De: Dolores Redondo
"Olvidar es un acto involuntario.
Cuanto más quieres dejar algo atrás, más te persigue."
William Jonas Barkley
Me tengo que poner al día con esto de las entradas y comentarios de los libros que van pasando por delante de mis ávidos ojos de lector empedernido. Llevo unos cuantos de retraso y eso aunque me favorece en perspectiva a la hora de hacer las sinopsis, quizás me hace perder la frescura de la primera sensación -en caliente- (Esto es una paradoja u Oxímoron ) después de cerrar las tapas de la cubierta una vez terminada la lectura.
¡En fin! haré lo que pueda.
Este título, junto con el anterior y el que vendrá a continuación eran libros de los que ya tenía referencias positivas resaltadas en otros blogs amigos que los recomendaban feacientemente; con lo cual, subsanada la inconveniencia de -Las listas de espera- de mis lecturas programadas les tocó el turno.
El anterior os recuerdo que era -La ladrona de libros-, en esta ocasión, se trata del que da comienzo a la trilogía del Baztán de "Dolores Redondo", aunque la autora en alguna entrevista ha declarado que más bien se trata de una obra en tres partes por la magnitud de la misma.
Tal ha sido el éxito de esta novela negra, que en Diciembre del año pasado se habían vendidos unos 115.000 ejemplares, de la misma forma que los derechos para poder trasladar esta historia al cine, nada menos que a la cinematográfica que rodó otra conocida trilogía. En este caso la del malogrado autor "Stieg Larsson".
Los acontecimientos tienen lugar en los bosques navarros del Baztán, cuando aparece la segunda víctima del que parece ser un asesino en serie y en cuyos crímenes parece dejar el imprimatur personal de sacrificios ancestrales olvidados.
Se trata de una niña que se llamaba "Ainhoa Elizasu"cuyo cuerpo aparece a la orilla del río, con la ropa rasgada y abierta dejando su cuerpo virginal al descubierto, las manos a los lados abiertas con las palmas hacia arriba, como en señal de ofrecimiento. El vello púbico afeitado y un pastelillo típico de las zona llamado: Txatxingorri sobre el sexo, algo que hace pensar a "Amaia Salazar" en unos asesinatos con connotación ritual.
Y es que a "Amaia", una mujer treinteañera con una fuerte personalidad y poseedora así mismo de un espíritu de superación frente a los retos, le han asignado este caso. Ella vive con su marido "James" en Pamplona. Se trata de un escultor americano con éxito y un hombre ideal para las mujeres que buscan príncipes azules que no destiñan; pues es de carácter apacible, comprensivo, atento, romántico y colaborador. Además de tolerante, paciente, trabajador... y rico.
¡En fin! el perfecto compañero para una mujer exigente con ella misma y con su entorno.
"Amaia" actualmente es inspectora de la policía foral. Competente y efectiva, con una trayectoria muy prometedora y una experiencia adquirida en Estados Unidos, en Quantico, de la mano del F.B.I.
Tratará el caso no como uno más que añadir a su curriculum impecable, más bien lo asumirá de tal manera que se implicará personalmente, pues conoce el entorno, conoce a sus gentes y el pueblo donde viven; no en vano ella nació en -Elizondo- y su familia todavía reside allí.
Sus hermanas "Flora" y "Rosaura", y la figura más entrañable... su tía "Engrasi", con la que compartió en su momento confidencias, conversaciones y penas.
"Flora" es una eficiente empresaria que dirige el negocio familiar con mano de hierro, poseedora de un carácter fuerte y mucha soberbia y prepotencia, que hacen que las conversaciones con ella sean un puro enfrentamiento y la convivencia casi imposible.
"Rosaura" está justo en el polo contrario. Se trata de una mujer afable preocupada por los demás antes que por ella misma, lo cual la hace sentirse inferior, causándole una continua tristeza y abatimiento al no poder hacer y llegar a más. Al mismo tiempo arrastra un sentimiento de culpabilidad por ello.
"Engrasi" Parece ser el único vínculo que parece unirlas a las tres. La portadora del equilibrio en la vida en común, que forzadamente tendrán que mantener durante la investigación... pues en el pueblo todos están bajo sospecha mientras no aparezcan culpables.
De telón de fondo, iremos descubriendo tradiciones populares al mismo tiempo que los personajes van desgranando conversaciones sobre ritos con sabor a cultura celta, sacrificios humanos en honor a la tierra, sobre seres mitológicos y fantásticos que algunos creen ver por los bosques. Las Lamias que pululan cerca de arroyos, fuentes y ríos, las Sorginas o Belagiles que son servidoras del maligno, brujas de cuya existencia nadie tiene pruebas, pero que : ¡Haberlas Haílas! Y sobre todo rondará durante todo el relato, la presencia misteriosa y velada del señor protector de los bosques vasco navarros.
"El Basajaun" al que parece presentir "Amaia" durante todo el proceso de resolución de los crímenes. Él parecerá rondar cerca de los escenarios del crimen.
"La fe escasea en estos tiempos de tecnología. Dime de que sirve todo eso para evitar que un monstruo asesine niñas..."
La inspectora tendrá que luchar con otros miedos, otros monstruos internos que la acosan desde pequeña y que fueron el incentivo para que huyera de su pueblo, el motivo de que marchara lejos para olvidar. Esos traumas imborrables que parecen agobiarla hasta en sueños vuelven a estar presentes.
También habrá que lidiar con miembros del equipo policial, ya que todos parecen ser los estereotipos de hombres -macho alfa- que ven usurpado su liderazgo por una mujer que tendrá que hacerse valer a base de mucho empeño tesón y a lo mejor puños.
No obstante destacaremos a "Jonan Etxaide" un competente subinspector además de arqueólogo y antropólogo, que nos irá ilustrando sobre leyendas, tradición, mitología y costumbres populares. Estrecho colaborador de la inspectora"Salazar", el único al que no parece importarle llamarla jefa.
Temblaremos de miedo y de frío, nos calaremos hasta los huesos, sentiremos el terror cuando estemos metidos en el bosque bajo una lluvia y una niebla que parecen proteger el hogar de seres desconocidos; de los cuales hemos oído hablar en los cuentos relatados cuando eramos niños, pero de los cuales hemos perdido la percepción. ¡Y están ahí! vigilando, y quizá matando, para seguir a salvo de la curiosidad. Ocultos gracias a la incredulidad de los seres humanos.
"Mientras haya oscuridad habrá esperanza, y esas creencias seguirán teniendo valor y formando parte de nuestra vida."
Este libro me ha sorprendido, por la cercanía de la historia contada y su argumento peculiar. Siempre que oímos hablar de novela negra nos remitimos a pensar en lugares como Chicago o Boston o el entorno brumoso de las islas británicas y esta, se desarrolla en un entorno conocido y familiar donde creemos estar a salvo y conocer a todos los que nos rodean.
La autora ha sabido plasmar en este libro la desazón, la incertidumbre y el misterio, haciéndonos participes de la investigación en primera persona; trasladándonos con los personajes al meollo de dos tramas que corren paralelas a lo largo del libro. Dos relatos a cual más tenebroso, mas oscuro y con más recovecos misteriosos
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"Dolores Redondo" y su obra me han conquistado para la causa al igual que lo hizo en su momento "Lorenzo Silva".
Por eso, puedo recomendar como antes lo han hecho otros, este libro. Casi con la certeza absoluta que os va a atrapar desde las primeras páginas y con el cual disfrutareis intensamente de esa lectura que los que leemos, llamamos adictiva.
"Todos los bosques son poderosos, algunos son terribles por profundos, por misteriosos, otros por oscuros y siniestros.
El bosque en el Baztán es hechizante."
