera de actuar o de ser.
A partir de ahora creo que me leerás con esa suspicacia recién descubierta ;)
Un fuerte abrazo.
Todos dábamos por hecho que ella era la que levantaba pasiones y resultó ser que era el otro , jajaja.
ResponderEliminarMuy bueno , pero yo creo que allí les cortan la cabeza a los Geys.
Normal que lo lleven muy en secreto.
Muy bueno tu relato , te seo mucha suerte en el reto
Besos de flor.
Buenos días Flor. Como dice la canción : "El amor está en el aire". Pero claro, el sujeto por el que bebe los vientos nuestro protagonista no es exactamente en el que aparentemente quiero hacer recaer vuestra atención. En eso consiste la capacidad sorpresiva que encierra la pequeña historia; si lo conseguí en parte me doy por satisfecho.
EliminarMuchas gracias como siempre, por pasarte y dejar tu aprecio por lo leído.
Un abrazo.
Hola, Fran! Qué final, sorpresa total. Muy original la historia en un contexto muy conflictivo y que has narrado perfectamente, metiéndonos de lleno en esa misión. Estupendo relato. Felicidades. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarBuenos días Mayte.
EliminarMe alegra haber conseguido el fin propuesto con esta historia. La misión era prioritaria en este caso, aunque el deseo y la pasión flotaba y nos acompañaba durante toda la narrativa. El sujeto de tal pasión era lo que permanecía oculto hasta el final.
Recibe mi abrazo y gratitud.
No creo que Azima vea con buenos ojos ese beso.... no lo se realmente, es mejor que no la involucren
ResponderEliminarSiendo musulmana tradicionalista no creo que lo aceptara de primeras. Aunque siendo una mujer tal como la describe el protagonista creo que lo acabaría por aceptar. Nadie es tan radical como aparenta ser; basta con ponerse en la piel del que prejuzgamos ¿No crees?
EliminarUn abrazo.
¡Yosss! ¡No me esperaba para nada ese final sorpresivo! Y todo en un solo renglón final.
ResponderEliminarHabrá que esperar a que termine la custodia de Azima para...
Un abrazo, Francisco.
Tiempo al tiempo. Hay lugar para todo y cada cosa en su momento. Pero es verdad que hay pasiones incontenibles en el que el deseo no se puede desconvocar para más tarde. Eso depende del temple de cada uno.
EliminarYo, con Azima, no hubiera podido posponer ;)
Un abrazo, Isabel.
Me encanta como nos engañas, Francisco. Cuando imaginamos el efecto del hechizo legendario, vas y nos sorprendes con ese final. Bien hecho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y a mi me encanta el que seáis tan buenas personas y bien pensantes, que os dejéis engañar. Es un verdadero placer tener lectores tan agradecidos como muchos de vosotros.
EliminarAgradecido por tu comentario de remito mi habitual abrazo.
Relato de mago, tramposo. No sé aún si eso es bueno o no.
ResponderEliminarAl poner lo de condición sexual... me veía venir lo de la homosexualidad, pero, al creer que Azima era el objeto del deseo, pensé que la persona encargada de su protección era también mujer. Personalmente, hubiera sido más sorpresivo. Musulmana y lesbiana.
Buenos días delaFlor. Para mi es buenísimo que me califiquen de "mago tramposo"; nunca nadie me adjetivó de esa manera tan peculiar por mi modo de engañar con mis textos. Y es que los magos muestran algo aparente para desviar la atención mientras realizan su truco, que es el que nos deja sorprendidos.
EliminarTambién tu propuesta de religión y condición sexual hubiera podido ser otra opción, naturalmente.
Mi abrazo.
Desde luego es un buen relato y con un inesperado final qu eno esperaba, si ese era el objetivo, cumplido con creces.
ResponderEliminarMucha suerte.
Un abrazo.
Me doy por satisfecho pues, pues ese era mi objetivo.
EliminarMuchas gracias por tu lectura y comentario, Tere
Un abrazo grande.
Enhorabuena por el micro muy original. Mucha suerte Manuel.
ResponderEliminarGracias Ainhoa por tu ánimo. Aunque creo que ese Manuel es otro...
EliminarUn abrazo, en todo caso.
Un placer leerte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias María. Mutuo el placer al recibirte por aquí.
EliminarOtro abrazo para vos.
La historia te sugiere un camino, y llegando al final te descoloca! Muy ingenioso y sorprendente! Suerte! Saludos!
ResponderEliminarEso es lo que propongo al lector; seguir ese camino de losas amarillas como en "El mago de Oz" pero llegado al final del trayecto, nada es lo que aparentaba ser y un nuevo horizonte de posibilidades con finales alternativos, quedan a disposición de cada cual, según su particular imaginación. El que escribe siempre juega con ventaja naturalmente.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Muy buen relato realmente me despistaste, porque yo me imaginaba que estaba enamorado de Azima, es lo que me dio a entender el comienzo del relato, sorprendente final, muy bien llevado, saludos.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Efectivamente Patricia, tu lectura fue la correcta. Lo que pasa es que el que escribió el relato jugó con la ventaja de tener al narrador de su parte, y este, con sus descripciones sobre el asunto de la admiración del protagonista por la tal Azima, no hacía más que desviar la atención sobre el auténtico amor oculto del personaje.
EliminarEn fin, es lo que tiene jugar con ventajas ;)
Gracias por tu comentario, compañera.
Abrazo.
Con tu sello personal, has sabido mantener el malentendido hasta las últimas líneas de este relato. La atracción hacia esa bellísima mujer queda superada por el amor que sienten esos dos compañeros de fatiga. Y es que los prejuicios parecen no tener fronteras.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un abrazo y suerte en el concurso.
Gracias Josep. Como te he extrañado con tu participación en este reto de escritura. Espero te animes para el próximo y no nos abandones del todo. Ya sabes que lo importante es la escritura, que no el premio.
EliminarMe alegra que te haya parecido sorpresivo este relato, dado que ya conoces mis enredos con las letras, y dadas las habituales lecturas que has hecho de los mismos. Que ya tenías que estar acostumbrado, vaya.
Un fuerte abrazo, amigo.
relectura obligatoria del final que me he perdido. Pues no veo que se pueda quejar mucho, se lo pasa bien con una y mejor con el otro, aunque tiene toda la pinta de que si ella se diera cuenta, tampoco diria nada si sabia que le podia perjudicar.
ResponderEliminarsaludos y Suerte
Podría crearse una relación de conveniencia entre los tres. eso del amor y el sexo puede crear triángulos la mar de satisfactorios pero nuestra racionalidad, moral, ética y prejuicios nos restan mucha naturalidad en nuestras relaciones.
EliminarUn abrazo y gracias.
Hola, Francisco. He tenido que leer dos veces porque conseguiste desorientarme. Muy bien logrado ese efecto inesperado. Un abrazo
ResponderEliminarYa me lo han comentado algunos lo de la relectura. A veces uno quiere reflejar mediante letras situaciones un poquito complicadas y la lía quizás más e lo conveniente. En todo caso creo que al final lo entendiste todo perfectamente. Y me congratulo por ello.
EliminarQuedo agradecido.
Un abrazo, Mirna
Un relato donde logras despistarnos por completo y donde el final es sorprendente. Muy bueno, te deseo suerte en el concurso.
ResponderEliminarGracias por tus deseos que son mutuos con respecto al tuyo. Y gracias por pasarte y comentar.
EliminarAbrazo.
Hola Francisco. No me esperaba ese final, me despistaste como al resto, pensé que el objeto de sus desvelos era la dulce Azima. Si el agente encargado de la custodia no se ha enamorado de Azima, yo al menos si lo he hecho, tan bien que la pintas en tu relato. Interesantes las referencias a la guerra de Afganistán. Mucha suerte y un abrazo.
ResponderEliminarYa somos dos por tanto los que hemos caído rendidos ante el embrujo de Azima. Una mujer árabe tiene ese misterio velado que la hace encantadora. Lo de velado puede tener relación con el velo, quizás.
EliminarGracias por tu comentario Jorge. Un placer recibirte.
Un abrazo también para ti.
Posiblemente ya se ha dado cuenta, pero es discreta y no tiene intención de hacerles daño
ResponderEliminarUn muy buen relato, Francisco
Un abrazo
Gracias Mujer de negro. Otra de las virtudes de esta mujer puede ser la discreción, no te quepa duda. Tanto tiempo conviviendo juntos revela actitudes, detalles y comportamientos que pueden descubrir los motivos.
EliminarUn abrazo.
Hay muchos burkas emocionales con respecto a este tema. Fabulosa reivindicación y gran giro final.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchos Burkas y armaduras oxidadas. Muy bien visto este detalle psicológico en lo que respecta a la ocultación de sentimientos y emociones capadas.
EliminarAbrazo.
¡¡¡Buenísimo!!! Me la has colado hasta el mismísimo final. Un giro brutal, magnífico, inesperado. Pero el hecho de que sea musulmana, testigo protegido, situada en un hecho real —el abandono de Afaganistán— lo hace todo muschísimo más redondo y absolutamente genial. Estoy rendida ante tus capacidades literarias, merecedoras del oro. Suerte en el concurso —si es que la necesitas, tengo mis dudas— y un abrazo grande.
ResponderEliminarGracias por triplicado por este comentario que eleva una autoestima que tengo olvidada. El placer de escribir pequeñas historias es algo así como mi pasión particular o mi vicio. Con ello me basta para sentirme satisfecho. Pero si además los que me leen me comunican que les gusta o al menos les transmitió algo; eso ya es como la guinda de una tarta ( aunque las guindas esas rojas, dulces y empalagosas no me gusten)
EliminarPor tanto MJRuiz : Gracias, gracias y gracias.
Y por supuesto un abrazo apretaó.
¡Menudo tramposo estás hecho, Francisco! Me has engañado hasta el final. Jamás se me hubiera ocurrido ese fin tan inesperado. Te lo has currado, felicidades.
ResponderEliminarSí, Bruno. Ya me lo han llamado por ahí arriba. Y me gusta, no te creas;)
EliminarEl caso que más que engaño lo que me fascina es crear falsas expectativas al lector; dejar que imagine un final cuando es otro el que le espera. Esos quiebros son lo mio.
Agradecido por tu comentario.
Un abrazo, compañero.
Vaya, Vaya. Has jugado a espías y nos has despistado a los incautos que no estábamos en esta guerra y lo has hecho mostrando como motivo principal y denuncia una situación penosa y real que se dio con los "colaboracionistas" (no sé si los talibanes les llaman así). Estupendo relato como nos tienes acostumbrados. Felicidades. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegra te haya interesado el relato y el tema de fondo. Gracias por pasarte y dejar el comentario.
EliminarUn abrazo.
Pues el desenlace consigue sorprender del todo. En un entorno en el que los agentes se mueven como pez en el agua. Tras el desarrollo inicial loando las virtudes de la protegida, lo bueno viene cuando se van a descansar a casa. Buen relato de amor.
ResponderEliminarMe ha gustado. Suerte en el Tintero. Un abrazo.
El amor no descansa ni en la distancia. cualquier reto que se le ponga por delante a un enamorado lo superará con tal de conseguir complacer al ser amado. Eso al menos es lo que dicen por ahí. Aunque enamorarse y amor es algo diferente y bregar diariamente con las rutinas desgasta mucho. Azima es un consuelo hasta que llega el relevo de su corazón.
EliminarUn abrazo.
Muy pero que muy buen relato desde el principio nos vas dirigiendo hacia Azima y mira por donde ella estaba fuera de la situación y al final con ese beso se destapa toda la trama.
ResponderEliminarUn abrazo Francisco y suerte en el concurso
Puri
La mujer es un ser especial. Así es como nos la hace ver el protagonista. Lo que pasa que no es el objeto de sus deseos ni el amor de su vida. es una distracción mientras llega el ser verdaderamente deseado.
EliminarUn abrazo agradecido.
Pero qué ingenioso es este relato, Francisco. Nos engañaste con esos guiños y miguitas que vas dejando por todo el relato hasta darnos en las narices con ese giro tan bueno y trabajado. Bravo!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y mucha suerte!
Bueno Pepe, a pesar de todo lo bueno que parece ser, no conseguí llegar a meterme en la final ni en la semifinal. La verdad es que cada vez es más dificil superar un listón demasiado alto.
EliminarEnhorabuena, por cierto por tu podium.
Y mi abrazo.
Hola, Francisco. Un giro que le da la vuelta a todo y tan discreto como ese breve encuentro en el cambio de guardia. Como los prestigiadores desvías la atención del lector para que no veamos el truco aunque esté delante de nuestros ojos. Pues, truco conseguido.
ResponderEliminarSaludos y suerte.
Pues sí, mi cometido como narrador, en este caso, fue mostraros un camino equívoco para que siguieras el rastro de loque no era. Si conseguí que llegaras al final sin percatarte, me doy por satisfecho.
EliminarUn placer tenerte por aquí.
un abrazo. La suerte ya dio su sentencia.
Hola, Francisco. No lo vi venir. Has logrado que picase en el anzuelo. Tu habilidad ha sido fantástica.
ResponderEliminarBuen trabajo. Un abrazo.
Gracias Pedro, un verdadero gusto el haberte podido engañar con la historia. Creo que muchos políticos suelen utilizar las mismas herramientas para conducirnos por donde quieren;)
EliminarEn este caso no fue perjudicial para nadie.
Un abrazo.
Un sentimiento bien oculto, y que se devela al final, buena trama para llevar al lector hasta el final. Abrazos virtuales desde Venezuela.
ResponderEliminarDesde España otro abrazo para ti, agradecido por tu lectura y comentario.
EliminarMuy buen relato, con un inesperado giro final. Describes a la chica maravillosamente para luego sorprendernos. He disfrutado con la lectura. Un abrazo, Pedro.
ResponderEliminarPerdón, Francisco, que con tanto despiste, me has liado.
EliminarBueno, bueno. También jugaste al despiste con el nombre. Agradezco tu paso por aquí, Lola. Nos seguimos leyendo.
ResponderEliminarUn abrazo.