Es oscura la noche en la que se acerca a la iglesia; como todas las que
recuerda desde que era niño.
Cree estar poseído por una maldad congénita que le domina cada cierto tiempo.
Guiado por un ser infernal que le dicta actos abominables, que él, ejecuta con
fría naturalidad.
Una pesadilla diaria y recurrente cada vez que se duerme. Por ello, torturado por los sueños que le aterrorizan, no lo hace desde hace meses y su cabeza debilitada por la falta de descanso se deshace en jirones rayanos en una locura que le hace confundir los espejismos con la realidad.
Cuando su rostro se refleja, descubre el ser aberrante en el que se ha convertido. La gente le rehuye instintivamente, como presintiendo el peligro latente que subyace en su persona. Sus ojos trasmiten, la desesperación del eterno condenado a las ardientes llamas del averno.
Y sin embargo busca la salvación de su alma. Quiere el consuelo que requiere todo ser. Necesita reposar de tanta infamia.
Más, desde el momento en que una chispa de lucidez se aloja en su cabeza, y
su ánima baja la guardia después de una jornada de tensión, vuelve el sueño y
con este, el enviado de Belcebú; un ser siniestro y negro.
&
–Padre, necesito que me escuche en confesión. Llevo veinticinco años apartado
de la iglesia. Me negué a regresar a ella a los ocho. Me alejé de Dios faltando
al primero y segundo de los mandamientos de su ley. Soy un mal creyente; pero
es la última esperanza que me queda para liberarme de mis terrores nocturnos y
por eso recurro a usted.
–Tú dirás hijo, aquí estoy para aliviar tu peso y ayudarte.
–Necesito el perdón para hallar descanso y redención.
–Pues confía en el que siempre escucha, comprende y perdona. Dime qué es lo
que te angustia hijo mío.
–Fui engendrado en el mal, padre, y estoy purgando por ello desde que tengo
uso de razón.
–De niños, todos cometimos alguna travesura; no te sientas culpable por
ello.
–Yo maltrataba animales, los torturaba, los mataba con saña.
– ¿Qué es lo que te instigaba a hacerlo?
–Fue desde el momento en que un perro me mordió, se me empezó a aparecer un ser negro, dictándome todo aquello que debía hacer. Lo sigue haciendo
padre, para mi desesperación.
– ¿Un demonio?
-No padre, un gato. El mismo al que le saqué un ojo con una cuchara, el mismo al que decapité con el hacha que encontré en la leñera.
Desde el primer momento se pronunció como mi instructor.
El que me sugirió contravenir el tercero de los mandamientos.
– ¿Acaso no amas a tus padres?
– Respóndame ¿A unos individuos que maltratan y agreden a una criatura
indefensa, los podría amar usted?
–Pues…
–En cuanto pude defenderme los eliminé mientras descansaban de sus
iniquidades. Con ello, directamente taché de mi lista el cuarto y el quinto
mandamiento y todos los demás por añadidura. Soy campo abonado con el estiércol
del demonio desde entonces; aunque hubo momentos en los que pensé que el otro
ser alado que se me aparecía en los sueños podría salvarme algún día.
– ¿Un ángel luminoso, quizá?
–Más bien uno negro, como el gato. Se trata de un cuervo, que después de
cada crimen monstruoso me dice: “Nunca más”. Me hacía recobrar la cordura
suficiente para ocultar las pruebas, los cadáveres. Esconderme una temporada, e
intentar escabullirme de la justicia.
Es el quinto mandamiento en el que más reincido. Y estoy cansado de tanta
sangre y violencia.
– ¿Y por qué no te arrepientes, te entregas y redimes tu culpa? La prisión
y la falta de libertad son duras, pero imagino que no tanto como el calvario
por el que estás pasando y haces pasar al prójimo.
–Si padre, eso pensé hacer antes de que apareciera el gato de nuevo y me
recordara que debo resolver un asunto que nunca conseguí olvidar.
–Sé que me horrorizará conocer el motivo, pero adelante querido hijo, desahógate
y ábreme tu corazón.
–Consigo oír las palpitaciones aceleradas del suyo padre ¿A caso está
asustado? A lo mejor le he recordado la maldad que se esconde tras cada ser humano?
¿La de esos individuos, que deberían ser ejemplo de honestidad, pero que
anteponen sus deseos, parapetándose bajo un manto de dignidad, refugiándose en
el estatus social que parece elevarles por encima de la justicia? Esa justicia
a la que según usted debo entregarme.
¿O le trae a la mente a esos otros que roban, desfalcan, engañan, trafican,
explotan y especulan; aprovechándose de la bondad de las personas decentes?¿O Aquellos
que pisotean la inocencia confiada de los niños y los abusan, por ejemplo? A
esos ¿Quién los juzgará? ¿Dios?
–Hijo, me estás haciendo temblar de miedo con lo que dices.
–No padre, no tiemble por lo que escucha de mis labios impuros, más bien
tiemble cuando piense en el inminente castigo por incumplir el noveno de los
mandamientos.
– ¿A qué te refieres? Creo que deberíamos terminar con esta sinrazón.
–Sí, cierto. Tengo fe en que esta será la última prueba; después me será indiferente
todo lo que me ocurra. Quiero descansar lo que me reste de vida. Quiero que el
negro cuervo se me aparezca de nuevo y que sus palabras sean proféticas y
definitivas. “Nunca más”.
¿Ya me recuerda padre?...ese monaguillo de ocho años que le ayudaba en
misa.
El corazón del sacerdote lo delata cesando sus latidos.
Gracias, Francisco, por participar con este relato en el homenaje de este mes a Edgar Allan Poe. Un abrazo y suerte!
ResponderEliminarComo siempre las gracias a ti. Das motivos de inspiración.
EliminarUn abrazo.
Excelente, me mantuvo en vilo hasta el final, tremendo, digno relato para este concurso, me gustó mucho, saludos y mucha suerte, PATRICIA F.
ResponderEliminarMe alegra haberte mantenido en tensión Patricia. Un placer como siempre recibirte.
EliminarUn abrazo.
Aunque le llevó su tiempo, por fin llevó a cabo su venganza. En cierto modo se comportó como el ángel exterminador.
ResponderEliminarMuy buen relato y, además, inspirado en tres obras del gran Allan Poe. Mis felicitaciones.
Un abrazo.
Es este caso concreto el psicópata se arma de paciencia y va realizando su plan de venganza poquito a poco.
EliminarDejando para el final la guinda del pastel. Todo muy meditado.
Otro abrazo para ti.
Genial tu relato Francisco. Me ha tenido pegada a la pantalla con la intriga de ese final que tenía que llegar. La venganza y la culpa creo que son los dos temas literarios más interesantes e imprescindibles.
ResponderEliminarUn beso y mucha suerte.
Gracias Rosa, siempre por tu aprecio hacia mis relatos. Es un verdadero honor el que me leas y conseguir engancharte; dada tu exigencia lectora. Opino como tú que la base de toda historia contiene algo de venganza, culpa. Y añadiría miedo y amor.
EliminarBesos.
El corazón, el cuervo, el gato... Un relato lleno de referencias, terrorífico y muy bien armado. Vas desvelando muy poco a poco el motivo de esa venganza del protagonista a través de un diálogo muy revelador para dejar traslucir un fondo de maldad tremendo. Estupenda tu historia, Francisco. Felicidades y mucha suerte.
ResponderEliminarGracias Marta.
EliminarEsos dos cuentos y la especie de poema en la que se basa "el cuervo" son las tres obras de Poe que leí en mi juventud y me impactaron. por ello quise basar este relato en ellas concretamente.
Lo aderecé con el contenido de los diez mandamientos que siempre me resultaron muy contundentes, a la hora de conducirse con ciertos criterios básicos por la vida.
Recibe mi abrazo, compañera.
Estuve en vilo todo el relato hasta el final... Uf. Estupendo. Menuda venganza!!! Buen aporte. Saludos
ResponderEliminarPues quedo muy agradecido por tu interés Nuria. No siempre se consigue el efecto deseado cuando se escribe.
EliminarTe mando un abrazo.
Admirable manera de relatar, llevándonos junto a tu personaje a través de la posesión, la tortura emocional de una persona que no puede quitarse de la memoria el daño sufrido y su posterior sometimiento al mal. Porque además lo enlazas a través de unos diálogos muy verídicos, interesantes y con el exquisito pespunte de los mandamientos pisoteados por uno y otro... Muy buen final también con los latidos...
ResponderEliminarEnhorabuena y suerte!
Un abrazo :)
Antes que nada agradecer tu deferencia para con el relato, por tu lectura y comentario al respecto.
EliminarLos psicópatas, parece ser, antes han sido victimas en la mayoría de los casos. Estos, parecieran estar ajustando cuentas de sus sufrimientos con otros individuos que les recordaran su maltrato personal.
cuando alguien no es capaz de administrar el sufrimiento puede desequilibrarse de tal manera que llegara a convertirse en asesino irredento.
Un abrazo, Maite.
Dos obras de Poe sobrevuelan con mucho tino por tu parte este relato: "El corazón delator" y "El cuervo". Me ha encantado la doble significación de "cuervo", ambas muchas veces van unidas como en este caso a la figura del sacerdote. Un sacerdote, este cuervo innoble, cuyo corazón palpita nervioso y culpable ante lo que tantos años ha tenido en su interior: la culpa por esos abusos sobre ese ser indefenso que ahora va a ejecutar su venganza. Más vale tarde que nunca, sí señor.
ResponderEliminarMantienes la tensión hasta el final, Javier. Me ha gustado
Un fuerte abrazo
Tres más bien; se te olvidó el gato negro ;)
EliminarEse apunte tuyo tan personal, es de agradecer, llegas más allá. Dotando al cuervo de ese doble significado por lo de negro. Aunque los curas ya no vayan vestidos con ese color. Pero los hay entre ellos muchos con almas oscuras y pensamientos abominables. Ellos que deberían ser ejemplo de virtud.
La venganza sobrevuela en todo momento el relato; no en vano es un relato de venganza continuada hacia seres que han hecho daño con anterioridad a mi personaje.
Te agradezco como siempre el comentario dejado, enriquece y da sabor; como la pastillita de Avecrem.
Un fuerte abrazo, amigo.
Hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, existían cárceles para clérigos. Creo que deberían recuperarse, pues cuando seducidos por el lado verdaderamente oscuro del Ser Humano, ciertos curatos incurren en tales infamias y tropelías, deberían tomarse medidas contundentes. Hay mucho de Justicia Poética en tu excelente aportación, ya lo creo. Y que Poe haya sido el catalizador, es fenomenal.
ResponderEliminarPersonalmente tengo dos amigos sacerdotes, que son ejemplo de buenas personas comprometidos con las necesidades de sus semejantes. Poniendo sus pocos bienes a disposición de los más pobres. Doy fe de ello.
EliminarTambién te puedo hablar de misioneros que dan hasta su vida por los mas desfavorecidos.
Pero es verdad que el mal hace más ruido que el bien y que lo que sale en la prensa, siempre serán las noticias más impactantes y desagradables. Generalizar es peligroso, seria tanto como decir que todos los inmigrantes son caraduras y ladrones. O que el cuerpo de policía es corrupto.
Deberíamos considerar como sociedad nuestra propia culpa, y condenar claramente a esos miembros llenos de podredumbre como sepulcros blanqueados.
En mi caso creo haber ejercido como juez, y haber permitido al personaje actuar por cuenta propia siguiendo su criterio personal.
Mi abrazo, Portoventolero
Hola, Francisco. Tu notable relato engancha y mantiene la tensión, con ese recorrido por los mandamientos en la minuciosa confesión con la que el protagonista va desvelando su vida de pecador terrible.
ResponderEliminarEl giro final nos pilla por sorpresa cuando se cambian los papeles y el confesor paga el pecado con su vida.
Suerte en el Tintero
Un abrazo
Agradecido, Paco, por tu apreciación. Notable; me conformo con aprobar. Y si me leéis con gusto me doy por satisfecho.
EliminarLa trama gira alrededor de los mandamientos como detectaste inmediatamente. Pues son la ley de Dios ni más ni menos. El personaje es maltratado desde niño. Desde el momento en que el perro le muerde se considera victima y ansia venganza; que es el otro eje sobre el que pivota la historia. Y el sacerdote, su ultima victima... O no.
Recibe mi abrazo
Hola Francisco. Una historia construida a base de diálogos, con un personaje que desde el principio se revela muy oscuro, y otro que tampoco puede presumir de inocencia. La tensión aumenta según se avanza hacia el desenlace, intuyéndose que hay algo que implica al sacerdote, aunque no se aclare hasta el final. Y todo ello encajando con naturalidad en la trama las tres referencias a Poe que apuntas. Un tema de actualidad y escabroso el de los abusos en el seno de la iglesia, con el que todavía se actúa de forma muy laxa a mi modo de ver. Suerte en el Tintero. Un abrazo.
ResponderEliminarCierto que todo es muy oscuro en esta trama, incluso el gato y el cuervo; personajes secundarios en el imaginario del protagonista, también de corazón oscuro, como lo es igualmente el del sacerdote, aunque este disimuló bien. Pero el cazador lo caza con todas las de la ley. La de los mandamientos que se han de cumplir y son transgredidos por ambos al igual que lo hicieron los padres del ejecutor. Toda una cadena de violencias y venganza.
EliminarAgradecido por tu valoración y comentario.
Un abrazo, Jorge.
Vjaya venganza sin duda.
ResponderEliminarEn vilo desde el principio hasta el final.
Un abrazo.
Así me gusta, secuestrar al lector y llevarlo a mi propio terreno, dándole una lectura con un final inesperado que le sorprenda.
EliminarMe alegro que hayas sido esa especie de víctima propiciatoria de este servidor.
Mi abrazo, Tere
Un Demiurgo que ayuda a dar el paso hacia la venganza. Genial el giro final que le propinas al relato, Francisco, cambia la percepción de un personaje atormentado y de apariencias psicópatas en otro que busca la redención como un justiciero oscuro, el cual utiliza cualquier medio para llegar al mejor fin.
ResponderEliminarMuy buen aporte, compañero.
Un abrazo y mucha suerte!
El Demiurgo como entidad Platónica da sentido y razón a las cosas. Pero este personaje mio , basa sus acciones en la pura venganza. Él, se salta los mandatos olímpicamente para llevarla a cabo.
EliminarEs tan culpable el que da como los que reciben. El demiurgo podría ser el tal Poe, que aporta a sus personajes para que inspiren a mi protagonista , indicándole la manera de proceder con todos esos desalmados que antes pecaron contra el asesino niño.
Un abrazo grande para otro compañero igual de grande.
Se dice que la venganza es un plato que ha de servirse frío y vaya si el protagonista de tu relato demoró en ejecutar la suya. Magnífico relato. ¡Suerte!
ResponderEliminarEl entrenamiento y la paciencia, junto con la constancia y la práctica. Hacen maestro al aprendiz.
EliminarY el mio aprendió bien desde niño. La venganza se ejecuta sin temblar el pulso y a gusto del consumidor.
Un abrazo para ti, Carmen.
Hola, Francisco. Una venganza bien ejecutada y bien merecida la del personaje. Todas las atrocidades que cometió, fueron necesarias para poder llegar hasta su verdadero objetivo. Muy buen trabajo. Mucha suerte en el concurso. Un abrazo.
ResponderEliminarUn largo camino lleno de abrojos para llegar a un final ¿Redentor? no se yo si tanto, pero al menos sirvió para el desahogo de su torturada alma .
EliminarOtro abrazo de vuelta, compañero.
Un relato muy interesante y una gran crítica a la hipocresía de algunos miembros de la iglesia que cometen actos malvados contra niños indefensos. Muy bien las referencias a la obra de Poe. Saludos.
ResponderEliminarEn este caso le toco a un miembro de la clerecía pagar el pato de tanto desmán. pero hasta en el cuerpo de bomberos hay culpables de tales abusos y atrocidades contra la inocencia de los niños.
EliminarGracias por tu apreciación.
Un abrazo.
Y yo me pregunto. ¿Todas estas personas con horribles infancias y adomescencias, hubiesen sido así de malos/locos/psicópatas, de haber tenido una vida normal? ¿Sin abusos ni maltratos?
ResponderEliminarPues te puedo responder que estas personas son campo abonado y caldo de cultivo para ser lo que son.
EliminarTen en cuenta de lo que se dice cuando una persona es conflictiva y se indaga su posible pertenencia a familia desestructurada.
Pero no creo que sea un formula perfecta. También hay familias ejemplares con miembros corrompidos.
Las malas compañías también aportan su poquito de maldad y mala ideas, que digo yo.
Un abrazo.
Hola Francisco , un buen relato que para ser un homenaje a Poe , bien tiene tintes de mucha actualidad
ResponderEliminary más como están las cosas con la Iglesia y los abusos a menores y monaguillos ,te deseo una feliz mañana
y mucha suerte en el reto , besos de flor.
Hola Francisco , te agradezco mucho tú consejo , la verdad es que tengo que mejorar a la hora de escribir relatos , ya que muchas veces se me pasan por alto algunas y no es porque no ponga interés , lo que pasa es que muchas veces voy con mucha prisa , lo repaso por encima , y si lo veo bien , le doy a publicar y ya está , y luego van saliendo las faltas , pero tengo que esforzarme más , me alegro de que lo hayas disfrutado , te deseo suerte en el reto del tintero de oro , besos de flor.
EliminarPd , Tú me dejarías tú correo electrónico en mi blog , es que me gustaría hacerte una pequeña consulta.
No te preocupes , que tú comentario no saldrá publicado , ya que tengo moderación de comentarios .
Te deseo una feliz tarde , besos de flor.
Buenas tardes Flor.
EliminarLos abusos de menores no se dan solo en el seno de la iglesia. Aunque es lo que más llama la atención. También médicos, maestros, tutores, padres y madres, y un largo etc de personajes de corazones oscuros que habitan en el fondo más tenebroso del ser, mal llamado humano.
Y de nada. Aquí estoy para lo que necesites.
Mi abrazo.
El sacerdote también tenía su culpa. Y recibirá el castigo del protagonista, que ha encontrado en su impuso asesino una forma de justicia vengativa.
ResponderEliminarBien contado.
Saludos.
Buenas tardes Demiurgo.
EliminarEn este relato no hay inocente alguno. Todos son lobos o corderos disfrazados. hasta el pastor es culpable aunque se oculte en el confesionario.
Venganza fría.
Un abrazo.
Hola, Francisco. Tremendo relato. Me ha gustado mucho. Un abrazo
ResponderEliminarPues te lo agradezco. Eso siempre anima.
EliminarTambién mi abrazo para ti.
Hola, Francisco:
ResponderEliminarGracias por compartir este abrazo con la buena literatura.
Un gran relato con una estructura narrativa muy sólida, compañero.
Un abrazo, Francisco.
Hola, Javier.
ResponderEliminarQué frasecita: soy campo abandonado con el estiércol del demonio, magnífica.
Estupendo, has creado un personaje que no solo él muestra su negrura, si no que hace que el resto advierta parte de la misma como propia. Es Terrorífico.
Y ese final, ufff. Sin palabras.
Enhorabuena.
Mucha suerte en el concurso.
Un beso.
Hola Irene.
EliminarComo siempre tan amable en tus comentarios. "La frasecita" de marras me vino inspirada por otra parecida del autor " Giovani Papini" donde al dinero lo denominaba "Estiércol del demonio" en mi relato me refiero a la maldad.
Me gusta que te guste (Redundancia) mi historia.
El final, ya sabrás que es marca de la casa.
Besos.
Los guiños a Poe van preparando el terreno para una venganza que se sirve en plato frío. Excelente crítica social.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay que aprovechar los escritos personales para airear ciertas lacras sociales, si no, apaga y vámonos.
EliminarOtro abrazo.
Más que interesante tu relato con un final genial, al cura aunque tarde le llego su hora. Gracias Francisco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dicen que a todo cerdo le llega su San Martín. El cura será uno de los últimos en probar la vara de la justicia guardada en nevera.
EliminarGracias por comentar, Conchi.
Mi abrazo.
Hola Francisco uff que intrigante todo el relato.
ResponderEliminarEl final es revelador.
Muy bueno. Te felicito
Un abrazo
Puri
Un placer tenerte por aquí Puri y de propina, que te haya gustado mi relato. Es, para estar contento.
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo.
Hola Francisco, y yo que pensaba que el protagonista narrador iba de cabeza al purgatorio; resulta que es, el otro protagonista, el cura. La venganza acaba de empezar. Alea iacta est. Un abrazo
ResponderEliminarEntre malotes anda el juego.
EliminarUno de ellos va a cara descubierta como lo que es, el otro disimula bajo el manto de la supuesta honorabilidad.
Uno se lo ha buscado el otro como buen cazador va encontrando a sus verdugos y los ejecuta como ejemplar psicópata justiciero.
Abrazo fuerte (como el de los teletubies) ;)
Hola, Francisco. Un relato muy duro en sus nos traes. ¿Cómo nos podíamos imaginar que el protagonista, espoleado por sus demonios, iba a resolver una venganza que databa de mucho antes? El religioso también tenía demonios que esconder. Espero que ese tipo de historias no se produzcan nunca más.
ResponderEliminarTe deseo lo mejor en el concurso. Un saludo.
Que tal Bruno.
EliminarEs lo que correspondía en este caso en el que Poe era la inspiración para nuestras historias.
Los demonios nos acompañan a todos, no hay duda; y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Y sino que se lo pregunten a todos los que conducen habitualmente quién es el que domina al volante ;)
Tristemente hay demonios disfrazados de esos que pasan desapercibidos y se camuflan tras la "honorabilidad de ciertos personajes. Lo importante es que seamos conscientes y protejamos con la ley a todos esos inocentes.
Mi deseo con respecto al concurso es mutuo.
Mi abrazo, compañero.
Hola Francisco tienes un correo mío , gracias por todo.
ResponderEliminarTe deseo una feliz tarde , besos de flor.
Ya tienes mi contestación en tu buzón.
EliminarFeliz tarde para ti también.
Hola, Francisco. Algunos plantean que no hay justicia completa sin arrepentimiento, ni perdón posible sin justicia equitativa. Parece que el protagonista se estuvo preparando en vida quebrantando esos principios dictados en los “Mandamientos” para eliminar de su memoria esos recuerdos que le atormentan en la confesión ante su agresor. Buen relato de terror, me ha gustado.
ResponderEliminarSuerte en el Tintero, un abrazo.
Buenas tardes Carles.
EliminarRatifico lo que dices. No puedes perdonar al que no se arrepiente del mal que inflige. Y la justicia se ha de dictar con respecto al nivel del delito cometido. Después están los justicieros que son los primeros en saltarse todas las reglas del juego para ejercer su propia y personal justicia con ejecutoria instantánea una vez que se dictamina la culpa.
Pero en esta sociedad nuestra, tristemente los malos son condenados en pocas ocasiones y los que sufren, también lo hacen por no ver a esa justicia defender sus intereses y dignidad.
Un abrazo.
ohh Me ha encantado. Vas pasando por la quebrantacion de todos los mandamientos (es un poco mareante si no te los sabes de memoria. Te imagino tecleando, con la lista de los mandamientos a un lado del ordenador). El cura se lo debia temer a partir de la mitad del dialogo, pero cuando relatas, al final, la causa de todo, no tenia escapatoria.
ResponderEliminarme agrada que sea un relato propio y original, salpicado de referencias, pero independiente.
saludos y suerte
A mi me alegra que hayas disfrutado con la lectura y la forma de plantear el relato para este reto. Difícil lo tenemos si queremos equipararnos al autor de terror gótico. Por tanto si al menos la originalidad te impacta, pues eso es mi sobrada recompensa; lo cual te agradezco de corazón, y este, me suele delatar.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola, Francisco. Al leerte me he dado cuenta de que ya no recordaba los diez mandamientos... He tenido que buscarlos.
ResponderEliminarEstá claro que los seres oscuros dominan todo el relato, ya sean animales o humanos. Como alguien ha dicho, tu relato independiente es de lo más gratificante y cumple a la perfección los requisitos. A mí me gustan este tipo de historias que reflejan la personalidad del autor y que no imitan al clásico al que homenajean. ¡Buena historia! Y, sobre todo, me encanta que los pederastas sean castigados. Creo que ese es uno de los peores pecados: aprovecharse de la inocencia de un niño. ¡Bravo por ti!
Un abrazo y buena suerte en el concurso.
Ja,ja,ja. Debe de ser que los tienes asumidos ya que no aprendidos de memoria. En la mayoría de los casos, los hay que se saben pasajes de la biblia de con puntos y señales pero son unos intolerantes, farsantes e hipócritas que no aplican a su propia vida las buenas prácticas.
EliminarCoincido contigo en que la violación y la pederastia son los peores delitos a mi entender junto con quitar la vida a otro ser humano.
Agradezco tanto tu comentario como tu deseo.
Un abrazo o beso, a elegir.
Hola, Francisco. Buen recorrido por los mandamientos que hasta el propio confesor de alguno se olvidó y por ello está a punto de cumplir eterna penitencia. Tu relato Poetiano me parece una versión de la eterna lucha del Bien y el Mal donde ninguno de los contendientes son tan buenos o malos como sus estandartes pretenden. Un ser imperfecto, como el hombre, no puede ser al cien por cien ni lo uno ni lo otro; así el protagonista navega en ese revuelto mar y parece que gobernando la nave.
ResponderEliminarSaludos y suerte.
Los claros y oscuros interiores solo los conoce uno mismo, y muchas veces ni siquiera eso. La delgada linea roja que separa el bien y el mal tiene poca definición en ciertos casos, y cruzarla, puede suponer pasar al lado oscuro definitivamente. En el caso de mi historia, creo que los dos personajes dialogantes ya la cruzaron tiempo atrás sin posible redención. Y ambos pagarán más pronto que tarde.
EliminarMi abrazo, compañero.
Muy buen relato, me encanta como va detallando sus sucesivas infracciones a los mandamientos hasta llegar al gran giro final. Enhorabuena, Francisco !!
ResponderEliminarPues si, esa era la intención y con tu comentario has ratificado el cometido del relato, lo cual te agradezco enormemente.
EliminarUn abrazo María Dolores por ese chute de ánimo
¡Espectacular! ¡Me encantó! Me pareció original la manera en que el protagonista cometía los pecados de los diez mandamientos como si los tachara de una lista de tareas. Y ese giro final me descolocó completamente, debo decir que no me dio ni un poco de pena saber lo que le va a pasar a ese cura.
ResponderEliminarRealmente te luciste con este relato, Francisco.
Mucha suerte en el Tintero.
Un saludo.
Vaya comentario halagador que me ha subido la autoestima unos puntos :)
EliminarEres muy amable con tu comentario. Has sabido captar la esencia de lo que quería transmitir, y el giro final, ya sabes lo que digo siempre: es marca de la casa.
Un abrazo apretado.
Muy buen trabajo. No solo por lo que implica de pederastia e hipocresía de la iglesia, sobre todo por lo bien escrito que está, el ritmo y la tensión que has logrado, lo oscuro de ambos personajes y las referencias tan bien llevados del reto.
ResponderEliminarTe felicito, amigo Francisco.
¡Hey! pensaba que no te pasabas por este rincón y que me habías olvidado ;)
EliminarHe querido cargar las tintas más que con terror, con sensaciones encontradas de justicia, culpa, redención y venganza. El ritmo es el propio del dialogo que cada vez se hace más espeso y agobiante; como la tormenta que se acerca y se presiente. Al igual que el rayo fulminante que cae sobre el pecador, portador de una culpa inexcusable.
Gracias por tu fidelidad y paciencia para con este servidor.
Besos y gratitud.
Muy bien pero yo no puedo con Poe o los escritos y películas de terror. Un abrazo.
ResponderEliminarNo te preocupes, las lecturas como todo en esta vida es cuestión de gustos. A mi las que no me gustan son las románticas y mira que yo lo soy :) :) :)
EliminarOtro abrazo para ti.
Sin lugar a dudas el sacerdote se merecía ese final, sea culpa de Poe o no.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Un final justo a mi entender. Cada uno que purgue su pena.
Eliminarsaludos.
Hola Francisco tu relato mantiene la tensión constantemente y esa fórmula tan original de ir nombrando los pecados que justo tienen mucho más sentido al final cuando aquel que debia ser el más íntegro se muestra como más perverso y despiadado, no hay nada peor que aquellos que se aprovechan de su "poder" para dañar a otros, especialmente los niños.
ResponderEliminarConsigues un magnifico relato de denuncia de esos abusos a tantos crios que se han tapado por parte de la iglesia.
Un beso
en esta sociedad los que deberían predicar con el ejemplo son los que mas tienen que callar y esconder. Es como si el poder diera carta blanca, para saltarse todas las normas y leyes creadas para el resto de los mortales. Y no me refiero solo al clero... ya sabes por donde voy.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, el cual contesto ahora, después de bastante tiempo. Pero ya conoces en parte las circunstancias que no me permiten estar conectado todo el día.
Un abrazo apretado.