Lo malo de la realidad es que además de triste te la sirven cruda.
Esto viene a cuento de esas historias que con la mejor voluntad
nos contaron padres y abuelos e incluso algún hermano mayor “rara avis” que por
lo general suelen pasar de los pequeños. Historias que siempre acababan con un:
Y fueron felices…
Nada era cierto, pues indagando como escritor aficionado en las
citadas historias, descubrí que las verdades eran otras y más oscuras.
Como ejemplo os traigo a colación la de “Alicia”. Muchacha que tuvo que
ser atendida en urgencias por intoxicación a causa de la ingesta de sustancias
psicotrópicas que la hacían ver conejos blancos y gatos sonrientes. Estaba obsesionada con un personaje al que llamaba sombrerero, la toma del puntual
té adicticvo, y la celebración de los no cumpleaños. Algo absurdo y
psicodélico como para alucinar en colores.
“Blanca nieves” acabó divorciándose del
príncipe, que era de un azul desvaído, no tan fiel como aparentaba y con poca
sangre en las venas, aunque sí muy venal y casquivano.
Para ganarse la vida la pobre, tuvo que poner un circo donde le
crecieran los enanos. Los siete que conoció hacía mucho que estaban bajo
tierra, trabajando en la tuneladora del metro. Su madrastra ya no era ni el reflejo de lo que fue en sus mejores
tiempos. Y el cazador, el único que pudo robarle el corazón, no quiso.
Y es que la juventud y la belleza son manzanas con apariencia
deseable y jugosa, pero en el fondo envenenadas.
Lo de “Ariel “, la bonita sirena del norte fue mucho más trágico. Cayó en las redes de un buque piscifactoría noruego y la pobre, no pudo escapar por pies.
Ahora da nombre a una marca de congelados.
Hablando de pies. Al “Zapatero remendón” se le acabó el chollo y
está en prisión preventiva, pues aunque alegó que los zapatos que fabricaba se
los confeccionaban por la noche los amables duendes, se descubrió que en eran
trabajadores ilegales que dormían y trabajaban en las mismas instalaciones de
lo que en realidad era un taller clandestino.
“Peter” se arrejuntó con “Campanilla” y a base de polvos mágicos vinieron
muchos niños perdidos de esos que llamamos "Ninis" porque ni estudian
ni trabajan "Ninádená". El sufrido “Capitán Garfio” tuvo que ejercer
como tutor, dada la reconocida inmadurez de los padres que todavía viven en los
mundos de fantasía, mal llamados de Yupi. La verdad es que “Garfio” siempre tuvo mucha mano para el
tema de la educación y mucho gancho para las criaturas. Por cierto los niños cuando nacieron, vinieron con el apellido de “Peter” debajo del brazo, o sea: El “Pan”.
“El Lobo feroz “se dejó de rodeos y atajos y se cepilló
directamente a la “Caperucita” que por otro lado era una niña procaz y ligera
de cascos que no se ponía encarnada por cualquier cosa. Se saltó la tertulia,
el protocolo, y la conversación dilatoria, simplemente por evitar la parte en
la que se lo tenía que montar con la abuela y travestirse, para perecer más
tarde con violencia a manos de un leñador lobófobo, machista y radical; de esos
muy musculados y descerebrados salidos de "Mujeres y Hombres y viceversa".
A los “Cerdos” constructores y especuladores inmobiliarios les
derribaron las casas por haberlas edificado en una zona de bosque protegida
medioambientalmente. Y aunque gruñeron, berrearon, presentaron alegaciones,
escritos y demandas, ante la administración pública. No les sirvió de nada. Así
que se hartaron de soplar y resoplar en vano hasta la extenuación revolcándose en su propia inmundicia.
Y lo curioso que todo esto acaeció el día de San Martín. De ahí el famoso refrán.
Por cierto eran ciertas las noticias que anunciaban que “Ali Babá”
presentaba su candidatura al senado consiguiendo un escaño. Cuando los reporteros
le preguntaron por su interés repentino en la política, respondió que le
gustaba sentirse como en casa, rodeado de ladrones y riquezas sin número.
Conseguidas estas a base de robo, extorsión
y engañifas al sufrido contribuyente que a este paso terminará exiliado en el
desierto de una árida existencia.
“Cinderella” siempre fue un poco ceniza y no tuvo mucho éxito con
los hombres a pesar de lo que nos contaron, pues estos le daban calabazas de
continuo, a causa de su falta de higiene y por estar siempre rodeada de
animales transformistas. Todavía sigue echando la culpa a una tal malhadada madrina;
que no era otra que una fraudulenta manager que le prometió famoseo por un
tiempo limitado con fecha de caducidad. Como a muchos otros artistas de moda
que hoy son idolatrados por las masas y mañana nadie se acuerda de lo que
fueron, o lo que hicieron por la sociedad.
"Vanitas vanitatum, omnia vanitas".
De eso sabe mucho “El flautista de Hamelin” que sigue atrayendo
con su encantadora melodía hipnótica a todos los incautos que siguen pensando
que se van a hacer ricos trabajando honradamente, que hay gobernantes honestos
que velan por el bienestar del ciudadano, y empresarios pundonorosos que valoran el
esfuerzo de sus trabajadores.
Es cierto que la lotería les toca a algunos, a los que les suena la
flauta por casualidad, como a Bartolo.
Verdadero nombre del flautista que toca con un agujero solo. Yo
personalmente cuando lo oigo, le
mando con la música a otra parte. Por cierto otra versión se nos presenta como la del palo y la zanahoria, pero esa es para los más borricos.
Prueba fehaciente de que el tema de la honestidad está en baja es el caso de “Pinocho” un
muchacho que tenía muy buena madera de currante, al que le contrataron por una ETT en un
taller de carpintería. Todo esto después de mentir mucho sobre su experiencia, su
preparación y su edad. Fue explotado vilmente hasta la extenuación por un jefe
sin escrúpulos que le trataba como a un muñeco. ¡Un caso de narices!
“Bella” como todos sabemos, se terminó casando por puro capricho y
por llevar la contraria a las leyes naturales y a sus padres, con un “Bestia” sobre el que
actualmente pesa” una orden de alejamiento por malos tratos. Pues aunque dicen:
“Que el hombre y el oso cuanto más feo y peludo más hermoso” no es más delicado
y amoroso, ni tiene afanes de pulir
su carácter y suavizar su genio.
Y la luna llena y la primavera que son muy suyas para esto, tienen una influencia nefasta sobre este tipo de relaciones, pues alteran de mala manera la sangre de estos animales que se convierten en auténticos salvajes sin escrúpulos. Y en cobardes maltratadores y abusadores de indefensos. Están emparentados con los ogros de "Pulgarcito" y los machotes leñadores de "Caperucita" que nombré con anterioridad.
Y la luna llena y la primavera que son muy suyas para esto, tienen una influencia nefasta sobre este tipo de relaciones, pues alteran de mala manera la sangre de estos animales que se convierten en auténticos salvajes sin escrúpulos. Y en cobardes maltratadores y abusadores de indefensos. Están emparentados con los ogros de "Pulgarcito" y los machotes leñadores de "Caperucita" que nombré con anterioridad.
Y ya para terminar os dejo con “El Gato”. Apodo por el que es nombrado un gran intermediario, diplomático de reconocido prestigio. Preparador de discursos
convincentes. Asesor de imagen sin parangón. Capaz de entronizar a cualquiera
basándose en falsos informes llenos de mentiras y añagazas. Este mal bicho se
pone las botas cada vez que triunfa con alguna de sus triquiñuelas. Prebendas, comisiones, sobornos, chantajes,
extorsiones y favoritismos a dedo. Son armas que sabe utilizar con desparpajo y
donosura en favor de sus protegidos que por lo normal utilizan trajes de Armani
y Tucci y pagan con tarjetas tan negras como sus entrañas. ¿Donde se vio antes
a los gatos colaborando con las ratas? Por eso os digo que no os
creáis nada de lo que os cuenten los cuentos.
Estos personajes también son conocidos con el calificativo de picapleitos.
Estos personajes también son conocidos con el calificativo de picapleitos.
¡Ah, por cierto! a “Hamsel “y “Gretel” ¡Por fin! de puro ansias,
les compraron un bosque para perderse. Terminaron hospitalizados en urgencias
con el azúcar por las nubes
a la vez que una vieja boticaria jubilada se quedaba sin casa, desahuciada la pobre. Todavía
se investiga por si ambos sucesos pudieran tener relación.
Y esto es a grandes rasgos lo que nos vendieron de niños, cuando
no teníamos la capacidad suficiente para discernir entre el bien y el mal, lo
justo y lo injusto.
Por esa razón, ahora, los que tenemos dos dedos de frente y si alguien nos intenta engañar le recriminamos con
estas palabras: "Tú lo que tienes es mucho cuento" o "A otro perro con ese hueso"
Ya somos mayorcitos y sabemos de antemano, que la realidad sigue
superando con creces cualquier historieta de ficción que nos puedan narrar los espabilados de turno. Todavía algunos se frotan las manos presuponiendo nuestra
inocencia recién caída del guindo. Solo hay que asomarse a la ventana tonta y ver las propuestas de los anunciantes.
Van
aprendiendo de sus pequeños fracasos y ahora nos venden la moto y nos adormecen
la conciencia con deportes de masas y programas basura de televisión con más veneno y en altas dosis. Son
menos elaborados y más directos pero contundentes. Se trata de una"Lobo-tomia" de masas pura y dura.
Y esto es mucho más perjudicial para los cabritos y los borregos, que el peludo enemigo disfrazado, que intenta entrar en nuestras casas enseñándonos la patita por debajo de la puerta, y echando en nuestros buzones propaganda comercial que promete convertir nuestros sueños en realidad inminente. Lo mismo que hacía el genio gordo ese que decían que vivía dentro de una lámpara, o como el calvo lacrimógeno de la lotería que viene a incordiar por navidad, junto con el otro gordo de rojo. A este último si se lo tenía que comer un lobo, que es más cansino que recoger piñones del suelo.
Y esto es mucho más perjudicial para los cabritos y los borregos, que el peludo enemigo disfrazado, que intenta entrar en nuestras casas enseñándonos la patita por debajo de la puerta, y echando en nuestros buzones propaganda comercial que promete convertir nuestros sueños en realidad inminente. Lo mismo que hacía el genio gordo ese que decían que vivía dentro de una lámpara, o como el calvo lacrimógeno de la lotería que viene a incordiar por navidad, junto con el otro gordo de rojo. A este último si se lo tenía que comer un lobo, que es más cansino que recoger piñones del suelo.
Lo
que consiguen con estas cosas es jorobarnos la vida como al de "Notre
Dame"
Derechos de autor: Francisco Moroz