¿Qué haré cuando me faltes?
Lloraré como lluvia.
¿Qué haré cuando te vayas?
Vagaré como el aire.
Abandonado en mi soledad,
moriré de tristeza al recordarte.
Como luz mortecina,
como sal sin sabor.
Estaré sin estar,
cuando tu ya no te halles.
¡Así pues!
¡No te vayas!
Pues tu abrazo es mi puerto,
y tus besos la calma.
Tu sonrisa el motivo
de poder respirar.
La mirada el camino.
Tus latidos mi vida,
y mi ansiado destino
conjugarme al amar.
Es por eso que pido:
¡Llévame cuando marches!
No me quiero quedar:
solo, triste y vacío
como sombra fugaz,
como punto y aparte,
como efímero azar.
¡Ay mi amada!¡No más!
Es lo único que ansío,
y después ¡Dios dirá!
Derechos de autor: Francisco Moroz