lunes, 22 de febrero de 2016

Simple detalle




Cada vez que la hablada del último sobre rechazado me  interpelaba pidiéndome explicaciones del porqué ocurría.
¿Es que los de la compañía la tenían manía?

Era como dialogar con una sorda, nunca quería escuchar las razones, simplemente porque no llegaba a comprenderlas. Pertenecía a una generación acostumbrada a lidiar con las nuevas tecnologías, a comunicarse por medio de los correos electrónicos y utilizar las aplicaciones ofrecidas por la telefonía móvil.

Como hacerla entrar en razón y demostrarla que no se trataba de que la tuvieran tirria los de la compañía postal, sino que el motivo de la devolución era, la ausencia del obligado y consabido sello en las cartas enviadas. 



Derechos de autor: Francisco Moroz

domingo, 21 de febrero de 2016

Palabras para regresarte




Entre el mar y tu casa
la arena de otra tierra.
Entre la arena y el cielo,
el verbo transmisor de estos poemas
que quedaron pendientes de decir,
como tantas cosas.

En la orilla estamos
esperando tu regreso,
entre las olas y el viento.
Allá donde se construyen los caminos
con jirones de nube
para llegar hasta ti.

Que puedas saber
de la añoranza infinita que sentimos,
la esperanza que desborda
y  también,
de nuestro miedo
a perderte sin más.

                                                                                                         Soñando,
                                                                             el instante puntual de los reencuentros,
en los abrazos que nos faltan por dar
y los besos.
Las caricias
que quedaron sin sentir sobre la piel.

Y acá estamos enraizados
junto al margen que dejaste al partir.
Al límite de las miradas,
tan lejos del mar que nos separa
y tan adentro de tierra
que olvidamos.

Gritando verte,
por si vienes como río
desembocando en tu hogar.
Donde quedaron los tuyos
con un reloj parado
en la hora de tu marcha.

El corazón, ya ves,
se empeña desde entonces
en convertirse en gaviota
para volar hacia ti.
Allá donde te encuentras
en voluntario destierro.

Y mi mano se obstina 
en escribirte un mensaje
en el que el alma
se desnuda sin vergüenza.
Para decir que te anhela 
y en palabras para regresarte.

Derechos de autor: Francisco Moroz


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