Érase una vez una república pequeña, independiente, casera y de propiedad vertical, donde vivían una pareja de seres humanos que querían ser felices como pretenden serlo todos los personajes de todos los cuentos clásicos que se escribieron y se van contando por ahí.
Ellos tenían su territorio de ochenta metros cuadrados
bien organizado, administrado y decorado con armonía. Propiamente no reinaban
ellos, más bien lo hacía el acertado criterio de lo minimalista y el buen
gusto.
Todos los días salían de casa a batirse el cobre contra
duras jornadas laborales, como si se tratase de dragones disfrazados para no
causar el pavor que da enfrentarse contra un trabajo mal remunerado y exigente.
Pero era la única manera que tenían de ingresar peculio en las arcas, para poder
hacer frente a los impuestos exigidos por la única gran señora que los
gobernaba a todos con mano firme y recaudatoria: “Una grande y libre arpía”
aunque los ministros voceros de turno dijeran por activa y pasiva que “Esa
señora hacienda eran todos”.
¡En fin!
Ramiro y Juliana, que así se llamaban dos de los personajes
principales de nuestro cuento, pertenecían a ese tipo de personas que tras el
censo de acatamiento obligado, fueron clasificados como “de la tierra media”.
La jerarquía era clara: Primero la familia real, el alto
clero, el ejército y la nobleza, la burguesía, los políticos evasores de
impuestos. Unas auténticas bestias corruptas en su gran mayoría. Y por último,
la clase media que reunía a los artesanos, obreros, curritos inclasificables
entre los que destacaban los becarios. Y al final de la cadena de
despropósitos, los parados de larga duración.
En este entorno subsistían estos dos, casi siempre
remando contra corriente de modas y modismos habituales. Eran lo que se dice de
lo más convencionales, sencillos y moderados; con su puntito de originalidad y
a veces de extravagancia.
Al menos así eran hasta que todos los proyectos de su vida
en común parecieron derrumbarse como los naipes de “Alicia en su país de las
maravillas”. Toda la ilusión acumulada durante los años de espera en un futuro halagüeño
junto con las ganas de realizarlos, se desvanecieron como el sueño que era, y
todo era engullido por una densa niebla de pantano tenebroso, donde habitan
esos seres indescriptibles, incomprensibles e incómodos para la mente humana llamados
“Dudas” y “Miedos”
Y es que Juliana se quedó embarazada a causa de unos
polvos mágicos en una noche de luna llena donde se oyeron aullidos ajenos a los
lobos. El sobresalto y el terror a lo desconocido no fueron causados por la
preñez de ella, sino por lo que se les venía encima: Esa responsabilidad de un
tercero en discordia con el que compartir los bienes y los dones que poseían,
entre los que se encontraba como el más preciado el tiempo disponible que antes
era solo para ellos y sus ocios.
Pero cuando los ancianos sabios dicen que: “No hay que
lamentarse de lo malo porque siempre puede ocurrir algo peor”, suelen tener
razón como viejos que son, aunque los lugareños se empeñen en aislarlos en
residencias asistidas para quitárselos de en medio alegando que nada más que
dicen tonterías.
Y lo peor ocurrió cuando ese bebé que nacía presentó signos
claros de no ser uno cualquiera, de esos catalogados por los cánones rigoristas
como normales. De esos que cumplían todos los criterios establecidos por la
sociedad médico-pediátrica de la región para serlo.
Para empezar, la comadrona que asistió a Juliana ya puso
cara de circunstancias cuando cruzó su mirada con la parturienta, haciéndola sentir una incontenible desolación que le duró lo que tardaron en ponerle al niño en
su regazo. Entonces lo que experimentó fue, esa profunda paz que proporciona el amor de verdad,
el que sienten las madres cuando sostienen un pedazo de su propia vida entre sus
brazos después de nueve meses de portarla dentro ¿Qué tenía aquel precioso niño
que lo hiciese diferente? ¿Qué hizo que la partera la mirara con cara de pena?
La duda les fue despejada a los padres cuando el sanador
del centro paso a ver a la pareja de padres, para explicarles el porqué su hijo
iba a ser una persona especial desde el momento de su nacimiento.
La culpa, les comunicó, era de una bruja envidiosa de ver
a las madres cuando jugaban con sus hijos. Envidiosa cuando oía a los padres
contarles cuentos como este para que conciliaran el sueño. Envidiosa de la felicidad
que desbordaban todos cuando estaban juntos; algo que no podía arrebatarles con
pócimas ni elixires, pero si con algo llamado “Enfermedad rara” de esas que no
se alivian porque sí. Para las que no hay remedios de la abuela ni curas milagrosas,
ni casi paliativos para mitigar la desazón que ocasiona en los que las padecen
y sufren.
La bruja en concreto, les dijo el sanador, se llama “Acondroplasía” y que en concreto está especializada en
conferir a los afectados dimensiones mínimas, como por ejemplo a los enanitos
de “Blancanieves”, con cabeza grande y extremidades cortas.
Lo único que esta bruja sarmentosa no puede menguar les confirmó, es el corazón de estas personitas que son capaces de sobreponerse a sus carencias
con esa fuerza interior tan poderosa como la que poseen los caballeros “Jedais de la
Guerra de las Galaxias”.
Estos padres no se quedaron muy conformes, pero aceptaron
a su hijo como lo mejor que les pudo ocurrir, de tal forma que ese crecimiento
descompensado y desacelerado de su cuerpo lo veían retribuído con su mirada
luminosa y la gran sonrisa que adornaba su cara.
Mientras, fueron apoyados por otros miembros de afectados
que pertenecían a una logia poco conocida, como la de los antiguos masones, pero
en plan unificador y asertivo. Una fundación llamada “ALIBER” que es “como la
casa madre, como una
gran colmena donde un número importante de asociaciones se aúnan para intentar
dar a conocer las enfermedades raras”.
Víctor, que así llamaron al protagonista de este cuento,
era un niño que se integró bien en la escuela, después de sobreponerse a las
burlas y las risas de los cuatro ignorantones analfabetos que hay en toda
comarca que se precie. Los llamados “Tontos de pueblo”. Hasta en la comarca de
los “Hobitts”, que son seres de baja estatura, abundan los imbéciles, que se
han convertido en patrimonio de la humanidad aunque no estén en peligro de extinción.
En la universidad pulió las preciadas dotes con las que fue regalado por sus hadas madrinas a las que se conocía con el nombre de musas, creciendo en sabiduría y don de gentes.
En la universidad pulió las preciadas dotes con las que fue regalado por sus hadas madrinas a las que se conocía con el nombre de musas, creciendo en sabiduría y don de gentes.
El caso es que Víctor cautivaba a aquellos que se
acercaban a él. Divertido y humilde como él solo, de tal manera que sabía reírse
de sí mismo.
En una ocasión en que alguien le preguntó sobre su enfermedad, le contestó sin ambages: Simplemente soy el resultado de un gen mutante al que todos conocen como FGFR3, que mejora al de los robots “R2-D2 y el C-3PO” que tienen menos letras al igual que gracejo.
En una ocasión en que alguien le preguntó sobre su enfermedad, le contestó sin ambages: Simplemente soy el resultado de un gen mutante al que todos conocen como FGFR3, que mejora al de los robots “R2-D2 y el C-3PO” que tienen menos letras al igual que gracejo.
Participaba en todas
las actividades propuestas, incluso ayudaba a los compañeros sacándolos de más
de un apuro. Era en esas ocasiones que aprovechaba para decirles: Hay que creer
en los enanitos, nunca se sabe cuando te sacarán del atolladero. Acordaos del
famoso “Rumpelstilskin” que estaba al quite de ciertas demandas.
Se hizo popular en poco tiempo, pero tampoco quería ser
el líder ni el centro de atención, era muy suyo y le gustaba que le dejaran su espacio personal para poder inventar esos cuentos que escribía y presentaba en alguna revista local para que se los publicaran con el seudónimo de “Tyrion
Lannister”.
Que creció, es un decir para los muy optimistas, pero
jamás perdió esa sonrisa que le caracterizó junto al brillo de sus ojos cuando
se enfrentaba a los grandes retos que se le planteaban en un mundo que para él
siempre fue de gigantes. Un loco bajito que se enfrento a molinos como su admirado Don Quijote.
Su lema siempre fue:
“Mucha gente pequeña, en muchos lugares pequeños, harán cosas pequeñas que cambiarán el mundo”
“Mucha gente pequeña, en muchos lugares pequeños, harán cosas pequeñas que cambiarán el mundo”
Y Víctor, que para los que no lo sepan significa
victorioso, triunfó como autor y escritor de cuentos infantiles. Con ellos animaba a los
más pequeños de los pequeños, a ser los más grandes entre los grandes, para que fueran luchadores incansables contra esa bruja llamada “Acondroplasia”; que no tuvo la satisfacción de ver derrotadas
ni infelices a esas familias que tenían entre sus miembros a seres tan
especiales como Víctor, que con “El poder de las letras”, supo vencer a esos monstruos
que por desconocimiento parecían imbatibles.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
– Ahora a dormir.
–Papá.
– Dime pequeño.
–Este cuento te lo has inventado ¿Verdad?
– No hijo, este lo escribió ese tal Víctor y aparece en este libro de historias sobre enfermedades raras que ya leerás tú solo. Cuando
crezcas.
--¿Pero yo creceré?
-- Todos lo hacemos, solo depende de las ganas que tengamos de hacerlo.
--¿Pero yo creceré?
-- Todos lo hacemos, solo depende de las ganas que tengamos de hacerlo.
Muy tierno y emotivo. Cuando algunos grupos reivindican la diferencia como seña de identidad, o más bien de superioridad, otros tienen que reivindicar el derecho a ser iguales para ser tratados igual, con los mismos derechos y el mismo respeto que todos, y es que el lema, "todos iguales todos diferentes" es de lo mejor que he oído. Todos somos igual de diferentes.
ResponderEliminarMe ha encantado tu cuento. Enhorabuena.
Un beso.
Hay una frase que a mi me gusta mucho y que dice: "Nadie ha de mirar a otro desde arriba salvo cuando sea para ayudarle a levantarse" creo que lo dice todo. Nadie es más que nadie y menos por diferencias que son genéticas o por enfermedades en este caso denominadas raras.
EliminarTe agradezco como siempre el comentario. Has dicho una palabra que es la base de todo: Respeto.
Beso grande amiga.
Un bello cuento son un no menos bello mensaje. Todos somos iguales por dentro, en nuestra mente y corazón. Las diferencias externas son lo de menos y la diferencia en el trato solo la marcan los insensibles.
ResponderEliminarUn abrazo.
De esos insensibles hay unos cuantos, aunque la sociedad va aprendiendo de algunos errores y mejorando las apreciaciones y los cuidados a estos colectivos minoritarios pero importantes.
EliminarLa clave está en la educación recibida y en el respeto, como decía Rosa por el prójimo que no deja de ser un ser humano con todos los derechos a pesar de sus fallas congénitas.
Un abrazo Josep.
Buen relato y gran mensaje.
ResponderEliminarUn abrazo
El mensaje es lo importante, si te llegó como lo ha hecho la misión la doy por cumplida, y te lo agradezco compañero.
EliminarUn abrazo.
Una manera original de contar la realidad, como si fuera un cuento. Porque un cuento me parece a mí lo que realmente nos está pasando en esta sociedad, pero donde, al contrario que en los cuentos de verdad, el final no siempre es feliz.
ResponderEliminarPor cierto, es la primera vez que leo un cuento donde el país donde se desarrolla la acción es una república y no un reino, ¡qué bien! En cambio la mala aquí también es la bruja ¡qué rabia!
Besos.
Tristemente en esta sociedad hay mucho cuento por parte de algunos que no quieren visionar ni percatarse, de otras realidades que les resultan ajenas y lejanas a ellos.
EliminarLas brujas son brujas. Ya solo por el nombre se las identifica como malas, quizá es otro perjuicio que deberíamos cambiar. Por desgracia los piratas no solían ser tampoco honrados ni bondadosos.
El mundo es cruel Paloma.
Besos.
Sorprendente relato.
ResponderEliminarUn abrazo
Mi gratitud Suni
EliminarOtro abrazo para ti.
hola buen dia desde Miami te escribo
ResponderEliminardespues del huracan he quedado mareada de sentimientos. Tu blog me ha entretenido gracias por compartir
un abrazo
Gracias Recomenzar. Mi deseo es que te encuentres bien después del " Suceso huracanado" y otro de mis deseos, volverte a ver por acá.
EliminarMi abrazo también para ti.
Holaa
ResponderEliminarque lindo relato, me encantó porque es muy emotivo
Un gran beso!
Que alegría ver caras nuevas por el blog.
EliminarGracias por tu apreciación. Creo que los corazones lindos son los que se emocionan con las cosas importantes, como el sufrimiento de algunos.
Mi bienvenida Meg
Qué hermosos cuento Francisco.
ResponderEliminarEs una extraordinaria incitaba la que habéis creado en el poder de las letras, es un proyecto admirable, que os honra como personas.
Me gusta como has ido introduciendo los personajes y jugando con ellos, me has arrancado más de una sonrisa. Esa sonrisa tan valiosa que nunca se debería perder, porque es su valor la que hace grande al hombre.
Preciosos mensajes.
Un beso, grande.
Que bonito comentario me has dejado Irene.
EliminarLas grandes personas se miden por lo valioso que tienen dentro y son capaces de poner al servicio de los demás. Yo soy un colaborador del proyecto, no el que lo lleva a cabo. de eso se encargan personas comprometidas con él. La comunidad "El poder de las letras" en concreto Marijose, me invitaron a participar con un relato, y este es el que me salió.
Como tú, creo, que la sonrisa y el optimismo son el motor del mundo junto con el amor y la voluntad de hacer cosas buenas.
Besos para ti.
Bonita manera de transmitir ese precioso mensaje. Las diferencias que solo están en las mentes cerradas de aquellos que no saben mirar ni valorar a la persona por lo que es no por su aspecto físico.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho que lo hayas hecho en forma de cuento porque la utilidad del cuento es invencible para llegar a los más pequeños y poder explicar cualquier cosa, en este caso la importancia de valorar a las personas sin tener en cuenta su aspecto físico.
Un beso
Los cuentos, las leyendas, los relatos, las parábolas,y las fábulas son lo mismo con diferentes estructuras pero con un contenido profundo a la par que sencillo y fácil de entender por todos; al menos por las mentes abiertas y no por los obtusos.
Eliminareste es un problema, el de las enfermedades raras, que miramos de soslayo porque no nos toca de cerca, pero que condiciona la vida de muchas familias que se ven limitadas y algo olvidadas por los estamentos públicos.
Esto es solo un granito de arena para un proyecto que merece la pena.
Besos amiga.
Hola, Francisco, llego a tu blog de la mano del Tintero de Oro. Me ha gustado mucho el relato, está contado de forma original,y además de llevar un gran mensaje nos pones frente esa realidad terrible de las enfermedades raras a las que hay combatir entre todos y no dejar solos a los afectados. Suerte en el concurso. Abrazos.
EliminarUn saludo Lana. Me alegra que David nos esté permitiendo conocer a través de su blog a otros aficionados a la escritura.
EliminarAgradezco tu visita y la lectura de mi relato. La suerte te la deseo de igual forma, aunque para mi es la de poder conoceros a vosotros y vuestras letras.
Un abrazo.
Al final después de leer tú cuento, una preciosidad, llena de sensibilidad esa que están dotadas a los buenos escritores, llego a la conclusión que llegue ya hace mucho tiempo "la belleza no esta en el exterior si no en el interior de cada ser humano". Me ha encantado, da gusto leerte. un abrazo. TERE.
ResponderEliminarte agradezco esas tan amables palabras que me dedicas Teresa, se nota tu aprecio que es mutuo.
EliminarNo se si escribiré muy bien o no, pero si llego a tocar la fibra sensible de los que me leéis y os transmito alguna emoción, me doy por satisfecho.
Gracias y un abrazo.
Un cuento precioso, Francisco, que transmite un mensaje sobre el que reflexionar hasta tenerlo bien asimilado. Las diferencias solo nos hacen eso, diferentes, no inferiores o superiores. Lo que hacemos en la vida y la capacidad de superación de cada uno es lo que realmente nos convierte en grandes o en "enanos". ¡Muy bueno!
ResponderEliminarUn beso de sábado.
Los hay enanos de entendederas, los hay grandes de corazón, los hay catetos mentales y estrechos de miras, los hay gigantes y locos que luchan por sus convicciones e ideales. Los hay inferiores y superiores en valía y en fuerza interior. Pero ninguno es tan digno de admiración como el que supera sus limitaciones y es capaz de salir adelante con una dignidad envidiable.
EliminarBeso de Jueves tarde.
Gran mensaje el que nos envía este cuento Francisco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una alegría que te haya llegado el mensaje. Una satisfacción grande para el que lo escribió y que por otro lado dice mucho de tu sensibilidad.
Eliminargracias Conchi.
¡Hola Francisco!
ResponderEliminarA pesar de haberlo escrito como cuento le encontré similitud con la realidad; hablas de hacienda, envidia seres especiales fortaleza interior, crecimiento y evolución espiritual..." Y de un Proyecto Solidario para ayudar a esos niños que se les suelen llamar "raros" por su enfermedad (no entendida.)
Genial, amigo, por esa transmisión de reflexiónreflexiva en ayuda a los que necesitan que les echen una, o más manos.
¡Un gran abrazo!
Ya sabes que los cuentos siempre encierran, esas enseñanzas que de otra manera no llegaríamos a asimilar correctamente.
EliminarEn el fondo seguimos siendo como niños grandes con necesidad de esos relatos que nos resultan atractivos y con los que se aprende sin darnos cuenta. La reflexión viene después por parte de quién realmente ha entendido el mensaje.
Besos y bienvenida de nuevo por aquí tras la etapa vacacional.
Qué bonito. Esa familia sí que es valiente. Un abrazo.
ResponderEliminarPersonalmente la familia es el núcleo de todo apoyo incondicional y ayuda desinteresada.
EliminarOtro abrazo Zarzamora, para ti.
Gracias por participar en EL TINTERO DE ORO con este relato. Suerte!
ResponderEliminarDe nada, el honor y el placer son míos. Gracias por invitarme.
EliminarUn abrazo David.
Sólo puedo decir: impresionante.
ResponderEliminarMuchas gracias "Los cuentos de la esperanza" por pasarte por aquí, dejar un comentario y valorar tan positivamente con tan pocas palabras.
EliminarUn saludo.
Un cuento precioso, Francisco, me ha encantado tanto la forma como el mensaje. Sin lugar a dudas, no es el tamaño del cuerpo lo que hace grande al hombre. Es el de su alma. Espero que tengas mucha suerte en este proyecto en común con "El poder de las letras" y con el tintero de oro, un fuerte abrazo! ; )
ResponderEliminarEl ser humano rechaza lo que le resulta extraño y desconocido, básicamente por temor a lo desconocido. El problema es que tras el conocimiento, no cabe justificación para el rechazo. En ese apartado entran los desalmados, los intolerantes y los violentos y naturalmente los imbéciles a los que me refiero en la historia.
EliminarGracias por leerme.
Un abrazo.
Un cuento, que a la vez es una denuncia contra la sociedad que margina a todo aquel que no comprende, aquel que es "diferente". Lo narras con maestría y sensibilidad. Un abrazo literario,
ResponderEliminarTe doy gracias por palabras tan amables.
EliminarCierto lo que escribes. Lo desconocido nos atemoriza. Lo diferente nos confunde.
Espero vete más a menudo por este rincón de palabras.
Un abrazo también para ti Lola.
Me parece un cuento precioso, donde se refleja muy bien esta realidad donde la sociedad a veces margina, cada vez menos, a estos seres que nacen con problemas y con enfermedades raras. ¡Suerte! Un abrazo
ResponderEliminarCreo Maria del Carmen, que la sociedad está cambiando con respecto al cuidado y al respeto hacia estas personas que ya sufren bastante con sus enfermedades, como para enfrentarse también a la burla y al desamparo.
EliminarGracias por tu ánimo.
Un abrazo.
Ay Francisco!! ese final le da fuerza al todo. Sin duda un gran mensaje y el juego autoreferencial de la ficción literaria, entretenido.
ResponderEliminarComo siempre un gusto pasarse por aquí.
Abrazos!!!
Y yo encantado de encontrarme contigo y tu comentario querida Diana. Se te echa de menos cuando tardas.
EliminarTe deseo un feliz domingo.
Otro abrazo para vos.
Un cuento de hadas de lo más realista, Francisco. Seguro que a todos los pequeños a los que la bruja Acondroplasía haya señalado, dormirán esa noche con una sonrisa en los labios y sabiéndose auténticos superhéroes de cuento.
ResponderEliminarPrecioso, Francisco. Un abrazo.
Muy agradecido por tus letras compañero. Da gusto cuando algo de lo que escribes llama la atención y encima gusta a los que lo leen.
EliminarUn abrazo Bruno.
Excelente relato, Francisco.
ResponderEliminarSaludos.
Bienvenido Tocayo Javier
EliminarUn placer tenerte por aquí, conocerte gracias a David y el que te hayas quedado como seguidor.
Un abrazo.
Hola Francisco, te visito a través del concurso "Tintero de oro" de David. Has escogido un formato de cuento al estilo clásico, lleno de referencias a personajes y lugares en la mejor tradición del cuento infantil, para traernos un tema de actualidad del que tal vez no somos muy conscientes en esta sociedad en la que lo material nos ciega. Un sentido homenaje a quienes padecen esas enfermedades "raras" que con todos sus inconvenientes, los hacen sin duda especiales. Mucha suerte en el concurso.
ResponderEliminarEs un relato que presenté para un proyecto de edición de un libro de relatos y poemas que se ofrecerá para ayudar a los chavales que padecen estas enfermedades tan poco conocidas y por ello, con tan escaso seguimiento por parte de sanidad pública y sociedad en general.
EliminarTe agradezco tu visita y tu lectura.
Un abrazo compañero.
Hola. Nos has contado, Francisco, un cuento no tan cuento donde la bruja pirula con su varita de hacer magia calabria dota de diferencias a la gente, y la diferencia no es un don aceptado por la mayoría.
ResponderEliminarMe ha encantado los ingredientes de cuentos clásicos con la problemática sociedad actual. Si en el medievo se enfrentaban a dragones, ahora y aquí se enfrentan contra la intolerancia a la diferencia, el peor de los ogros.
Pues eso, que me ha gustado mucho tu cuento Francisco.
Hasta pronto.
Pues te doy las gracias por venir y leer y además me dejas un bonito comentario.
Eliminar¿Qué más se puede pedir?
Creo que nos hemos embarcado juntos en un proyecto muy interesante junto con David. Gracias a él ahora conoceré vuestras letras y blogs.
Un abrazo y a seguir en contacto.
Sensibilidad y ternura a flor de piel. Un cuento precioso. Mucha suerte.
ResponderEliminarMuchas gracias Marta. La competencia es fuerte, hay buenos escritores y buenos relatos.
EliminarA ver cuando te veo por: -Escribiendo que es gerundio-
No lo conocía. Acabo de unirme. Muchas gracias 😉
EliminarUn cuento muy bonito, Francisco. El cuento de la bruja y los enanitos pero extrapolado a la vida real. Mucha suerte en el concurso.
ResponderEliminarMe alegra te haya gustado. Igual suerte te deseo con el tuyo Sara.
EliminarUn abrazo.
Francisco, llego a tu blog a través del concurso de David Rubio.
ResponderEliminarUn relato mágico.
Mucha suerte en el concurso.
Besos.
Gracias Pilar.Por leerme y quedarte. Yo ya leí tu relato "deshielo" y me quedé por allí, contigo.
EliminarSuerte igualmente.
Hola Francisco, un tierno cuento y una bonita labor la que te honra como persona y escritor. Mi referencia cinéfila de hoy, es por la impresionante película documental La historia de Jan del año 2016, en la que se trataba el Síndrome de Down y que curiosamente partió de un blog del mismo nombre del padre y director del film. En ella se demuestra, como en tu relato que el proceso de integración es posible y probable.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso de David Rubio, voy leyendo poco a poco los relatos participantes y este desde luego es de los mejores. Un abrazo.
Hola Miguel. Tiempo sin leerte por aquí.
EliminarCuando alguien se embarca en proyectos de este tipo, siente que no está solo en la labor, que hay personas preocupadas por otras personas, eres consciente que no todos van a lo suyo y que hay solidaridad.
Me lo propuso otra compañera bloguera y acepté sin mediar porqués. creo que es un proyecto con mucha ilusión y expectativas.
Un abrazo y gracias por tus deseos.
Tal y como he leído a otros compañeros comentar al principio algunos de sus comentarios, he llegado hasta aquí gracias a “El Tintero de Oro” de David Rubio Sánchez, y así he podido disfrutar de este cuento que es toda una fábula emotiva, entrañable y escrita con elegancia. A la vez, es una bofetada para las sensibilidades dormidas o que miran para otro lado. Sólo me queda darte mi enhorabuena, tocayo, y desearte mucha suerte en el concurso. Un abrazo. Nos leemos…
ResponderEliminarSí, David con su concurso está haciendo, yo creo que sin proponerselo, el que vayamos conociendo a otros compañeros con tinta en vena, con inquietud por plasmar historias sobre papel para mostrarlo a otros.
EliminarEspero que esto se haga viral y poder formar entre todos una gran comunidad.
Un abrazo y gracias por pasarte.