El otro, hombre o mujer, siempre muerto, a veces a pares, por grupos, pero muertos. Y la asesina viva, invisible, en la sombra. Siempre presente en la escena del crimen, perpetrando de forma impune su personal masacre entre la población. Sin hacer distinción entre pobres y ricos, niños o viejos, con desapego e indiferencia. Se alió con animales impuros cosechando innumerables frutos.
Los habitantes de las ciudades donde cometía sus crímenes la conocían como
“La negra” y no fue hasta acabar con la vida de cientos de miles de personas
que descubrieron su verdadero nombre: “Yersinia pestis” que en realidad era la
muerte disfrazada de bacteria.
Derechos de autor: Francisco Moroz
¡Vaya con Yarsinia! Ya me parecía a mí que tenía mala pinta, esta elementa.
ResponderEliminarUn abrazo
La conocían bien en la edad media. En 1346 llegó a exterminar a un tercio de la población europea, esto es en equivalencia según los habitantes de entonces unos veinte millones de personas.
Eliminar¡Menuda elementa! como bien dices.
Un abrazo.
Por un momento creí que hablabas sobre la muerte, aunque casi así ha sido: la muerte disfrazada. Qué terrible tiene que ser que la muerte te venga en forma tan minúscula, saber que estás rodeado de ella y que en cualquier momento o lugar te puede atrapar.
ResponderEliminarEste relato está especialmente bien escrito. Tú siempre escribes bien, pero en este especialmente.
Un beso.
Bueno, realmente hablo sobre la muerte disfrazada de la bacteria que provocaba la peste bubónica que segó tantas vidas.
EliminarNuestro peor enemigo no es el más grande sino el más pequeño y no el que está más cerca sino el que está adentro.
Agradezco tu aprecio y apreciación sobre mi manera de escribir. eres un lujo de seguidora...Y lo sabes.
Besos
Un micro muy bien escrito como todos lo tuyo. Nombras la muerte en un virus que acecha y a veces llega si, Un abrazo
ResponderEliminarNo es virus, es bacteria, pero es minúsculo igualmente y hace mucho daño cuando se lo propone y le dejamos.Gracias al cielo ahora la higiene personal y los medios son más que los de antes y podemos combatirla con ciertas garantías.
Eliminarbesos Mamen.
Esa muerte que nos acecha en forma de virus y que nos pilla desprevenidos, muy bien escrito. Un abrazo. TERESA.
ResponderEliminarGracias Teresa. esa enemiga que nos acecha. ¿Quién puede estar a salvo de un enemigo que no ve?.
EliminarBesos
Impresionante. Me ha encantado ese final, con el nombre adosado a la propia muerte. Da escalofríos.
ResponderEliminarUn besillo.
Solo pensar el haber estado en esa época en la que Europa era un caos de guerra y peste, no dan escalofríos, si no lo siguiente.
EliminarBesos también para vos.
Un nombre incluso atractivo para una muerte que era desagradable y dolorosa.
ResponderEliminarsaludos Julio.
Excelente micro Francisco, como vas atando la trama y dejas pistas al lector (muerte, alianza, animal, negra...)
ResponderEliminarHasta ese final, ¡chapó!
Da miedo sólo de pensar en ello.
Besos, :)
Poquito a poco y sin agobios, dejando pistas como bien dices, al igual que ella va dejando un reguero de muertes en el camino.
EliminarAsí se construye un relato de terror para los que lo padecieron en realidad..
Como siempre puntual y yo agradecido.
Besos Irene.
Aquí el giro, vino precedido del asombro con este nombre tan espectacular, que como ha comentado al principio Julio David, parece el de una artista y sin embargo es el nombre para designar a la enterobacteria o bacilo Gram negativo anaerobio y que es el responsable de la peste transmitida a través de los roedores.
ResponderEliminarGran acierto el tuyo, amigo Francisco, que con mentar ese nombre ya lograste tu objetivo de aterrorizarnos.
Un abrazo.
Ni más ni menos que a la bacteria que produce la peste y que era propagada por la picadura de los piojos que antes la habían extraído e las ratas. Como se comprende, la higiene no era lo acostumbrado en esa edad en que la mortandad el hombre era escandalosa. Las guerra también tuvieron mucho que ver.
EliminarEl nombre es muchas veces la clave de un misterio.
Un abrazo amiga.
Ayer vi tu publicación pero solo me fijé en el título, Yersinia, (quería leerte con tranquilidad y hasta hoy no pudo ser). El caso es que al ver el título y la imagen de una mujer me dije ¿el nombre de Yersinia existe? ¿pero quién puede llamarse así si es el nombre de una bacteria y además "mu" mala?
ResponderEliminarAhora, cuando te he leído me he tirado un buen rato riéndome de mí misma; eres la bomba, Francisco, no dejas de sorprenderme.
Besos.
Me encanta sorprender a alguien como tu, entendida en estas lides. Un gran placer presentir tus risas por causa de tu ingenuidad porque ¿Quién podría llamarse así después de saber el origen de tal nombre?
EliminarDe lo que no cabe duda es que se trata de uno muy sugerente y enigmático.
Besos
Un excelente micro Francisco. Sugestivo nombre que crea duda hasta llegar al finl de la lectura y ver que se trata del nombre que enmascara la muerte. Un gran abrazo.
ResponderEliminarLa muerte es una gran transformista. Es una asesina experta capaz de disfrazarse de lo más inimaginable e inofensivo, al menos a nuestras entendederas.
EliminarDe lo que no cabe duda es de que siempre triunfa, aunque la evitemos y nos defendamos con uñas y dientes.
Otro abrazo para ti Marina.
La muerte se disfraza de muchos nombres, esta incluso resulta bonita de nombre.
ResponderEliminarMuy bueno, Francisco.
Abrazos-)
A mi siempre me dieron que el nombre que portaba una persona era importante. Es lo primero que preguntamos cuando conocemos a alguien, y así ha sido desde hace milenios. "El nombre dice mucho de nosotros y de quienes nos lo han puesto, también de la sociedad, sus modas, historia y evolución"
EliminarY la muerte es conocida por muchos nombres.
Abrazos Mila.
Muy buen micro Francisco, desconocía el nombre pero sí los terribles estragos que causaba esa bacteria minúscula capaz de diezmar poblaciones enteras y sí, creo que decir su nombre era sinónimo de muerte. Horror ese saberse rodeado de muerte potencial.
ResponderEliminarUn beso
Aquí es donde se demuestra que el tamaño no importa a la hora de hacer bien o mal. Algo tan minúsculo con algunos colaboradores involuntarios y desagradables es capaz de causar más estragos que una gran guerra.
EliminarEl contagio era la peor pesadilla de las gentes que tenían que huir al campo para evitarlo.
Besos.
Efectivamente, los microorganismos patógenos en particular y las enfermedades en general no hacen distinciones entre razas, sexo, edad ni condición social. La peste negra se llevó por delante miles de vidas, contra la que ni los rezos servían de protección. En la vida no, pero ante la muerte todos somos iguales.
ResponderEliminarMuy buen micro.
Un abrazo.
La oración puede servir como consuelo y ánimo en algunas circunstancias, para infundir valor o dar esperanza, pero para curar los terribles males que asolan al hombre ¡No! Si este no pone nada de su parte para encontrar soluciones que por otro lado la propia naturaleza pone a nuestra disposición.
EliminarGracias Josep. Un abrazo.
Me ha encantado el relato Francisco! Desconocía el nombre de la peste negra, jeje. Como me sucede en muchas ocasiones, entre tus escritos encuentro datos interesantes! Un abrazo! ; )
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