domingo, 16 de noviembre de 2014

Inconformistas impenitentes




Hay días en los que la jornada se te resiste. levantarse de la cama y despegarse de las sábanas ya cuesta, pero hacerlo cuando el frío aprieta y la lluvia cae allá afuera es tremendamente difícil. 


¿Qué sacrificio puede haber mayor que ese? Bueno sí, el de abandonar el cálido hogar para abonarte a la habitual caravana de automóviles, en la que aparentemente nos dirigimos todos al mismo sitio. Los soñolientos conductores parecen tener el pie puesto en el freno para no llegar nunca a los respectivos puestos de trabajo y eso, origina atascos que quitan las ganas de seguir adelante si no fuera porque la marcha atrás es imposible.


Cuando llegas, acción que nunca conseguirás realizar con puntualidad, te agobias pensando en lo que queda por delante de periplo laboral, cuando todavía no has empezado con ello, y diriges tus pasos arrastrados a la máquina del café soluble, que siempre sabe a poco y al que siempre le falta algo: si no es el café es el azúcar y si no el agua. Perra vida la del currante inconformista, al que siempre le falta algo para sentirse a gusto.


Tiendes los brazos hacia los laterales, o a lo alto y en paralelo, como si te dispusieras a hacer algún ejercicio aeróbico, y te estiras hasta casi desencajar los brazos de los hombros, y te desentumeces y bostezas largamente y te pones a la labor; esa labor repetitiva que te espera donde la dejaste, ningún voluntario se ofrece nunca a realizarla por ti y menos, los encorbatados señoritos que aparecen sobre las 11 AM, con cara de tener muchos asuntos pendientes y estar super, hiper, mega ocupados.

Por lo tanto te toca a ti, impepinable, ineludible, inaplazable, irremediablemente, no solo realizar lo tuyo sino lo de ellos.

Para eso te pagan el salario de borrachera que te pagan. 

De borrachera por la risa que entra cuando ves la nómina, y la flojera posterior cuando recapacitas que con él, difícilmente   llegarás a final de mes sin hacer juegos malabares. Después te entran ganas de llorar y te pones triste. Ciertamente trastabilleas y te tambaleas cual beodo alcoholizado. ¿Borracho yo? ¡Tururú!
Desesperado más bien.

Para más Inri ahí viene el soplaflautas de turno, el que toca las narices con las prisas, las entregas urgentes y los plazos previstos.

¡Dios mío! ¿Qué he hecho para merecer esto? 

Esta pregunta te la sueles hacer pero muy bajito, como si la pensaras para adentro, porque si alguien la oye te pueden endosar eso de: ¡Haber estudiado más! O la otra muy recurrida: ¡Es lo que hay! Como si en la actualidad dependiera de los estudios y la cultura personal, eso cada vez más extraño de tener un trabajo bien remunerado, divertido y facilito de hacer. Y por el otro lado lo de: ¡Es lo que hay! es una falacia inventada por empresarios aprovechados para exprimirte al máximo, valorarte poco; e infravalorar tu trabajo para no tener que soltar euros en exceso. 

Esos mismos que van diciendo: "Los negocios están para ganar dinero". Lo que no concretan es quién gana ese dinero habitualmente y a costa de quienes lo consiguen.

¡En fin! a los pobres trabajadores, según marchan las cosas nos tocará aportar en el futuro algo de nuestro escaso pecunio a las empresas; para que estas nos permitan personarnos a trabajar y con ello satisfacer nuestras necesidades laborales y sentirnos satisfechos, por colaborar en el desarrollo de la nación y de su pujante economía.


Valientes sinvergüenzas están hechos los que abusan de las coyunturas y los que permiten tales abusos por parte de los que siempre tienen la sartén por el mango; aunque la tortilla siempre esté dando la vuelta. 

Esa casta heredada de elegidos a dedo, o lo que es peor, elegidos por los contribuyentes, que siempre caemos en la misma trampa con los mismos cebos de promesas incumplidas, y el grosero engaño posterior, al depositar nuestro papelito en esas urnas que parecen reírse de nosotros cuando nos damos la vuelta.

No nos queda otra que seguir bregando, cumplir las leyes a rajatabla y continuar oyendo: ¡No te puedes quejar, al menos tienes trabajo! Pero señores, si gasto más en carburante y transporte público que lo que me aporta ese alucinante empleo, regalo de los dioses y la oligarquía empresarial bien-amada. 
Y entretanto para animarnos en nuestra rutinaria actividad de desempleados o empleados a medio pelo, nos bombardean con noticias positivas y gratificantes, que nos enardecen, nos suben la moral y nos llenan de orgullo nacional, al comprobar con satisfacción la honestidad de nuestros altos cargos políticos, padres de la nación e hijos de la gran madre P...atria.

Cuanta desgracia en las familias sin ingresos y cuanto desgraciado zascandileando entre los escaños. Cuanta miseria en el pueblo y cuanto miserable predicando reformas y recortes, que ciertamente siempre afectarán con suma efectividad, a esos que siempre tienen la bota encima de la cabeza, esos que tiran del carro mientras los otros les arrean. Esos que cada vez son más reacios a levantarse por la mañana para seguir trabajando, pensando que cualquier mañana, en vez de integrarse en una impaciente caravana de coches a las entradas de la ciudad o en sus salidas, pueden engrosar esas otras largas filas de gentes penitentes sin esperanzas, a las puertas de unas oficinas que por cierto, no sirven para nada más, que jugar con estadísticas nefastas.


La triste realidad es que los ladrones y los incompetentes siempre están dentro de las grandes instituciones. Las personas de valía, con estudios y educación, los que se baten el cobre diariamente para sobrevivir en una sociedad cada vez más injusta, más desequilibrada y con menos ilusión en el futuro. Esos, son los que están afuera, los excluidos de las grandes decisiones de los próceres que solo en teoría, están al servicio del pueblo llano, impenitente, sufrido e inconformista.


Cada vez somos más los indignados a los que califican como terroristas incívicos. Nuestras pancartas como puras apologías a favor de la violencia. Las reivindicaciones manifestadas   pacíficamente son tratadas como revueltas para derrocar al gobierno. Según ellos somos ciudadanos egoístas que no estamos contentos con nada de lo mucho que nos dan con generosidad apabullante; velando ellos, por nuestros intereses fundamentales de "pan y circo".

A base de decepción, nos hemos convertido en personas que nos aburrimos en casa viendo los partidos de fútbol y telebasura que nos administran para anestesiar los sentidos, desviando la atención de los problemas que nos cercan por todos los flancos. Nos hemos transformado en individuos con ganas de armar la marimorena y complicarles a "Ellos" sus consentidas existencias de garrapatas institucionales, y sanguijuelas con cartera ajena, robada al descuido. Nos temen como a acosadores de sus falacias y bienestares.


En las próximas elecciones lo tengo decidido: votaré a mi perro, o por el del vecino, que yo no tengo. Ciertamente son animales más nobles, fieles y honrados e incapaces de traicionar al que les da de comer, mucho más que todos esos otros de dos patas que pululan como mosquitos en pantano... esos que solo sirven para chuparte la sangre y vivir a tu costa en una orgía continua de auto-complacencia.


Como me gustaría que nos pusiéramos las caretas de V de Vendeta y salir a las calles a pedir lo nuestro... incluso sin caretas.


Muy por el contrario, creo que nos queda cada vez menos para ponernos todos juntos, en filas prietas, delante de los bancos y los ministerios y gritar eso de: 

¡Queremos Soma!¡Queremos Soma! que ya gritaban los sometidos, en ese libro visionario escrito por Aldous Huxley donde se imaginaba una sociedad perfecta...
para los que mandaban ¡claro!


¡Dios! cuanta ironía.

 Que malos son los Lunes para la reflexión.




sábado, 15 de noviembre de 2014

Mención de: Mislibrosaldía..leer,leer,leer




A veces caigo en la tentación de recordar como fueron los orígenes de este proyecto que empezó como afición, y que después de un año y pocos meses más, se ha convertido en adicción.
Y es que leer lo he hecho desde niño, pero escribir sobre lo leído fue como un salto a lo desconocido. Eso, junto con el mundo de los blog me parecían retos inasequibles, un reto que afronté con entusiasmo dedicándole muchas horas del día.
Por esa razón si te mencionan ya de por sí es un reconocimiento de alguien por lo que haces y eso siempre es de agradecer.

Me asusta todavía la falta de control que tengo sobre algunas cosas dentro de este pequeño mundo de los blogueros. Pero como decía George Harrison: Lo lograré con una pequeña ayuda de mis amigos.
Gracias: -CarmenZity- por acordarte de un servidor y de este rincón de libros y lectura. Espero no defraudar.

Y ahora las respuestas a tus preguntas:
  

1. ¿Ha recibido tu blog anteriormente algún otro premio?

Solo un Award que me vino de la mano del blog: -Donde habitan los libros- y que recibí con una ilusión enorme entre otras cosas por ser el primero de los reconocimientos. 


2. ¿Qué libro has leído únicamente por obligación? Aquél que nunca se te hubiera ocurrido leer por iniciativa propia.

La pura verdad que cuando me obligaban era en el "cole" y en el "insti" y siempre eran clásicos, de lo cual nunca me arrepentí es más, empecé a amar la lectura. El Quijote se me atragantó por la cantidad de datos que te pedían para demostrar que te lo habías leído y aún así...

3. ¿Lees más desde que abriste el blog?


No solo leo más, también más deprisa, aunque no creo que esté relacionado con la apertura del blog. 

Si me siento más motivado por las entradas que presentan en otros blogs, animándome a leer libros que desconocía.


4. ¿Las editoriales cuentan contigo para reseñar sus novedades?

Que más quisiera yo que haber llegado a ese nivel. Admiro y envidio a los blogueros a los que las editoriales mandan libros para reseñar, confiando en su buen criterio. 

Tampoco es algo que me inquiete mucho de momento.


5. ¿Te has apuntado a algún reto? ¿Lo cumpliste?

Lo de los retos lo llevo mal, ni me lo planteo. No me gusta demostrar nada a los demás ni a mi mismo.
Bastantes retos tenemos al cabo del día como para forzar la marcha con esto de los libros... Terminaría odiando lo que amo.

6. ¿Qué sección o reseña de tu blog es la favorita? Aquella de la que te sientas más feliz de haberla creado.


Destaco las reflexiones que de vez en cuando subo. Las reseñas siempre se refieren a los libros, sin embargo  lo que denomino como reflexiones, las considero parte muy personal de mi manera de sentir y pensar y van referidas fundamentalmente a las personas.

7. ¿Y cuál es la que ha tenido más éxito entre tus seguidores? 

Una titulada: ¡Miedo me da! referida.....Bueno mejor la leéis.


8. ¿Te llevó mucho tiempo elegir el nombre de tu blog?


Tenía varios en mente y al final se quedó lo de abrazodelibro. Me encanta abrazar a mis mejores amigos y me encanta leer... Auné los dos conceptos teniendo en cuenta que son diferentes formas de abrazar.


 9. ¿Qué opina tu familia / amigos de tu blog y de tu tiempo dedicado a él?


Ciertamente soy afortunado y un consentido por parte de ellos... Incluso a algunos los tengo como seguidores. 



10. Dinos un libro que te haya encantado, pero no seas capaz de aconsejar a otra persona. 


Yo respondo aquí lo de los gustos y los colores, pero con los libros: "Para gustos los libros".
Podría recomendar algún título y no llamarle la atención a nadie.
Pero me arriesgo con dos: Circo Máximo de Santiago Posteguillo y Sinuhé el Egipcio de Mika Waltari.
Como se nota que el histórico es mi género preferido.

Y aquí mis nominados:

Rodrigo.El niño de la eterna sonrisa
Donde habitan los libros
No solo leo
Nuevo viaje a Ítaca

Y mi cuestionario para todos ellos:

1/ Tu libro de cabecera ¿Cómo se titula?

2/ ¿Qué originó la idea de crear un blog?

3/ De algún libro de los leídos. ¿Con qué personaje te identificarías?

4/ La pregunta del millón: ¿Cuanto tiempo dedicas a la lectura?

5/ ¿Tu género literario preferido?

6/ ¿Con que lectura has sufrido o has disfrutado más?

7/ ¿Qué 3 libros regalarías a algún buen amigo-a?

8/ ¿Cuánto tiempo dedicas de promedio a la edición de tu blog?

9/ ¿Visitas otros blogs habitualmente para cosechar ideas?

10/ ¿Qué es lo que te gusta de otros blogs que tú, no tienes en el tuyo?


Aprovecho para mandar un abrazo fuerte a mis seguidores, a los que agradezco sus visitas.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Colosseum

Colosseum
Sangre en la arena




De: Simone Sarasso






Las historias referidas a los gladiadores siempre han dado mucha cancha para escribir novelas.

La obra más referente es la de -Espartaco- de "Howard Fast" pero muchas otras se refieren a ellos: a los luchadores de la arena de los anfiteatros de la antigua Roma.

Esta que os presento podría tratarse de una más si no fuera por una peculiaridad, y es la de narrar el proceso de un muchacho de la isla de Britania para convertirse en uno de ellos.


Su nombre verdadero es"Calgacos" que en su lengua significa: El que posee la espada. Sin embargo por el que lo conocerán será "Vero" un personaje real que consiguió la mayor de las glorias, de la cual dio fe un poeta llamado "Marco Valero Marcial" que inmortalizó su gesta en un epigrama.

"Sarasso" novelará una historia verdadera, que ocurrió en la Roma de los emperadores "Vespasiano" y de su hijo "Tito"; ambos artífices de lo que sería una de las obras públicas más asombrosas del momento y que todavía en la actualidad causa admiración: El anfiteatro Flavio, hoy conocido por Coliseo. 




Y es ahí donde da comienzo esta historia. "Vero" está a punto de ver como su existencia es abocada a una victoria o a la muerte en un último enfrentamiento, lo peor es que la lucha será contra su mejor amigo. El viejo dilema aristotélico adquiere todo su significado: "Tertium non datur". 


Y a la espera, mientras se abre la reja que se interpone entre el y la arena, recuerda su trayectoria desde que huérfano, fue adoptado por un viejo guerrero Ordovico, reconvertido en herrero, al que llaman "Cormac". El le enseñó a fraguar armas y a convertirse en hombre... Después llegaron las legiones a las ordenes de "Sexto Julio Frontino", y con ellos una matanza y su esclavitud.


"El hombre tiene los ojos tristes y, en la boca, el sabor del destino. Amargo como un mal día. En el fondo de esas pupilas vacías no hay rastro del muchacho que fue. Hace tiempo que desapareció, devorado por las llamas y el miedo."


En Roma la muchedumbre exigía a los gobernantes algo más que las pobres luchas que se celebraban de vez en cuando en arenas improvisadas en las calles, donde se enfrentaban pobres esclavos inocentes que vertían su sangre para regocijo de los pocos y afortunados espectadores; también en alguna villa próspera en honor y duelo a algún noble difunto, se enfrentaban a muerte los hombres, en un sacrificio póstumo al fallecido.


El pueblo de Roma quería héroes que se pareciesen a sus dioses a los que poder rezar a base de gritos. Gritar sus nombres: "Ferox","Tigris","Aureolus","Bato","Cosmo" y poder vibrar con cada golpe dado, con cada herida abierta, con cada muerte ofrecida al emperador.


Y "Vespasiano" daría al pueblo lo que quería: Un gran ruedo donde poder celebrar las victorias y regalar al gentío con espectáculos sangrientos y memorables, cuajados de violencia inusitada. Para ello en los Ludus, eran entrenados los gladiadores: Mirmillones, Retiarius, Secutores, Hoplomachus, Tracios, Provocatores y Samnitas. Todos al grito de ¡Fuerza y Honor! y ¡Los que van a morir te saludan! ofrecían sus vidas en cruentas luchas.





Los recuerdos de "Vero" nos retrotraerán a una época donde si querías sobrevivir tenías que aprender las normas y aprenderlas deprisa, no había lugar para rectificaciones ni dudas.

Pasará de un amo a otro y se irá empapando de sudor y conocimiento, sufrirá en Pompeya la erupción del Vesubio y conocerá entre tanto a "Plinio" un personaje cuyo corazón late con fuerza por el imperio, comandante de la flota anclada en Miseno, un estudioso de la naturaleza y sus misterios, alma de corazón y tinta.
A "Marcio" un marino curtido, perteneciente a dicha flota, este y sus hombres serán los encargados de montar el Velarium del anfiteatro.
"Vero" trabajará en las canteras y acarreando material: ladrillos y travertino para construir el gran sueño de "Vespasiano.

Y en su periplo trabará relación con "Prisco" compañero de cantera y de ludo. Unidos por sentimientos encontrados. Enfrentados y amigos.


"Prisco es viento helado que sopla del Ártico. Vero es lava incandescente."


Con lenguaje asequible al común de los mortales pero muy épico en su concepto, nos introduciremos en un mundo antiguo muy exigente y violento, donde el valor de la vida era ínfimo y la libertad muy cara de conseguir.

El autor nos sumerge en la cotidianidad de los luchadores más cotizados, más valorados y envidiados: Los dioses de la arena.

"Dentro de unos instantes alguien levantará la reja y le dirá que luche... Y sabe que hoy deberá matar a su mejor amigo."


                     ¡Que la disfrutéis!¡ Fuerza y Honor!



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