miércoles, 21 de diciembre de 2016

A vueltas con la navidad - segunda parte-



Hoy os traigo siguiendo con la temática navideña, los símbolos utilizados, y alguna de las tradiciones que durante estas fechas, realizamos creyentes y no creyentes.

Corona de Adviento
Es bien sabido de su utilización casi generalizada para ponerla como centro de mesa o colgarla en las puertas y entradas principales de los hogares, o encima de las chimeneas quien las tuviera.
Su procedencia es indefinida, pudiendo decir que desde el albor de los tiempos era utilizada como símbolo de geometría perfecta, que viene a significar el ciclo continuo de las estaciones y la vida. Como representación del sol, de la unión perfecta entre el hombre y sus dioses, señal de eternidad sin principio ni fin.
Los griegos las realizaban para ofrendar a sus dioses y otorgar honores a ciudadanos destacados. Las confeccionaban con hojas de laurel, planta que representa la fuerza; siendo el trofeo más deseado de los atletas que competían en honor a Apolo (Dios del sol) y que se esforzaban para portarla en sus cabezas como señal de triunfo.
Los romanos adoptaron dicha corona como lo hicieron con muchos de los dioses, costumbres, y tradiciones de la cultura helena. Para ellos estas coronas representaban autoridad y garantía de ser recordado trascendiendo sobre lo mortal. Por ello muchos prohombres fueron enterrados o incinerados junto con ellas, como bien muy preciado.
Al Cesar Imperator se la imponían sobre la testa, cuando tras regresar triunfante de alguna de sus guerras de conquista le recordaban que solo era un hombre mortal: “Respice post te, hominem te ese memento” (Mira atrás y recuerda que solo eres un hombre)
Esas conquistan se extendieron por la Galia, Bretaña, y Germania donde habitaban los pueblos con fuerte raigambre celta y por lo tanto druídica.
Cuando las legiones se establecían en estos territorios, los ciudadanos se iban romanizando y por lo tanto observando y celebrando las festividades propias de Roma; como la celebración de la cosecha, las conocidas Saturnalias durante las cuales los participantes se regalaban coronas los unos a los otros. Esta vez hechas con ramas de acebo, enebro, muérdago, pino o abeto. Adornándolas con bayas, frutos secos, piñas piñoneras o manzanas. Estos pueblos en principio sometidos, fueron adquiriendo como propia, la cultura trasmitida durante la llamada “Pax romana”.
Los druidas se ponían esas coronas en la cabeza, hechas sobre todo de muérdago que para ellos era un componente mágico y curativo. Lo incluían en las ceremonias de solsticio parecidas a las ya nombradas saturnales o Brumarias de los romanos. Es entonces cuando el pueblo llano adquiere la costumbre de ponerlas en sus puertas como elemento protector de sus casas.
La mística pagana es relevado por el ritual cristiano cuando la nueva religión se extiende como creencia generalizada una vez que el emperador Justiniano en el siglo V la impone como tal.
Ciertos elementos como la corona adquiere una nueva dimensión, adquiriendo relevancia en sus celebraciones religiosas referidas al adviento, (La venida, la llegada) imponiendo significados diferentes y a la vez relacionados con las antiguas creencias. De esta forma las ramas verdes pasarán a significar la esperanza en la llegada del cambio. Las cuatro velas que se le añaden a la corona serán la luz que viene a brillar con el nacimiento de Cristo disipador de de las tinieblas. Las cintas rojas la sangre derramada por Jesús por amor al hombre. También nos hace rememorar esa otra corona de espinas de su pasión.
Las velas se le añaden como reminiscencia de aquellas hogueras encendidas para aportar calor al sol e iluminar las largas noches del solsticio de invierno. Suelen ser cuatro: tres de color violeta que representan la esperanza, la paz y el amor. Se encenderán durante las tres semanas que anteceden a la Navidad .Una cuarta de color rojo se enciende en Nochebuena. Una quinta colocada en el centro y de color blanco se prenderá en Navidad, en honor al nacimiento del niño Dios. Esta última solo presente en ciertos países.
En la actualidad el uso de las coronas de adviento está más secularizado, no siendo más que un mero adorno en puertas, ventanas y mesas. Añadiendo adornos como cintas de colores, bolas de navidad, o paquetitos de regalos.
En algunos países como Méjico o Gran Bretaña se confeccionan con flores. Lo cual nos hace recordar las coronas conmemorativas para nuestros difuntos, retrotrayéndonos de esta manera al comienzo de nuestra historia, donde el significado circular de la misma representaba el principio y el fin de la vida, en un bucle interminable.
Seguimos celebrando lo mismo después de tanto tiempo con mayor o menor solemnidad y fe, pero con símbolos que han trascendido a muchas generaciones de hombres y mujeres.


Continuará...


Derechos de autor: Francisco Moroz


lunes, 19 de diciembre de 2016

Falta de fe




Te quiere, mamá.

Así acababa la epístola que había leído una y otra vez a lo largo de 33 años. Cada una de las palabras que en ella aparecían hablaban de amor, de pérdida, de desconsuelo, ante la inevitable
separación de ambos.

La podía recitar de memoria, incluso lo hacía mentalmente como mantra personal, como oración dirigida a los dioses fuesen estos cuales fuesen, para que propiciaran un encuentro con ella y así poderla conocer.

Sabía de antemano por esa misma carta, que el milagro no se produciría: Mi madre era cristiana, mi padre musulmán y yo fui abandonado en una inclusa de Jerusalén.  



Derechos de autor: Francisco Moroz

viernes, 16 de diciembre de 2016

A vueltas con la navidad -Primera parte-




Ya llegó la navidad, y con ella, todos los elementos característicos que nos parecen lógicos y habituales para celebrar esta fiesta con coherencia y propiedad.
Desde niños nos hemos ido acostumbrando a ver las calles adornadas con multitud de luces, los escaparates de las pastelerías repletos de dulces típicos y las tiendas de regalos mostrando una amplia oferta de artículos para las expectativas de la persona más caprichosa. Qué decir de como decoramos nuestros hogares: guirnaldas de espumillón, árboles artificiales con bolas, bastones de caramelo, pequeños calcetines, lazos de colores, estrellas y ángeles.
Algún lugar privilegiado reservado para el belén o la figura del niño Jesús; pues no olvidemos que la fiesta de la navidad es la fiesta en la que se recuerda el nacimiento del niño Dios, al que recibiremos con canciones compuestas para estos días tan especiales en los que parece que todo está enmarcado en torno a las reuniones familiares y de compañeros o amigos con los que compartiremos comidas o cenas e intercambiaremos regalos y presentes rememorando la generosidad de aquellos tres reyes magos de oriente que fueron a Belén tras un cometa errante.
Es hacer balance del año que acaba para poder empezar con buen pie el que se nos viene encima después de las campanadas y las uvas y los brindis y las muchas promesas que cumplir. Felicidad, buenos deseos y parabienes trasmitidos a viva voz o con las variadas tarjetas postales pensadas para ello.
¡En fin! no quiero desengañaros como a los niños que en el fondo sois, pues todos nos convertimos un poquito en infantes crédulos que disfrutan con caras de asombro y sorpresa, de todas las cosas misteriosas y deslumbrantes que ocurren a nuestro alrededor.
¡Pero es lo que toca! Descubrir que la Navidad llegó una vez más fiel a su cita, pero saber con propiedad de donde procede y del porqué de muchos de sus atributos.
Para empezar ya os comunico que el origen de estas fiestas es pagano, al puro estilo de todo lo pagano clásico romano. Y es que estos romanos a parte de estar un poquito locos, como decía el buen “Axteris el galo” lo tenían inventado o adoptado casi todo, y los festejos no iban a ser una excepción.
Los ciudadanos de la gloriosa Roma ya celebraban las Saturnales del 17 al 23 de diciembre en honor al dios Saturno que velaba por la agricultura. El día 25 seguían con la fiesta llamada: "Natalis Solis invicti " que traducido en lengua viva viene a significar: Nacimiento del sol victorioso. Apolo era el protagonista. A estas se le sumaban las Brumarias con el dios Baco como actor principal. 
Como os podéis figurar eran días de exceso, banquetes, festejos y desenfrenos donde intercambiar presentes, bailar y cantar.
¿Os suena de algo?
Pero no solo los romanos tenían la exclusiva de sus dioses benefactores que representaban tanto al sol como al fuego.
Los mesopotámicos tenían a Shamash. En Grecia a Vulcano y Helios. Los egipcios a Atón. Mis queridos celtas lo denominaban Baal y Moloc. Los babilonios Nimrod o Tamuz. En algunos países hispano americanos se adoraba a Inti, en la cultura azteca eran seguidores de Huitzilopochtli. Los sintoístas de Amateratsu que por cierto es el único caso de feminización del astro rey; y los pueblos germánicos y escandinavos adoraban a Frey  (Origen del árbol de navidad)
También hay un dios antiguo que representa al sol y que nació por estas fechas. Me refiero a Mitra que pertenecía al culto de Persia e India. Religión que compitió seriamente con la cristiana. Un dios adoptado por las legiones de Roma.
Las creencias entorno al sol de algunas de estas culturas, sostenían que este, moría el 21 de diciembre que viene a ser el día más corto del año en el que el astro está en la parte más baja del cielo, lo que se conoce como Solsticio de invierno; siendo a partir de ese momento y gradualmente los días más largos, a partir de ese momento el sol se hace más viejo y calienta con mayor intensidad favoreciendo por ello las siembras y cosechas.
¿Entonces qué significa la navidad y que tiene que ver con Jesucristo?
La respuesta es sencilla después de lo que os he explicado.
Cuando se impone la nueva religión en Roma y se empieza a extender por el imperio y el mundo conocido, esta debe adoptar algunas de las prácticas “Paganas” que el pueblo llano tan apegado a sus ritos y tradiciones ancestrales seguía realizando, siendo reticente a abandonarlos; pues los hombres y mujeres seguían unidos a la tierra, a los ciclos solares y lunares, a las estrellas, a los bosques, ríos y lagos sagrados. Se celebra la vida y la muerte. La renovación, las cosechas y la fecundación. Inculcar ideas era una cosa, cambiar la esencia de las gentes sencillas se convirtió en una tarea harto ardua, casi imposible. Con lo cual la iglesia hace suyo el dicho de : "Si no puedes vencerlos únete a ellos" y lo que hace de forma muy inteligente es reconvertir las festividades paganas en favor de las nuevas creencias: 

De esta manera al equinoccio de primavera en el que se celebraban las famosas Bacanales (Carnavales) se superpone la Cuaresma. Al solsticio de verano pagano en el que se encendían hogueras para trasmitir el calor al sol y de paso purificarse de los malos espíritus se convierte en la festividad de San Juan. 

El solsticio de invierno que es el que tratamos, se convierte en navidad y el Samhain (Halloween) de los celtas, celebrado en el equinoccio de otoño, en festividad de todos los santos.

Por ello, en este caso, el cristianismo asocia estas fechas con el nacimiento de un Dios, propiciador de vida nueva y espíritu luminoso, que saca de las tinieblas (Brumas) a los hombres. Convirtiéndose en metáfora del mismo sol.
No se sabe a ciencia cierta por falta de documentos históricos cual fue el día y el mes en que Jesucristo llegó realmente al mundo. Los estudiosos eruditos de las sagradas escrituras proponen que sobre Marzo o Abril y nunca en Diciembre.
Con lo cual el hecho de poner esta fecha en concreto, fue una maniobra logística de la antigua iglesia para eclipsar las antiguas creencias en favor de las propias ¿Y qué mejor día para celebrar el nacimiento del hijo de Dios que el mismo en que nace el astro rey en todo su esplendor y en el que las esperanzas de la humanidad se renuevan en un nuevo ciclo?
El decreto lo promulgó un papa llamado Liberio y con ello se aunaron las celebraciones de todos los pueblos paganos evangelizados, que entraban en la órbita de la cristiandad.
La palabra Navidad  proviene del latín “Nativitas” que significa nacimiento, también se conoce a estos días festivos como Pascua y no solo es celebrada por católicos, también la festejan las comunidades protestantes, anglicanas y ortodoxas.
Por cierto la palabra Christmas tiene el significado de: "Misa de Cristo" aunque sea traducido como navidad.

Lo importante de todo este discurso es comprender que la esencia del hombre ha cambiado poco, y que nuestro espíritu ha de ser festivo. Celebrar la vida y sus acontecimientos, al igual que los pequeños momentos que nos son dados para encontrar la felicidad que con formas diferentes, llama a nuestra puerta para que la festejemos.


¡Felices Fiestas! 


Continuará...



Derechos de autor: Francisco Moroz

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