Antes que nadie
Aventuras insólitas de unos españoles que quisieron ser demasiado
De: Fernando Paz
Mi gusto por la historia, ha hecho que me decante por este género literario como primera entrada del año que tenemos por delante.
Alguien tenía que escribir este libro y al final "Fernando paz" es el que se ha atrevido con tal empresa.
Él, es profesor de historia, historiador y escritor, por lo tanto un investigador de hechos y un documentalista de sucesos pasados, con herramientas y juicio suficiente para sostenerlos.
Llevamos muchos años siendo engañados a muchos niveles, pero sobre todo en el que se refiere a nuestra propia historia como país. Los programas educativos gubernamentales que se van solapando, destruyendo de antemano todo lo construido en el anterior, han sido las armas usadas por los caciques y responsables de la administración cultural de los ciudadanos, que poco a poco hemos ido olvidando los orígenes de nuestras raíces
como nación, de tal forma que incluso nos avergonzamos de nuestra propia identidad como españoles.
En este libro el autor intentará traernos de nuevo a la memoria hechos y personajes de carne y hueso muy reales, al igual que episodios que tuvieron lugar en su momento y que por intereses un tanto maniqueos se han ido cuanto menos falseando, y en gran medida ocultado, para desconocimiento de generaciones posteriores.
Hay que reconocer que otros países con menos méritos, se vanaglorian de sus héroes y sus logros como conquistadores y batalladores; nosotros tenemos un complejo de inferioridad casi enfermizo, como si no confiásemos ni creyésemos en nuestra valía y potencial como pueblo, como si lo que hicimos en el pasado solo hubiese sido expoliar, saquear y asesinar y no nos condujesemos en ningún momento con propósitos más honorables.
Aquí hago un inciso y pido al lector que haga memoria y recuerde con objetividad, a alguno de los imperios que se conocen o conocieron y se hicieron grandes solo con tratados y alianzas desinteresadas. Seamos claros : ¡Ninguno!
Y sin embargo
¿Cuantas plazas públicas y monumentos, banderas ondeantes y placas conmemorativas de esta o aquella batalla ganada, no tienen otras naciones con menos bagaje cultural y patrimonio que nosotros, erigidas o plantadas en sus ciudades con orgullo?
Confundimos el patrioterismo con la identidad, que por otro lado nuestra nación tuvo que conseguir y mantener con esfuerzo, empeño y mucha sangre; en tiempos donde la expansión colonialista era garantía de status. O en el que el dominio de los mares fue crucial.
Los personajes, que fueron capaces de seguir sus ideales, o que dedicaron sus vidas a algo menos personal y más identificado con los intereses de la comunidad a la que pertenecían; no aparecen en los libros de texto, y en el mejor de los casos aparecen falsificados como gente sin escrúpulos con afán de conquistas y lucro personal. Analfabetos, brutos y gente conflictiva. Que de todo habría, no digo yo que no. Pero abundaron más los buenos navegantes, los exploradores, los grandes viajeros y diplomáticos y gentes aguerridas y también de paz, que fundaron ciudades y misiones.
Más piratas hubo en otras latitudes, disfrazados de honrados capitanes, navegando bajo la bandera de graciosas majestades.
Es indudable y conocido que la historia es manipulada en la mayoría de las ocasiones cuando está escrita por los vencedores; para realzar las propias glorias. Lógico. Pero las crónicas y los documentos que aportaron los protagonistas y las instituciones en su momento, están ahí. Otra cosa es que queramos quitarnos las vendas de los ojos, impuestas por los interesados en el olvido, para tapar sus propios fracasos y derrotas.
Pero vamos al tema que nos toca, y es el de presentar esta pequeña obra escrita en 240 páginas aproximadamente, con un contenido que me atrevo a asegurar de inesperado y desconocido, como es mi caso, que aún habiendo leído historia con asiduidad, ignoraba por completo.
Ante todo dejar claro que nos encontramos ante un libro de relatos desarrollados en capítulos no muy extensos, con lo cual la lectura será dosificada de tal forma que no nos costará avanzar en ella ni nos resultará onerosa ni árida.
La prosa es formalista y correcta en todos los aspectos. La utilizada por los docentes que enseñan, pero a la vez coloquial y directa, sin muchos rodeos; va al meollo de la cuestión, siempre poniéndonos en antecedentes del suceso en cuestión, el ámbito en el que se desarrollan los hechos y los personajes implicados.
Un libro en el que lo contenido es más importante que la forma en el que está escrito. Lo iremos descubriendo a cada relato presentado por el autor.
Nos sorprenderemos al descubrir que las fuentes del Nilo fueron descubiertas por un español, al igual que la identificación de la mítica ciudad de Persépolis lo fue por otro.
¿Y si os dijeran que la primera ciudad de los Estados Unidos de América fue fundada por compatriotas nuestros?¿Y que tuvimos a nuestro propio "Marco Polo" que viajó para entrevistarse con el poderoso "Tamerlan"?
O que la historia tan manida de la derrota de la armada invencible no fue tal como nos la cuentan los que supuestamente la derrotaron, y que al año siguiente hubo una contra-armada en la que los derrotados fueron los contrarios. ¿Eso tampoco lo sabíais?
Aparecerán personajes cuyos nombres ni os sonarán, quizá porque no interesa que los reconozcamos como los que infringieron las derrotas más significativas a naciones en auge y muy pagadas de sí mismas; de tal forma, que se adelantaban a los acontecimientos acuñando monedas conmemorativas y celebrando victorias de batallas, que tuvieron más tarde signo contrario a sus intereses.
"Blas de Lezo", "María Pita","Inés de Ben""Alonso de Bazán" son algunos de ellos.
Tampoco como descubridores tuvimos precio: la primera vuelta al mundo y el paso del estrecho llamado después:
de "Magallanes", son hechos reconocidos universalmente, aunque siempre hay incrédulos que intentan cambiar las nacionalidades de los descubridores o afirmar (Sin pruebas) que otros ya lo hicieron antes.
Pero hay casos más excepcionales como el del marino "Juan Francisco Bodega y Quadra" que desembarcó por primera vez en las costas de Alaska, de hecho el topónimo hispano más al norte de la geografía mundial se sitúa a 60º N y lleva el nombre de Córdova (Con V). De igual manera hay islas en las antípodas que tienen nombres de vírgenes y santos, y un Madrid que estuvo situado al norte de Samarcanda, hoy barrio de la ciudad de Uzbekistán.
Hubo una época en que los españoles navegaron el Pacífico con tal soltura que era conocido como el- lago español- y que las costas de América eran más seguras para los barcos españoles que las de la propia península ibérica .
Por lo tanto no nos parapetemos detrás de complejos derrotistas que no tiene sentido, creamos en lo que somos, sintámonos orgullosos de lo que fuimos, no con afán de crecernos, creernos mejores y vilipendiar al resto. Sino simplemente para valorar en su justa medida todo aquello que llegamos a alcanzar como nación, una que estuvo a la altura y que se midió con las mejores alcanzando muchas metas y consiguiendo ciertos logros...
Antes que nadie.
Aventuras insólitas de unos españoles que quisieron ser demasiado
De: Fernando Paz
Mi gusto por la historia, ha hecho que me decante por este género literario como primera entrada del año que tenemos por delante.
Alguien tenía que escribir este libro y al final "Fernando paz" es el que se ha atrevido con tal empresa.
Él, es profesor de historia, historiador y escritor, por lo tanto un investigador de hechos y un documentalista de sucesos pasados, con herramientas y juicio suficiente para sostenerlos.
Llevamos muchos años siendo engañados a muchos niveles, pero sobre todo en el que se refiere a nuestra propia historia como país. Los programas educativos gubernamentales que se van solapando, destruyendo de antemano todo lo construido en el anterior, han sido las armas usadas por los caciques y responsables de la administración cultural de los ciudadanos, que poco a poco hemos ido olvidando los orígenes de nuestras raíces
como nación, de tal forma que incluso nos avergonzamos de nuestra propia identidad como españoles.
Soldado de los tercios de Asturias |
Hay que reconocer que otros países con menos méritos, se vanaglorian de sus héroes y sus logros como conquistadores y batalladores; nosotros tenemos un complejo de inferioridad casi enfermizo, como si no confiásemos ni creyésemos en nuestra valía y potencial como pueblo, como si lo que hicimos en el pasado solo hubiese sido expoliar, saquear y asesinar y no nos condujesemos en ningún momento con propósitos más honorables.
Aquí hago un inciso y pido al lector que haga memoria y recuerde con objetividad, a alguno de los imperios que se conocen o conocieron y se hicieron grandes solo con tratados y alianzas desinteresadas. Seamos claros : ¡Ninguno!
Y sin embargo
¿Cuantas plazas públicas y monumentos, banderas ondeantes y placas conmemorativas de esta o aquella batalla ganada, no tienen otras naciones con menos bagaje cultural y patrimonio que nosotros, erigidas o plantadas en sus ciudades con orgullo?
Confundimos el patrioterismo con la identidad, que por otro lado nuestra nación tuvo que conseguir y mantener con esfuerzo, empeño y mucha sangre; en tiempos donde la expansión colonialista era garantía de status. O en el que el dominio de los mares fue crucial.
Los personajes, que fueron capaces de seguir sus ideales, o que dedicaron sus vidas a algo menos personal y más identificado con los intereses de la comunidad a la que pertenecían; no aparecen en los libros de texto, y en el mejor de los casos aparecen falsificados como gente sin escrúpulos con afán de conquistas y lucro personal. Analfabetos, brutos y gente conflictiva. Que de todo habría, no digo yo que no. Pero abundaron más los buenos navegantes, los exploradores, los grandes viajeros y diplomáticos y gentes aguerridas y también de paz, que fundaron ciudades y misiones.
Más piratas hubo en otras latitudes, disfrazados de honrados capitanes, navegando bajo la bandera de graciosas majestades.
Es indudable y conocido que la historia es manipulada en la mayoría de las ocasiones cuando está escrita por los vencedores; para realzar las propias glorias. Lógico. Pero las crónicas y los documentos que aportaron los protagonistas y las instituciones en su momento, están ahí. Otra cosa es que queramos quitarnos las vendas de los ojos, impuestas por los interesados en el olvido, para tapar sus propios fracasos y derrotas.
Pero vamos al tema que nos toca, y es el de presentar esta pequeña obra escrita en 240 páginas aproximadamente, con un contenido que me atrevo a asegurar de inesperado y desconocido, como es mi caso, que aún habiendo leído historia con asiduidad, ignoraba por completo.
Ante todo dejar claro que nos encontramos ante un libro de relatos desarrollados en capítulos no muy extensos, con lo cual la lectura será dosificada de tal forma que no nos costará avanzar en ella ni nos resultará onerosa ni árida.
La prosa es formalista y correcta en todos los aspectos. La utilizada por los docentes que enseñan, pero a la vez coloquial y directa, sin muchos rodeos; va al meollo de la cuestión, siempre poniéndonos en antecedentes del suceso en cuestión, el ámbito en el que se desarrollan los hechos y los personajes implicados.
Un libro en el que lo contenido es más importante que la forma en el que está escrito. Lo iremos descubriendo a cada relato presentado por el autor.
Nos sorprenderemos al descubrir que las fuentes del Nilo fueron descubiertas por un español, al igual que la identificación de la mítica ciudad de Persépolis lo fue por otro.
¿Y si os dijeran que la primera ciudad de los Estados Unidos de América fue fundada por compatriotas nuestros?¿Y que tuvimos a nuestro propio "Marco Polo" que viajó para entrevistarse con el poderoso "Tamerlan"?
O que la historia tan manida de la derrota de la armada invencible no fue tal como nos la cuentan los que supuestamente la derrotaron, y que al año siguiente hubo una contra-armada en la que los derrotados fueron los contrarios. ¿Eso tampoco lo sabíais?
Aparecerán personajes cuyos nombres ni os sonarán, quizá porque no interesa que los reconozcamos como los que infringieron las derrotas más significativas a naciones en auge y muy pagadas de sí mismas; de tal forma, que se adelantaban a los acontecimientos acuñando monedas conmemorativas y celebrando victorias de batallas, que tuvieron más tarde signo contrario a sus intereses.
"Blas de Lezo", "María Pita","Inés de Ben""Alonso de Bazán" son algunos de ellos.
Tampoco como descubridores tuvimos precio: la primera vuelta al mundo y el paso del estrecho llamado después:
de "Magallanes", son hechos reconocidos universalmente, aunque siempre hay incrédulos que intentan cambiar las nacionalidades de los descubridores o afirmar (Sin pruebas) que otros ya lo hicieron antes.
Cordova en Alaska |
Hubo una época en que los españoles navegaron el Pacífico con tal soltura que era conocido como el- lago español- y que las costas de América eran más seguras para los barcos españoles que las de la propia península ibérica .
Por lo tanto no nos parapetemos detrás de complejos derrotistas que no tiene sentido, creamos en lo que somos, sintámonos orgullosos de lo que fuimos, no con afán de crecernos, creernos mejores y vilipendiar al resto. Sino simplemente para valorar en su justa medida todo aquello que llegamos a alcanzar como nación, una que estuvo a la altura y que se midió con las mejores alcanzando muchas metas y consiguiendo ciertos logros...
Antes que nadie.
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