¡Otra
vez se dejó el grifo del lavabo abierto! Antes de ayer fue la luz del salón. La
semana pasada el gas del quemador de la cocina, otras el horno. La televisión a
todas horas la abandona encendida y a todo volumen.
Cualquier
día tendremos un disgusto a causa de sus frecuentes despistes por no hablar de
alguna queja por parte de los vecinos.
Me
dirijo al dormitorio para recriminárselo y cuando llego, recuerdo con aprensión
que hace cinco meses se marchó de casa, alegando no poder soportar por más tiempo mis broncas injustificadas.
Derechos de autor: Francisco Moroz
Parece que después de todo él sí tenía razones para marcharse. No es fácil convivir en pareja, desde luego que no...
ResponderEliminarUn micro muy inteligente, Francisco. En la última frase le das toda la vuelta al argumento, ¡me ha gustado!
Un beso.
Ya conoces las limitaciones de tan pocas palabras, en una frase se ha de concentrar todo un argumento.
EliminarGracias por tus palabras, como siempre tan valoradas por venir de quien vienen.
Un beso.
Así empiezo yo a estar también, no sé si llueve o me he dejado el grifo de la bañera abierto. Y sí, a veces también le echo la culpa al otro.
ResponderEliminarPero tú, Francisco, lo has contado muy bien. Con cuatro pinceladas has contado toda una historia.
Un beso.
Ja,ja,ja. No me creo nada Rosa.
EliminarNo creo el que tu estés tan mal como la protagonista del relato, que achaca sus despistes al compañero, que huyó de su lado por no aguantar las neuras injustificadas.
Besos.
Este sí que es un olvido mayúsculo, sobre todo porque al recordar lo ocurrido se da cuenta de que la realidad es algo mucho más grave que dejarse encendida una estufa.
ResponderEliminarEstupendo micro, Francisco.
Un abrazo.
El despiste más grande el de haber olvidado que su pareja se fue hace cinco meses y darse cuenta por otra serie de circunstancias que ella es la que tiene el problema que recriminaba al otro.
EliminarGracias por tu valoración compañero.
Un abrazo.
Ay esa mente que nos juega malas pasadas. En este día tan especial me crea hasta cierta tristeza aordarme de lo que no nos acordamos.
ResponderEliminarUn micro perfecto.
Un besillo.
Hay enfermedades que hacen sentir verdadera lástima por quien las padece. El no acordarse ni de quien eres ni de los que tienes alrededor así como de las necesidades más básicas como el sentir hambre o sed.
EliminarMuy, pero que muy penoso.
Besos María.
Muchas veces acusamos a los demás de imperfecciones que nosotros mismos tenemos.
ResponderEliminarIrónico relato y lleno de moraleja, sí señor.
Un beso.
Eso que dices es innato en el ser humano desde chiquitito: El echar las culpas al otro, de aquello de lo que solo somos culpables nosotros.
Eliminar¿Aprenderemos alguna vez a ser honestos y sinceros con nosotros mismos y los demás? He ahí la cuestión.
Un beso Paloma.
Esos olvidos conscientes o inconscientes que no se resuelven con broncas, bien al contrario el que las recibe se siente peor tanto si son justas como injustas y puede acabar pasando que no se aguante más.
ResponderEliminarNo sé si era el objetivo de tu micro pero me ha recordado esas pérdidas de memoria asociadas a enfermedades degenerativas.
Un beso
Efectivamente lo has interpretado bien y me refiero a esa enfermedad con nombre de alemán y esa otra llamada demencia senil o "chocheo" que se dice familiar y coloquialmente hablando.
EliminarDe todas las maneras hay personas en cuyos genes ya viene escrito eso del despiste.
Besos.
¡El despistado, pillado!
ResponderEliminarQué fácil culpar a otros y no mirar nuestras faltas, en fin, espero que de esta aprenda.
Un beso, y feliz fin de semana.
La pobre. Creo que ni ella misma se da cuenta de sus despistes. Mira que olvidar que su pareja la abandono hacia tiempo...
EliminarSe ha descubierto así misma en su error y limitación. Un poquito de pena si que da.
Un beso Irene
muy bueno...lo malo es que no vemos nuestros defectos, hasta que es demasiado tarde.
ResponderEliminarSuele ocurrir que en ciertos casos somos muy predecibles y repetimos los mismos patrones una y otra vez. Reconocer nuestros defectos no suele ser el deporte favorito de nuestros egos personales.
EliminarAbrazos Marcela.
Los despistes esos enemigos de la mente que en mas de un embrollo nos meten hasta llevarnos hasta la mas absoluta soledad o a una enfermedad como la demencia o el Alzheimer que nada lo puede parar, en fin así es la mente y las malas jugadas que la misma nos gasta y que por desgracia yo he vivido. No obstante tú micro esta muy bien y como siempre me ha gustado mucho. un abrazo. TERE.
ResponderEliminarGracias Teresa. También tengo cerca a esa enfermedad que nombras, y que sufren más los cuidadores que el cuidado, que por desgracia o suerte no es consciente de nada de lo que hace o deja de hacer.
EliminarSomos tan frágiles y delicados, que cuando se desajusta algo de nuestro organismo o nuestra mente, dejamos de ser nosotros mismos.
Otro abrazo para ti amiga.
No, no, no. Salvo que tuviera alzheimer, esas broncas estaban completamente justificadas. Un abrazo.
ResponderEliminarLo del grifo abierto y la televisión encendida entre otras cosas, no son responsabilidad del que abandonó el hogar por recibir regañinas que no le correspondían. Entre otras cosas, por no ser el causante de dichas negligencias. Creo yo.
EliminarUn abrazo Zarzamora.
La mente humana. Esa gran desconocida.
ResponderEliminarSaludos