miércoles, 18 de marzo de 2015

Consummatum est



El cielo amanecía gris, cerrado, cuajado de nubes que presagiaban lluvia. No hubiera tenido mayor importancia si él no se hubiera ido justo esa mañana sin avisar. Algo así como una señal del afligido día que nos esperaba.


Su aliento de vida era cada vez más débil, su luz se fue apagando poco a poco a lo largo de una semana de penar desasosegado y falto de descanso. 

El lo preveía, intuía que el gran viaje iba a llevarse a cabo de forma inminente y sin posible demora, aunque nos empeñáramos en retenerle a nuestro lado. La limitación humana es patética.

Había preparado su escaso equipaje lleno de cosas sencillas a la vez que primordiales para un viaje trascendental y sin retorno. Su bagaje interior era de un resplandor absoluto que lo impregnaba todo de radiante luminosidad, su cara de felicidad cuando partió era indescriptible, auguraba el encuentro con algo deseado. Como la continuidad de un hermoso sueño del que ya no quiso despertar.


No dejó engorrosas tareas inacabadas para los que quedábamos, pero si todo lo que tenía que decirnos a cada uno de los que le apreciábamos, tantos momentos inolvidables que rememorar, muchos diálogos, incontables celebraciones. Siempre había algo que festejar, que agradecer, por lo que alegrarse. Y siempre juntos, que era para él, lo verdaderamente importante. 


Se fue despidiendo de cada cual con pequeños detalles, con sonrisas y miradas azules, con paciencia infinita ante el dolor, con humildad consciente y actitud agradecida a sus cuidadores. Los que más próximos estuvieron de su presencia, resultaron contagiados de su aura de energía positiva. Era un hombre bueno y no lo sabía. Nosotros sí, era imposible no darse cuenta de ello.  


Cuan grato recuerdo dejó su marcha serena, todo lo llenaba de sensatez y buen juicio discreto, sin imposiciones severas; toda opinión carente de soberbia y orgullo, como un buen y sabio maestro.

Todo. Hasta su marcha, la hizo suave y apacible, con ese orden efímero que mantienen las cosas en este mundo perecedero y lleno de inquietud y prisas.

Su partida nos dejó el alma rota de dolor, con recuerdos enteros de vivencias inacabadas, con ganas de su tiempo, de su presencia, de sus abrazos y sonrisas, algo de lo que nunca andaba escaso y nosotros siempre necesitados. 


El hombre de manos tan grandes como su enorme corazón se fue pausado, como se van las estaciones. Lo dio todo como hijo y hermano, como esposo y padre, como abuelo y más... Alguien

enorme para todo el que le conocía, alguien que resultará difícil olvidar y fácil de traer a la memoria de vez en vez, cada poquito rato sin llorar su pérdida.

Era su fe en el futuro indiscutible, la certeza de que su irse no sería para siempre.

Aunque inevitables son las lágrimas de los que nos quedamos, derramadas con el sentimiento de que algo se nos quiebra adentro, a pedazos, como frágil cristal. 

Recordad:

Todo el que nace llora mientras los de alrededor sonríen dándole la bienvenida. El partió sonriente mientras en su entorno todos llorábamos su marcha. Consiguió dejarnos huérfanos y felices; el familiar y conocido llanto alegre por la esperanza del reencuentro. 

A lo largo de la jornada el cielo se abrió luminoso, brillaba el sol, como anuncio de una llegada prevista, la muerte recogió lo que era suyo. Sólo lo suyo. La energía y la fuerza vital que le habitaron trascendieron a lo eterno, a lo que perdura por siempre.


Hablo de un hombre fiel a su principio, que supo adornar su existencia con gestos constantes de Amor, con rasgos generosos de entrega y sacrificio gratuito.


Sanador con la palabra, la escucha y la caricia. Comprensivo, atento. Respetuoso con lo que sobrepasa la ciencia y la razón. Entregado a la tarea ímproba del servicio al prójimo. Con un espíritu flamígero de guerrero imbatible. 


Fueron su legado la semilla que rebrota en árbol fuerte, cuajado de ramas, de hojas y de fruto.

Su herencia: los retales de su presencia tan humana. Los pedacitos de Amor bien repartidos en su generoso sembrar en tierra fértil. Su fe en lo intangible fuerte, de la que mueve montañas.

La vida sigue, la vida perdura a pesar de todo: del dolor, de la angustia; De las pérdidas continuas a lo largo de nuestros pisados caminos.

Pero me asombro todavía, con pueril inocencia, de ver lo que convoca el Amor en torno suyo aunque ya no esté. Aunque lo presintamos.


Nostalgia del pasado es lo que queda, caras tristes y abatidos corazones. Soy consciente que tarde o temprano todo se posa y calma, dejando huella del paso de los seres y sus obras, dejando naves arboladas de velas, en las que otros agarrarán el timón y continuarán su viaje, con mapas trazados y mares navegables,
otros rumbos posibles, otros puertos inusitados y diferentes compañeros de viaje. Pero él se hallará siempre presente como brújula.

Me quedan sus palabras grabadas, pues no en vano en el comienzo fue el verbo y ese verbo nos hizo hombres de carne y sangre, de alma y tiempo; tiempo que se nos concede para crear lazos afectivos, formar familias, fraguar amistades, que después de amar hasta lo insospechable, has de dejar en desamparada soledad muy a tu pesar.

Y es que el final siempre es el mismo: la despedida, el adiós, un éxodo. Entonces, solo entonces es cuando vemos las cosas como son en realidad: pasajeras como nosotros, distantes, pretenciosas e intangibles.

Solo el hombre profundo en sus entrañas, el que se vacía de egoísmo, el que sacrifica jornadas en desvelos. Ese hombre que guía a los suyos, referente en su actitud, con firmes convicciones, compañeros de rutas peregrinas. Solo ellos y sus nombres, quedarán inscritos con fuego, en las almas de aquellos que aspiran a seguir sus pasos, palpitando sus corazones al ritmo de esa canción de vida que todos tarareamos cuando empezamos a navegar naciendo; y cuyo estribillo, él escuchó antes de arroparnos con su último abrazo y emprender la singladura en solitario. 
Ese estribillo esperanzador que reza: -Todo va a ir bien-

Estoy hablando del hombre al que tuve el privilegio de conocer y al que pude llamar Padre.



"Ese día que tú tanto temes por ser el último, es la aurora del día eterno."   (Séneca)






sábado, 14 de marzo de 2015

Rumbo a una vida mejor

Rumbo a una vida mejor





De: Jorge Bucay











Hay tantas maneras de no ser,

tanta conciencia sin saber, adormecida...
Merecer la vida no es callar y consentir,
tanta injusticia repetida...
Es erguirse vertical,
más allá del mal y las caídas...
Es darle por igual a la verdad,
y a nuestra propia libertad
la bienvenida...
Eso de durar y trascurrir
no nos da derecho a presumir.
Porque no es lo mismo que vivir...
¡Honrar la vida!

Un libro de autoayuda. ¿Qué pereza no?

Esto es lo que pienso cuando veo uno que me dice: léeme hombre, no te entre desgana, que tengo muchas cositas interesantes que contarte y te voy a solucionar el 95% de todas tus ansiedades y problemas...

Y yo contesto otro 95% de las veces que: ¡Ya si eso!, cuando no tenga algo más enjundioso que llevarme a las entendederas, voy "pallá" y naturalmente pocas veces lo hago si no me dan garantías de que mi decisión me va a aportar algo positivo.


Pero Llegó "Bucay" con su don de palabra, ese don que poseen la mitad de los argentinos para convencernos que el camino es otro, aunque en ese momento estemos de crucero, saboreando un margarita y negociando la compra vía móvil, de acciones bursátiles de gran productividad.




Y así entró en mi vida este autor. Bueno, no exactamente como lo he descrito, quiero decir de improviso y sin pretenderlo, y lo leído me gustó, me sirvió y me proporcionó herramientas que ni siquiera conocía. Por ello y porque lo bueno conocido te gusta como los sabrosos potajes de tu madre. Pues repites.


Yo lo hago con su última publicación después de leer otras obras suyas como.-Cuentos para pensar-,-20 pasos hacia adelante- o - Déjame que te cuente- títulos todos muy sugerentes con un contenido realmente sorprendente.


En este caso no sólo se trata de un acervo de artículos que fueron apareciendo en la revista -Mente sana- actualizados, revisados y ampliados. También encontrareis una guía para conocer tu potencial individual que nos ayuda a descubrirnos como personas. 

Explicado de forma muy asequible a las entendederas de los legos, como se hacía antiguamente: con cuentos, anécdotas, poemas y pequeñas historias ilustrativas. 
Una oportunidad de encontrar el sentido de la vida, el camino de la felicidad y la mejor versión de nosotros mismos.

El libro se distribuye en cuatro capítulos a lo largo de unas 140 páginas amenas de lectura sencilla.


* El viaje interior

* Vivir con un propósito
* Cultivar las relaciones
* Pensamiento creativo

El autor confiesa que no se considera escritor propiamente dicho con las connotaciones que eso conlleva, más bien se ha considerado un docente que escribe sobre lo que mejor sabe.

El nos contará tanto desde su experiencia particular con sus pacientes como desde la suya personal, de la cual ha sabido encontrar una enseñanza y una lección aplicable a cada uno de nosotros; desde la que beber esa sabiduría que siempre anda latente dentro de cada uno pero que no sabemos buscar, encontrar y practicar.



El secreto, según el libro nos irá descubriendo, está en interactuar con el entorno, siendo participes de lo que nos toca vivir y hacerlo con mayúsculas, no como meros espectadores de lo que va pasando a nuestro alrededor. 

Una forma muy agradable de conocernos de la mano de uno de los mejores psicoterapeutas "cuentista", siendo esta calificación la forma de definir a un autor que abre los horizontes de la mente a base de parábolas, poesías y relatos, como lo hacían los maestros orientales en la antigüedad.

Disfrutaremos de forma agradable de una lectura que engaña por su ligereza, pero que guarda un contenido profundo que invita a la reflexión.

A veces un libro de estas características nos servirá como un alto en el camino para revitalizarnos por dentro, encontrarnos y compartir nuestra experiencia con los demás.
 Creedme que dejarnos tentar de vez en cuando por un escrito de esta particularidad, ¡Eso si! realizado por alguien que entienda.
¡Merece la pena!

Porque como dice el propio autor:


" Leyendo se aprende por que leer es como vivir, vivir vidas ajenas sin pagar las consecuencias.




martes, 10 de marzo de 2015

Mención Parabatai





Curiosa esta mención que he recibido por parte del blog de Rosa Martín: El secreto de analia 


Y es que toma nombre de unos personajes de la saga: Cazadores de sombras.

Los Parabatai son un par de guerreros que luchan como 
compañeros durante toda la vida, les une un juramento que los liga en vínculo indestructible. sólo la muerte puede hacer que se separen.

Desconozco la mecánica de creación de esta serie de premios y quién se encarga de empezar a difundirlos por la red. Pero he de reconocer que son de lo más variopinto.


Este, por lo que tengo entendido se concede a los blog en los que el autor escribe sus cosillas. 

Este servidor es bastante modesto en la complicada afición-profesión de escribir. Quizá por ello agradezco doblemente a Rosa Martín la tal mención; sobre todo por haber desembarcado en mi blog que lo es, casi en su mayor parte de literatura, aunque de todo vaya habiendo en los últimos tiempo, y más que habrá si no puedo evitarlo.

Vengo a interpretar por tanto, que esta mención intenta hermanar a bloguers con las mismas o parecidas inquietudes a la hora de publicar sus entradas. Por ello y aunque me da mucha pereza nominar a 10 blogs, por la tarea ardua que supone tener que elegir entre tantos y algunos tan buenos, y dejar otros de lado, lo hago por ser de ley. 

Opto por remitirme a los que publican poesía o pequeños relatos y como es mi peculiar criterio me fijo en los que me han atrapado con sus contenidos.

Algunos de ellos ya poseen en su haber una galería extensa de premios de este tipo, pero uno más no les hará ningún daño.


Yo ando todavía detrás de que me mencionen con el famoso premio "Dardos" (ese de la máquina de escribir) y que se refiere sobre todo la imagen del blog y su diseño. A ver si se deja caer por aquí algún día. (Risas en off).




Sin más dilación paso a escribir esos 10 elegidos: 



Letras desde el alma de María Diz


Los cuentos cuentos son de Mercedes Pajarón


Despertares de Soledad suarez


Enredando con las letras de Conxita Casamitjana


Mi vida en una libreta de María Isabel


La mano que escribe sin tiempo de Ildefonso Martinez


Cuentosnsk de Ana Lía


Absurdamente de Pedro Fabelo


Palabras y latidos de Julia C


Corazón en conserva de Mar V



Ya sabéis las normas que conllevan algunas de estas menciones:


*Agradecer

*Añadir tu premio al blog
*Nominar otros 10
*Avisarles
*Y si queréis, solo si queréis, haceros seguidores de quién os nomina.


Mi enhorabuena por vuestra labor, estoy orgulloso de teneros como "Parabatais". Un abrazo.


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