Una simple palabra puede llegar a
convertirse en compendio de otras muchas, proporcionándonos una economía lingüística
sin parangón.
El lenguaje es rico en términos para
calificar, designar y nombrar a alguien o algo, dando de esta manera un abanico
casi infinito de variedades tonales en cuanto a sonidos contundentes a la hora
de ofender, o una meliflua manera de designar de forma insultante sin parecer
hacerlo.
Es el caso de la palabra “Estúpido”
que como no podía ser de otro modo pertenece a la etimología latina.
Proviene del término: “Stupidus” cuyo
significado en sí no es agraviante ni ofensivo, pues no significa otra cosa más
que: aturdido a causa de un golpe, quedando el individuo semi-inconsciente y desorientado a causa de ello.
Añadiendo el sufijo “Ez” obtenemos el vocablo para definir la cualidad.
Con lo cual daríamos pie a que el protagonista de la película Forrest Gump
dijese su famosa frase: “Estúpido es el que hace estupideces” pero con la palabra "Tonto" que es lo mismo.
Estúpido se convirtió en insulto una
vez que se comprobó que no solo los que recibían un golpe en la cabeza
realizaban y decían cosas sin sentido y desacertadas y del todo faltas de
inteligencia; por lo cual se empezó a designar como estúpidos a todos aquellos
que reunían condiciones suficientes para serlo por méritos propios como a los:
Tontos, Lerdos, ilógicos, inconscientes, idiotas, simples, majaderos, bobos,
atolondrados, ignorantes, zopencos, pasmados, empanados, alelados, cretinos imbéciles e idiotas...
¿Comprendéis ahora lo de la economía en palabras?
Todos aquellos nominados lo son por su
cerrazón y cabezonería, su incapacidad para comprender, y su nulidad para
dialogar y razonar con coherencia y lógica con otros seres humanos sin afán de
hacer prevalecer sus opiniones y certezas por sus santos C_____s. Sin esgrimir a cambio argumentos suficientes, y sin saber hacerlo sin gritos ni violencia. Aquellos a los que llamamos cariñosamente: "Descerebrados".
Por lo general son seres que se comportan de forma primaria, siendo peligrosos en grado sumo, pues ya lo dijo Pérez Reverte: “Causan más daño los
estúpidos que los malvados” y es que los primeros no son capaces de abrir sus
entendederas cuando algo se les explica por activa y por pasiva y aún así, tienen empeño en salirse con la suya a topetazos, imponiendo su voluntad de forma
visceral e irracional; A pesar de caer quien caiga. Con tal de imponer criterios con pies de barro, son
capaces de hacer daño al prójimo e incluso a ellos mismos, sin conseguir por otro lado, beneficio alguno.
Un tal: Carlo María Cipolla (Vaya con el apellido) señaló en un tratado realizado por él mismo, la certeza de que existían cuatro
clases de personas en el mundo, a saber: El común de los mortales, Los
inteligentes, los desgraciados, y los malvados… ¡Menuda conclusión!
Deberíamos aclarar que una torpeza puntual
no puede considerarse una estupidez, un fallo lo tiene cualquiera y nadie está
libre de errar por descuido e incluso por negligencia o despiste ocasional.
Pero cuando ese error es continuo y repetitivo y el individuo que lo comete no
aprende del mismo; entonces es, cuando el estúpido y su estupidez se hacen
evidentes.
“No hay burro que tropiece en la misma piedra
dos veces salvo el ser humano"
Apunto con respecto a esa piedra y los tropiezos que ocasiona a los estúpidos, que las terceras elecciones al gobierno de este país están en puertas.
La estupidez es tan extensa que se han
escrito libros sobre ella. Fernando Savater tiene escrito ni más ni menos que
todo un ensayo. A su vez muchos eruditos, pensadores, autores, músicos, filósofos…dejaron para la posteridad algunas frases lapidarias.
Os dejo algunas de esas perlas como colofón
final.
“Nunca discutas con un estúpido, te hará
descender a su nivel y ahí te vencerá por experiencia” (Mark Twain)
“Haría falta un doble sol para alumbrar el
fondo de la estupidez humana” (Jean Paul Sartre)
“Contra la estupidez, hasta los dioses
luchan en vano” ( Wolfgang Von Goethe)
“Solo conozco dos cosas infinitas: El
universo y la estupidez humana. Y no estoy tan seguro de la primera (Albert
Einstein)
“Un hombre sin pasiones está tan cerca de
la estupidez que solo le hace falta abrir la boca para demostrarlo” (Séneca)
La última la encontré rulando por internet y nos pone a todos en evidencia:
" Si el tiempo pone a cada uno en su sitio, en el sitio de los estúpidos tiene que que haber un ambiente increíble"
Tendría que aclarar que la estupidez puede
ser subjetiva, pues lo que para unos es un despropósito, para otros es un acierto. (Triste consuelo)
Derechos de autor: Francisco Moroz