me puedo desahogar con estas letras,
y de manera formal y no completa
plasmar mis sentimientos a voz de pronto...
Este diablo chiquitín,
que
no para con su trajín,
con una afición desenfrenada
de revolver cajones en sus
andanzas
y correr el pasillo como “Bonanza”.
Este “Ángel”
de piel blanca
de ojos azules y manos largas,
que no para ni un segundo,
que me incluye en ese mundo
tan diferente,
tan inocente, e inacabado...
es hijo mio.
es hijo mio.
Aventurero tenaz,
capitán de un país de fantasía,
de mi corazón pirata,
fraguador de sentimientos;
duende y elfo de la casa.
duende y elfo de la casa.
Donde manchar es el lema
y su obligación sagrada.
Explorando en mis descuidos
el entorno peligroso.
Investigar lo prohibido
y aderezarlo con salsa.
Sus miradas me desarman,
y quien es el tonto que le regaña
después de esponjarme el
corazón
con su sonrisa.
Lo grave es,
que hay que
educarle quedito
para que asuma jugando
las reglas y la lección.
Pero no cambio su actitud
ni sus mofletes rosados,
ni su figura gordita
o el proceder alocado.
Tampoco trueco,
los buenos ratos tirados
haciendo altas torres
con los tacos de colores.
con los tacos de colores.
O lo de cantar a gritos,
ver dibujos animados,
hartarnos de garabatos
y reír con altruismo.
Si estamos los dos charlando
en su jerga y media lengua,
saltaremos la barrera
de las lingüísticas formas.
Leeremos libros grandiosos
con páginas de cartón,
de colorido infinito
y letra gorda y tremenda .
Cuanto aprendo del pequeño
que me mantiene despierto.
Vivo alerta, sin respiro,
sin tregua, sin silogismos.
No hay respuesta a sus preguntas
ni en lo que hace argumento.
Psicodélico y absurdo
nuestro proceder de orates,
lo de nunca estarnos quietos.
y no sufrir estoicismos.
lo de nunca estarnos quietos.
y no sufrir estoicismos.
Siempre atento a medir
palabras
a nunca alzarle la voz
actuar con diplomacia,
por no herir sus sentimientos
y esquivar sus alaridos,
sus lloros desgarradores
que son chantajes de pillo
contra estrategias de viejo.
sus lloros desgarradores
que son chantajes de pillo
contra estrategias de viejo.
Por tanto mi conclusión:
No hay atajos al ser
padre,
es toda una ley de vida.
Se asume sobre la marcha
es un "ser o es un no ser
existencialismo puro,
existencialismo puro,
con carros de devoción,
y vagones de carisma,
y vagones de carisma,
Yo sin mi amigo bajito
ya no me veo.
ya no me veo.
La cosa no tiene gracia cuando el no está,
en mi entorno no habría vida,
ni alborozo, ni alegría.
ni alborozo, ni alegría.
Me faltaría la luz,
y no celebraría el día.
Que ser padre es un honor.
y no celebraría el día.
Que ser padre es un honor.
Derechos de autor: Francisco Moroz