sábado, 26 de julio de 2014

Olvidado rey Gudú

Olvidado rey Gudú







De: Ana María Matute 








"De la selva, llega el misterio ...De la estepa, la destrucción, el fuego, la muerte... Del otro lado de las Lisias, el sueño, lo imposible, y la mentira... Y de más allá de las tundras, el olvido." 

No puedo dejar que pase este mes de Julio, en el que esta autora tan dinámica ella, con ese corazón de jovencita de pelo nevado, hubiera cumplido 89 años, de los que muchos de ellos dedicó a la creatividad y actividad, literaria y docente.


Nos dejó el mes pasado después de una enfermedad cardiorespiratoria. Como humilde homenaje póstumo, quiero dejar la lectura y sinopsis de este título que era uno de los predilectos de la escritora. 

Publicado en 1.996, también el año en el que fue elegida como miembro de la R.A.E ocupando el sillón de la "K", siendo la tercera mujer en obtener el nombramiento en esta institución, al igual que consiguió el premio Cervantes.  
Fue este libro calificado en su momento como su obra maestra,dentro de su personal producción literaria.

Para empezar os cuento, aunque muchos lo sabréis, que "Ana María Matute" tenía en su haber muchos libros dirigidos al público infantil, relatos y cuentos cortos; yo no podría enmarcar este que os presento aquí como apto para todos los públicos, pues la trama argumental de dicho libro es bastante críptica en muchos aspectos y demasiado elaborada como para seguirla desde principio a fin sin perderse en sus laberínticos vericuetos de fantasía literaria.


Ella decía muy a menudo esa famosa frase suya :

"El que no inventa, no vive." y ciertamente en este libro derrochó inventiva, quizá por esa vitalidad que la caracterizaba de siempre, sembrándola a manos llenas.

Algún lector intrépido, e incluso algún crítico avezado en estas lides de las comparaciones ha equiparado esta narración con -El Señor de los anillos-; en mi humilde opinión todos los parecidos terminan en que es una historia de fantasía-épica total y que todo su mundo, con muchos de sus personajes incluidos son inventados de principio a fin por su creadora.


Se trata de una narración muy ilustrada por cierto, de forma lírica-prosaica, utilizando un lenguaje directo y coloquial pero dentro del correcto y caballeroso verbo utilizado en la edad media, pues en este periodo histórico inventado parece estar desarrollada toda la "leyenda" del reino de -Olar- y su fundación a cargo de una saga familiar de reyes soberbios, que van traspasándose la corona y aumentando el territorio a base de cruentas batallas y sórdidas intrigas cortesanas, donde no faltarán muertes violentas, lascivia, revueltas  y mucha ambición por dominar al resto; donde la vida vale bien poco y el sacrificio personal y comunitario esta dirigido a consumar venganzas y ostentar el poder absoluto. Supongo que una metáfora del triste mundo que habitamos. Desde su pesimismo y negatividad reconocida a la hora de escribir de la autora, esta nos hace vislumbrar sin embargo, puertas de salida por donde renovarse y realizar cambios en el orden establecido por el poder y la fuerza.


De esta forma seremos introducidos en un mundo un tanto oscuro en el reino regido por el Conde "Olar", que se esfuerza por conquistar por la espada y la sangre a los señores de los territorios colindantes. Tendrá un hijo llamado "Sikrosio", obsesionado este con premoniciones y visiones fantasmales que lo consumen en delirios, y violentos arrebatos gratuitos hacia los más cercanos.


Tendrá tres hijos legítimos:"Sirko", "Volodioso", y "Roedisio" de estos, el segundo medrará convirtiéndose en el mejor regente de -Olar- siendo el que a su vez engendre a "Gudú", el rey, el dominador, el elegido para llevar a cabo los sueños de sus antepasados... Pero nada es gratis y el precio será sangriento y doloroso para él y para su pueblo.


En el trayecto de la historia y como hilo conductor de toda la trama seremos conducidos de la mano de la reina "Ardid" (Madre de Gudú ) y sus inseparables "Hechicero" y "Trasgo", principales protagonistas que velaran por su admirado protegido; pues de una forma u otra están ligados a él para bien o para mal por un encantamiento: La incapacidad del rey para amar a nadie.




De esta forma la narración se irá entretejiendo de forma sinuosa, con variopintos personajes de nombres curiosos y divertidos que en muchos casos nos dan referencia de las características del portador: El Abad "Abundio". Los hermanos Soeces: "Ancio", "Bancio", "Cancio", "Dancio", y "Encio". Príncipes "Almibar", "Predilecto", "Once"...

Princesa "Tontina". Conde "Tuso". Barón "Iracundio" el rebelde "Lisio" etc......

 Estos los cimientos de la novela, a la par que el cóctel de escenarios fantásticos que nos precipita en mundos de leyenda con Brujas, Silfos, Gnomos, Ondinas; donde de forma velada se nos recordarán cuentos que leímos de niños: "Bella durmiente",

"Blancanieves","El principe cisne"e identificaremos incluso algo parecido a una estela en la memoria, dejada por "Peter Pan" y sus niños perdidos.



La autora despliega de esta manera ante el lector un relato de carácter épico, con todos los ingredientes necesarios para coger el libro con ganas, aunque tengo que decir por simple ética y

honestidad personal: Por momentos perdí el hilo teniendo que volver atrás para buscar personajes que se me habían olvidado durante la lectura; haciéndola en estos casos un poco cuesta arriba y trabajosa, al no saber quien era quien y que relación tenía con otros. Quizá también, porque de olvido se trata.

Los personajes no obstante están en general bien descritos y delineados, son para mi gusto excesivamente abundantes y en otros momentos alguno de ellos innecesarios para el desarrollo de la historia, y de poca trascendencia.


Pero el contenido de esta magna obra va mucho más allá, pues está trufada de reflexiones y pensamientos con mucha carga filosófica a lo largo de todo el relato; algo que dice mucho de la sabiduría de la escritora a la hora de comunicarnos y trasmitirnos enseñanzas enjundiosas disfrazadas de cuento...para niños grandes.


"La inteligencia tiene un límite, la tontería y la malicia no tienen fondo visible o alcanzable."


Nos recordará entre otras cosas la levedad del ser y la inutilidad de lo material, la perdida de la inocente niñez y el ímpetu de la juventud apagado en la madurez y la senectud irremediable.   


La vida es trágica  y dolorosa y todo el ardor y pasión que

ponemos a la hora de vivirla no sirve de nada cuando nos perdemos al fin, en el olvido de los años con el paso del tiempo... Como la isla de "Leonia".
Al final después de sacrificios y desvelos siguiendo nuestros sueños daremos la razón a "Gudú":  

 "Es extraño que la realización de un deseo provoque un vacío tan grande."


No falta de nada: Drama, Odio, Venganza, Amor, Miedo, Traición, Violencia, Guerras inútiles (Esas lo son todas), Deseo, Amistad, Fidelidad... En resumen: disfrutareis de su lectura, aunque también os digo que yo no me atrevería a clasificarla como obra maestra, y esto con todo respeto a la querida autora.


¡ Descanse en paz !  y nunca sea olvidada como el

 - Olvidado Rey Gudu -



viernes, 18 de julio de 2014

Parada vacacional



Verano.

No solo es tiempo vacacional de sol y piel bronceada, de larga siesta y chiringuito de playa.¡Que también!.

El verano da para mucho, aunque se nos hagan tan cortos esos días que se nos escurren como agua entre los dedos, que sin darnos cuenta nos anochecen tan rápido, convirtiéndonos en seres noctámbulos con intención de alargar si cabe un poquito más el ocio, el recreo y el bienestar; esa vida fácil, plácida y relajada de la que somos merecedores después de gloriosas e interminables jornadas laborales.

Tenemos un tiempo que es más valioso que el oro,disponemos de esa calma para realizar las actividades de la que no podemos disfrutar durante los 11 meses restantes y la ilusión de descubrir, experimentar, conocer, visitar, caminar, nadar, jugar, viajar  y hartarnos de descanso que tantas veces se convierte en pura utopía, por la simple razón de ser incompatible con tanta actividad desarrollada.


Al final, por lo general regresamos más cansados de lo que salimos, pero siempre nos merece la pena esa experiencia; pues cuantos recuerdos y anécdotas nos llevaremos de vuelta a nuestro lugar de procedencia, para compartir con amigos, vecinos y compañeros, con la sana intención de perdernos en las mieles del recuerdo y la desazón del acabose.


También el verano es tiempo de cosecha. Tiempo de siega de lo sembrado durante el año, después de incertidumbre y desasosegadas miradas al cielo por si graniza,llueve,sopla el cierzo o hiela.

Los que veraneáis en pueblo y campo veréis el trajín de tractores y cosechadoras por las tierras de labor.
Como metáfora, los estudiantes son ya poseedores de sus calificaciones, habiendo a estas alturas recogido el fruto verde o maduro del esfuerzo invertido en el aprendizaje, tras arduas jornadas hincando codos en los libros de texto, como arado y vertedera el labrador en la tierra.

Todo tiene en común: el esfuerzo, la esperanza y el deseo del resultado incierto y el premio de lo merecido.


Pero hay otro aspecto en el que parece no recapacitemos lo suficiente a la hora de plantear y programar nuestro verano, pues pensamos que carece de importancia en nuestro ejercicio del libre albedrío.

Cada uno la conocerá con diferentes formas lingüísticas, yo personalmente la denomino: "parón reflexivo".

El estival es uno de los periodos, donde merece la pena dar un pisotón al freno de nuestra vida y recapacitar que es lo que estamos haciendo con ella, y que es lo que esperamos recibir de la misma. El momento, en que gracias a disponer de tiempos y silencios sosegados, o al menos posibilidad de buscarlos, podemos y debemos encontrarnos de nuevo a nosotros mismos, echarnos un vistazo en el espejo del alma y valorar los logros que hemos conseguido con nuestro desvelo anual.


Esos sufrimientos y esas luchas internas que cual crisol nos convierten en mejores personas, tienden a sobresalir cuando estamos expandidos al mundo exterior y nos ofrecemos en plenitud y esponjados; dispuestos a reír una broma,a disculpar un error y perdonar cualquier inconveniencia del semejante.Nos mostramos tolerantes y comunicativos y valoramos más positivamente todo lo que nos rodea.


Ante una puesta de sol es imposible no meditar ni pararnos a pensar en lo efímero de lo que somos.

Frente la inmensidad del mar y su sonoro oleaje ¿Quién no se imbuye del espíritu de lo inabarcable y desconocido?¿Quién ante la contemplación del firmamento estrellado no se pierde en preguntas sobre lo divino y lo humano?

A mi particularmente me impresionan las tormentas y me siento a contemplarlas,si puede ser bajo techo, aunque no me importa llegado el caso, empaparme con su agua y sobrecogerme con la pirotecnia de sus relámpagos y sus truenos.
La musicalidad del bosque es otro de esos momentos estelares, escuchando trinos, y ramajes arbóreos mecidos por el aire o intrépidas corrientes de ríos de montaña acariciando las piedras mientras murmulla cánones.

Todavía es posible encontrar silencios inimaginables que no vacíos dentro de nosotros mismos, donde poder

comunicarnos con la esencia de lo que somos, pues somos más de lo que creemos ser. Valorarnos como seres trascendentales y querernos como nadie lo puede hacer salvo nosotros, para después ofrecernos en nuestro ámbito familiar,laboral,vecinal y de amistad con energía renovada y carga positiva sabiendo donarnos en sonrisas y muestras de afecto, en amabilidad y colaboración altruista.

Este verano hagamos ejercicio no solo físico y mental, mantengamos una dieta sana rica en buenas vibraciones, nosotros notaremos el cambio y nuestro entorno nos lo agradecerá.Regresaremos no solo morenos sino felices.


                                                ¡Buen Verano a todos! 




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