La escena se desarrolla entre cuatro personajes dentro de un ascensor de un edificio de informativos de una cadena de televisión de renombre.
–Redactor – Hoy parece que el día va a acompañar
–Periodista – ¿A quién, a usted o también al resto de la plantilla?
–Redactor – Hombre, me refería al tiempo que va a hacer. Un mero formalismo para empezar a romper el hielo.
–Periodista —Para romper el hielo están los rompehielos. Se tendría que tratar sobre materias más trascendentales, no solo de borrascas y anticiclones, y menos sin conocimiento, tan solo soltando de sopetón esa frase tan manida: ‹‹Parece que no va a llover››
–Redactor –¡Hombre! No nos vamos a poner a debatir sobre el Euribor y su cotización en bolsa. O de la desidia de un gobierno corrupto o de la última víctima de violencia del género. De las guerras abiertas en distintas partes del mundo, de la explotación infantil, la trata de seres humanos o el tráfico de armas ¿No le parece?
–Corresponsal – Cierto, bastantes desgracias cubro a diario como para hablar dentro de un elevador sobre esos temas. Además, tan corto periodo de tiempo no da lugar a profundizar en cada uno de ellos como sería necesario.
–Periodista – ¡Joder con el tiempo! Para eso estamos ¿No? Para tomarnos la información en serio.
–Corresponsal – ¡Naturalmente! Pero en el entorno laboral.
–Periodista – ¡Ah! ¡En el personal no! Ahí nos da lo mismo todo ¿A eso se refiere?
–Redactor – Creo que estamos sacando las cosas de su contexto.
–Periodista – ¡Claro! Cuando una conversación toca temas delicados parecemos querer evitarlos con frases hechas, chascarrillos y chistes malos. Y naturalmente hablando del maldito tiempo que va a hacer.
–Corresponsal – No me refiero a eso y bien lo sabe. Quiero decir, que cuando te encuentras con alguien en un lugar como puede ser este ascensor, no te pones a debatir sobre asuntos tan relevantes.
–Redactor – Tampoco sobre filosofía, termodinámica o conocimiento del medio natural desde el prisma de la experimentación y el razonamiento, o cosas de esa enjundia.
–Periodista – Creo que me están tomando el pelo desde el principio y no voy a seguirles el juego. ¡Además! Me bajo en esta planta ¡Adiós! Que tengan un buen día.
El periodista se baja y se cierran las puertas del ascensor que sigue subiendo
–Redactor – ¿Pues qué mosca le ha picado a este tipo? Sí que se ha puesto quisquilloso. Yo solo quería ser cortés, pues es la primera vez que me encuentro con él y hemos empezado turbios.
–Corresponsal – Tampoco le conozco de nada. Pero el tipo parece que no hubiera dormido bien, o tuviera problemas familiares.
–Redactor – O vete tú a saber si sus nubes tormentosas no se deban a que la declaración de la renta le haya salido a pagar.
El cuarto individuo que ha compartido el habitáculo con los otros tres, y ha permanecido en silencio durante el trayecto de subida, abre la boca por primera vez para decir:
–Editor – No se trata de eso compañeros, es algo mucho más peregrino y prosaico.
–Corresponsal – ¿Tú lo conoces?
–Editor –Naturalmente, se trata del nuevo hombre del tiempo que ha contratado la cadena de televisión.