Cada vez que
la hablada del último sobre rechazado me
interpelaba pidiéndome explicaciones del porqué ocurría.
¿Es que los de
la compañía la tenían manía?
Era como dialogar
con una sorda, nunca quería escuchar las razones, simplemente porque no llegaba
a comprenderlas. Pertenecía a una generación acostumbrada a lidiar con las
nuevas tecnologías, a comunicarse por medio de los correos electrónicos y utilizar
las aplicaciones ofrecidas por la telefonía móvil.
Derechos de autor: Francisco Moroz