Mientras contemplaba como llevaban al
cadalso al último candidato, recordaba como hacía solamente cinco años todos
aquellos que se dedicaban a tan lucrativo oficio, medraban, ganaban dinero, y
eran reconocidos como personas honorables que estaban por encima de todo juicio
y castigo.
Hasta que llegaron las hordas
inconformistas y vociferantes, hartas de abusos y despropósitos. Estas tomaron
el control del gobierno y la judicatura; castigando con mano de hierro a todo aquel que aceptaba sobornos y comisiones.
Cualquier tipo de corrupción se pagaba con la muerte.
Ahora, todo aquel que se dedica a la
política es presunto culpable, mientras no se demuestre lo contrario.
La purga es constante, no parece tener un final.
Derechos de autor: Francisco Moroz
Buen relato para esa frase Francisco. Muy acertada. Un abrazo.
ResponderEliminarHan cambiado las tornas. Ya es hora de que los corruptos paguen por lo que han hecho y no se libren gracias a la influencia de sus correligionarios, jeje. Como bien dice Julio David, con esa mano tan dura bien pocos se dedicarían a la política. Pero no sé si gobernar bajo amenaza daria buenos resultados. Los dos extremos son casi igual de malos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, pagan justos por pecadores. No todos los políticos son corruptos, aunque es más cómodo pensarlo así y echarles a ellos la culpa de todo. Pero, ¿de dónde salen ellos? ¿no son ellos parte de nosotros? Ah, qué fácil es poner siempre la culpa fuera de uno.
ResponderEliminarMuy bueno tu relato, Francisco.
Un beso.
No sé, pero esto me ha recordado a la Revolución Francesa y fue de todo menos justa aunque se cargaran a mucho déspota y abusador.
ResponderEliminarBuen relato, con la ley del péndulo de fondo. Se pasa de un extremo al opuesto.
Un beso.
Si de verdad hubiera mano dura, muchos políticos se pensarían y mucho, el dedicarse a la política y vivir de ella, pero yo quiero creer que no todos los políticos son iguales.
ResponderEliminarMuy buen relato como siempre.
Un abrazo.
Aunque parece imposible quiero pesar que también hay políticos que no son corruptos, que creen en lo que hacen pero no acostumbran a ser de los primeros de sus listas ni son visibles. Por desgracia corrupción y política va de la mano y mientras no se castigue seguirán. De hecho solo tenemos que ver a los que tanto vociferan estos días y toda la corrupción que se conoce y no pasa nada.
ResponderEliminarBesos
Algo así como que se sale de Málaga y se entra en Malagón porque ya ves, quienes están en el poder ni justicia ni democracia... tal vez sea que la política no tenga solución.
ResponderEliminarBuen texto.
Jo, mira que me cuesta sentir pena por el destino de esos políticos... y más conforme se acercan las elecciones. Buen micro, Francisco. Un abrazo!
ResponderEliminarSi todos los que se dedican a la política son sospechosos, es evidente que los que ahora están aplicando las penas de muerte se están convirtiendo en políticos, ergo en breve caerán víctimas de su propia intransigencia, ¿no? ¡Uy, qué follón!
ResponderEliminarUn abrazo, Francisco
Me parece una frase difícil para un relato, pero te ha inspirado muy bien el tema que por unanimidad reprobamos diría que todos.
ResponderEliminarComo siempre, tus micros tienen miga.
Un beso
Cierto, no están los tiempos para ser político. Les examinan con lupa, muchas veces con excesiva severidad. Un abrazo.
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