Le habían endosado el caso de la mansión
de los Harlim, parecía ser considerado por el departamento de policía, el más
prescindible en esos momentos de entre todos sus efectivos. Le habían endiñado
un crimen sin importancia, pero él les iba a demostrar
su valía, resolviéndolo en tiempo récord ¿A caso pensaban que era
estúpido?
Era sabido que con la llegada de las
fiestas de la navidad, ciertos colectivos se revolucionaban en exceso debido a
las altas dosis de alcohol ingeridas en las comidas de empresa, que provocaba
que las lenguas viperinas se soltasen y pusieran a caer de un burro a los
compañeros ausentes.
También las reuniones familiares eran
origen de conflictos, cuando aparecía el cuñado o esa suegra inaguantable que
crucificaban a sus rivales, clavándoles el colmillo retorcido con saña
desmedida. Fingiendo por otro lado, interés y amor verdadero por sus personas.
En los niños de por sí intransigentes en sus pretensiones, se operaba una
inusitada transformación: De tiernos infantes, a fieras corrupias desatadas en
su afán desmedido de pedir hasta la luna al gordo vestido de rojo y al trío de
los camellos.
Pero este caso era simple. Estuvo
prácticamente resuelto desde que entró en el palacete hacía media hora escasa:
La pose artificial del mayordomo intentando parecer correcto en su recibimiento
no le había engañado.
Los propietarios, un matrimonio al parecer
bien avenido que pretendían desviar su atención contándole lo sucedido, tampoco
le habían despistado.
La atractiva doncella que le guiñó el ojo,
menos todavía.
Le daba en la nariz, que el crimen se
había cometido en la cocina, a la que se dirigió con paso raudo, pillando a la
cocinera flagrantemente con las manos en la masa de un sabroso pudin.
A causa del grito de sorpresa y su actitud
histriónica, supo a ciencia cierta que se trataba de la asesina.
Inmediatamente vio el arma homicida sobre
la encimera y el cadáver descuartizado de un pavo al que él, haría
justicia.
Lo único que le confundió, fue ver de
refilón, a un anciano sentado en el salón,
inmóvil, con un sangrante orificio de bala.
Derechos de autor:Francisco Moroz
Un final inesperado! me gusto mucho.
ResponderEliminarGracias Patricia.
EliminarUn abrazo.
Vaya amigo, en este relato nos muestras en todo su esplendor tu vis cómica. Me ha encantado. Es muy bueno. ¿Cómo nadie pudo pensar que era estúpido?. El caso le va que ni pintado. Hasta se ha dado cuenta de que el asesino no era el mayordomo. Ay!! es que todavía me estoy muriendo de risa. En cuanto quiten al anciano sangrante y limpien el salón podrá reunir a la familia y explicarles quien mató al pobre pavo. 😂😂😂
ResponderEliminarUn beso.
Bueno Rosa, un poco de humor que nos haga destensar músculos y templar nervios no viene nada mal. A veces en la novela negra también los autores nos meten humor negro para que haga juego con lo narrado.
EliminarAl pavo se le hará justicia sin duda, lo que no se yo es cuanto va a durar este tipo en el cuerpo de policía. Aunque bien mirado, si ha llegado a inspector ¿Cómo serán el resto e compañeros?
Un beso
Un pavo era un pavo jejeje, que bueno. Me gusto mucho Francisco y es muy apropiado para estas fiestas que ya se avecinan que ganas de que pasen, agrr. un abrazo. TERE.
ResponderEliminarGracias Teresa.
EliminarEra un pavo, o al menos al otro pavo viejo que estaba en el salón solo lo vio de refilón, o le pareció menos importante.Je,je.
Besos
Vaya si lo ¿resolvió? en tiempo récord ;-)
ResponderEliminarHas hecho un buen repaso, de pasada, a esas situaciones típicas y tópicas que se producen en estas fechas (cuñados, suegras, niños intransigentes..), aunque yo con los míos no las padezco afortunadamente.
Genial, Francisco.
¡Un beso!
Bueno la cuña que he metido sobre los inconvenientes de estas fechas en las que a parte de fingir una felicidad que en teoría no es causada por nada en particular, ocasionan los "Extras" de navidad como son: la familia en casa, los compañeros en el trabajo los niños pedigueños y el consumo desaforado de productos que podríamos consumir el resto del año con moderación.Creo que la investigación del inspector es lo menos en este caso a la hora de reflexionar sobre ciertos despropósitos ¿No crees?
EliminarBesazos.
Vaya con el Sherlock Holmes de pacotilla. Una buena dosis de humor en una historia del género policíaco es uno de los recursos narrativos que más me gustan y no resulta, para mí, nada fácil.
ResponderEliminarYo le sugeriría a ese sabueso que siguiera un curso de reciclaje para que no acabe perdiendo su, ya de por si dudosa, pericia. Lo más preocupante de todo es que fuera considerado uno de los mejores del grupo.
Un abrazo.
No Josep, todo lo contrario.Es considerado el más prescindible de todos los efectivos de los que dispone el cuerpo de policía.
EliminarPero en todo caso tampoco es tan malo el pobre hombre. No deja de ser un crimen lo que se hace con miles de pavos en navidad, también hay que hacerles un poco de justicia. Aun así, se ha fijado en el tipo que está sentado inmóvil con un agujero de bala. No hay duda que es observador.
Me alegra el te haya gustado.
Recibe mi abrazo y felicitación para estas fechas.
Cine y humor negro adornado con guirnaldas navideñas. Un micro sin desperdicio.
ResponderEliminarMuerto el pavo acuchillado y el abuelo de un balazo, solo queda abrir regalos y darnos un gran abrazo.
¡Abrazo de Libro, y Felices Fiestas, Francisco!
Bueno Edgar. Me has alegrado la jornada viendo tu apreciación sobre este pequeño relato. Incluso has rimado tu comentario. eres espectacular como seguidor.
EliminarAgradecido quedo y te doy ese abrazo y esa felicitación de compañero a compañero.
Me ha encantado tu relato Francisco, y me he reído mucho con la breve crítica a algunas de las situaciones que pueden darse en estas fechas, aunque por suerte me salvo de todas. Y con el final, ya me he partido el pecho. Vaya pedazo de detective, sí señor, jajaja. Al menos resolvió el crimen del pobre pavo ; )
ResponderEliminarPues tus risas me congratulan, pues eso es lo más difícil de conseguir en un lector.
EliminarCon lo cual mi agradecimiento Ramón.
Que sigamos leyéndonos el año que viene.
Un gran abrazo
Espero que no abunden muchos policías como el de tu relato porque entonces vamos a tener que hacernos todos vegetarianos o acabar en la cárcel.
ResponderEliminarBesos.
Esas mentes analíticas no abundan gracias a Dios, aunque tampoco abunda la coherencia en esta sociedad de locos.
EliminarBesos Kirke amiga.
Jajaja muy divertido Francisco, siempre voy llegando aunque sea un poco tarde.
ResponderEliminarMe ha gustado ese humor negro que destila el relato. aunque como los compañeros espero que no abunden muchos especímenes de estos policías.
Aprovecho para desearte una feliz salida y mejor entrada de año, feliz 2017 querido amigo.
Un beso enorme