Agarra fuerte el timón de tu existencia
y pon rumbo al horizonte de tus días;
siendo capitán de tu destino
y marinero de tus horas.
Lucha con las tempestades de la vida
con tesón, con fuerza y honra.
Que llegado el final del largo viaje
y en puerto seguro,
valorarás el haber salvado del naufragio
tu persona, tu alma y lo aprendido.
Y lo más importante:
A los que contigo embarcaron
queriéndote acompañar.
La experiencia nos enseña
que el camino en solitario
es más rápido y fugaz.
Más si acompañado vas,
es más grata la jornada compartida
y el límite de tu historia más lejano.
Poemario ciego
Derechos de autor: Francisco Moroz.