De niña, preguntó con cierta vergüenza a su madre por el amor, como era. La respuesta fue escueta: «Una montaña rusa».
Se enamoró. Experimentó la ansiedad en su primera cita, El miedo a decepcionar a la pareja, la consternación cuando no recibía la llamada esperada. La sorpresa cuando recibió un anillo y el éxtasis al pronunciar un «Sí quiero» durante la boda.
Ilusión al entrar en la nueva casa, y apasionado interés en crear un hogar donde ser felices.
Alegría inmensa cuando sostuvo en sus brazos a la pequeña después de meses cuajados de anticipación y vigilancia, donde hubo momentos en que no soportaba sus estados de melancolía.
Ahora, todo era una fuente continua de asombro ante ese ser indefenso que a veces la enojaba con sus llantos y otras le aportaba momentos imponderables de serenidad mientras velaba su sueño.
No dejaba de pensar en el futuro con optimismo y un poquito de temor.
Su niña creció hasta hacerse adolescente de igual manera que sus propias emociones descontroladas. Tan pronto sentía remordimientos por haber dado una mala contestación a su hija, como indignación al ver el poco caso que hacía de las recomendaciones.
En ocasiones el tedio la embargaba. « ¡Que haga lo que le de la gana! » y otras, la pena a que su hija se fuese alejando.
Hoy, cuando le dijo: «¡Feliz día mamá! ¡Te quiero!» Recordó a su propia madre con tristeza. Siendo consciente, de las intensas vueltas que restaban por dar, en esa emocionante montaña rusa del amor.
Derechos de autor: Francisco Moroz
No me hizo falta poner un listado de las emociones utilizadas. Las nombré a lo largo del micro :)
Hola, Francisco. Podemos cambiar de estado de ánimo muy fácilmente a veces, y otras, imposible acelerarlo.
ResponderEliminarCuando tienes hijos, se multiplican las emociones hasta el infinito.
Hola Francisco, un buen recuento de las emociones por las que pasamos a través de la vida y los años, enlazadas con el amor de madre e hija. .
ResponderEliminarQue estés disfrutando del fin de semana, un abrazo.
Hola, Francisco! Jo, tal cual lo que es la vida, una vida de 250 palabras pero que me parece resume todos los vaivenes emocionales que seguro todos hemos conocido o estamos pendientes de conocer. Ese cuestionarse permanentemente nuestro papel como padre o esposo, ese culparnos pero también culpar a los otros cuando llegamos a la desesperación al comprobar que las cosas suelen ser como son y no como queremos o entendemos que deben ser.
ResponderEliminarFaltaría enumerar las emociones utilizadas, aunque ello ya aparece a lo largo del micro. Estupendo aporte, Un abrazo!!
Tal como dice David, en las bases del reto se dice que al final del micro hay que indicar qué emoción o emociones han dado pie al relato, pero es que en tu caso no hace falta, pues no te has dejado ni una sola fuera del tintero (y no el de oro precisamente), je, je.
ResponderEliminarY además, has hecho una velada alusión a las madres, a las que hoy homenajeamos.
Un abrazo.
Hola, Francisco:
ResponderEliminarToda una delicia tu relato, un regalo que nos haces a tus lectores y que cobra un valor especial al leerlo en el Dia de la Madre.
Un abrazo agradecido, Francisco.
Hola Francisco , muy intenso y bonito tu micro , yo la verdad no lo habría echo mejor , me a gustado mucho besos de flor.
ResponderEliminarLa montaña rusa resultó una metáfora muy adecuada, para describir la vida emocional de la protagonista.
ResponderEliminarSaludos.
Realmente es una montaña rusa esa relación de madre e hija y tal cual lo describiste son esos sentimientos que una tiene hacia su hija y tuvo hacia su propia madre, muy bueno, un abrazo.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Realmente me he visto reflejada en esa montaña rusa en un día como hoy, cuando añoramos a nuestra madre. Que bien describes las emociones. Te aplaudo. Un abrazo
ResponderEliminarUn ciclo de vida, ¿cómo no sentirse identificado con las distintas emociones, alegrías, penas y sinsabores? Lo has retratado tal cual, Francisco. Un cariñoso abrazo.
ResponderEliminarUn micro que abarca toda una vida, efectivamente, y qué bien has reflejado cada etapa y sus vaivenes emocionales. Estupendo, Francisco. Muy acertado también el título.
ResponderEliminarPrecioso homenaje a las madres. Como madre, te lo agradezco; como hija me hubiese gustado escribirlo; como lectora lo he disfrutado.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Francisco.
ResponderEliminarUna vida completa con todas las etapas por las que atravesamos y todas las emociones que nos asaltan en el día a día.
Un abrazo.
Perfecta imagen de la vida: una montaña rusa. Las emociones? todas . Un abrazo
ResponderEliminarHola, Francisco. Me he subido a la montaña rusa y he disfrutado muchísimo del viaje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Excelente micro, Francisco. La vida es, sin duda, una montaña rusa en la que tan pronto reímos como lloramos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Muy emotivo toda una vida de esa madre y su montaña rusa tal como la describes, fenomenal. Un abrazo.
ResponderEliminarEs la propia vida lo que en tu relato presentas. Todo retorna, todo vuelve. Incluso el amor dado y en apariencia poco apreciado vuelve a quienes lo entregaron. Sí, es una montaña rusa llena de gratificaciones.
ResponderEliminarBonito relato para un Día de la Madre, Javier.
Un abrazo
Excelente micro que refleja los vaivenes emocionales del amor en pareja y filial. Muy bonito. Un abrazo
ResponderEliminarEl amor es una montaña rusa de emociones, pero la adolescencia también lo es! Un abrazote!
ResponderEliminarHombre, aqui , tal y como lo describes, hay bastante mas de subida que de bajada. el saldo resumido es bastante positivo. las emociones descritas golpean a gran velocidad porque coges casi toda una vida en 250 palabras.
ResponderEliminarComo la vida misma.
Abrazoo, Francisco
En un limite de 250 palabras has logrado darnos un paneo emocional muy completo de tu protagonista de de su relación madre -hija. Como la vida misma. Gracias. Un abrazo.
ResponderEliminarUna historia muy completa sin duda con todos los sentimientos de una vida. Enhorabuena Francisco. Un abrazo.
ResponderEliminarEl eterno círculo de la vida. Y qué bien descrito. Un amor eterno que se repite en "todas partes y al mismo tiempo". Un saludo y por aquí nos "veremos".
ResponderEliminarNo me había dado cuenta de que lo habías hecho coincidir con la víspera del Día de la Madre. Un relato que puede hacerse circular, con principio y fin cuando las madres entregan el testigo a sus hijas para que lo sean. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Un microrrelato repleto de acertadas emociones, además muy bien conectado con el Día de la Madre. ¡Me ha gustado, gracias por compartirlo! Te invito a visitar la Buhardilla de Tristán y conocer mi propuesta. Un abrazo.
ResponderEliminarTu micro es precioso, Francisco. Has reflejado con gran acierto y naturalidad las diferentes emociones que siente la protagonista, desde el noviazgo hasta la boda, desde el nacimiento de su hija hasta su adolescencia. En tan pocas palabras condensado varios años de la vida de la madre, algo complejo que has resuelto con mucha soltura. Te felicito. Un abrazo!!
ResponderEliminarHola, Francisco, en efecto, vivimos en una montaña rusa de emociones constantes, y si de mira en retrospectiva ya ni te cuento.
ResponderEliminarGenial relato.
Un abrazo!
El viaje de la vida a través de esos colores de las emociones. Bonita historia y a la vez intensa porque nos vemos reflejados en los hijos, cuando somos hijos; como padres, cuando adquirimos esas responsabilidades y siempre el alma en vilo; así aprendemos a comprender, así logramos ser. Un micro estupendo, donde se aprecia las múltiples emociones, en los diferentes estados de la vida. Gracias!
ResponderEliminarSaludos!
(Por cierto, llegué aquí a través del blog de Nino Ortea y ya me quedo. Bonito sitio.)
Precioso micro; no podías encontrar mejor metáfora que ésta.
ResponderEliminarUn abrazo :)
En este micro se reúnen muchas emociones ya que es un reflejo del, el ciclo de la vida dando vueltas , de hijas a madres entregando el relevo de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo Francisco
Puri
¡Como la vida misma! Una noria que no cesa...
ResponderEliminarMe veo reflejada, la verdad. Los hijos dan alegrías, generan tensión, les quieres, les azotarías algunas veces...Es así y hay que aceptarlo sin culpabilidades por sentir cómo sentimos. Un abrazo,
ResponderEliminarHola Fran, muy buen aporte. Todos creo que podemos sentirnos identificados con esa montaña rusa de emociones que causa el amor a los hijos, y si no tenemos hijos, quizás sobrinos. Es verdad que nos llevan por todos los senderos emocionales habidos y por haber. Me gustó mucho. Saludos.
ResponderEliminarHola Francisco, la ruleta de las emociones, un campo repleto de emociones. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Francisco, has plasmado un retrato emocional de una mujer sobre todo cuando es madre. Sí, es cuando más piensa en la suya y empieza a entenderla.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola, Francisco. Has dado un paseo por las emociones de toda una vida. Muy bueno!
ResponderEliminarUn abrazo
Un delicioso repaso por lo que es la vida. Precioso, Francisco.
ResponderEliminarEn efecto es la vida misma, una montaña rusa. Excelente micro, que nos lleva por ese recorrido de nuestro tránsito emocional. Abrazos virtuales desde Venezuela
ResponderEliminarHola, Francisco, mientras leía también recordé a mi madre, en las vueltas que da la vida, el amor, las expectativas, todo un cúmulo de sensaciones y emociones que van pasando a través de esa "montaña rusa" que es el amor. Me ha parecido una condensación fantástica de la realidad lo que has creado con tu relato, excelente manejo de las emociones. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.