Shadow, es el apodo utilizado por la organización,
para reconocer al personaje que hay detrás de esa versión antagónica del James
bond creado por el escritor Ian Fleming.
El cambio de siglo ha aportado avances no solo
tecnológicos y científicos en muchos campos como el de la ingeniería, la
computación, la energía, la experimentación genética, microbiológica o médica. Y
el correspondiente desarrollo industrial, con la incorporación reciente de la
inteligencia artificial en la vida cotidiana. El mundo cambia a marchas
forzadas desde que la globalización es un hecho constatado por todos los
gobiernos y todos los ciudadanos. La seguridad de los países se ve constantemente
amenazada por Crackers informáticos, satélites y drones no tripulados con
funciones militares o de espionaje. Ninguna nación está totalmente a salvo de ataques
terroristas, chantajes, secuestro o amenaza nuclear.
Por todo ello, el factor humano no deja de ser
importante, y, por ende, el adiestramiento y formación de agentes especiales es
necesaria para mantener un equilibrio entre potencias competidoras, siempre
enfrentadas por intereses económicos, geopolíticos y estratégicos. Los
infiltrados, pertenecen a esa selecta élite de individuos que pasan
desapercibidos para el común de los mortales.
Shadow forma parte de ellos.
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–¡Papá!
–Qué pasa peque. ¿Algún problema?
–Papá, que tengo quince años, creo que lo de peque ya
no me define.
–Bueno, ya sabes que para mí siempre serás mi niña.
Dime ¿Qué es lo que necesitas?
–Pues el ordenador, que se queda bloqueado. Mira la
pantalla ¿Lo ves? Ni puedo mover el cursor, y así no hay quien haga los
deberes.
–A ver, el sistema es Windows11, tocamos esta tecla
junto a estas otras dos y ¡Voila! ¡Ahí lo tienes, otra vez operativo!
–¡Eres un crack papá! Choca el puño.
–Te dejo baby, que tu hermano pequeño está berreando,
seguro que por un código de «KK positivo»
Efectivamente el pequeño Sam ha ensuciado los pañales
y reclama atención exclusiva, pues se le han juntado la necesidad fisiológica,
el hambre y las ganas de comer.
Williams se concentra en la ardua tarea de eliminar la
materia altamente tóxica mientras calienta el biberón a la temperatura justa y
se lo acerca a la mejilla para asegurarse que no quema.
Mientras, aprovechando la tesitura, pone una lavadora
con carga completa utilizando el programa ecológico que garantiza menor consumo
de recursos. Hay que cuidar el planeta.
Recuerda de pronto que tiene pendiente la preparación
de la comida, y para ello dispone de una hora y media escasa. Aunque sea sábado,
su esposa trabaja y llega a casa en dos horas más o menos. Y la puntualidad
cronométrica de Sarah es de sobra conocida por él.
Finiquita el asunto con Sam, dejándolo en la cuna como
si le hubiera inyectado un anestésico y se pasa por el cuarto de Hanna para ver
si todo está en orden.
–¿Qué tal va todo peque?
–¡Papaaaaá!
–¡Vale, vale! Entiendo ¿Todo bien con el ordenador?
–Todo ok, parece que funciona correctamente. Ya estoy
terminando las tareas del insti.
–Estupendo, haz tu cama y recoge un poquito tu cuarto,
que parece un campo de batalla. Yo me pongo con la comida.
Williams llega a la cocina y despliega su arsenal
culinario. Enciende el horno para que se vaya calentando hasta alcanzar los
338º Fahrenheit que convertidos a Celsius son unos 170º y saca todos los
ingredientes necesarios comprados por la mañana. Con ellos preparará una
sabrosa ratatouille de verdura. Tomates, berenjena, calabacín. Pasa revista a
las especias de la alacena y escoge el romero y la pimienta. El aceite de oliva
siempre presente, es su arma secreta para triunfar con este plato. Por último,
la sal al gusto. Corta en rodajas finas e iguales todas las verduras. Su manejo
del cuchillo es preciso. Prepara entre tanto una salsa de tomate que sofríe con
soltura de especialista bien capacitado para estos casos.
–¡Ummmm! Que bien huele la casa, algo sabroso se
cocina a mis espaldas. –Es Sarah que entra por la puerta en esos momentos,
sorprendiendo a su marido con el mandil puesto. –
Williams la agarra por la cintura, y ambos se dan un
beso en los labios de película.
–¡Eh! ¡Que estoy aquí! cortaros un poco. –Les
sorprende Hanna a ambos poniendo voz de indignada.
–Ya te lo recordaré a ti cuando llegue el momento,
graciosilla. –Todos a la mesa, hoy os sorprenderé con mi arte gastronómico de
chef cinco estrellas.
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El director de la Central Intelligence Agency, convocó
hace unas horas, con carácter urgente, a todos los responsables de supervisar
las operaciones tácticas y actividades encubiertas.
–Como conclusión de esta reunión señores. Coincidimos
en que hemos de enviar al mejor de nuestros agentes ejecutores para solucionar
el problema que atañe a la seguridad nacional. Nuestro observador en la zona de
conflicto, nos ha informado que las negociaciones diplomáticas han fracasado.
Alguien propone a Shadow como la mejor opción, y el
resto de asistentes están de acuerdo. Se utilizarán los canales habituales para
comunicar con él, con orden de partir mañana mismo.
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–Bueno ¿Qué os ha parecido mi plato especial, familia?
–¡Espectacular cariño! Vas mejorando ¿Has hecho algo
más que cocinar? –Le pregunta Sarah con cara de guasa y guiñando mientras tanto
un ojo a su hija. –
–Pues la colada, y cuidar de tus hijos, listilla ¿Y
tú?
–Poca cosa, ya sabes que en la oficina todo es pura
rutina diaria.
En ese instante, Sarah recibe un mensaje personal con
código encriptado.
Derechos de autor: Francisco Moroz